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La foto del giro del PSOE con Puigdemont: de cerrarle la Eurocámara a cortejarlo en ella
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El cambio de Iratxe García

La foto del giro del PSOE con Puigdemont: de cerrarle la Eurocámara a cortejarlo en ella

La imagen de una de las personas que más hizo por cerrarle el paso a Puigdemont en la Eurocámara, reunida con él en su despacho, cierra el círculo de los socialistas sobre la amnistía

Foto: Carles Puigdemont, Santos Cerdán (centro), e Iratxe García en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas. (EFE)
Carles Puigdemont, Santos Cerdán (centro), e Iratxe García en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas. (EFE)

Entre 2017 y 2022, mientras en la política española la crispación y la polarización iban profundizando sus raíces, en Bruselas todavía quedaba un ámbito en el que claramente las distintas fuerzas políticas del antiguamente llamado "bloque constitucionalista" podían ponerse de acuerdo. Evitar que el Parlamento Europeo fuera utilizado por Carles Puigdemont, expresident de la Generalitat, para atacar al Estado español y promover la internacionalización de su causa. Y una de las protagonistas de ese esfuerzo fue Iratxe García (Barakaldo, 1974), la persona de confianza de Pedro Sánchez en la institución y que este lunes representó el final del giro de los socialistas respecto a la amnistía y al trato con Puigdemont.

La foto de Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda en funciones y líder de Sumar, a principios de septiembre junto a Puigdemont en el Parlamento Europeo ya generó enfado entre muchos de los que han dedicado los últimos seis años a contrarrestar el discurso independentista ante las instituciones europeas, una narrativa que se centraba en que España no era un estado de derecho. La nueva imagen, aunque esperada en la fase final de la negociación, ha vuelto a generar malestar entre esos peones y personas de segunda fila que estuvieron en ese esfuerzo conjunto por frenar el discurso liderado por Puigdemont, que llegó a Bélgica huyendo de la justicia española a finales de octubre de 2017.

La razón no es solamente que la fotografía represente la rehabilitación política del líder independentista. Es que en esa instantánea, tomada en las oficinas de Junts en la Eurocámara, está una de las personas que lideró el esfuerzo por limitar su capacidad de acción. Es Iratxe García, sentada junto a Santos Cerdán, número tres del PSOE.

Foto: Pedro Sánchez y Pere Aragonès, en una imagen de archivo. (EFE/Quique García)
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Especialmente entre 2017 y 2019 la actividad de los llamados “partidos constitucionalistas” en la Eurocámara fue frenética. Esteban González Pons, del Partido Popular, Javier Nart y después Luis Garicano, de Ciudadanos, y la propia García tenían un contacto muy fluido y cooperaban a la hora de cerrar el paso a Puigdemont en el Parlamento Europeo antes de que una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), en diciembre de 2019, le abriera las puertas de la institución. Antes de esa fecha, González Pons, Nart y García trabajaban de forma coordinada para evitar que el expresident pudiera obtener una imagen dentro de la Eurocámara que pudiera hacer ver que Europa apoyaba su causa y reconocía su condición de exiliado político.

Por ejemplo, en febrero de 2019, Raph Packet, eurodiputado del partido derechista flamenco N-VA, organizó una charla en el Parlamento Europeo en la que tenían previsto participar Puigdemont y el por entonces presidente de la Generalitat, Quim Torra. Entonces García, González Pons y Nart mandaron una carta a Antonio Tajani, presidente de la Eurocámara: "Creemos que permitir la presencia del señor Puigdemont no se compadece con el noble papel que desempeña el Parlamento Europeo como referente de la democracia y el Estado de derecho que prevalecen en la UE". La charla no se celebró porque Tajani, con la cobertura de García, Nart y González Pons, se aferró al último de los clavos ardiendo del reglamento para evitarlo.

Admisión en el Eurocámara

En diciembre de 2019, tras la sentencia del TJUE sobre Oriol Junqueras, cuando el socialista David Sassoli, entonces presidente del Parlamento Europeo, toma una decisión arriesgada y decide admitir a Puigdemont y al exconseller Toni Comín en la Eurocámara lo hace con el enfado correspondiente de los socialistas españoles y especialmente de Iratxe García, que mantiene una tensa reunión con el ahora difunto presidente en la que los servicios jurídicos de la institución defienden que hay que acabar con un asunto que lleva tiempo siendo un dolor de cabeza para ellos. Sassoli, que había llegado al cargo gracias a las maniobras de Sánchez y de García, acabó abriéndoles las puertas y las relaciones con los socialistas españoles nunca volvieron a ser las mismas.

Desde hace tiempo la necesidad del Gobierno socialista de apoyarse sobre sus socios independentistas hizo que en Bruselas su perfil en esta coalición para intentar mantener a raya a Puigdemont fuera más bajo, aunque lo cierto es que, curiosamente, tras el ingreso de Puigdemont en la Eurocámara en enero de 2020, la figura del expresident se fue desdibujando y su presencia disminuyó, con lo que fue menos necesaria la movilización del antiguamente calificado "bloque constitucionalista".

Foto: Santos Cerdán y Carles Puigdemont, en Bruselas. (PSOE)

Pero incluso así, los socialistas se mantuvieron en línea en todo momento durante el proceso del suplicatorio por el que se le levantó la inmunidad parlamentaria a Puigdemont, un paso necesario para poder cursar las euroórdenes del juez Pablo Llarena, y que por ahora sigue pendiente de una resolución final por parte de la justicia europea. Entonces, cuando hubo que votar el suplicatorio, en marzo de 2021, García cargó contra los eurodiputados de Unidas Podemos, que habían votado en contra de levantar la inmunidad del expresidente de la Generalitat: "Será Podemos el que tenga que explicar por qué ha tomado la decisión de no cooperar con la justicia. Es su responsabilidad y ellos son quienes tienen que dar explicaciones a la ciudadanía española y europea”.

En septiembre de 2023, en uno de los últimos intentos de Puigdemont por aprovechar la plataforma que le ofrece el Parlamento europeo, Junts instaló la fotografía de unos jóvenes sosteniendo una urna utilizada en el referéndum ilegal de independencia de 2017 en una exposición sobre la historia de Cataluña. En ese caso, los que se movilizaron para evitarlo fueron los eurodiputados de Ciudadanos, reducidos ya prácticamente a su actividad en la Eurocámara. La instantánea fue retirada de la exposición a petición del cuestor que había autorizado la instalación de la exposición. Pero esa fotografía colgaba justo detrás del sofá en el que se sentaba Puigdemont durante su reunión este lunes con Santos Cerdán e Iratxe García.

Entre 2017 y 2022, mientras en la política española la crispación y la polarización iban profundizando sus raíces, en Bruselas todavía quedaba un ámbito en el que claramente las distintas fuerzas políticas del antiguamente llamado "bloque constitucionalista" podían ponerse de acuerdo. Evitar que el Parlamento Europeo fuera utilizado por Carles Puigdemont, expresident de la Generalitat, para atacar al Estado español y promover la internacionalización de su causa. Y una de las protagonistas de ese esfuerzo fue Iratxe García (Barakaldo, 1974), la persona de confianza de Pedro Sánchez en la institución y que este lunes representó el final del giro de los socialistas respecto a la amnistía y al trato con Puigdemont.

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