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Órdago de Iglesias a Yolanda Díaz: o gobierna o le exigirán primarias sin veto a Montero
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Órdago de Iglesias a Yolanda Díaz: o gobierna o le exigirán primarias sin veto a Montero

Solo Podemos rompe la tregua en la izquierda, mientras el resto de formaciones integradas en Sumar sostiene que ahora toca evitar el combate y celebrar que PP y Vox no suman

Foto: El exlíder de Podemos Pablo Iglesias. (EFE/Kai Forsterling)
El exlíder de Podemos Pablo Iglesias. (EFE/Kai Forsterling)

Yolanda Díaz quería evitar una nueva batalla en la izquierda tras las elecciones generales, pero Podemos no le ha dado tregua. Ni su secretaria general, Ione Belarra, ni su líder histórico, Pablo Iglesias, que se ha desquitado en RAC 1, en dos intervenciones distintas en su propia televisión y en un artículo de opinión en CTXT, han respetado el llamamiento a dejar las armas. Buena parte del resto de fuerzas integradas en la confluencia que comanda Díaz reconocen las cesiones que han tenido que asumir, así como las heridas causadas en un proceso agónico y acelerado para unir el bloque. Sin embargo, todas repiten, sin fisuras, que ahora toca cerrar filas y dejar que PP y Vox, que no suman para gobernar, se desangren con sus propias peleas internas. “Lo importante es que la ultraderecha no gobierna”, es la consigna que repiten en bucle.

Iglesias, que se adelantó en la noche del domingo a Belarra, lanzó una severa advertencia por duplicado, leyendo su artículo en prensa, palabra por palabra, en uno de sus programas de televisión: “Si la falta de un acuerdo entre Junts y el PSOE impone una repetición electoral, Sumar no tendrá excusa para no convocar primarias y no podrá vetar a nadie”. Esto es, o Pedro Sánchez y Díaz logran que el partido de Carles Puigdemont se abstenga o los suyos no renunciarán a pelear por unas primarias que siempre reclamaron, que Díaz pospuso a la espera de que Podemos perdiera fuelle el 28-M (como, efectivamente, ocurrió) y exigirán unas primarias que todos dieron por imposibles ante lo apretado de los tiempos impuestos por el adelanto electoral.

Foto: Ernest Urtasun, Yolanda Díaz e Ione Belarra. (EFE/ Kiko Huesca)

Sumar ni siquiera ha constituido sus órganos de dirección y los morados cuestionan su legitimidad para representar a los 15 partidos que integran. Iglesias ya advirtió en la noche electoral de que los cinco diputados de Podemos estarán a las órdenes de su cúpula. En sus filas, avisan de que estos parlamentarios deben gozar de autonomía, como los comunes (5) o los diputados de Más Madrid (2), y el exvicepresidente del Gobierno también dejó caer que estos partidos, “que no son iguales”, “y seguramente” no estarán en el futurible Ejecutivo, difícilmente votarán “a favor de cada ley” junto a ERC, Bildu, PNV y BNG, sin que Junts vote en contra.

Mientras el equipo de Díaz resucita políticamente a Jaume Asens para que tienda puentes con Puigdemont, y asegura que lograrán un acuerdo que permita la investidura, los morados insisten en que ese entendimiento es enormemente complicado.

Foto: Alberto Núñez Feijóo y Cuca Gamarra en la Junta Directiva Nacional del PP en Génova. (EFE / J. P. Gandul)

Podemos ha pasado de tener 23 diputados en el anterior grupo parlamentario a contar con apenas cinco. En el nuevo grupo hay, incluso, más diputados con carné del PCE (6), el único partido en el que aún hoy milita Díaz. El papel de los morados está absolutamente desdibujado, e Irene Montero, vetada en las listas, no tiene margen para dar un golpe de efecto mientras haya esperanzas de reeditar la coalición.

Belarra e Iglesias han criticado el resultado obtenido, y han recordado que Sumar pierde más de 700.000 votos con respecto al “peor resultado” nunca logrado por Unidas Podemos, en las últimas elecciones. La debacle del 28-M, que arrasó a Podemos, no entra en su ecuación, como no entra en la que ofrece Díaz, al considerar los anteriores resultados de su espacio político como baremo para medir su desempeño electoral.

Foto: Yolanda Díaz e Ione Belarra. (EFE/Villar López)

La consigna es que Sumar es “un espacio nuevo”, que nunca se había presentado a las elecciones. Este mantra coexiste con el hecho de que Díaz ha sido diputada por Unidas Podemos desde 2016, y también con la llamada a reeditar el Gobierno, de cuyos logros presume Sumar, mientras insiste en venderse como una formación sin pasado, debutante este 23-J. Hasta ahora, la vicepresidenta segunda ha obviado los dardos de los morados, y en el conjunto del espacio hay malestar por la actuación de Podemos, pero insisten en que hoy no toca confrontar entre aliados.

Por eso intentan marcar el paso a Sánchez, llegando al punto de reclamarle un encuentro para abordar un acuerdo programático y el reparto de carteras ministeriales de un futurible Gobierno. El PSOE dilata los plazos, y deja que la derecha se reequilibre. En enero de 2016, la rueda de prensa en la que Iglesias reclamó varios ministerios fue duramente criticada. Sumar no ha aclarado cuántas carteras aspira a controlar, pero ha planteado la necesidad de discutir el reparto solo un día después de las elecciones. En el partido de Díaz advierten, incluso, de que no aceptarán direcciones generales o secretarías de Estado elevadas al rango formal de ministerios, pero carentes de competencias. Toca pasar página cuanto antes y evitar que sus propios aliados les marquen la agenda.

Yolanda Díaz quería evitar una nueva batalla en la izquierda tras las elecciones generales, pero Podemos no le ha dado tregua. Ni su secretaria general, Ione Belarra, ni su líder histórico, Pablo Iglesias, que se ha desquitado en RAC 1, en dos intervenciones distintas en su propia televisión y en un artículo de opinión en CTXT, han respetado el llamamiento a dejar las armas. Buena parte del resto de fuerzas integradas en la confluencia que comanda Díaz reconocen las cesiones que han tenido que asumir, así como las heridas causadas en un proceso agónico y acelerado para unir el bloque. Sin embargo, todas repiten, sin fisuras, que ahora toca cerrar filas y dejar que PP y Vox, que no suman para gobernar, se desangren con sus propias peleas internas. “Lo importante es que la ultraderecha no gobierna”, es la consigna que repiten en bucle.

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