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Siete partidos, pero dos bloques: los socios de Sánchez renuncian a la munición letal en el debate
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Debate a siete para las generales del 23-J

Siete partidos, pero dos bloques: los socios de Sánchez renuncian a la munición letal en el debate

Patxi López afirma que el PSOE nunca se abstendrá para permitir que Feijóo gobierne, mientras Gamarra se encara con Bildu y rechaza "lecciones" del partido de Arnaldo Otegi. Socialistas y Sumar asumen que se necesitan, el PP se escurre

Foto: Debate electoral de este jueves. (EFE/Kiko Huesca)
Debate electoral de este jueves. (EFE/Kiko Huesca)

Un híbrido entre sesión de control y pleno del Congreso de los Diputados retransmitido en prime time, con todos los temas comodín sobre la mesa. Y con los partidos nacionalistas disparando a las extremidades, y no a los órganos vitales del Gobierno saliente. PSOE y Sumar han cerrado filas en el debate televisado de este jueves, ante los dardos de PP y Vox contra los datos económicos y la credibilidad del Ejecutivo de coalición, y han cargado contra ellos por "sacar a pasear el fantasma de ETA". En mitad de las salvas, el portavoz del PSOE, Patxi López, rechazaba rotundamente una futurible abstención de los suyos si el PP gana las elecciones, y disparaba contra los pactos entre Partido Popular y Vox, que esquivaban la bala. Vox se reivindicaba como "voto útil", y Cuca Gamarra llegaba a afirmar que el PP gobernará en solitario tras el 23-J, ante la incredulidad de la portavoz de Sumar, Aina Vidal: "No se lo cree ni usted".

En esta batalla con ecos parlamentarios, el PP trataba de zafarse de Vox, y todos los aliados presumían de los logros que arrancaron al Ejecutivo, desde medidas sociales a los indultos a los presos del procés. Con todo, eran voladuras controladas, y la munición que empleaban no era letal. Era un debate a siete, pero en buena parte de sus movimientos funcionaban, más bien, como dos equipos; la caduca mayoría parlamentaria contra PP y Vox, a la que acusaban de querer forzar un retroceso democrático.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i); junto al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (d). REUTERS / Juan Medina TPX

En el extremo derecho del ring, la ley del solo sí es sí o el beneficio para "los okupas" que aprecian en la ley de vivienda han protagonizado algunos de los momentos más tensos del debate, en el que ERC o EH Bildu han disparado contra "el fascismo" de PP y Vox, pero también contra una coalición a la que le metían el dedo en el ojo a cuenta del feminismo o del sonado fracaso con la derogación de la ley mordaza. Y desmontaban su "triunfalismo" económico, antes de pasar a la madre de todas las disputas entre la coalición y sus socios en la Cámara Baja: la reforma laboral, que partió por completo a la mayoría parlamentaria.

Este jueves, RTVE acogió el único debate a siete de la campaña de las generales del 23-J, con la participación de los portavoces de todos los partidos políticos con grupo parlamentario propio en el Congreso de los Diputados. López, Gamarra, Iván Espinosa de los Monteros (Vox), Vidal, Gabriel Rufián (ERC), Aitor Esteban (PNV) y Oskar Matute (EH Bildu) se han ido enzarzando en un debate que ha ido cobrando intensidad conforme saltaban entre bloques temáticos.

Foto: Los representantes de Vox, ERC, PNV y EH-Bildu, en el debate a siete. (EFE/Kiko Huesca)

Si en el apartado económico mantuvieron las formas —más allá de acusarse mutuamente de trilerismo con los números—, Gamarra enmendó la plana al Gobierno, acusándolo de haber dejado el país "peor" que como estaba hace cinco años. Vidal aprovechaba su primer turno para aludir a los 28 asesinatos machistas de 2023, el elefante en la habitación, toda vez que las posiciones de Vox ante la violencia machista persiguen al PP a cuenta de sus pactos.

En general, el feminismo estaba muy poco presente en el debate, en el que Rufián reivindicaba la figura de Irene Montero, siempre incómoda para Sumar, y Vidal hacía lo propio al reconocer su orgullo por la labor de la ministra de Igualdad. Sus recetas para frenar la subida de las hipotecas o para abaratar la cesta de la compra eran tildadas de "cartillas de racionamiento" por Espinosa de los Monteros, que también deslizaba que los inmigrantes son responsables del aumento de la criminalidad, y pedía subir penas de cárcel. "Es fascismo decir que los violadores son de fuera", reprochaba el portavoz de ERC. "Me parece terrible que eche gasolina, marcando a determinados colectivos", respondía Esteban. No solo sonaba como el hemiciclo, olía al hemiciclo.

Foto: Otegi, Junqueras y Rufián. (EFE/Javier Zorrilla)

Aquí, sin embargo, Espinosa se sacaba un as de la manga y mostraba una lista con los supuestos nombres de los 117 agresores sexuales que se han visto excarcelados por la ley del solo sí es sí. "Sánchez pasará a la historia como el presidente del Gobierno que aprobó una ley que ha beneficiado a violadores y pederastas", dijo Gamarra. Y por ayudar "a okupas", y no "a gente buscando empleo".

Todos y cada uno de ellos habían venido a vender su libro. Rufián aludía al "presunto delincuente en Abu Dabi", en referencia al Rey emérito; Esteban trataba de seguir su propio guion, reivindicándose como guardián del respeto a las competencias autonómicas. Y, si PSOE y Sumar asumían que solo podrán reeditar el Gobierno unidos, y Vidal y López se dedicaban algunos gestos de complicidad, Gamarra insistía: "España no puede depender de los extremos, lo que ha hecho el sanchismo es impulsar los pactos negativos". "Yo prefiero a Frankenstein que a Drácula, nos chuparíais la sangre", ironizaba Rufián, en referencia al pacto PP-Vox, que dan por hecho.

Foto: Gamarra (centro), posa junto a Patxi López (izquierda) y Espinosa de los Monteros (derecha) antes del debate. (Kiko Huesca/EFE)

"Sé que te sienta mal no haber votado una reforma laboral que ha generado empleo", cargaba López contra el portavoz de ERC. Rufián no hacía sangre, como tampoco la hizo cuando el socialista contestó con un escueto "lo hablaremos" a su exigencia de aumentar el número de días trabajados para encarecer el despido. Gamarra acusaba a los nacionalistas, al PSOE y a Sumar de buscar un referéndum de autodeterminación en Cataluña: "Estamos radicalmente en contra de la independencia y de 'una, grande y libre", se escurría López.

La tensión escalaba hasta máximos cuando Espinosa sugería que Matute pudo estar "involucrado" en "alguno de los asesinatos de la banda terrorista ETA, y cuando le preguntaba dónde estaba 26 años atrás, cuando mataron a Miguel Ángel Blanco. "Yo estaba en una vigilia en Ermua, pidiendo la libertad de Miguel Ángel Blanco". "Usted representa el brazo político de ETA (...) Todos ustedes son brazo político de ETA", insistía el de Vox. Gamarra, por su parte, rechazaba "lecciones" democráticas de Bildu: "No será el notario de nuestra democracia". El guion era casi idéntico al de una sesión de control, aunque estaban en pleno ecuador de la campaña electoral.

Un híbrido entre sesión de control y pleno del Congreso de los Diputados retransmitido en prime time, con todos los temas comodín sobre la mesa. Y con los partidos nacionalistas disparando a las extremidades, y no a los órganos vitales del Gobierno saliente. PSOE y Sumar han cerrado filas en el debate televisado de este jueves, ante los dardos de PP y Vox contra los datos económicos y la credibilidad del Ejecutivo de coalición, y han cargado contra ellos por "sacar a pasear el fantasma de ETA". En mitad de las salvas, el portavoz del PSOE, Patxi López, rechazaba rotundamente una futurible abstención de los suyos si el PP gana las elecciones, y disparaba contra los pactos entre Partido Popular y Vox, que esquivaban la bala. Vox se reivindicaba como "voto útil", y Cuca Gamarra llegaba a afirmar que el PP gobernará en solitario tras el 23-J, ante la incredulidad de la portavoz de Sumar, Aina Vidal: "No se lo cree ni usted".

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