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Vox intenta sacar partido de la jugada de Sánchez y fuerza el choque con el PP antes de las urnas
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CICLO ELECTORAL

Vox intenta sacar partido de la jugada de Sánchez y fuerza el choque con el PP antes de las urnas

La formación ultraconservadora abona la teoría de que Feijóo está más cerca del PSOE de lo que dice, con la negociación por el CGPJ como ejemplo. Abascal exigió esta semana que rompa con los socialistas europeos

Foto: Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal. (EFE/Kiko Huesca)
Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal. (EFE/Kiko Huesca)
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Nada o casi nada escapa al cálculo electoral en este momento. Y la última maniobra de Pedro Sánchez, que continuará en la Moncloa tras amagar con su dimisión, brinda a Vox una nueva oportunidad para marcar perfil frente al PP y alimentar su particular pulso antes de las elecciones catalanas y europeas. La formación ultraconservadora intenta aprovechar la polémica y abona la teoría de que Alberto Núñez Feijóo y el PSOE, pese a la espiral de crispación, mantienen una relación de complicidad y cercanía en muchos asuntos trascendentales, como la negociación para el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), en punto muerto ahora.

Santiago Abascal compareció este lunes, dos horas después del anuncio de Sánchez, para denunciar la deriva totalitaria del Gobierno. "Lo peor está por llegar", dijo. Pero el PP, tercero en discordia, se cruzó en su discurso casi de forma natural. El líder de la formación ultraconservadora exigió a los populares una ruptura total de cualquier pacto o contacto con los socialistas, con Europa como escenario de la próxima contienda. Incluso rechazan participar en las manifestaciones convocadas por los populares contra el Ejecutivo hasta que cumplan su reclamación.

No es una novedad. Vox, aunque comparte consejo de Gobierno con el PP en varias comunidades, ha situado a Feijóo en sus antípodas, como uno más de lo que denomina el "consenso progre". En Bambú repiten en público y en privado que el discurso de sus socios es tibio, cuando no incoherente. Los contactos con JxCAT para la investidura de Feijóo, el acuerdo con el PSOE para reformar el artículo 49 de la Constitución o la negociación para desbloquear el CGPJ, aunque los populares rechazan un acuerdo ahora, son algunos de los ejemplos.

"En este escenario extremo, provocado por un aprendiz de tirano, es exigible a la dirección nacional del Partido Popular que rompa toda negociación, muy especialmente en el Consejo General del Poder Judicial, y que rompa cualquier tipo de acuerdo con el Gobierno de Pedro Sánchez. Que se sume a la denuncia nacional e internacional que Vox lleva haciendo mucho tiempo en solitario y que se comprometa a romper de una vez por todas la alianza, hoy vigente, entre el Partido Popular y el Partido Socialista en Europa", declaró Abascal en su intervención, sin aceptar preguntas de los periodistas, igual que Sánchez en la suya.

Foto: Santiago Abascal, en la tribuna del Congreso. (EP/Eduardo Parra)

Dos prioridades

Las elecciones europeas del 9 de junio son una prioridad absoluta para Vox. El partido, como sus aliados, considera que la derecha tradicional ha muerto y que el Partido Popular Europeo se ha entregado a la izquierda y su discurso, sin librar siquiera ninguna de las batallas. La formación ultraconservadora cuida a conciencia su agenda internacional desde haces años y ha tejido una profusa red en torno al grupo de Conservadores y Reformistas (ECR), donde se ubican otros líderes ultraderechistas como Giorgia Meloni, Matteo Salvini o Marine Le Pen. Todos comparten argumentario en temas como la inmigración o el cambio climático.

El VIVA 24, programado para el 18 y el 19 de mayo, es la puesta de largo de Vox y su estrategia para Europa. El partido presentará su programa en el macroevento, que se celebrará en el Palacio de Vistalegre, junto a la derecha dura internacional. Si bien la agenda no se ha confirmado todavía, la cúpula estará rodeada de figuras como Javier Milei, Viktor Orban, la citada Meloni o Donald Trump, que participó el año pasado y ha estrechado sus lazos con Abascal. Asistirán de forma presencial o telemática, según su disponibilidad. Europa es la gran apuesta para recuperar el terreno perdido y sobreponerse de los últimos fiascos y terremetos en la formación, con el riesgo de quedarse atrás en la comparación con sus socios, ya en una posición dominante y de poder en sus respectivos países.

Foto: Ignacio Garriga y Santiago Abascal. (Europa Press/Lorena Sopêna)

La primera prueba, no obstante, será en Cataluña. Las expectativas de Vox para las elecciones del 12 de mayo también son elevadas y el punto de partida es muy similar. Fuentes del equipo de Ignacio Garriga, candidato y secretario general del partido, explican que el objetivo es consolidar su liderazgo de la oposición como primera fuerza constitucionalista por encima del PP, aunque consideren que el concepto del constitucionalismo está algo manido y vacío de contenido. La formación ultraconservadora, que espera mantener al menos sus 11 diputados, ignora las encuestas y prevé un nuevo pinchazo de Alejandro Fernández.

Vox defiende que el PP no ha sido todo lo contundente que podría en Cataluña y le acusa de alimentar en cierto modo el monstruo del separatismo. Las fuentes consultadas critican que los populares "no defienden lo que deben" e incluso plantean la posibilidad de una oferta en firme para gobernar en coalición con Salvador Illa. El equipo de Garriga, que califica al PSC como "Partido Separatista Catalán", usa el ejemplo de Jaume Collboni en el Ayuntamiento de Barcelona para advertir de lo que puede ocurrir. "Es perfectamente posible, no hay más que recordar qué ofrecía Feijóo en la campaña de las generales", apuntan. Ese pacto parece improbable con el clima de crispación actual, aunque es cierto que Génova, como informó este diario, aspira a ser decisivos en la formación de Gobierno.

Nada o casi nada escapa al cálculo electoral en este momento. Y la última maniobra de Pedro Sánchez, que continuará en la Moncloa tras amagar con su dimisión, brinda a Vox una nueva oportunidad para marcar perfil frente al PP y alimentar su particular pulso antes de las elecciones catalanas y europeas. La formación ultraconservadora intenta aprovechar la polémica y abona la teoría de que Alberto Núñez Feijóo y el PSOE, pese a la espiral de crispación, mantienen una relación de complicidad y cercanía en muchos asuntos trascendentales, como la negociación para el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), en punto muerto ahora.

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