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"Yo me tiro por la ventana": España afronta nuevas elecciones en plena fatiga política
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La rave de la democracia

"Yo me tiro por la ventana": España afronta nuevas elecciones en plena fatiga política

La convocatoria de elecciones generales anticipadas al día siguiente de unas autonómicas y municipales pone al límite la saturación política de los españoles tras una década de inflación electoral e informativa

Foto: El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Nacho Gallego)
El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Nacho Gallego)

Los grupos de WhatsApp no engañan. Primeras reacciones al adelanto electoral en el teléfono de este periodista: "¡No me jodas!". Emoticono de calavera con cara de horror. "¡YO ME TIRO POR LA VENTANA!". "Estoy hasta los cojones ya".

No busquen ustedes en sus móviles mensajes del tipo "¡Qué ilusionante una nueva campaña electoral a cara de perro! ¡Nada me puede apetecer más!", porque no los van a encontrar (quizá salvo que usted se llame Alberto Núñez Feijóo).

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la declaración institucional en la Moncloa. (EFE/Moncloa/Pool/Borja Puig de la Bellacasa)

La participación (63,91%) en las elecciones de este domingo bajó un punto respecto a hace cuatro años. Es la tercera cifra más baja en unas locales/autonómicas. ¿Se pueden sacar grandes conclusiones sociológicas sobre la caída? No. Más perceptible y (subjetivo) es el hastío de familiares y amigos cuando Pedro Sánchez anunció el adelanto de las generales (23 de julio) horas después de otras elecciones.

¿Se nos está empachando la rave de la democracia? ¿De dónde viene un hartazgo que, a nivel electoral, parece afectar hoy más a la izquierda? Habla el político Daniel Guisado sobre el ciclo largo del desencanto político: del 15-M y el boom de la nueva política, a ir a votar arrastrando los pies.

"Ha caído el interés por las noticias políticas"

El 15-M generó toda una generación política nueva. Con un tipo de interés, participación y visión de la política diferente a las generaciones pasadas. Sin embargo, el 15-M queda lejos y ya hay nuevas generaciones que han cristalizado sus opiniones y visión con la izquierda gobernando. Esto implica cosas muy distintas a la generación pasada, que vio crisis y recortes bajo gobiernos de derechas. El ciclo 2015-2018 en buena medida generó apatía a mucha gente que puso esperanzas en el cambio y en la nueva política. Se quemaron muchas ilusiones a pasos gigantes, porque todo cambiaba a pasos gigantes (ya no recordamos que en dos años PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos estuvieron encabezando las encuestas). Hoy la política aparece otra vez como problema y no solución: pandemia, hartazgo, crisis, inflación, expectativas incumplidas”.

Ahora bien: ¿de qué hablamos cuando hablamos de hartazgo político? “Más que de fatiga política, yo hablaría de fatiga con un tipo de política determinada: la de la confrontación permanente con el rival, en lugar de la exposición de propuestas sobre los problemas que afectan a la gente”, cuenta Fernando Vallespín, catedrático de Ciencia Política y de la Administración de la UAM.

'No news'

Ahora que no hay política sin comunicación, la fatiga ciudadana tiene implicaciones sobre el ciclo informativo.

Según el último informe del Instituto Reuters relativo a los medios españoles, "por primera vez hay más escépticos (39%) que personas que confían en las noticias (32%). Esto afecta a todos: ningún medio cuenta con la confianza de más del 50%. Las explicaciones incluyen la fatiga de la pandemia y la polarización política y mediática, intensificada por tres elecciones regionales anticipadas de importancia nacional".

Hablamos con Eduardo Suárez, director editorial del Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo de la Universidad de Oxford:

1) “La caída del interés por las noticias es en gran medida una caída en el interés por las noticias políticas en particular. Tiene que ver con el final de la efervescencia que vimos en torno a 2014-2017 con la emergencia de los nuevos partidos, el procés en Cataluña y el ascenso al poder de la izquierda. El escalón más grande se da entre 2018 y 2020 (del 83% al 69%). Es decir, en el momento del gran bloqueo político de 2019, con dos generales seguidas. Luego, de 2021 a 2022, vuelve a caer el interés, quizá por polarización y pandemia (del 67% al 55%)".

"Sánchez quería ahorrarse seis meses de agonía escuchando el tsunami del PP y los reproches del PSOE. Pero no significa que vaya a perder"

2) "A la vez que ha caído el interés, ha crecido el porcentaje de personas que evitan las noticias a propósito. Del 26% en 2017 al 35% en 2022. A la vez que esto ocurría, caía la confianza en las noticias: del 51% en 2017 al 32% en 2022”.

Hace calor

¿Otra campaña electoral crispada podría aumentar el desafecto? "Nuestros datos sugieren que ese desinterés por las noticias y por la información política en particular es aún mayor en 2023 que en 2022. Es imposible predecir la influencia de noticias concretas. Pero es muy probable que algunos elementos del ambiente político y mediático estén ahondando en ese desinterés: la creciente polarización afectiva de las elites, los insultos a la prensa de algunos actores políticos, el partidismo de medios y periodistas", zanja Suárez.

Foto: Pablo Iglesias. (EFE/ J.P.Gandul)

“La fatiga puede afectar a la participación el 23-J, claro. De momento, solo sabemos que hay un votante más motivado que otro a salir a votar: el de la derecha. Porque vota contra un Gobierno que no le gusta. Su coste de voto es inferior al de aquellos que ni odian ni aman al Gobierno. Sumado a julio y a votar tras dos meses de unas elecciones, las del domingo, es posible que la participación se hunda. Pasó en 2016 y 2019. Sin embargo, ahí fue por la repetición (votar algo dos veces) y no por la frecuencia (votar municipales y luego generales). Por tanto, es posible que la gente no perciba estas elecciones como "más de lo mismo" y sí salga a votar. Sobre todo si el marco es epocal (una elección importante percibida) y la gente se motiva para votar contra lo que hay al otro lado”, razona Guisado.

"Hoy la política aparece otra vez como problema y no solución: pandemia, hartazgo, crisis, inflación, expectativas incumplidas"

A Vallespín, presidente del CIS entre 2004 y 2008, le preocupan dos posibles derivadas fatigosas de la convocatoria estival: la canícula y el correo. “Entiendo que Sánchez busca la movilización de la izquierda con la convocatoria exprés, pero acercarte a votar a la plaza del pueblo con 40 grados puede ser un problema. Por otro lado, como muchos ciudadanos estarán de vacaciones, aumentará el voto por correo, puesto bajo sospecha estos días en Melilla y Mojácar —Isabel Díaz Ayuso ha llegado a hablar de fraude—. Es decir, el 23-J puede activarse un debate inquietante sobre la fiabilidad del sistema. O cuando más que fatiga política, lo que hay es fatiga democrática”.

En 2019, hubo dos elecciones generales en siete meses, además de unas municipales/autonómicas. En 202,3 no se debería batir ese récord… siempre y cuando, claro, el resultado del 23-J sea concluyente y no haya repetición electoral a final de año. Si pasa eso, quizá los electores comiencen a tirarse por las ventanas en serio.

Ahora bien, el adelanto electoral también podría interpretarse al revés, como una manera de ahorrarnos una precampaña crispada hasta diciembre. Visto con un poco de cinismo, el anticipo sería un ¿último? servicio a la patria (y a la salud mental de los españoles) de Pedro Sánchez. "El presidente del Gobierno quizá quería ahorrarse seis meses de agonía escuchando el tsunami del PP y los reproches internos en el PSOE. Pero esto no significa necesariamente que vaya a perder las elecciones: el PP tampoco lo tiene fácil para lograr la absoluta", zanja Vallespín.

¿Esto acaba de empezar?

Los grupos de WhatsApp no engañan. Primeras reacciones al adelanto electoral en el teléfono de este periodista: "¡No me jodas!". Emoticono de calavera con cara de horror. "¡YO ME TIRO POR LA VENTANA!". "Estoy hasta los cojones ya".

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