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"Estamos asqueadas": desgarro entre las feministas del PSOE por el caso Mediador
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A LAS PUERTAS DEL 8-M

"Estamos asqueadas": desgarro entre las feministas del PSOE por el caso Mediador

El partido trata de revertir el daño a su perfil abolicionista mientras se extiende el malestar en el sector feminista por la gestión de la crisis. Tensiones que han alimentado viejas rencillas

Foto: Mesa redonda sobre feminismo con la participación de varias dirigentes socialistas en el 40 Congreso Federal del PSOE. (EFE/Biel Aliño)
Mesa redonda sobre feminismo con la participación de varias dirigentes socialistas en el 40 Congreso Federal del PSOE. (EFE/Biel Aliño)
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El caso Mediador ha generado una fuerte indignación dentro del grupo socialista, pero también ha hecho aflorar un malestar que viene de atrás dentro del sector feminista del partido. Por la derivada de la prostitución en la trama, que mancha el perfil abolicionista de la formación y sitúa una de sus banderas en una crisis de reputación a escasos días del 8-M, así como por episodios de tensiones internas entre este sector y algunos compañeros de escaño. Viejas y nuevas tensiones. "Estamos asqueadas", resume una diputada socialista que reconoce "bastantes problemas con las feministas del grupo".

El último, por el señalamiento en varios medios de comunicación a compañeras relacionándolas con el escándalo. El mediador que da nombre al caso, Antonio Navarro Tocoronte, se refirió a varias de estas parlamentarias asegurando que habían asistido a cenas con miembros de la trama. Convites como el que relata el sumario en el restaurante Ramsés de la capital. Con el fantasma del fuego amigo de fondo, algunos integrantes del grupo presionaron a la dirección, sin éxito en un primer momento, para salir a desmentirlo e identificar oficialmente a quienes sí hubieran asistido. Una petición a la que acabó accediendo Ferraz ayer, cuando confirmó a este diario el nombre de cinco parlamentarios. Antes de ello, en el entorno de una de las señaladas protestaban lamentando que "están dejando a los pies de los caballos a compañeras que nada tienen que ver".

Foto: Declaración judicial de Juan Bernardo Fuentes Curbelo, alias Tito Berni.

Las resistencias a hacer pública la lista de diputados generó recelos y alimentó viejas rencillas. Algunos llegaron a cuestionar si había algo que esconder y otros criticaron la mala gestión comunicativa. El sumario de la causa detalla que las juergas donde se pagaban las comisiones a cambio de facilitar negocios y adjudicaciones públicas acababan en burdeles. El hecho de que el conseguidor de la trama registrase todo en su móvil, incluyendo miles de fotografías, mensajes de WhatsApp y audios, desató la psicosis interna.

La primera directriz fue que los diputados señalados anunciasen que acudirían a los tribunales, pero sin negar su asistencia a cenas con la trama. Otro cuestiona que faltó "firmeza para cohesionar al grupo y defender una posición", reconociendo esta marejada interna. "Es verdad que todo el mundo sabía quién había ido a la cena y quién no. Se dice y no pasa nada, si se ha limitado a eso, lo que no puedes es tener al grupo contaminado", explica.

Las aclaraciones por parte de la dirección acabaron llegando, pero cuando ya se había extendido el malestar entre las feministas. Antes de ello se había amenazado con una suerte de rebelión interna para que se debatiese en la reunión del grupo parlamentario del próximo martes este asunto, intentando forzar a que se confirmasen los nombres y se atajasen así las especulaciones.

Foto: El sobrino del Tito Berni, Taishet Fuentes, con Pedro Sánchez en un acto de partido.
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El desgaste del caso Mediador preocupa en el PSOE por sus efectos electorales y, entre las feministas del partido, también por el daño a su perfil abolicionista. Las sospechas y los nervios que se generaron por el hecho de que pudiese haber más implicados en la trama —un extremo que la dirección descarta al limitar el caso al exdiputado Juan Bernardo Fuentes Curbelo—, se han cruzado con acusaciones de falta de entusiasmo respecto al impulso de la abolición de la prostitución. Una de las diputadas, impulsora en el pasado de estas posiciones, recuerda que algún compañero lanzaba burlas, a sus espaldas, tildándolas como "policía de la moral".

"Igual ahora se pueden entender los cuchicheos de algunos cuando defendíamos la abolición", lamentan estas mismas fuentes deslizando ciertas resistencias e, incluso, intentos de suavizar su posición. Desde el partido han tratado de mantener firmeza y, al igual que se asegura que según sus averiguaciones no hay más implicados en la trama ni que participasen en las fiestas con mujeres prostituidas, como relata el sumario, avanzan que expulsarán "a cualquier otro diputado o diputada que haya podido cometer actos de esta naturaleza".

Fuentes parlamentarias incidían en que "si alguno se ha ido de fiesta con él [en referencia al exdiputado Fuentes Curbelo], que se despida del acta, porque en este partido no caben puteros". La línea roja para las expulsiones se sitúa así en la prostitución, apartando de sus filas a quien haya podido ser cliente de servicios sexuales.

Foto: El exdiputado nacional del PSOE Juan Bernardo Fuentes. (EFE/Ramón de la Rocha)

El 40 Congreso Federal del PSOE aprobó que se impulsaría en esta legislatura una norma para abolir la prostitución: se ponía el foco en sancionar al cliente y a los proxenetas y se recuperaba también la tipificación penal de la tercería locativa. La ley entró en el Congreso en julio del pasado año y ahora mismo se encuentra en tramitación parlamentaria, a la espera del informe en la Comisión de Justicia. Según fuentes del grupo socialista, su avance antes de que remate la legislatura depende de que se obtengan los apoyos necesarios, para lo que están en conversaciones con otros grupos. Aunque cuenta con el apoyo del PP, los socialistas buscan un acuerdo con sus socios de Gobierno. Unidas Podemos ya se dividió en el voto, por la posición de En Comú Podem favorable a la regulación en lugar de la abolición.

La sacudida del caso Mediador en la bandera feminista del PSOE coincide en un momento en que los socios de la coalición han llevado a las máximas cotas su disputa por quién representa más a este movimiento. Parte del pulso entre el sector socialista del Gobierno y el Ministerio de Igualdad, que lidera la dirigente de Podemos Irene Montero, por la reforma de la ley del solo sí es sí, tiene como trasfondo este pulso, que es también una batalla por el voto feminista. Este sábado, tanto socialistas como morados celebrarán actos relacionados con el 8-M.

El PSOE lo hará con el cartel de Pedro Sánchez, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, la secretaria de Igualdad del PSOE y diputada, Andrea Fernández, la exministra Bibiana Aído o la exvicepresidenta Carmen Calvo. Podemos lo hará de la mano de la ministra de Igualdad, Irene Montero, y la líder del partido y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra. A las puertas del 8-M, una celebración a la que el movimiento feminista llega dividido por la ley trans o el choque partidista por la reforma de la ley del solo sí es sí, se suma un escándalo con una derivada de prostitución dentro de la formación que precisamente más ha impulsado las tesis abolicionistas.

El caso Mediador ha generado una fuerte indignación dentro del grupo socialista, pero también ha hecho aflorar un malestar que viene de atrás dentro del sector feminista del partido. Por la derivada de la prostitución en la trama, que mancha el perfil abolicionista de la formación y sitúa una de sus banderas en una crisis de reputación a escasos días del 8-M, así como por episodios de tensiones internas entre este sector y algunos compañeros de escaño. Viejas y nuevas tensiones. "Estamos asqueadas", resume una diputada socialista que reconoce "bastantes problemas con las feministas del grupo".

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