Génova ve al PSOE "atrapado" por el caso Mediador: "Con Tito Berni, barremos"

"Hagan lo que hagan, nos van a hacer la campaña". El Partido Popular se está frotando las manos con el estallido de la operación Mediador. Las derivadas del caso se multiplican casi al ritmo que crecen las sospechas sobre otros cargos del PSOE presuntamente vinculados a la trama de corrupción orquestada por el exdiputado socialista Juan Bernardo Fuentes Curbelo. El calendario corre en contra de Pedro Sánchez y el PP no desperdiciará el tiro. Génova ya ha puesto en marcha una ofensiva nacional, con la comisión de investigación parlamentaria como gran estandarte de batalla, pero instruirá también a los territorios para explotar el discurso de la "corrupción del PSOE" de aquí a mayo. "Con Tito Berni, barremos", reiteran. Solo quedan tres meses para que se abran las urnas.

En la dirección de los populares cuentan con trackings internos que avalan cómo la trama puede tener un serio impacto en la bolsa de votos del PSOE. Y no solo en Canarias. En el PP, tienen la sospecha de que al caso le quedan aún muchas aristas que podrían salpicar a los socialistas en otras regiones. "Lo relevante aquí es que el centro de operaciones de una trama corrupta era el Congreso. Y puede ser una forma de trasladar a futuros clientes que los tratos no solo podían hacerse con Canarias, sino también con otros territorios", analizan en la dirección del Grupo Popular.

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La cocina demoscópica del primer partido de la oposición funciona ya a pleno rendimiento. Guiado por sus encuestas internas, el PP se lanzó en las últimas semanas a atraer al importante nicho de votantes que, a su juicio, había quedado huérfano por las cesiones del PSOE a Podemos con la ley del solo sí es sí o la ley trans. Con el caso Mediador, pasa algo parecido. Génova ha olido la sangre, e instruirá a candidatos municipales y autonómicos para agitar la trama en su terreno, especialmente en territorios como Aragón o Valencia, donde los populares atisban una mayor "sensibilidad" en el caso del conseguidor socialista.

"El PSOE tiene un problema nivel leyenda", sintetizan en la dirección nacional del PP, donde aún recuerdan con cierto resquemor las consecuencias electorales de la corrupción. El estallido del caso Gürtel se llevó por delante a Mariano Rajoy en 2018 y, posteriormente, el PP obtuvo el peor resultado de la historia en unas elecciones generales, con 66 escaños. En Génova, atisban que las tornas han cambiado, y han salido a morder. Los populares han movido ficha, registrando una comisión de investigación en el Congreso de los Diputados. En el texto, los populares elevan el caso e implican a Pedro Sánchez, al que instan a "asumir responsabilidades políticas" por su triple condición como presidente del Gobierno, secretario general del PSOE y líder del Grupo Parlamentario Socialista.

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La dirección parlamentaria, comandada por Cuca Gamarra, inició este miércoles una ronda de contactos con diferentes grupos parlamentarios para intentar atraer a los aliados habituales del Gobierno al sí y que la comisión vea la luz. Tanto ERC como Compromís manifestaron el martes su intención de apoyar "cualquier iniciativa" que ayude a aportar transparencia en un caso que ha encendido las alarmas en Ferraz. Fuentes de los republicanos aseguran no haber cambiado de opinión, si bien estudiarán el texto del registro antes de decidir el sentido de voto.

En principio, además de sus 88 votos, el PP contaría con el voto asegurado de Vox (52), Ciudadanos (9) y parte del Grupo Mixto (4) —entre los que se encuentran Foro, UPN y Pablo Cambronero, díscolo de Cs—. En total, 153 síes. Los populares intentarían sumar a ERC (13) y Compromís (1). 167. Y en principio no descartan que, llegado el momento, Coalición Canaria, JxCAT o PDeCAT virasen también al sí. Suma suficiente. Ese es el cálculo más optimista, pero fuentes parlamentarias de los populares creen que Sánchez maniobrará antes con sus socios para frenar la comisión de investigación.

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Los populares apuntan que, si es "ágil", el PSOE tiene dos vías para evitar que la comisión prospere. Por un lado, tratar de "taponar la herida" promoviendo motu proprio alguna iniciativa parlamentaria que ayude a apaciguar los ánimos de sus aliados, que exigen a los socialistas "explicaciones" sobre la trama. "Podrían acelerar las comparecencias de los ministros, y con eso callar a sus socios", un gesto que, a juicio del PP, podría alejar a partidos como ERC o Compromís de su petición. Este miércoles, el presidente de Unidas Podemos en el Congreso, Jaume Asens, avanzaba en TVE que los morados no descartaban apoyar una comisión de investigación sobre el escándalo de Tito Berni, pero advertía al mismo tiempo: "No vamos a hacerle el juego al PP".

En Génova asumen que las posibilidades de que prospere la iniciativa son "pocas", pero, si lo hace por la "presión social y mediática", los socialistas tendrían aún forma de que la comisión no se celebrase. Incluso aunque reciba el plácet del hemiciclo, corresponde a la Mesa del Congreso —donde PSOE y UP tienen mayoría— que la comisión se constituya y comiencen los trabajos parlamentarios. Y hay precedentes. Por ejemplo, la investigación aprobada hace meses por la operación Cataluña continúa guardada en un cajón.

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En cualquier caso, las fuentes populares consultadas aseguran no estar "preocupadas" por las posibilidades de éxito de su comisión de investigación porque "el daño ya está hecho". Haga lo que haga el PSOE, añaden, será un win win para Feijóo: si obstaculizan las pesquisas parlamentarias, "trasladarán la imagen de que tienen algo que ocultar". Y si siguen adelante y colaboran, todo el foco mediático se situará sobre ellos. "Sánchez está atrapado", zanjan. Por el momento, la Mesa del Congreso deberá calificar el trámite el próximo martes 7 de marzo, y llegaría a la Junta de Portavoces a la semana siguiente, el martes 14. Este órgano decidirá si eleva la aprobación de la investigación al pleno de la siguiente semana. Si no hay obstáculos, sus señorías decidirían sobre el trámite el próximo 23 de marzo.