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La reconciliación imposible: el feminismo llega dividido al 8-M por las leyes de Montero
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Fruto de la división en el Gobierno

La reconciliación imposible: el feminismo llega dividido al 8-M por las leyes de Montero

Por segundo año, dos manifestaciones distintas recorrerán Madrid el Día de la Mujer. La reforma del sí es sí polariza como en su día lo hizo la ley trans: "Es un instrumento jurídico para rebajar las penas de los violadores"

Foto: Irene Montero, en la manifestación del 25-N. (EFE/Fernando Villar)
Irene Montero, en la manifestación del 25-N. (EFE/Fernando Villar)
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Si el Gobierno se ha partido en dos con la reforma del sí es sí, el movimiento feminista, mucho más difícil de abarcar y acotar, replica, casi de la misma forma, esta división. Buena parte de las organizaciones que en su día ya se enfrentaron a cuenta de la ley trans, que generó un enorme debate en la coalición —Carmen Calvo acaba de ser sancionada por ser la única socialista en abstenerse—, confrontan ahora en un esquema similar. Y el Día Internacional de la Mujer las pondrá ante el espejo. Por segundo año consecutivo, Madrid y otras ciudades acogerán este 8-M dos manifestaciones independientes, convocadas por colectivos separados por diferencias de hondo calado, ahora también sobre cómo abordar el problema de las rebajas de penas para agresores sexuales.

Unas describen a las contrarias como una suerte de submarino de las políticas de Irene Montero; las otras tildan de "tránsfobas" a las primeras. La Comisión 8-M, convocante desde hace años de la gran marcha del Día Internacional de la Mujer, se alinea con las tesis que abandera el Ministerio de Igualdad, aunque sus integrantes rehúyen del esquema que enfrenta a "feministas de Podemos" con "feministas del PSOE". "No somos nosotras quienes miramos a los partidos, es al revés”, defiende Patricia, de la Comisión 8-M. Su ejemplo: "El PSOE tiene más votos que Podemos, pero en nuestra manifestación hay muchísima más gente que en la que se identifica con las socialistas". Según la Delegación del Gobierno, a su marcha asistieron 50.000 personas en 2022, frente a las 6.000 que participaron en la protesta convocada por el Movimiento Feminista de Madrid.

Foto: Pedro Sánchez durante su entrada al Consejo Europeo en Bruselas. (EFE/Stephanie Lecocq)

Raquel forma marte de Juventudes Feministas y habla en nombre del Movimiento Feminista de Madrid cuando asegura que la marcha principal, "convocada por el mismo Gobierno o Unidas Podemos", está "a favor de la prostitución, de la pornografía y los vientres de alquiler". "Están en contra de la teoría feminista, aunque ellas se consideren feministas", resume. Recurriendo al trazo grueso, este colectivo está más alineado con las tesis del PSOE, y hoy las dos convocantes escenifican, de nuevo, la disputa que ya libraron a cuenta de la ley trans: las primeras estaban a favor de esta norma de Igualdad y hoy se posicionan contra la receta del PSOE para modificar el sí es sí, mientras que las segundas se opusieron a la ley trans y ven con mejores ojos la fórmula de los socialistas.

Y hay un número importante de organizaciones del feminismo considerado clásico, también más alineado con las posiciones del socio mayoritario del Gobierno, que han secundado el diagnóstico de la Asociación de Mujeres Juristas Themis. Su presidenta, Pino de la Nuez, recuerda a El Confidencial que ya manifestaron su pesar "por la rebaja de las penas mínimas" durante la tramitación de la norma, y se muestra favorable a la receta del PSOE para volver a subirlas. "Deja el consentimiento como está", zanja. Además, defiende que la ley cuenta con "aspectos muy buenos y positivos", y pide actuar cuanto antes para acabar con las rebajas de penas. De hecho, pese a las diferencias entre las propuestas de ambos partidos, sostiene que es posible llegar "a un punto de encuentro" a nivel jurídico; en lo político no quiere entrar. "Se lo exigimos la sociedad civil al poder legislativo, no solo al Ejecutivo". "Si no evitamos la sensación de impunidad, mal vamos", abunda.

Foto:  La ministra de Igualdad, Irene Montero, durante el pleno del Senado. (EFE/Kiko Huesca)

Los dos colectivos convocantes de las manifestaciones del 8-M son solo una parte de los cientos de organizaciones, a menudo asamblearias, sin registros claros de integrantes, sin una única cara que las represente. Son activas en las redes sociales, a menudo alternando distintas denominaciones entre cada uno de los perfiles. Sin ir más lejos, la Comisión 8-M se identifica con el usuario "@feminismosmadrid" en Instagram, pero en Twitter se denomina "@HuelgaFeminista".

A menudo es difícil saber hasta qué punto es representativa cada una de las organizaciones. "Hay asociaciones que no existen como tal, o las integran personas que ya están en otra asociación", abundan. En otros casos, distintas organizaciones se retroalimentan entre sí. A finales de la semana, Ecologistas en Acción, una organización ecologista consolidada y con estructura en todo el territorio, se adhirió a un manifiesto secundado por más de 200 organizaciones, la inmensa mayoría difíciles de discriminar por tamaño o representatividad. El texto reproduce los argumentos de Igualdad, y aboga por garantizar que el consentimiento sigue en el centro de la norma. Hay organizaciones que defienden las tesis contrarias, y que dicen representar a decenas de colectivos, si bien es casi imposible discriminar cuáles tienen un peso importante.

"Hay mucha mafia", afirma Raquel. Como no suele haber portavoces fijas en buena parte de las organizaciones, es difícil saber quiénes están detrás; y mientras algunas tienen una estructura más jerarquizada, otras, como la organización de Patricia, se perfilan como un espacio autónomo, con participación de personas de otros movimientos, del ecologismo al antirracismo. Son de todas las edades —muchas de ellas no tan jóvenes— por más que sean otros movimientos los que se consideren más vinculados al feminismo clásico.

La ley trans y el sí es sí, en el mismo 'pack'

Las diferencias no solo afectan a sus planteamientos ante leyes concretas, sino ante la batería de herramientas para luchar contra los agresores y proteger a las víctimas. Desde el Movimiento Feminista de Madrid cargan contra el "movimiento antipunitivista": "El feminismo quiere que los violadores pasen mucho tiempo en la cárcel". También cuestionan que Igualdad haga hincapié en que el consentimiento "debe estar en el centro de la legislación, cuando este consentimiento puede ser viciado. El problema es la falta de deseo, no el consentimiento", abordan. Y, sobre cómo reformar el sí es sí, sostiene que las recetas de ambas partes, aunque las de Podemos no se conocen en detalle, "son insuficientes"; la norma debería derogarse para redactar otra nueva, con un tipo de delito de violación y varias agravantes", o incluso retornar al modelo anterior, abundan.

"El problema con el Código Penal anterior era que faltaban agravantes, o que las penas fueran mayores" abunda. Jurista de profesión, no escatima en críticas hacia la ley Montero, que considera "mal redactada", y propicia "a la confusión". "El resumen de la ley: es un instrumento jurídico para rebajar las penas de los violadores", acusa. El colectivo al que representa es el mismo al que pertenecían el grupo de mujeres que fueron desalojadas de la tribuna del Senado este jueves, durante la votación de la ley trans. Gritaban contra esta norma, pero también contra la ley más polémica del Ejecutivo: "¡No queremos otra ley solo sí es sí"!, coreaban.

Foto: La ministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE/Kiko Huesca)

La ley trans y el sí es sí, combinadas, vuelven a hacer visibles las costuras del feminismo. "Con quienes están en contra de que existamos no hay diálogo posible", sostiene Patricia. La integrante del Movimiento 8-M reconoce que la ley Montero tiene "carencias", y resulta "insuficiente", pero asegura que "sí puede mejorar las vidas de las víctimas". Coincide con Igualdad en que la reforma propuesta por el PSOE es "regresiva", y no duda en cargar contra la ministra de Justicia, Pilar Llop, por decir en una entrevista radiofónica que para las víctimas era "fácil" probar la violencia sufrida, enseñando las heridas. "No solo duelen los golpes". "Fueron palabras escandalosas", afirma.

Son dos visiones antagónicas de un movimiento muy amplio, y son solo las dos convocantes de la protesta feminista del 8-M en la ciudad de Madrid. Estas divisiones y debates a menudo se repiten en otras ciudades. "Divisiones hay constantemente", reconocen, Entre sí, comparten la reivindicación del feminismo como un movimiento que ha permitido importantes avances con su empuje; o el rechazo a que se las vincule con los partidos políticos. También la percepción de que son momentos de extrema gravedad y toca actuar cuanto antes aunque, como PSOE y Unidas Podemos, no se pongan de acuerdo sobre la fórmula más adecuada para hacerlo.

El Movimiento Feminista de Madrid precisa las declaraciones

Tras la publicación de esta información, desde el Movimiento Feminista de Madrid afirmaron no sentirse representadas por las declaraciones de Raquel González, para precisar: Que la rebaja de penas supone "un fallo gravísimo" del Gobierno; que el jefe del Ejecutivo debe asumir esta decisión "y no esconderse tras sus ministras a un lado y a otro de la coalición", además de disculparse con las "víctimas directas"; que hay lagunas en la norma como "haber dejado fuera la prostitución como violencia sexual". Lo importante, aseguran, "es reducir la cara oculta de la violencia sexual, abolir el sistema prostitucional, atajar el aumento entre los jóvenes del negacionismo de la violencia machista y el acceso de los menores a la pornografía, una verdadera escuela de violencia sexual extrema".

También apuntan que el MFM convoca su manifestación el 8-M, "porque tenemos la obligación de defender las reivindicaciones políticas del feminismo y en otros espacios se bloquea deliberadamente la agenda política feminista". "Las feministas hemos sido expulsadas, a empujones, de las asambleas que se suponía eran de todas. Las feministas hemos sido expulsadas con violencia del espacio público en el propio 8 de marzo. Hemos visto cómo se arengaba, con el micrófono de la organización, en la Puerta del Sol y ante mujeres y niñas, a la “revuelta puteril”, es decir, a la impunidad de la explotación sexual".

Si el Gobierno se ha partido en dos con la reforma del sí es sí, el movimiento feminista, mucho más difícil de abarcar y acotar, replica, casi de la misma forma, esta división. Buena parte de las organizaciones que en su día ya se enfrentaron a cuenta de la ley trans, que generó un enorme debate en la coalición —Carmen Calvo acaba de ser sancionada por ser la única socialista en abstenerse—, confrontan ahora en un esquema similar. Y el Día Internacional de la Mujer las pondrá ante el espejo. Por segundo año consecutivo, Madrid y otras ciudades acogerán este 8-M dos manifestaciones independientes, convocadas por colectivos separados por diferencias de hondo calado, ahora también sobre cómo abordar el problema de las rebajas de penas para agresores sexuales.

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