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Visión con galones | Rusia y el despropósito de los bombardeos indiscriminados
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el kremlin sabotea su propio objetivo

Visión con galones | Rusia y el despropósito de los bombardeos indiscriminados

Esta teoría de bombardeos viene a decir que, si no se causa el suficiente daño, la población no pedirá una negociación; y si se bombardea demasiado, se aferra a su liderazgo como única salida a la guerra

Foto: Centro comercial de Kiev destruido. (EFE/Sergey Dolzhenko)
Centro comercial de Kiev destruido. (EFE/Sergey Dolzhenko)

El foco informativo de la guerra en Ucrania se encuentra centrado en la actualidad en el envío por parte de Occidente de carros de combate Leopard 2, M1 Abrams y Challenger 2, además de continuar con la dotación de municiones, equipamiento militar y vehículos de combate de todo tipo para que el Ejército ucraniano pueda recuperar, en algún momento, la iniciativa de los combates que ahora se encuentra en poder de Rusia. Una situación muy peligrosa para Ucrania la de ir a remolque de las decisiones del mando ruso.

Ahora bien, considero muy importante que todo ello no nos impida ver la realidad de cada día en Ucrania, con bombardeos continuos e indiscriminados sobre ciudades, sobre población civil y sobre las infraestructuras necesarias para la vida de la población; esa es la realidad que se vive en muchas ciudades de Ucrania donde sobrevive o malviven sus habitantes. En efecto, cuando llevamos cerca de un año de invasión rusa, hemos visto la destrucción de numerosas ciudades mártires de Ucrania, lo irreparable de civiles, incluyendo muchos niños, y un grado de destrucción que costará miles de millones de euros reconstruir, en gran parte, a cargo de la Unión Europea.

Foto: Foto: EC Diseño.

Ahora bien, ¿cuál es el fin que persiguen estos bombardeos indiscriminados? Se trata, al fin y a la postre, de destruir la capacidad de resistencia y de combate de una población, en este caso la ucraniana, buscando su desafección con su liderazgo político. Todo ello con el objetivo de forzar una rendición o una negociación en términos desfavorables; así se hizo, por ejemplo, en Alepo, Siria —por cierto, hoy dentro de la esfera de destrucción causada por el terremoto con epicentro en Gaziantep, Turquía—, en Mariúpol, en Bajmut y en tantas otras localidades ucranianas.

Partiendo de la base de la ilegalidad y la barbaridad de esta guerra iniciada por Rusia, las metas pretendidas por el liderazgo ruso no se están cumpliendo, lo que, desde mi punto de vista, es porque los estrategas y generales rusos deben desconocer o no aplican bien los grados de una terrible teoría sobre los bombardeos. Esta teoría viene a decir que, si no se causa el suficiente daño, no se consiguen esos objetivos porque la población no se reconoce demasiado afectada; por el contrario, si se bombardea demasiado, como hace Rusia indiscriminadamente, se alcanza un nivel de destrucción de tal magnitud que tampoco consigue el objetivo pretendido al aferrarse la población a su liderazgo como única salida a la guerra.

En consecuencia, aun un atacante despiadado como el Kremlin debería medir el grado de destrucción que ocasiona para que los ciudadanos ucranianos llegara a ver la negociación como la mejor salida posible a la guerra, aunque no fuera en los términos más favorables.

La situación, hoy día, es que el pueblo y el Ejército ucranianos están más unidos que nunca a su líder y presidente, Volodímir Zelenski, y muestran una férrea voluntad de vencer en combates de tanto desgaste como los de la región de Bajmut, que cualquier general habría cedido y abandonado para no desgastar más a sus fuerzas. Sin embargo, los ucranianos combaten palmo a palmo, sabiendo que cada metro que cedan permiten a la artillería y lanzaderas de drones rusas aproximarse a sus ciudades. Toda una lección de valentía y de resistencia frente al mando ruso que, por otra parte, parece que sigue planeando como cuando existía la antigua Unión Soviética… y se creó la OTAN para pararla.

*Juan Montenegro es teniente general en situación de reserva.

El foco informativo de la guerra en Ucrania se encuentra centrado en la actualidad en el envío por parte de Occidente de carros de combate Leopard 2, M1 Abrams y Challenger 2, además de continuar con la dotación de municiones, equipamiento militar y vehículos de combate de todo tipo para que el Ejército ucraniano pueda recuperar, en algún momento, la iniciativa de los combates que ahora se encuentra en poder de Rusia. Una situación muy peligrosa para Ucrania la de ir a remolque de las decisiones del mando ruso.

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