El yihadista de Algeciras estaba pendiente de ser expulsado a Marruecos desde junio de 2022
La Policía Nacional lo detuvo en la ciudad gaditana el 16 de junio de 2022 y comprobó que carecía de la documentación necesaria para poder residir en territorio español
El presunto yihadista que mató a un sacristán e hirió a un sacerdote este miércoles por la tarde en Algeciras, Yassine Kanjaa, nacido en Marruecos en octubre de 1997, se encontraba en España en situación irregular. La Policía Nacional lo detuvo en la ciudad gaditana el 16 de junio de 2022 y comprobó que carecía de la documentación necesaria para poder residir en territorio español, por lo que automáticamente se iniciaron los trámites para su expulsión, según han confirmado a El Confidencial fuentes próximas a las pesquisas. Sin embargo, el proceso se alargó y el supuesto asesino nunca llegó a ser devuelto a suelo marroquí.
El arresto aparece en la ficha policial de Kanjaa. Después de la detención, podría haber sido trasladado a un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) para que, en un plazo de 60 días, se procediera a su entrega a las autoridades de Rabat. Si el trámite no se completa en ese plazo, los internos quedan en libertad y el proceso continúa con ellos en la calle. Pero, en este caso, ni siquiera consta que el sospechoso llegara a pasar por un CIE. Además, para efectuar la devolución es imprescindible que una delegación diplomática de Marruecos en España proporcione al detenido una copia de su pasaporte y lo reconozca como compatriota, y este trámite depende exclusivamente de la agilidad y el interés de Rabat. En otros casos, las entregas se eternizan por problemas burocráticos de la Administración española.
Al agresor, que residía en un 'piso patera' con más gente en la calle Ruiz Tagle, no le constan otros antecedentes penales ni por terrorismo, ni tampoco existían sospechas sobre su posible radicalización, aunque los plazos de adoctrinamiento se han acortado dramáticamente en la última década y los lobos solitarios que actúan movidos por su propia iniciativa se han convertido en uno de los mayores desafíos de las Fuerzas de Seguridad. Kanjaa responde aparentemente a ese perfil de yihadista individual.
A las 18:30 de este miércoles, el acusado se presentó en la iglesia de San Isidro de Algeciras y comenzó a discutir con los feligreses que se encontraban en el templo a esa hora. Varios testigos escucharon al sospechoso reprochar a los asistentes a un servicio religioso que profesaran una religión distinta al islam. Después del encontronazo, Kanjaa se marchó de la iglesia, pero volvió aproximadamente una hora después con un machete de grandes dimensiones. Era de color blanco y tenía serigrafiada una calavera en un lateral de su larga y afilada hoja. Según apuntan fuentes del caso, en esos 60 minutos cogió también un Corán -que llevaba consigo cuando fue detenido- y se vistió de blanco por dentro, un gesto de purificación habitual en islamistas radicales.
Ya con el arma en sus manos, se abalanzó contra el sacerdote de la parroquia de San Isidro, Antonio Rodríguez, y le provocó heridas graves mientras profería gritos de alabanza a “Alá”. En el templo se vivieron escenas de pánico. Tras el ataque, el presunto yihadista salió a la calle y se dirigió a otro templo situado a menos de 500 metros de distancia, la iglesia de Nuestra Señora de la Palma.
En el interior de este segundo templo, destrozó cruces e imágenes religiosas y localizó a un sacristán, Diego Valencia. Este, al verlo dirigirse hacia él con el machete, corrió al exterior para evitar que lo alcanzara y pedir ayuda, pero no lo consiguió. Kanjaa lo cogió a la altura de la cercana plaza Alta y le causó lesiones que acabaron provocando la muerte del hombre. Su cuerpo quedó tendido en medio de la explanada. Varios testigos señalan que el presunto asesino llegó a pasar por otro templo cercano, la capilla de Nuestra Señora de Europa, aunque no encontró a nadie a quien acuchillar.
Después, el ciudadano marroquí trató de esconderse. Pero agentes de la Policía Nacional y la Policía Municipal consiguieron interceptarlo y detenerlo. Posteriormente, lo condujeron a la comisaría de Algeciras. Kanjaa fue fotografiado en el interior de las dependencias policiales con el rostro tranquilo, casi sonriente. En los pantalones claros que llevaba en el momento del ataque se apreciaban gotas de sangre de sus víctimas. Mientras fue conducido a la enfermería para su examen forense, el arrestado siguió profiriendo voces de exaltación a Alá.
El sacerdote de la iglesia de San Isidro, Antonio Rodríguez, fue intervenido de urgencia y se recupera de las heridas. No se teme por su vida. La Policía Nacional se ha hecho cargo del caso. Tras su detención, varias patrullas se desplazaron hasta su vivienda para registrarla. No se descarta ninguna hipótesis, pero todos los indicios apuntan a un ataque de motivación yihadista. La Audiencia Nacional, que es la competente para instruir causas de terrorismo, se ha hecho cargo del caso. El Juzgado Central de Instrucción número 6 se encontraba de guardia cuando sucedieron los hechos, por lo que se hará cargo del procedimiento.
Durante la madrugada, se ha procedido al registro de la vivienda en el que residía el detenido y se están analizando ya todos los efectos intervenidos, entre ellos, la funda del machete. Según fuentes, en este primer registro, no se ha encontrado elementos relacionados con radicalización yihadista. El detenido pasará a disposición judicial el próximo lunes tras haber sido solicitada una prórroga de su entrada en prisión.
El presunto yihadista que mató a un sacristán e hirió a un sacerdote este miércoles por la tarde en Algeciras, Yassine Kanjaa, nacido en Marruecos en octubre de 1997, se encontraba en España en situación irregular. La Policía Nacional lo detuvo en la ciudad gaditana el 16 de junio de 2022 y comprobó que carecía de la documentación necesaria para poder residir en territorio español, por lo que automáticamente se iniciaron los trámites para su expulsión, según han confirmado a El Confidencial fuentes próximas a las pesquisas. Sin embargo, el proceso se alargó y el supuesto asesino nunca llegó a ser devuelto a suelo marroquí.
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