Es noticia
Feijóo aspira a ser "llave" de gobierno en Barcelona para forzar al PSOE a negociar
  1. España
MUNICIPALES EL 28-M

Feijóo aspira a ser "llave" de gobierno en Barcelona para forzar al PSOE a negociar

Los populares catalanes buscan decantar la balanza en el ayuntamiento para que no recaiga en el "populismo" y el "independentismo" y apelan al "voto útil" para evitar la fragmentación con Vox, Valents y Cs

Foto: El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (i), presenta al candidato de su partido a la alcaldía de Barcelona, Daniel Sirera (d). (EFE/Quique García)
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (i), presenta al candidato de su partido a la alcaldía de Barcelona, Daniel Sirera (d). (EFE/Quique García)

El PP quiere convertir Barcelona en un trampolín para recuperar terreno en Cataluña, un territorio donde hace años que los populares vagan por el desierto y que se estima imprescindible para allanar el aterrizaje de Alberto Núñez Feijóo en el Palacio de la Moncloa. El partido atisba un "crecimiento importante" de la marca en la Ciudad Condal, en la que Génova se volcará para lograr un resultado que lo lleve mecido a las próximas elecciones autonómicas, donde aspiran a volver a crecer hasta el techo que fijó Alicia Sánchez-Camacho en 2012, cuando el partido se situó en los 19 escaños en el Parlament. En Barcelona, la estrategia del PP pasa por apelar al "voto útil" para erigirse como "única fuerza constitucionalista" en el ayuntamiento, hasta el punto de aspirar a ser "la llave" del futuro Gobierno para evitar, dicen, que vuelva a caer en manos de "populistas" e "independentistas".

No es una tarea fácil. Sus propios sondeos los sitúan en un porcentaje de entre el 6% y el 8%, es decir, entre tres y cinco concejales, según los cálculos que hacen en el partido. La clave es que la fragmentación en el bloque de la derecha no les perjudique electoralmente. Según las cifras que manejan en el PP catalán, Valents —partido heredero del Barcelona pel Canvi, de Manuel Valls— no tiene posibilidades de superar la barrera del 5% y, por tanto, de lograr algún concejal en el ayuntamiento. Tampoco Vox, aunque algunas encuestas sí dan representación a la ultraderecha, que presenta como alcaldable al empresario Gonzalo de Oro-Pulido.

Foto: El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Emilio Naranjo)

El PP quiere exhibir músculo para demostrar que es el único partido constitucionalista —no incluyen al PSC en ese marco— con posibilidad real de condicionar un eventual Ejecutivo municipal. Esa tesis dejaría como única vía abrir un diálogo con Jaume Collboni. Fuentes de la dirección del partido en Cataluña ven posible intentar un "entendimiento" con el Partido Socialista pese a renegar de la figura del exteniente de alcaldía de Ada Colau, al que sitúan como "copartícipe" de la "Barcelona en ruinas" que deja la todavía alcaldesa de la Ciudad Condal. En Génova, sin embargo, evitan abrir por el momento el melón de los posibles pactos poselectorales.

En caso de un resultado electoral favorable, los populares tampoco reniegan de "hablar" con Xavier Trias, al que reconocen un "talante" ensombrecido por su entorno "secesionista". "Es el candidato de Carles Puigdemont", reiteran en el entorno de Daniel Sirera, el candidato a quien Feijóo ha fiado la tarea de ser decisivos en una de las plazas territoriales más importantes de las que se examinan el próximo 28 de mayo. El candidato de JxCAT se ha propuesto evitar centrar el debate de la Ciudad Condal en el independentismo, y se borró de la protesta que convocó su partido contra la cumbre hispano-francesa en Barcelona alegando un viaje familiar.

"La máxima es no entregar Barcelona a los independentistas", reiteran fuentes del PP de Cataluña, que erigen como línea roja inquebrantable cualquier tipo de contacto con Ada Colau o Ernest Maragall. La base de la aspiración a ser fuerza decisiva de gobierno en la Ciudad Condal pasa por "retratar" tanto a Sánchez como a Collboni, y demostrar que existe una alternativa a un nuevo Ejecutivo coaligado con fuerzas independentistas, con su programa político como condición para cualquier intento de negociación que decante la balanza en la Ciudad Condal.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

La idea que sobrevuela en las filas populares es que, en el fondo, están convencidos de que el PSC, en caso de hacerse con la victoria, no arrinconaría al independentismo por pactar con el PP. Pero un resultado contundente en Barcelona, que supere el 5% raspado de Josep Bou en las últimas elecciones, podría revertir los malos resultados que ha encadenado el PP durante años a nivel autonómico, y a ello se encomiendan. Ciudadanos ganó las últimas elecciones autonómicas y en Barcelona el voto constitucionalista se congregó en torno a Manuel Valls. Valents, su formación heredera, no termina de despegar en la ciudad. Los naranjas están prácticamente fuera del mapa, y el único gran caladero de votos en la derecha para el PP sigue siendo Vox.

Imagen de optimismo en el PP

El PP hizo gala de esa pretensión de ser la llave de la alcaldía de Barcelona ante lo ajustado de las encuestas entre los tres favoritos —ERC, PSC y JxCAT— en la noche de este miércoles. Y lo hizo arropado por el presidente nacional, Alberto Núñez Feijóo. El acto incluso lo cerró Daniel Sirera. El líder popular se esforzó en cargar contra la política de Pedro Sánchez en Cataluña y lanzó sus dardos más envenenados contra Jaume Collboni. Sirera, en cambio, se centró en dar una imagen de unidad interna, dando por superadas las tensiones que siempre han sacudido el PP en Cataluña.

Núñez Feijóo tuvo un recuerdo para Jaume Collboni, rival socialista de Sirera: "Hay dos clases de políticos: los que huyen y los que dan la cara. Y he visto que hay políticos que forman parte de un Gobierno y que cuando llegan las elecciones se marchan. Cuando un vicealcalde se va para presentarse a alcalde, es una declaración de principios de lo que piensa de su gestión. Por eso hay que valorar a los políticos valientes como Daniel Sirera".

Foto: El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, conversa con el alcaldable por Barcelona, Jaume Collboni (d). (EFE/Alejandro García)
TE PUEDE INTERESAR
Sánchez lo apuesta todo a conquistar Barcelona y descuida la batalla por Madrid
Iván Gil Antonio Fernández. Barcelona

El líder del PP dio una imagen muy negativa de la política y la economía españolas. Pero sobre todo se centró en Cataluña y en cómo Pedro Sánchez ha actuado aquí. Tras criticar la ley del solo sí es sí y sus efectos, el presidente del PP denunció que “no se legisla con base en principios generales, sino que se legisla en función de situaciones concretas y se usa el Código Penal para borrar del código los delitos que han cometido. Y eso es muy grave y no ha ocurrido nunca en democracia. Y encima se dice que esto es para pacificar un pueblo, para solventar un problema”. La alusión a la eliminación del delito de sedición era muy clara.

Bajo el lema La Barcelona sensata, no solo Alberto Núñez Feijóo acudió a arropar a Daniel Sirera como su candidato a la alcaldía de la capital catalana. El propio PP vivió el acto como un momento catártico, como un resurgir en una plaza en la que siempre fue más fuerte que ahora, pero fue arrasado durante el procés. El PP llegó a tener siete regidores en 2003 y era la tercera fuerza política del municipio. En el acto del miércoles, por primera vez en mucho tiempo, la militancia recuperaba una cierta alegría. Incluso hubo militantes que no pudieron entrar por falta de aforo.

Rencillas superadas

Además de Núñez Feijóo y del líder del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, también acudió sonriendo a todos Xavier García Albiol, para el que muchos auguran una victoria por mayoría absoluta en Badalona. García Albiol basa su campaña en un lema oficioso: “No quiero cambiar tu manera de pensar, quiero cambiar Badalona”. Un PP abonado al pragmatismo que aleja con el mismo vigor el recuerdo del 1-O que las batallas culturales a las que a Vox le encanta abonarse.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Reuters/Yves Herman) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
Sánchez: paz en Cataluña, guerra al PP
Rubén Amón

Y el acto reflejó la unidad. Ahí estaba Manolo Millán Mestre, que hacía años que no acudía a un evento de los populares. Y Alberto Fernández Díaz, que tanto poder tuvo en el partido. Incluso Santiago Fisas, que había fundado otro partido. Para reforzar la imagen de unidad, también se dejó caer por Barcelona Cayetana Álvarez de Toledo. Cohesión interna, dando por superadas las viejas rencillas.

Pese a que la sombra de los pactos poselectorales flotaba en el ambiente, Sirera manifestó: “No me presento para apoyar a unos o a otros. Me presento para ganar. Muy pronto ganaremos las elecciones del próximo 28 de mayo”.

El PP quiere convertir Barcelona en un trampolín para recuperar terreno en Cataluña, un territorio donde hace años que los populares vagan por el desierto y que se estima imprescindible para allanar el aterrizaje de Alberto Núñez Feijóo en el Palacio de la Moncloa. El partido atisba un "crecimiento importante" de la marca en la Ciudad Condal, en la que Génova se volcará para lograr un resultado que lo lleve mecido a las próximas elecciones autonómicas, donde aspiran a volver a crecer hasta el techo que fijó Alicia Sánchez-Camacho en 2012, cuando el partido se situó en los 19 escaños en el Parlament. En Barcelona, la estrategia del PP pasa por apelar al "voto útil" para erigirse como "única fuerza constitucionalista" en el ayuntamiento, hasta el punto de aspirar a ser "la llave" del futuro Gobierno para evitar, dicen, que vuelva a caer en manos de "populistas" e "independentistas".

Partido Popular (PP)
El redactor recomienda