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Sánchez lo apuesta todo a conquistar Barcelona y descuida la batalla por Madrid
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Sánchez lo apuesta todo a conquistar Barcelona y descuida la batalla por Madrid

"Vamos a abrir una nueva etapa en Cataluña", aseguran en la Moncloa, cuyo primer paso pasaría por conquistar Barcelona. Lo siguiente sería imponerse en las elecciones generales y cerrar el proceso con Illa al frente de la Generalitat

Foto: El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, conversa con el alcaldable por Barcelona, Jaume Collboni (d). (EFE/Alejandro García)
El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, conversa con el alcaldable por Barcelona, Jaume Collboni (d). (EFE/Alejandro García)
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El PSOE ha puesto todas sus miradas en ganar el bastón de mando de una gran capital en las elecciones municipales del próximo 28 mayo que hasta ahora no estuviese en sus manos. El objetivo pasa por compensar la hipotética pérdida de otras plazas clave, como podría ser Sevilla. Aunque para esta estrategia en la campaña de las generales, con oxígeno y sin que se traslade la sensación de un cambio de ciclo a favor del PP, lo ideal sería arrebatar una plaza histórica de los populares, según reconocen en la dirección del partido. Valencia es una ciudad en la que los socialistas dicen que van a por todas para reequilibrar la balanza tras el 28-M o incluso extender su poder territorial de 2019, pero Barcelona será la principal apuesta. En buena medida, por las encuestas, que sitúan a su candidato, Jaume Collboni, con posibilidades de convertirse en primera fuerza, pero fundamental porque Pedro Sánchez quiere convertir Cataluña en "uno de los principales activos [electorales] de este Gobierno por haber estabilizado la situación", según trasladan desde la Moncloa.

El asalto de los socialistas catalanes a la capital de Cataluña, tras ganar las elecciones autonómicas aun sin poder gobernar, se centra tanto en trasladar el mensaje al resto de España de que la política del diálogo es respaldada en las urnas como en ganar fuerza en la segunda circunscripción donde más escaños se reparten, por detrás de Madrid. Un total de 32 diputados. "Vamos a abrir una nueva etapa en Cataluña", repiten las mismas fuentes de la Moncloa, cuyo primer paso sería conquistar Barcelona. El siguiente sería imponerse en las generales para, finalmente, cerrar este proceso situando a Salvador Illa al frente de la Generalitat. Esa es la hoja de ruta que deja Madrid en un segundo plano, de ahí que se mantenga al ralentí a su candidata, la ministra de Industria, Reyes Maroto. Todo lo contrario que el candidato a la alcaldía de Barcelona, quien incluso ha abandonado el ayuntamiento, del que era primer teniente de alcaldía del Gobierno liderado por Ada Colau, en una estrategia consensuada con Ferraz.

Foto: Foto: EC Diseño.
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Las analogías con Maroto, quien se mantiene en el Ejecutivo sin poder centrarse en su campaña, se explican desde la cúpula de Ferraz por la "idiosincrasia" que atribuyen a la apuesta por Barcelona, al propio candidato y al PSC. Se descarta así una salida precipitada de Maroto del Gobierno, una decisión que corresponde únicamente a Sánchez, y sobre todo que la estrategia de Collboni se siga en otros territorios, como Valencia. Otra de las apuestas clave de la campaña de las municipales y donde su candidata, Sandra Gómez, también es vicealcaldesa de un Ejecutivo liderado por Compromís, con Joan Ribó al frente.

La decisión de Jaume Collboni de dimitir de su cargo para preparar su candidatura como alcaldable del PSC en la capital catalana fue una operación llevada con gran sigilo desde la Moncloa y pilotada en persona por Pedro Sánchez. El peso específico de Barcelona como segunda ciudad del Estado y la posibilidad de que el PSC puede recuperar terreno y convertirse en la fuerza electoral más votada pesó a la hora de tomar su decisión. Su materialización estaba prevista para más adelante, pero la certeza de que iba a haber una filtración precipitó los acontecimientos y obligó a Collboni a adelantar su dimisión.

La operación contaba con el visto bueno del ministro Miquel Iceta, del líder de los socialistas catalanes, Salvador Illa, y de un reducidísimo grupo de altos dirigentes socialistas. Nadie más estaba al corriente, ni siquiera los concejales del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona, a quienes la dimisión de su jefe les pilló por sorpresa. Esa discreción impuesta por la Moncloa se debía a la necesidad de contar con un golpe de efecto que impulsase la candidatura de Collboni en un momento determinado de la precampaña electoral.

Fuentes conocedoras de la operación aseguran a El Confidencial que “fue una decisión muy reflexionada": "No se tomó en caliente, porque una decisión de ese calibre no se toma de un día para otro”. La decisión de abandonar a Ada Colau en el tramo final de su mandato tiene como objetivo desligar al PSC de las polémicas decisiones de la alcaldesa de los comunes (contra las que el PSC alzó la voz con timidez para no crear crisis institucionales) y crear un perfil propio de Collboni como sucesor de los mandatos de los anteriores ediles socialistas. Las encuestas que ponen al socialista como uno de los favoritos entre los electores fueron el detonante definitivo para apostar por centrar en Barcelona, la segunda ciudad del Estado, los esfuerzos de PSOE y PSC en su reconquista de las grandes ciudades españolas.

Foto: Foto de familia de la ejecutiva socialista, con Pedro Sánchez, María Jesús Montero y Santos Cerdán en primera fila. (EFE/Javier Lizón)

Las dificultades de voltear las encuestas en Madrid y la inercia electoral de la capital, en que son cuarta fuerza y no gobiernan desde 1989, son otras de las claves que están detrás de la decisión de privilegiar Barcelona. La titular de Industria y candidata a la alcaldía es una apuesta personal de Sánchez, de mutuo acuerdo con el secretario general de los socialistas madrileños, Juan Lobato, pero las dificultades para hacerse con la alcaldía, más todavía si mantiene su doble agenda como ministra, son evidentes. Su alto grado de desconocimiento público, aun limado en el último CIS, empuja a una dedicación exclusiva para multiplicar su agenda "a pie de calle". En este sentido, son conscientes en su equipo de que "el tiempo juega en contra" y la doble agenda también, aunque la todavía ministra dice estar dispuesta a realizar un sobreesfuerzo para compatibilizarla. El objetivo es pisar todos los barrios de la capital y las responsabilidades institucionales lo complican.

"Cataluña será uno de los principales activos de este Gobierno por haber estabilizado la situación"

La decisión sobre los tiempos para remodelar el Gobierno es una prerrogativa que recae únicamente en el presidente, quien en todas las crisis ha guardado con celo sus intenciones para compartirlas únicamente con su núcleo más cercano, lo que también afectará a la ministra de Sanidad, Carolina Darias, quien será candidata a la alcaldía de las Palmas. Con esta última, Sánchez participará en un mitin para lanzarla oficialmente como candidata este mismo viernes, mientras que con Maroto se espera agendar un acto similar en Madrid para febrero.

Por motivos de nivel de conocimiento público, ni Maroto ni Darias son Salvador Illa, quien sí se mantuvo en el ministerio hasta el último momento permitido por la ley, pese a las críticas de los socios y oposición. El exministro de Sanidad tuvo una omnipresencia en los medios durante la gestión de la pandemia, su cara era de sobra conocida por todos los españoles y cuando se decidió su candidatura para las elecciones catalanas todavía planeaba la tercera ola del covid, empujándolo a mantenerse en sus responsabilidades al frente del ministerio. La aspiración en la Comunidad de Madrid se basa en que su fortaleza en el denominado cinturón rojo de las ciudades del sur y la confianza en su candidata en la capital les permitan al menos recuperar el liderazgo de la oposición tras el sorpaso de Más Madrid en los anteriores comicios.

Foto: El primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Collboni. (EFE/Alejandro García)
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En general, la estrategia de precampaña de los socialistas se está centrando más en lo municipal que en lo autonómico, con los barones también más reacios a una campaña teledirigida o bajo el manto de Pedro Sánchez. El impulso que buscan a nivel municipal se enfoca en arrastrar voto para conservar sus gobiernos autonómicos. Que los electores elijan la misma papeleta para el ayuntamiento y la comunidad.

Desmarcarse de Colau

El PSC no abandonará el Gobierno municipal, del que participa en minoría, pero Collboni tendrá bula para endurecer su discurso. En los despachos municipales barceloneses ha habido broncas, discusiones, subidas de tono, tensiones y trifulcas en los últimos cuatro años. Algunas de las polémicas decisiones que tomó Colau contaron con la oposición frotal de sus socios (el tendido del tranvía, la creación de superillas o manzanas vedadas al tráfico, el intento de aumento del precio del transporte proyectado por Colau…). Y viceversa. Algunas de las decisiones del área de Collboni (la organización de determinados congresos, la de la Copa América de Vela, las campañas internacionales…) no contaban con el beneplácito de la alcaldesa. No fue una legislatura plácida, contrariamente a lo que puede desprenderse de la aparente quietud institucional, sino una legislatura convulsa y llena de zancadillas, deslealtades y golpes bajos políticos.

Foto: Ada Colau y Ernest Maragall en una imagen de archivo. (EFE)

Esta mañana, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, criticaba en una entrevista de Ser Catalunya su renuncia, que conoció por un mensaje de Whatsapp: "Me suena más a nerviosismo electoral que a apuesta de futuro". Según Colau, respondió a Collboni que le parecía "poco serio después de cuatro años gobernando juntos". "Anunciar de forma precipitada a solo cuatro meses de las elecciones de esta manera yo diría que es poco serio. Incluso, escuchándole, podría parecer contradictorio salir a decir que quieres gobernar la ciudad y que por eso abandonas el gobierno de la ciudad", ha afirmado.

Barcelona en Comú (BeC), el partido de Colau, fue muy crítico con la decisión del primer teniente de alcaldía. “Nos sorprende que alguien que quiere liderar la ciudad abandone su compromiso con Barcelona a cuatro meses de las elecciones. Es un error, fruto de los nervios o de los malos presagios electorales”. Jordi Martí, teniente de alcaldía de Cultura, anterior líder del PSC en el ayuntamiento y ahora escudero de Colau, añadió: “Nos sorprende, es difícil de imaginar que alguien abandone las responsabilidades de la ciudad pretendiendo, al cabo de unos meses, liderar la ciudad”. Martí, que achacó la decisión “a los nervios por lo que dicen las encuestas”, aseguró que la decisión “resta credibilidad y confianza a Collboni” y reclamó que el PSC mantenga sus compromisos.

Desde el PSC, se ven las reacciones de manera positiva. En petit comité, Collboni señaló a los suyos que “hemos hecho lo que teníamos que hacer. Voy a por todas”. Fuentes del PSC señalan a este diario que están en condiciones de ganar la alcaldía. "Esto no es el final de nada, sino el principio del retorno del socialismo a la alcaldía de Barcelona”, indican. Los socialistas catalanes contradicen a Martí: “La mayoría de las encuestas nos dan a nosotros la posibilidad de ganar las elecciones, no a Colau”. Destacan estas fuentes que la alcaldesa “se apropia del trabajo del PSC para colgarse medallas que no le corresponden". "Incluso en temas en los que había estado radicalmente en contra, al ver los frutos que han dado los ha presentado como iniciativa propia: desde el mantenimiento del Mobile hasta la Copa América de Vela”, subrayan. Ahora, a cuatro meses de las elecciones, Collboni quiere tener las manos libres para reivindicar su labor.

Foto: El primer secretario del PSC, Salvador Illa. (EFE/Javier Lizón)

“Hemos sido leales completamente y no hemos generado inestabilidad, aunque el ayuntamiento ya vaya en plan piloto automático por la cercanía de las elecciones, Llevamos ocho meses discrepando de todo y no hemos hecho aspavientos ni hemos creado ninguna crisis. Con Collboni dentro del ayuntamiento, no podía hablar con libertad porque podían acusarlo de desleal. Por eso, mantenerlo ahí sería un error. Colau hubiese preferido que siguiese siendo primer teniente de alcaldía, pero tenemos que dejar claro que Collboni no es número dos de nadie, sino el posible nuevo alcalde de la ciudad”, señalan fuentes socialistas a El Confidencial.

Sobre las reacciones más críticas de la oposición con la decisión de Collboni, en el PSC lo atribuyen a sobreactuaciones. "Lo que le molesta a la oposición es un Jaume Collboni suelto por ahí, que pueda decir las cosas como son. Hasta ahora, no ha dicho nada para no provocar crisis institucionales. Pero ha llegado la hora de hablar claro”. Estas fuentes resaltan que el mandato "está liquidado". "Lo que queremos es adecentar el interior de las manzanas, no destrozar la urbe. Explicaremos todo nuestro programa, pero manteniendo la estabilidad institucional. Eso solo se puede hacer desde fuera del Gobierno municipal. Es un tema de honestidad. Collboni necesita ser libre para explicar las propuestas y decir lo que no ha funcionado en estos años”, concluyen.

El PSOE ha puesto todas sus miradas en ganar el bastón de mando de una gran capital en las elecciones municipales del próximo 28 mayo que hasta ahora no estuviese en sus manos. El objetivo pasa por compensar la hipotética pérdida de otras plazas clave, como podría ser Sevilla. Aunque para esta estrategia en la campaña de las generales, con oxígeno y sin que se traslade la sensación de un cambio de ciclo a favor del PP, lo ideal sería arrebatar una plaza histórica de los populares, según reconocen en la dirección del partido. Valencia es una ciudad en la que los socialistas dicen que van a por todas para reequilibrar la balanza tras el 28-M o incluso extender su poder territorial de 2019, pero Barcelona será la principal apuesta. En buena medida, por las encuestas, que sitúan a su candidato, Jaume Collboni, con posibilidades de convertirse en primera fuerza, pero fundamental porque Pedro Sánchez quiere convertir Cataluña en "uno de los principales activos [electorales] de este Gobierno por haber estabilizado la situación", según trasladan desde la Moncloa.

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