La crisis sanitaria pone contra las cuerdas a los gobiernos regionales a cuatro meses del 28-M

"Recuerda que eres mortal". Esto que le decía un siervo a los generales romanos cuando regresaban a la capital después de un triunfo es lo mismo que debe sonar en los despachos de los asesores de los presidentes autonómicos que se examinan el próximo 28 de mayo. Hace más o menos un lustro, el Gobierno andaluz de Susana Díaz tuvo que lidiar con una crisis provocada por una oleada de descontento sanitario que, según el consenso, fue uno de los motivos del final de la hegemonía socialista en la comunidad. A cuatro meses de las elecciones autonómicas y municipales, la posibilidad de un efecto similar preocupa y ocupa a los líderes autonómicos que se enfrentan ya a huelgas (como en Madrid) o a la amenaza de paros que saquen las batas blancas a las calles.

El barómetro sanitario que elabora el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sugiere que hay un vaso comunicante entre las protestas de los médicos, enfermeros y el resto de profesionales y la sensación que hay en la población. La percepción de la calidad de la atención primaria entre la primera encuesta (marzo) y la última (noviembre) ha empeorado en todas las comunidades, salvo en Aragón, Navarra, Galicia y Castilla-La Mancha. Es cierto que todas aprueban en la media de las tres encuestas, desde el 6,59 de Canarias al 5,89 de Andalucía. Madrid ocupa el penúltimo lugar, con un 5,99 y es donde están puestos todos los focos desde noviembre del pasado año.

La situación de la sanidad en la Comunidad de Madrid lleva meses enquistada y se ha convertido ya en el principal problema para el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, informa Ignacio S. Calleja. La huelga en atención primaria, suspendida durante la Navidad, se retomó esta semana tras una nueva reunión infructuosa entre el sindicato convocante, Amyts, y la Consejería de Sanidad, que dirige Enrique Ruiz Escudero. Entre críticas y acusaciones cruzadas, los principales puntos de desencuentro son las condiciones económicas y la falta de personal en los centros de la región.

Los problemas en la atención primaria son la punta del iceberg de lo que ocurre en el territorio. Las movilizaciones de los facultativos, a las que se han unido los partidos de la izquierda en la Asamblea de Madrid (PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos), remiten también al colapso en las urgencias de algunos hospitales, como La Paz, el Infanta Sofía o el Príncipe de Asturias. Frente a esto, el Gobierno madrileño ha ofrecido reactivar el hospital Enfermera Isabel Zendal para aliviar esa carga y acoger a los pacientes con gripe u otras enfermedades respiratorias. Y aunque se alcanzó un acuerdo para acabar con la huelga en los centros de urgencias extrahospitalarias, el conflicto ha cogido fuerza de nuevo. Este domingo hay convocada una nueva concentración y el próximo 12 de febrero se prevé que la marea blanca vuelva a salir a la calle.

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La crisis sanitaria es el principal caballo de batalla en la Comunidad de Madrid a cuatro meses de las elecciones autonómicas y municipales. Si bien el Gobierno reitera que todo obedece a una campaña de la izquierda, la realidad es que ha calado hondo entre los madrileños y también entre los votantes del PP. Como ha informado este diario, uno de cada tres electores de Ayuso destaca la situación en los hospitales y ambulatorios de la región como su mayor preocupación, según una encuesta elaborada por la propia Comunidad. En términos globales, casi la mitad de la población lo sitúa como el principal problema al que se enfrentan, con un porcentaje seis veces mayor que otras cuestiones como la inflación, la crisis económica, el desempleo, la educación o la vivienda.

Huelga en Andalucía el 27 de enero

El barómetro público andaluz no indica lo mismo, ya que la crisis sanitaria es el quinto problema de los encuestados por la Fundación Centra (dependiente de la Consejería de Presidencia de la Junta). Solo es el principal dolor de cabeza para el 5,3% de los participantes en el sondeo, pero sí es una preocupación para el Gobierno que encabeza Juanma Moreno, que mantiene negociaciones discretas con el Sindicato Médico Andaluz para evitar la huelga convocada para el próximo 27 de enero. Antes, el 20 de enero, comenzará el paro impulsado por el nuevo Sindicato de Médicos y Médicas de Primaria (SMP) que quiere imitar a sus colegas madrileños en su capacidad de presión.

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El portavoz del Ejecutivo andaluz, Ramón Fernández Pacheco, se mostró optimista el viernes ante las posibilidades de parar la huelga del SMA, que protestó esta semana frente a San Telmo por el "colapso" de la atención primaria y la falta de médicos. El Gobierno andaluz insiste una y otra vez en las mejoras que ha puesto en marcha en los últimos cuatro años, pero existe un descontento latente que resurge cada vez que aumenta la presión sobre el sistema.

Las enfermedades respiratorias de este invierno han vuelto a poner a prueba las urgencias, tanto en centros de salud como en hospitales. No se ven las colas que provocó la oleada de ómicron, pero todavía hay muchos centros de salud donde se tardan varios días en conseguir una cita con el médico de cabecera y es ahí donde la oposición de izquierdas pone el foco.

La situación en Cataluña, por su parte, se agrava según se acercan las fechas de las convocatorias de huelga. Metges de Catalunya (MC) y la Mesa Sindical de Sanitat de Catalunya ya han fijado su paro para los días 25 y 26 de enero para reclamar mejores condiciones laborales para los facultativos. Ahora hay que sumar un día más de paro impulsado por la intersindical, que abarca los días 24 y 25 de enero y que llama a todos los profesionales sanitarios, tanto de la sanidad pública como de la privada.

La Generalitat anuncia mejoras en los salarios para 2023, pero de fondo está la posibilidad de que el Govern de Pere Aragonès no sea capaz de sacar adelante los Presupuestos con el PSC, lo que dificultaría la llegada de los fondos necesarios para financiar estas mejoras. Y en medio de esta vorágine, el sindicato USTEC-STE ha convocado una huelga en las escuelas e institutos los días 25 y 26 de enero, al mismo tiempo que los sanitarios.

Aplazamiento del paro en Valencia

En la Comunidad Valenciana, el Sindicato Médico CESM, único convocante por ahora de los paros de sanitarios, ha aplazado también las jornadas de huelga que había previsto para los días 17 y 18 de enero, informa Víctor Romero. Maneja ahora un calendario que incluye el 6 de marzo, el 3 de abril y el 8 de mayo, a las puertas de la campaña electoral de autonómicas y municipales. La organización sindical de facultativos justifica el cambio de fechas por "la situación epidemiológica actual, y la actual sobrecarga del sistema sanitario", si bien desde la Conselleria de Sanidad se desliza que en la suspensión pesa también el escaso respaldo que el CESM estaba encontrando en el conjunto del colectivo sanitario para llevar con éxito las medidas de protesta hasta una parada de la actividad. Es el único sindicato que, por ahora, propone ir a la huelga.

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El conseller de Sanidad, Miguel Mínguez, lleva semanas negociando con el conjunto de sindicatos nuevas medidas para aliviar la presión asistencial y elevar la dotación de recursos. El sistema valenciano ha elevado en más de 6.000 profesionales (entre enfermeros, TCAE o médicos) la plantilla estructural desde el inicio de la pandemia del coronavirus. Aun así, persisten los problemas de saturación, especialmente en la atención primaria, donde la demanda de consultas ha crecido un 20% con respecto a años precedentes al Covid.

El canal de comunicación entre los responsables políticos y los representantes de los trabajadores sigue abierto. Están previstas nuevas reuniones para negociar. Una de las principales reivindicaciones de la batería de demandas que han puesto encima de la mesa del conseller es la de limitar el número de pacientes que los médicos de primarias atienden en una jornada, con un máximo de 26 consultas diarias. Propiciar sustituciones inmediatas en caso de bajas es otra de las cuestiones en negociación.

Dos huelgas paralelas en Aragón

Otro de los puntos complicados es Aragón, donde a la huelga de atención primaria hay que sumar la de transporte sanitario. Lo cierto es que la primera va camino de solucionarse, según informa Efe, tras las primeras negociaciones del Gobierno, pero todavía planea sobre los días 23 y 24 de enero. La de las ambulancias responde precisamente al mal estado de los vehículos y comienza este lunes 16 con quejas también sobre las condiciones laborales que tienen los trabajadores de la concesionaria.

Lo llamativo es que el mismo 23 de enero, el presidente Javier Lambán presentará un documento con la hoja de ruta pactada con agentes sociales y sanitarios para buscar una solución al sistema a nivel nacional. En la oposición piensan que se trata de un intento por mutualizar un problema que en Aragón tienen matices propios, como las listas de espera quirúrgicas más abultadas del país.

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El Sindicato Médico de Extremadura ha convocado su paro para los días 26 y 27 de enero y afectará a los centros de salud, pero también a los hospitales. Las reclamaciones son las mismas que en el resto del país y se centran en la mejora de las condiciones laborales, sobre todo después de la presión de los años de pandemia. Más tardíos serán los paros de Navarra, donde se prevé para febrero también por su Sindicato Médico en protesta por la situación laboral de los facultativos. El día 12 es el turno de Galicia, donde no habrá huelga, sino una manifestación convocada por la organización SOS Sanidade Pública.

En el resto de comunidades no hay previstos paros ni manifestaciones, pero sí hay quejas de los sindicatos sanitarios y de los propios usuarios por ese colapso de las urgencias, que deriva de la mala situación de los centros de salud. Es lo que está ocurriendo, por ejemplo, en regiones como Asturias, Cantabria o La Rioja.