El exviceconsejero de Melilla que festeja con Mohamed VI la victoria de Marruecos

Un español melillense salió, el martes por la noche en Rabat, a festejar, junto con el rey Mohamed VI, la victoria de la selección de Marruecos frente a España en el Mundial y su pase a cuartos de final. Vestido con la camiseta roja de los Leones del Atlas, el nombre del equipo, Yusef Kaddur, de 37 años, sonríe a la muchedumbre que grita: "¡Viva el rey!".

El monarca, de 59 años, está sentado en el asiento del copiloto del todoterreno. Lleva la misma camiseta roja y enarbola con la mano una pequeña bandera marroquí. Al vehículo le cuesta abrirse camino entre la multitud y los escoltas, trajeados, sudan la gota gorda para evitar que nadie se acerque demasiado al soberano.

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Rodados por los transeúntes, los vídeos del rey en la noche se hicieron virales. En un par de ellos aparece Yussef Kaddur, campeón de artes marciales, que llegó en 2019 a viceconsejero —como se llaman en Melilla los concejales— de Juventud, aupado por Coalición por Melilla (CpM). Es el partido político afín a la comunidad musulmana, que gobierna la ciudad junto con el PSOE, con el que Kaddur acabó tarifando.

Kaddur ya apareció brevemente en un primer vídeo, aquel difundido el 24 de agosto, en el que Mohamed VI se tambalea de noche en una calle de París. Entonces se especuló con que su experiencia en las artes marciales le había llevado a incorporarse al equipo de guardaespaldas del monarca. Las imágenes de la celebración del martes demuestran que, en realidad, forma parte del círculo de amigos íntimos del soberano. "No tiene tensión de seguridad", afirma un policía español tras visionar el vídeo. "Va en el coche como acompañante", añade.

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¿Cómo un joven melillense, que desempeñó un cargo, ha podido convertirse en hombre de confianza de Mohamed VI? La explicación pasa por las artes marciales. Kaddur es un deportista de élite en tres disciplinas minoritarias, el grappling sin kimono, el grappling con kimono y el jitsu brasileño. En las dos primeras, llegó a ser campeón de Europa y después, en 2016, del mundo.

Desde abril de 2018, Mohamed VI ha fundado una especie de nueva familia con los tres hermanos Azaitar, dos de ellos, Abubakr y Otman, también deportistas dedicados a las artes marciales, mientras que el tercero, Omar, les hizo de entrenador y mánager. Los tres alemanes, de origen marroquí, conviven con el monarca y viajan con él aunque, quizás a causa de las críticas de la prensa, son ahora algo más discretos.

Antes de que apareciese en ese vídeo rodado en París, Kaddur colgó en las redes sociales algunas fotos suyas con la fratría de los Azaitar. Se le veía, por ejemplo, entrenando con ellos en el gimnasio que el soberano ha puesto a su disposición en Rabat y también sentado detrás de ellos en un avión de las Fuerzas Aéreas Reales. Fueron ellos los que le introdujeron en esa corte de deportistas algo peculiar.

Kaddur se ha dejado, probablemente, seducir por los fastos de palacio, pero también por las atenciones del rey, que ha colmado de regalos a sus nuevos amigos. Estos exhiben los relojes y los coches de lujo en las redes sociales, suscitando un gran malestar en una sociedad golpeada por la pandemia y ahora por las consecuencias de la guerra en Ucrania. Hasta Hespress, el diario más leído, y Chouf TV, una televisión online muy popular, se hicieron eco de ese malestar. No arremetieron nunca contra el monarca, pero sí contra sus amigos más cercanos.

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La seducción de Kaddur ha sido tanto más fácil porque él se confesaba en la prensa decepcionado por el poco apoyo institucional de su ciudad natal. Esta le otorgó, sin embargo, por unanimidad de la Asamblea de Melilla, su medalla de oro. El consejero de Deportes, Rachid Bussian, precisa que le concedió dos subvenciones de 15.000 (2020) y 30.000 euros (2021), pero ni siquiera justificó correctamente la segunda y no se inició un expediente de devolución.

Su marroquinización empezó en 2020, justo antes de la pandemia, cuando ya compitió una vez bajo la bandera de Marruecos. En sus redes sociales, colgó además un mapa de Marruecos que incluía a Ceuta y Melilla. El último episodio de su recorrido es que desde Rabat ha intentado convencer a varios deportistas musulmanes de las dos ciudades de que se pasen a Marruecos ofreciéndoles mejores patrocinios que en España. El último al que intentó seducir fue el melillense Ismael Jamali, medalla de plata en el Europeo júnior de halterofilia, según fuentes no oficiales del Ayuntamiento de Melilla.

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Cuando ya tenía un pie en Marruecos, Kaddur se enfadó con Bussian y le acusó, en su página de Facebook, de cobrar comisiones por las subvenciones y patrocinios que concedía. No aportó la menor prueba. Sus textos en redes estaban salpicados de faltas de ortografía. Su exjefe y consejero de Deportes, miembro de Coalición por Melilla, le puso entonces una demanda por vulneración del derecho al honor. La Policía Nacional trató en vano, cuatro veces, de localizarle para que compareciera en el juicio, pero no lo consiguió porque se había mudado a Rabat. Lleva más de dos años sin pisar Melilla.

A finales de noviembre compareció, por fin, por videoconferencia desde Rabat. Declaró ante el juez "no recordar haber escrito esos comentarios injuriosos", según explicó Bussian en un vídeo que colgó en YouTube tras celebrarse el juicio. "Dice que no es el autor de esta campaña de desprestigio", añadió sin dar crédito a sus palabras. El consejero de Deportes le tachó de "ruin y mezquino". Los servicios jurídicos de la ciudad de Melilla, que pusieron la demanda, van a solicitar a Facebook que identifique al titular de esa cuenta desde la que se calumnió al consejero.