La magistrada progresista Balaguer disputará la presidencia del TC a Conde-Pumpido

Se acerca septiembre y, con el inicio del curso político y judicial, todas las miradas se dirigen al Tribunal Constitucional. El órgano se encuentra al borde de una renovación empujada por el Gobierno y, con ella, de un cambio de presidencia. El nuevo presidente será, sin duda, progresista. Y el candidato natural, favorito en todas las quinielas, es Cándido Conde-Pumpido. Sin embargo, nadie descarta un vuelco de última hora que dé la dirección del TC a otra persona: la magistrada María Luisa Balaguer.

La delicada situación en la que se encuentra el TC propicia la inestabilidad y los volantazos. Nada puede darse por seguro. Antes de llegar a esa elección para la presidencia, deben completarse varios pasos que aún están en el aire. Para poder nombrar a la persona que llevará las riendas del Constitucional, hay que renovar previamente a los cuatro magistrados salientes. La elección de sus sustitutos se encuentra en manos de un Consejo General del Poder Judicial muy reacio y del Ejecutivo, que busca adelantar el vuelco de la mayoría y garantizarse un tribunal más afín.

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En el caso de que este trámite se complete sin retrasos, el actual presidente, Pedro González Trevijano, abandonará el TC con su mandato finalizado y tendrá que ser sustituido. Por primera vez en años, los números darán mayoría al sector más cercano a los postulados de izquierda. De 12 miembros, al menos siete serán progresistas, sumando a los actuales los dos que nombre el Gobierno y uno de la cuota del CGPJ. Como es tradicional, aspiran a presidir aquellos magistrados que se encuentren en el último tercio de sus mandatos, situación que comparten tanto Pumpido como Balaguer.

Ambos cuentan con puntos a favor. Conde-Pumpido suma una dilatadísima experiencia que le ha llevado a ocupar las más variadas responsabilidades. Desde la presidencia de la Audiencia Provincial de Segovia a convertirse en magistrado de Sala Segunda del Tribunal Supremo y su periodo como fiscal general del Estado, su trayectoria le ofrece una visión privilegiada y un conocimiento de las entrañas de la política judicial de la que pocos pueden presumir. Es magistrado del TC desde 2017, después de ser nombrado por el Senado a propuesta del PSOE. Su baza más importante es el apoyo del Gobierno, de la parte socialista, que le considera uno de los principales exponentes de la judicatura progresista.

El apoyo de los conservadores

Sin embargo, en el Gobierno el PSOE no está solo. Unidas Podemos muestra mayor simpatía por la otra candidata. La andaluza Balaguer es catedrática, especialista en sociología y una de las principales expertas en perspectiva de género y mujer desde el punto de vista constitucional. Además, de forma irónica, recabaría el apoyo de los magistrados conservadores del tribunal, que prefieren apoyarla a ella en lugar de a Pumpido. Otra de sus bazas es la de la igualdad. Una parte del Gobierno defiende la potencia del mensaje de promover a una aspirante mujer para dirigir uno de los principales órganos del Estado.

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En el pulso, parte con ventaja Pumpido. Gran parte de sus posibilidades se decidirán en función de los cuatro nombres de los magistrados que accederán al TC a partir de septiembre. En el Consejo, la negociación para nombrar a los dos que le corresponden está aún en pañales a falta de dos semanas para el pleno que ha convocado el presidente, Carlos Lesmes, para el debate y votación de candidatos. Las dos fuerzas se repartirán el cupo y el resultado será el nombramiento de un conservador y un progresista.

En cuanto a la cuota del Gobierno, fuentes jurídicas consultadas no dudan de que el magistrado José Ricardo de Prada estará en ese duo. El otro nombre será previsiblemente femenino, para respetar la paridad. En ese caso, uno de los perfiles que más suenan es el de la directora del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Yolanda Gómez, persona de la confianza del ministro Félix Bolaños.

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El mes de septiembre es clave para el TC a consecuencia del movimiento que realizó el Gobierno el pasado junio. Fue entonces cuando decidió aprobar una reforma legislativa que le permite transformar la constitución del órgano sin necesidad de contar con el PP. En concreto, permite al Consejo General del Poder Judicial hacer nombramientos pese a estar en funciones, aunque solo los que afectan al Constitucional. Los cuatro magistrados entraron en funciones el pasado 12 de junio. La nueva reforma modifica la anterior, que también impulsó el Ejecutivo, en la que se prohibía al Consejo hacer nombramientos una vez acabado su mandato.

El nuevo presidente o presidenta tendrá un mandato amplio. Tanto Pumpido como Balaguer fueron nombrados magistrados del TC en marzo de 2017, por lo que cumplirán, al menos, su mandato de nueve años, que puede alargarse en caso de retrasos cuando llegue el momento de su salida. Estarán así hasta como mínimo marzo de 2026, lejos de la actual presidencia, que solo se ha prolongado unos meses.