El histórico etarra Txeroki llega a España para ser juzgado por un atentado

Las autoridades francesas han entregado temporalmente a España al histórico miembro de ETA, Garikoitz Aspiazu Rubina, alias ‘Txeroki’. Según informan a El Confidencial fuentes de la lucha antiterrorista, ha sido puesto a disposición de la Policía Nacional para enviarlo a una prisión española. La entrega es para que sea juzgado por un atentado con coche bomba en 2002 en Bilbao.

Aquella explosión se investigó en el Juzgado de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional (sumario 30/2005) y el juicio ante la Sala de lo Penal del citado tribunal está previsto para los días 13, 14 y 15 de septiembre. La acción, en este caso, no provocó víctimas, pero si daños materiales. Una vez sea juzgado, Txeroki será devuelto a Francia para que termine de cumplir la condena pendiente que le resta en ese país. Una vez la concluya, será entregado otra vez a España para hacer frente a los años de cárcel que desde su caída le ha ido imponiendo la Justicia española.

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No es la primera vez Garikoitz Aspiazu Rubina es entregado temporalmente a España para ser juzgado. Fue detenido en Francia en noviembre del año 2008 en la estación de esquí de Cauterets (Francia). En ese momento era uno de los etarras más buscados y dirigía el 'aparato militar' de la organización. De él dependían los comandos de ETA y su apuesta siempre fue la de tratar de doblegar al Estado mediante los asesinatos y los atentados. La suya fue una carrera en las diferentes estructuras de ETA desde su base en la llamada 'kale borroka' (lucha callejera) que provocaba disturbios contra las fuerzas de seguridad en las calles del País Vasco y Navarra.

Enfrentamiento con Thierry

Txeroki mantuvo un duelo personal con el ya fallecido Javier López Peña, alias 'Thierry'. Era el jefe del 'aparato político' donde se decidían las líneas estratégicas de ETA y le arrestaron también en Francia en 2009. Tanto Txeroki como Thierry eran contrarios al cese de la violencia. Lo acreditaron con su actuación durante el proceso de negociación mantenido con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2006. La dirección de ETA incumplió el alto el fuego con la colocación de una furgoneta bomba en el aparcamiento de la Terminal 4 del Aeropuerto de Barajas.

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Sucedió el 30 de diciembre de 2006 y la explosión mató a dos ciudadanos ecuatorianos. A la larga, supuso el principio del fin del último intento de final dialogado de la violencia. Los dos terroristas que conducían la furgoneta, Martín Sarasola e Igor Portu, obedecían órdenes directas de Txeroki. Tras su arresto en Cauterets, las fuerzas y cuerpos de seguridad francesas y españolas aceleraron el proceso de descomposición de la banda, logrando el rápido arresto de sus sucesores Jurden Martitegui o Aitzol Iriondo en un corto espacio de tiempo.

ETA decretó finalmente el cese de sus atentados tres años después, en octubre de 2011, con 700 de sus militantes en las cárceles e incapaz de doblegar ya al Estado con la violencia debido a los golpes policiales. Dejó más de 800 asesinados y miles de heridos y exiliados fuera del País Vasco y Navarra. Sin actividad, ni medios, pero con los herederos de su brazo político de nuevo en las instituciones, la banda terrorista anunció en 2018 su disolución definitiva.