Un líder de ERC y capo de Tsunami ocultó un plan para comprar un banco belga por 10M

La Guardia Civil intervino a uno de los cerebros en la sombra de Tsunami Democràtic y el referéndum independentista del 1-O, el dirigente de ERC Xavier Vendrell, un proyecto secreto para comprar un banco de Bélgica. La operación habría permitido al movimiento secesionista efectuar todo tipo de transacciones financieras por la Unión Europea e incluso abrir oficinas en territorio nacional. Vendrell se encuentra investigado en estos momentos por los delitos de malversación de caudales públicos, blanqueo de capitales, tráfico de influencias y cohecho.

El banco elegido fue el Goffin Bank NV, una pequeña entidad implantada en la región de Flandes. Los papeles para su adquisición fueron localizados por la Guardia Civil en la operación Voloh, en octubre de 2020, durante el registro de la vivienda de Vendrell. Los documentos se encontraban en la cartera oficial que utilizó el político de ERC durante su breve etapa como consejero de Gobernación y Administraciones Públicas de la Generalitat, en la primavera de 2006, del Gobierno tripartito de Pasqual Maragall.

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Tras ese paso por el Ejecutivo que presidía el PSC, Vendrell ocupó un escaño en el Parlament y, finalmente, en 2010 pasó a moverse en un discreto segundo plano en el que mezcló la dirección del núcleo más radical del independentismo con todo tipo de negocios, desde adjudicaciones del Departamento de Salud a la gestión de una escuela concertada de educación especial, pasando por pelotazos urbanísticos e intermediaciones para Iniciativas Events SL, la empresa que montó los principales actos del 'procés' y Tsunami.

Según los investigadores de la Guardia Civil, el proyecto para la compra del banco belga perseguía convencer a un grupo de empresarios y cooperativas de Cataluña para que invirtiera 10,8 millones de euros en la adquisición del 80% de su accionariado. De ese modo, los empresarios seleccionados por Vendrell habrían pasado a tener el control de la licencia bancaria de Goffin Bank NV. El plan de adquisición tenía que desarrollarse de forma progresiva entre 2008 y 2010, señala el proyecto incautado al cabecilla de la trama Voloh.

Asignatura pendiente

El independentismo llevaba tiempo con la fantasía de tener un banco, una vez que se concienciaron de que las grandes entidades con sede en Cataluña —CaixaBank y Banco Sabadell— no iban a darles su apoyo. El intento con Goffin Bank es uno más de los muchos que se han barajado para compensar la falta de poder financiero del soberanismo.

Ahí han estado los intentos de la Generalitat para que el Institut Català de Finances (ICF) lograse una ficha bancaria, o los intentos de Puigdemont de impulsar las criptodivisas desde Waterloo, solo por poner algunos ejemplos. Todos estos fenómenos tienen el mismo patrón: la conciencia del movimiento de que sin poder financiero no habrá fuerza suficiente para lograr la independencia.

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La importancia de Goffin Bank no radica en el tamaño del banco. Al contrario, se trata de una entidad pequeña, lo que también era una ventaja a la hora de plantear su adquisición. La clave es que la entidad posee una ficha bancaria europea, lo que le permite actuar en toda la zona euro, con capacidad para captar depósitos y otorgar créditos.

El volumen de negocio de Goffin Bank es pequeño, apenas llega a 21 millones de euros gestionados. Pero su utilidad radicaría en que podría servir de palanca para conseguir algo más grande. Sin embargo, las exigencias de capital del sector financiero hacen muy complicado que empresarios del sector privado quieran arriesgar fondos en una aventura como esta.

En 2015 ya se descubrió información que implicaba a ERC en la compra de Goffin Bank NV, como destapó entonces El Confidencial. Empresarios de la órbita del partido de Oriol Junqueras recibieron un dosier con instrucciones para participar en la adquisición de la entidad financiera. Para entonces, el objetivo era hacerse con el 100% de su capital y triplicar en solo tres años el volumen de fondos gestionados. Sin embargo, en ese momento aún no había trascendido la participación en el plan de una pieza clave en el movimiento independentista como Vendrell. Goffin Bank forma parte en la actualidad del Grupo CKV, que cerró 2019 con un beneficio de 33 millones de euros.