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Bildu salva al Gobierno al apoyar su decreto anticrisis y el PP se decanta por el no
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SÁNCHEZ LOGRA 176 SÍES

Bildu salva al Gobierno al apoyar su decreto anticrisis y el PP se decanta por el no

El Ejecutivo salva su plan económico sin desarmar el bloque de investidura. Pegasus empuja a ERC a votar en contra; PSOE y PP se enzarzan en la tribuna y, tras mantener el suspense hasta el último minuto, los populares optan por el no

Foto: El Gobierno saca adelante el decreto anticrisis. (EFE/Emilio Naranjo)
El Gobierno saca adelante el decreto anticrisis. (EFE/Emilio Naranjo)

El Gobierno respira tranquilo gracias a Bildu. La formación 'abertzale' anunció este jueves que posibilitarían con sus votos la aprobación del decreto anticrisis de Sánchez, que pendía de un hilo por el voto en contra del independentismo catalán y las dudas de la derecha. Los cinco votos de Bildu se han sumado a los de PSOE, Podemos, PNV, PDeCAT, Más País, Compromís, Teruel Existe, Nueva Canarias y el PRC. A última hora, el BNG se sumó al bloque del sí. En total, Sánchez ha contado con 176 votos a favor que, aunque ajustados, resultan suficientes para sacar adelante su proyecto económico para embridar la inflación que, además, se tramitará como proyecto de ley para admitir y debatir las enmiendas de los grupos.

Aunque el PP mantuvo la incógnita sobre el sentido de su voto hasta el último minuto, finalmente ha optado por el no, según confirmaba la secretaria popular, Cuca Gamarra, en los pasillos del Congreso. "La voluntad ha sido absoluta hasta el último momento. No pueden plantearse dudas de quién ha estado en condiciones de apoyar, pero nos han dicho a todo que no", reiteran fuentes populares, que lamentan que Sánchez haya vuelto a elegir a Bildu antes que aceptar la mano de Feijóo. En total, Sánchez ha salido este jueves de la Cámara Baja con 172 noes: PP, Vox, Ciudadanos, los dos exdiputados de UPN, Foro Asturias, ERC, Junts, la CUP y el exdiputado de Ciudadanos, Pablo Cambronero. Solo Ana Oramas (Coalición Canaria) se ha situado en la abstención.

No sin esfuerzo, el PSOE sacará adelante el decreto económico con 176 votos a favor, 172 en contra y una abstención

"Una vez más, actuaremos con la responsabilidad que debemos a la ciudadanía, y hoy aprobaremos este decreto, porque la gente no puede ni debe ser quien pague las consecuencias de los graves errores de este Gobierno". Las palabras de Mertxe Aizpurua, portavoz de la formación 'abertzale', a primera hora de la mañana caían como maná para la bancada socialista. La posición de su formación, como la del resto de fuerzas nacionalistas afectadas por el escándalo Pegasus, había quedado en el aire por la negativa del Gobierno a abrir una comisión de investigación en el Congreso para "depurar responsabilidades" por el presunto espionaje a decenas de líderes independentistas, que insisten en pedir la cabeza de la ministra de Defensa, Margarita Robles.

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Los teléfonos de sus señorías comenzaron a echar humo este miércoles, cuando Sánchez fue realmente consciente de que había grandes posibilidades de que una votación que se presumía sin complicaciones podía caer perfectamente en el Congreso. Sus socios habituales, con excepción del PNV, el PDeCAT, Más País y Compromís, estaban en el no. Los 13 votos de ERC, claves para garantizar la viabilidad de la legislatura con las fuerzas que apoyaron la investidura, se volvieron en contra del Ejecutivo, que decidió primar a Bildu en las negociaciones para evitar desarmar la mayoría de investidura.

Este jueves, conscientes ya de que el decreto salía adelante gracias a la red de seguridad de Bildu —tras un aparente pacto no escrito entre ambas formaciones—, los republicanos cumplieron su amenaza y confirmaron su voto en contra para mantener la presión al Ejecutivo. "Conocen las intimidades de nuestras familias, amigos y allegados. Esta es su democracia plena. Si quieren saber qué votamos, pregunten al CNI", proclamaba la diputada de ERC, Montserrat Bassa, que sustituyó a Gabriel Rufián en la fijación de la posición del grupo.

Así las cosas, y a pesar del voto en contra de ERC, Sánchez salvará su decreto económico por mayoría absoluta sin necesidad de sumar al bloque a ninguna fuerza de la derecha. Es la vía con la que presionaba Podemos, en cuya formación se instaló el temor a que el PSOE renunciase al bloque de investidura para tender puentes con el PP. "Hay un debate en nuestro país sobre cómo podemos parar a la ultraderecha. Como no se hace es tendiendo la mano al PP", advertía Pablo Echenique. "La mayoría plurinacional y progresista es un objeto político a proteger", añadía el dirigente morado durante su intervención, que aprovechaba para agradecer la "generosidad" de Bildu para apoyar el decreto.

Foto: El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonés. (EFE/García)

PSOE y PP se enzarzan en la tribuna

El PP ha mantenido la incógnita sobre su sentido de voto casi hasta el final. Pero, una vez conocido el voto a favor de Bildu, el alegato de Jaime de Olano, encargado de defender la posición del primer partido de la oposición en la tribuna, ya se acercaba indudablemente al no. "Han convertido la acción de Gobierno en un juego de trampas. Es todo tan cutre que resulta penoso", lamentaba el diputado popular, que ha tachado de "decepción" la decisión del Gobierno de "elegir" a Bildu antes que "comprometerse" con el PP. "Bildu vota su decreto y, a cambio, les permiten acceder a los secretos del Estado", recordaba Olano, en alusión a la pirueta parlamentaria del PSOE para permitir la entrada de las fuerzas independentistas a la comisión secreta que controla la acción del CNI.

Pero la bancada socialista, que ya saboreaba la victoria, no solo se negó a "tomar la palabra" para brindar un compromiso al PP, sino que dirigió una beligerante y contundente crítica contra el primer partido de la oposición, sin mencionar en ningún momento a ERC que, aunque por diferentes motivos, también ha decidido votar en contra. "¡Qué hizo el PP cuando gobernó este país! ¡Recortaron a la gente que más necesitaba! ¡Eso es lo que hizo el PP, y ahora les decimos que no!", gritaba Pedro Casares. El encendido diputado socialista llegó a cuestionar, incluso, la "dignidad" del PP para participar en la comisión de secretos. "¿De verdad se creen más dignos?", preguntaba el dirigente, en alusión al veto del PP a Bildu para acceder al foro parlamentario. Esta última alusión revolvió especialmente a la bancada popular, por lo que Meritxell Batet se vio obligada a hacer varias llamadas al orden en la sesión.

La cámara baja ha sido testigo en las últimas horas de una tensión que no se sentía desde la agónica votación de la reforma laboral. Al Gobierno, ante el vértigo a una derrota, no le quedó más remedio que mirar a la derecha. Consciente de que, 'a priori', su voto resultaba decisivo para Moncloa, Feijóo explotó su posición de fuerza y envió en la tarde del miércoles una misiva al Gobierno en la que ponía precio a su sí al plan económico de Sánchez. Pidió Génova la posibilidad de poder introducir enmiendas al decreto antes de que finalice el presente periodo de sesiones, con la inclusión de cuatro "aspectos básicos": rebaja fiscal para rentas medias y bajas, recorte del gasto burocrático, reducción del IVA en suministros básicos y mejorar la gestión de los fondos europeos.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Zipi)

Pero el Gobierno solo accedió a tramitar el decreto como proyecto de ley, un mecanismo que el PSOE descartaba 'a priori', pero que ha servido para sumar a algunas fuerzas minoritarias, como Teruel Existe o Nueva Canarias. Para el PP, sin embargo, resultaba del todo "insuficiente". El PP ha optado por el no al filo de la votación, pero el malestar ya se dejaba sentir en las filas populares desde hacía horas, más tras la respuesta de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que rechazó claramente el plan económico de Feijóo alegando que "requiere de una análisis profundo" y la encendida respuesta del diputado Pedro Casares desde la tribuna este jueves. De nuevo y, en cuestión también de horas, PSOE y PP han pasado de un tímido acercamiento a la ruptura total.

La votación de infarto de este jueves refleja la situación de debilidad parlamentaria en la que se encuentra Pedro Sánchez prácticamente desde que comenzó la legislatura, por encomendar la viabilidad de sus proyectos al amparo de las fuerzas independentistas. Pero, además, deja en evidencia el tropiezo de Alberto Núñez Feijóo a la hora de intentar alcanzar un pacto de Estado con Moncloa, en este caso para contener la inflación, y enrarece la posibilidad de entendimientos futuros con la negociación para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) como gran desafío pendiente.

Bolaños llamó a Gamarra "para nada"

La sensación que se ha instalado en el PP es que la intención del Gobierno de mantener abierta la vía de la derecha fue una impostura, y que el Ejecutivo les puso un señuelo para creer que realmente había posibilidad de acuerdo. En el marco de la negociación del decreto, Moncloa contactó dos veces con Génova. La primera, el pasado martes por la noche, de la mano de María Jesús Montero y Juan Bravo; y la segunda 24 horas después, al término del miércoles, cuando ya PSOE y PP ya se habían cruzado sendas misivas en las que quedaba patente que no había acuerdo.

El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, se puso entonces al mando de las negociaciones y telefoneó a la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, según los populares "para nada". Aseguran que lo único que les ofreció fue la tramitación como proyecto de ley, una "trampa", ya que el trámite hubiese salido adelante con o sin los votos de PSOE y Podemos —la utilización de este mecanismo para el decreto anticrisis ha contado con el aval de 345 diputados—.

El PP ofreció a Bolaños posponer la convalidación del decreto al 9 de mayo para tratar de cerrar un acuerdo

Las mismas fuentes aseguran que no conocían de la existencia de una negociación paralela con Bildu, y denuncian el "engaño" del Gobierno al renunciar a la vía Feijóo tan pronto como confirmaron el voto afirmativo de los 'abertzales', que proporcionaban una pista de aterrizaje ajustada pero sólida para el decreto de Sánchez. "Son unos intoxicadores magníficos", señalan en el equipo de Feijóo. El PP ofreció a Sánchez la posibilidad de retirar del pleno de este jueves la convalidación del decreto y posponerla al 9 de mayo, fecha en la que vencerían los 30 días de plazo que pueden transcurrir entre la aprobación de la norma en Consejo de Ministros y su convalidación en el Congreso, para así ampliar el margen de negociación. "Dijeron que no a todo", lamentan en Génova.

Con todo, el Gobierno dejó todas las puertas abiertas al PP, motivo por el que los populares optaron por no definir el sentido de su voto con la esperanza de que Sánchez les ofreciese un acuerdo 'in extremis'. Con esa intención envió Feijóo a su nuevo mandatario económico, Juan Bravo, al Congreso. Pero no hubo movimientos de última hora del Ejecutivo. Lo que esperaba el PSOE era la confirmación del voto afirmativo de Bildu, que llegó este mismo jueves por la mañana, según aseguran fuentes socialistas. Fue en ese momento cuando el PP viró definitivamente hacia el no, conscientes de que sus votos ya no eran necesarios y, por tanto, el PSOE no pactaría sus recetas económicas. "Queda claro la baraja con la que juega el Gobierno", zanjan en el PP.

El Gobierno respira tranquilo gracias a Bildu. La formación 'abertzale' anunció este jueves que posibilitarían con sus votos la aprobación del decreto anticrisis de Sánchez, que pendía de un hilo por el voto en contra del independentismo catalán y las dudas de la derecha. Los cinco votos de Bildu se han sumado a los de PSOE, Podemos, PNV, PDeCAT, Más País, Compromís, Teruel Existe, Nueva Canarias y el PRC. A última hora, el BNG se sumó al bloque del sí. En total, Sánchez ha contado con 176 votos a favor que, aunque ajustados, resultan suficientes para sacar adelante su proyecto económico para embridar la inflación que, además, se tramitará como proyecto de ley para admitir y debatir las enmiendas de los grupos.

Bildu Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) Partido Popular (PP)