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Malestar entre los barones con Ayuso por citar a Barberá: "Hoy no era día de dar la nota"
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Crisis en el Partido Popular

Malestar entre los barones con Ayuso por citar a Barberá: "Hoy no era día de dar la nota"

Casado replicó a la presidenta madrileña: "Isa, yo no he tenido nada que ver con el espionaje. Te tengo mucho cariño". Feijóo optó por no intervenir dado el tono de reproches

Foto: Ayuso, junto a Fernández Mañueco y López Miras, durante la Junta Directiva Nacional. (EFE/Javier Lizón)
Ayuso, junto a Fernández Mañueco y López Miras, durante la Junta Directiva Nacional. (EFE/Javier Lizón)
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Era el día de la despedida de Pablo Casado, pero todas las miradas se volvieron hacia la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Como informó ayer este diario, la baronesa pidió intervenir en el turno de ruegos y preguntas tras el discurso del todavía presidente del PP hasta el congreso el primer fin de semana de abril. Casado había provocado un caluroso aplauso, que no atronador, de los más de 400 asistentes entre presidentes autonómicos, diputados y senadores que ayer se reunieron en la Junta Directiva Nacional del PP. Lamentó “todo lo que haya hecho mal”, pero también se reivindicó y denunció ante sus compañeros “la reacción que he sufrido, que es inédita en nuestra historia democrática": "Creo sinceramente que no lo merezco”. Los barones no se dieron por aludidos. La mayoría del auditorio se levantó. Entre los presentes había unanimidad en el “cariño” y el “reconocimiento” hacia “Pablo”. Otros matizaban: “Rajoy no se lo merecía tampoco y le tocó irse”.

Ayuso empezó a hablar nerviosa. Llevaba el discurso escrito y con algunas anotaciones de su puño y letra. Había expectación, pero pronto, según relata uno de los asistentes, empezaron a sucederse las caras de sorpresa e incluso de malestar al escuchar a la presidenta regional. No estaba dispuesta a enterrar el hacha de guerra. Pidió “expulsar del PP” a los que cuestionaron el contrato de su hermano. “No creo en las heridas cerradas en falso”, aseveró mientras enumeraba el sufrimiento de su hermano y de sus sobrinos por la campaña que desde su partido se había orquestado contra ella. Esta afirmación fue criticada por algunos de sus compañeros en los corrillos posteriores, pero también dentro se censuró. Lo hizo el presidente del PP extremeño, José Antonio Monago, que pidió la palabra: “Hay que cicatrizar las heridas”. Las palabras de Ayuso eran un golpe a la conjura de unidad que se había hecho para salir sin fisuras de la Junta Directiva Nacional.

Pero, sin duda, la parte que “encogió el corazón” a más de uno fue la alusión a la fallecida exalcaldesa de Valencia Rita Barberá. "¿Cuántas Ritas Barberá se va a dejar este partido en la cuneta?", lanzaba a modo de pregunta retórica la presidenta madrileña. La comparación estaba hecha y no gustó. Barberá falleció tras ser apartada del PP cuando el Tribunal Supremo la imputó por un presunto blanqueo en el Ayuntamiento de Valencia. El estado de soledad y depresión en que acabó una de las políticas más populares del partido abrió un debate tras su muerte por el trato que se le había dado. “Ha sido de mal gusto. Solo se entiende en el afán de dar la nota”. Esta crítica de un diputado popular es compartida por muchos de los allí presentes, que en su análisis consideran innecesario “hacerse la víctima” cuando ha recibido ya el apoyo de todos. “Ha sido inoportuno”.

El futuro líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, tampoco se sintió cómodo. En un primer momento, se planteó intervenir ante la Junta Directiva Nacional, pero el tono que estaba tomando el debate le hizo que se lo replanteara. Lo mismo ocurrió con otros barones. Tras Ayuso llegó la diputada Cayetana Álvarez de Toledo, que se posicionó junto a la presidenta madrileña y exigió que en el congreso se incluya una ponencia política para definir la posición “ideológica”. La diputada por Barcelona afeó que no se haya dado la “batalla cultural” a la izquierda.

Foto: El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Brais Lorenzo)

Casado escuchaba los reproches de dos de sus enemigas políticas y les quiso dar la réplica. “Isa, yo no he tenido nada que ver con el espionaje, nunca lo habría ordenado contra nadie, pero además te tengo mucho cariño”. Su gesto conciliador buscaba dejar en evidencia a la que fuera su 'pupila'. Con Álvarez de Toledo fue más displicente. Le recordó que sí había habido un “profundo” debate ideológico en su etapa en el PP y que precisamente una de las ponencias fue elaborada por Feijóo. También le instó a plantearlo a los organizadores del próximo congreso.

Aún hubo dos turnos de palabra más. El exsenador y responsable de la Policía en la etapa de Mariano Rajoy, Ignacio Cosidó, se dirigió a sus compañeros visiblemente emocionado. Recordó los malos momentos que ha vivido con la investigación de la operación Kitchen, en la que no ha sido imputado, y agradeció la confianza que siempre le ha dado Casado. Cerró el turno de ruegos y preguntas el consejero de la Comunidad de Madrid Carlos Izquierdo para insistir en lo “mucho que había sufrido” Ayuso.

Foto: Foto: Cedida.

El PP abre una nueva etapa con el paso al frente que dará hoy Feijóo. El conflicto con Ayuso sigue caliente. El presidente del comité organizador, Esteban González Pons, anunció ayer el cierre del expediente a la presidenta madrileña y puso la mano en el fuego por ella: “Confío absolutamente del todo en su honorabilidad”. El partido no da importancia a la investigación que ha abierto la Fiscalía sobre el contrato por el que el hermano de la presidenta recibió una comisión. Ayuso explicó a los barones al inicio de esta crisis que no había nada irregular. El siguiente paso será poner fecha al congreso del PP de Madrid en cuanto llegue la nueva dirección a Génova.

Era el día de la despedida de Pablo Casado, pero todas las miradas se volvieron hacia la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Como informó ayer este diario, la baronesa pidió intervenir en el turno de ruegos y preguntas tras el discurso del todavía presidente del PP hasta el congreso el primer fin de semana de abril. Casado había provocado un caluroso aplauso, que no atronador, de los más de 400 asistentes entre presidentes autonómicos, diputados y senadores que ayer se reunieron en la Junta Directiva Nacional del PP. Lamentó “todo lo que haya hecho mal”, pero también se reivindicó y denunció ante sus compañeros “la reacción que he sufrido, que es inédita en nuestra historia democrática": "Creo sinceramente que no lo merezco”. Los barones no se dieron por aludidos. La mayoría del auditorio se levantó. Entre los presentes había unanimidad en el “cariño” y el “reconocimiento” hacia “Pablo”. Otros matizaban: “Rajoy no se lo merecía tampoco y le tocó irse”.

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