Ayuso pide "expulsar" del PP a todos los que la atacaron: "No creo en los cierres en falso"

Reunión de alto voltaje en el PP. Pablo Casado ha puesto punto final este mediodía a su etapa al frente de la presidencia del partido. Lo ha hecho ante los más de 400 cargos que conforman la Junta Directiva Nacional, en un discurso en el que ha brindado su apoyo a Alberto Núñez Feijóo en la "nueva etapa" del partido, pero en el que también ha lamentado el trato recibido en los últimos días. El cara a cara con Isabel Díaz Ayuso llegaba justo después. Cuando el presidente nacional ha finalizado su intervención "emocionado", según los presentes, la dirigente madrileña ha pedido la palabra y ha pronunciado un durísimo discurso contra Pablo Casado y su equipo. "No sé cuántas Rita Barberá más hacen falta en este partido", afeaba. Y era solo el principio.

Ayuso coincidía por primera vez este martes con el todavía presidente del partido y con los líderes autonómicos después de haber originado la mayor crisis que se recuerda en la organización popular. Y la presidenta de la Comunidad de Madrid ha querido clavar una última daga al todavía presidente del PP. No tuvo oportunidad de hacerlo en la última reunion de los barones con Casado en la noche del 23-F, porque no estaba invitada al evento. "Ojalá se hubiera investigado con tanto detalle a Sánchez como a mí", ha declarado ante sus compañeros. "Desde mi casa se ha hecho lo imposible por echarme de la política y por destruirme en lo personal", cargaba, ante la atenta mirada de Pablo Casado.

Por todo ello, la dirigente ha solicitado sin miramientos "expulsar" del PP a todos los que la atacaron, señalando directamente al equipo de Pablo Casado y a él mismo. "No creo en las heridas cerradas en falso. Pido que todo el que haya formado parte de esta campaña sea puesto de inmediato en la calle", exigía, entre los aplausos de algunos de los presentes. La premisa oficial por parte de Cuca Gamarra y Esteban González Pons, encargados de pilotar el partido hasta el congreso nacional que se celebrará el 1 y 2 de abril en Sevilla, es la de no hacer cambios en la estructura interina hasta que Alberto Núñez Feijóo nombre a su equipo tras el cónclave.

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Isabel Díaz Ayuso ha sido una de las grandes protagonistas de la cita de este martes y una de las pocas que ha pedido el micrófono tras la intervención de Pablo Casado. En un discurso que preparó "sola" la tarde anterior, Ayuso se ha vuelto a desvincular del contrato de su hermano con la Comunidad de Madrid, del que, asegura, solo tuvo conocimiento cuando en septiembre pasado Casado le citó para interrogarla por ello entre acusaciones de tráfico de influencias.

"Han sucedido hechos gravísimos que, para volver a ganarnos la confianza de la opinión pública, habrá que investigar y expulsar a sus autores. Y saber por qué un estúpido anónimo acaba en forma de SMS en los teléfonos de nuestros adversarios políticos. O qué hay de cierto sobre un alcalde que trabaja donde casualmente presentó la declaración del empresario de las mascarillas, y que ha sido justo desde allí donde puede ser que se han filtrado los datos", ha resumido ante sus compañeros.

"Esto nunca se había visto en nuestra casa. Nunca se habían visto estas prácticas"

"Esto nunca se había visto en nuestra casa. Nunca se habían visto estas prácticas", continuaba la dirigente, en un tono que, según algunos de los presentes, chocaba con el pragmatismo exhibido por Pablo Casado, que no ha mencionado ni explícita ni veladamente su conflicto con la madrileña en su despedida. "La Comunidad de Madrid es clave para el PP y ahora se enfrenta a un desgaste insoportable", insistía, en relación con la investigación abierta por la Fiscalía que "quedará en nada". Pero "¿cuánto tiempo tardarán en darle carpetazo?", lamentaba.

Recado a Feijóo

Ayuso no se ha dejado un solo tema en el tintero. Durante su intervención ha afeado a la anterior dirección una campaña "difícil de asimilar" que se alargó durante meses, y por la que tuvo que hacer "de tripas corazón" en diversos actos del partido, como la convención de Valencia o la campaña de Castilla y León "mientras otros decían por lo bajo que me quedaba poco para caer", ha incidido.

Sin embargo, la dirigente madrileña ha abrazado la nueva etapa que se abre en el partido de la mano de Alberto Núñez Feijóo. Ayuso ya cerró filas con el dirigente cuando su nombre empezó a aparecer en las quinielas para sustituir a Casado, respaldo que hoy ha confirmado ante la Junta Directiva Nacional. "Solo los partidos que sean realmente útiles para España y la protejan ante tanto daño van a sobrevivir. Yo por eso creo en ti, Alberto", ha pronunciado.

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No obstante, Isabel Díaz Ayuso se ha posicionado con Cayetana Álvarez de Toledo para solicitar que en el próximo cónclave nacional se presenten "una batería de medidas reformistas" que guíe a las "caras nuevas" que se pongan al frente del partido. En línea con la diputada por Barcelona, la madrileña ha solicitado al gallego que no renuncie a dar la "batalla de las ideas si no queremos que terminen de cambiar España por la puerta de atrás".

Además, ha marcado posición respecto a la relación que debe tener el PP con Vox, y ha pedido no "negar" a quienes hoy votan a Santiago Abascal o a Inés Arrimadas. Hacerlo, ha dicho, "es estar completamente ciego y alejado de la realidad", porque "nos une un objetivo común", que es "el cambio de rumbo en España", aunque sí ha admitido que el gran desafío de los populares es que todas estas corrientes vuelvan a "la casa común del centroderecha".

Álvarez de Toledo pide un debate ideológico

Hace meses que la relación entre Casado y Ayuso estaba rota. El líder 'interino' del PP jamás lo imaginó cuando la designó candidata a la Comunidad de Madrid con buena parte del partido en contra. Hoy, la guerra que comenzó entre ambos por el control del PP de Madrid y que ha terminado con una crisis interna con acusaciones cruzadas de "espionaje" y "corrupción" ha terminado con el líder popular fuera del partido. Pero Casado no ha querido hacer más leña del árbol caído y, sin mencionar a su enemiga interna, solo ha lanzado un reproche. "Lo siento, tengo que decirlo. La reacción que he tenido que sufrir, que es inédita, creo sinceramente que no la merezco ni la merecería ninguno de vosotros", lamentaba.

Además de Ayuso, la diputada por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo, también ha tomado la palabra en el turno de ruegos y preguntas. La exportavoz del PP en el Congreso ya había ajustado cuentas con la dirección saliente, y en particular con el ex secretario general Teodoro García Egea, en su libro 'Políticamente indeseable', pero este martes ha querido alzar la voz para ponerle deberes a Alberto Núñez Feijóo. A su juicio, la crisis abierta en el partido es una oportunidad para reactivar un debate ideológico y estratégico en el partido más allá de "sustituir a un líder por otro".

También pidieron la palabra otros dirigentes, como el presidente del PP de Extremadura, José Antonio Monago; el líder del partido en Castilla-La Mancha, Paco Núñez, y el consejero de Ayuso en Madrid, Carlos Izquierdo. En este caso, el mensaje común era el de reivindicar la "unidad" interna y reivindicar el consenso del partido en torno a la figura de Alberto Núñez Feijóo. "Todos tenemos heridas, algunas muy profundas. Es el momento de empezar a cicatrizar", ha expresado el extremeño.

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Feijóo ha anunciado que a partir de mañana despejará la incógnita sobre su candidatura, pero no será coronado como presidente del PP hasta dentro de un mes. Ha convocado para este miércoles la Junta Directiva Regional del PP gallego, ante el que descubrirá su decisión. En este tiempo, el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, tendrá que construir una mayoría parlamentaria que le permita repetir en el cargo y evitar nuevas elecciones. Si no hay más remedio, tendrá que dar consejeros a Vox. Feijóo siempre se ha mostrado contrario a los acuerdos con la ultraderecha. El PP arranca hoy una nueva etapa con los mismos miedos.