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La sexta ola explota el caos de los contratos covid: miles de sanitarios cesados o en el filo
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"Ya no podemos más"

La sexta ola explota el caos de los contratos covid: miles de sanitarios cesados o en el filo

La mayoría de regiones anunciaron este otoño recortes en el personal sanitario contratado como refuerzo para la pandemia y la nueva ola ha pillado a los equipos en el limbo

Foto: Foto: EFE/Javier Etxezarreta.
Foto: EFE/Javier Etxezarreta.

El día 1 de diciembre, en el acto del primer aniversario del Hospital Isabel Zendal, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, dio una buena noticia a los sanitarios de su región. Entre las medidas de su plan de actuación contra el covid para la Navidad, anunció una inversión extraordinaria de 40 millones de euros “para mantener a todos los profesionales sanitarios que se necesiten, como mínimo, hasta que acabe el invierno”.

Dos semanas después, esta propuesta se concretó en la mesa sectorial con el compromiso por parte de la comunidad de renovar al personal sanitario con “contrato covid”, según confirma Comisiones Obreras. Sin embargo, el acuerdo duró poco, pues ya está habiendo excepciones. Varios de estos contratados, sobre todo en atención primaria y con especialidades como higienista bucodental, farmacéutico o fisioterapeuta (aunque su labor estos meses ha sido de lo más variada), están recibiendo la fatídica llamada. Muchos de ellos denuncian que se les cesará a final de este 2021. Y esta situación no solo se vive en Madrid. Prácticamente, todas las regiones de España están teniendo problemas con los llamados ‘contratos covid’ mostrando la fragilidad del sistema nacional.

Foto: Medidas anticovid. (EFE/Rolex Dela Pena)

Estos sanitarios de refuerzo fueron sumándose a las filas de los sistemas regionales entre la primera y la segunda ola con el objetivo de paliar el colapso total vivido en los primeros meses de pandemia. Miles de profesionales que llegaban en una carrera de las regiones por ponerse la medalla de reforzar sus equipos, que dejaron las bolsas de contratación vacías y que en muchos casos son jóvenes recién salidos de las universidades y centros de estudios. Con contratos, eso sí, precarios, y un futuro incierto pegado a la evolución de pandemia.

Tanto es así que ya en la ola veraniega los gobiernos intentaron ir recortando su partida alegando, además, falta de presupuesto y aceleraron la operación con la caída de la incidencia en septiembre y octubre. Andalucía anunció ese mes el cese de 8.000 de los 20.000 contratados; Madrid de 5.500, la mitad del total; Comunidad Valenciana de 3.500; Castilla-La Mancha 2.700… El problema es que en medio de su salida vuelven a ser esenciales, y han metido a los Ejecutivos en una situación comprometida. Mientras ciudadanos y personal reclaman más refuerzos que nunca, los gobiernos se han encontrado con un grupo en plena desbandada y se ha desatado el caos.

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Foto: EFE.

Por lo explicado por varios de los sanitarios con estos contratos en diferentes regiones de España, la situación se reparte entre los que ya saben que no serán renovados, los que están en el filo a días del fin de su contrato sin tener noticias de qué pasará a partir del 1 de enero y los que, al menos, saben que aguantarán hasta la próxima ola. Aunque no tienen muchos más detalles ni visos de mejora.

Chicos para todo

Daniel Berrocal Fernández, higienista bucodental de 22 años, es uno de los que forman parte del primer grupo, de los que saben, o eso le han dicho, que a partir de final de diciembre dirán adiós a su puesto. Él lo hará en el Centro de Salud de Castelló, en la ciudad de Madrid. Con su contrato, hace de gestor covid, un puesto que se centra en organizar, estructurar y ser la primera línea contra el covid en los centros. Y lo dejará en plena sexta ola. “Hacemos de todo, sobre todo estructurar, organizar, hablar con la gente que viene, gestionar para mitigar las esperas, los colapsos… Pues, a partir del lunes que viene, esto lo tendrá que hacer otro compañero, que, por otro lado, tendrá que dejar parte de su trabajo que ya está sobrecargado”.

Berrocal se enteró esta misma semana de que no estaba dentro del grupo que Madrid había dicho que renovaría y su enfado es monumental. “Estamos colapsados y esto demuestra que Madrid quiere convertir los centros de salud en mataderos. Si ya estamos fatal, con menos personas, la atención primaria solo servirá para que la gente venga a quejarse y a morir, porque no podremos hacer otra cosa. Es así de crudo y lo digo sin cortarme”. Su malestar crece y su esperanza es casi nula. “No creo que esto vaya a mejorar, es que no es que nosotros seamos refuerzos solo para el covid, es que el propio servicio general ya estaba falto de personal antes de la pandemia y no tiene pinta de que quieran cambiar eso. Algunas veces me he tenido que comprar hasta mi propio material”.

María (nombre ficticio ya que prefiere no revelar su identidad) está en una situación similar. Ha pasado lo peor de la pandemia en el antiguo hospital de Móstoles con un contrato covid. Pero, dentro de una semana, todo apunta a que estará en el paro. Entró en febrero de 2020 con una jornada del 25% y, cuando llegó el virus, como al resto de compañeros en su situación, les pidieron que renunciaran a sus contratos para firmar otros a jornada completa.

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Foto: Reuters.

“Firmé un papel para renunciar a esa jornada y luego volvería al 25%, cuando la situación se tranquilizara, porque pensaban que iba a durar poco”, cuenta esta enfermera. Hasta hoy, ha mantenido su contrato covid. “A estas alturas pensaba que me iban a renovar como a todos mis compañeros, que tienen contrato covid igual que el mío”, lamenta. En su caso, le han especificado que, como entró con un contrato por un 25%, la renovación de contratos covid no aplica para ella.

Marta, una enfermera que ahora mismo trabaja en la planta de la UCI en Navarra, está en el tercer grupo, pero por poco tiempo. Le han prorrogado el contrato covid hasta el 31 de enero. A falta de 24 horas, ayer aún no sabía si tendría que trabajar el día de Nochebuena o no. “En los hospitales de la comunidad han cerrado plantas porque no somos suficientes, estamos haciendo horas extra a tope en plena sexta ola y queremos que se pospongan unos meses los exámenes de la oposición que se celebran en febrero”.

El baile de las cifras de contratación

A todo este caos hay que sumar que las comunidades autónomas ofrecen muy poca información sobre cuántos contratos de refuerzo se han hecho a lo largo de la pandemia y sus movimientos. Más allá de noticias o notas de prensa, incluso los propios sindicatos solo han podido recopilar los datos de algunas autonomías. Según CCOO, con motivo del repunte de los casos por la variante ómicron, Madrid extenderá 10.100 contratos de refuerzo hasta el 31 de marzo y Castilla-La Mancha otros 4.600 hasta la misma fecha. La Comunidad Valenciana ha anunciado la contratación de 6.656 profesionales y Cantabria, 430 a partir del 1 de enero.

Andalucía, Extremadura, Murcia y Baleares han respondido también a la cuestión de cuántos profesionales han contratado para refuerzo. En Baleares son “cerca de 1.500”, lo que supone cerca de un 8% de la plantilla total. “En el punto más alto de la pandemia, llegamos a tener hasta 6.000 profesionales sanitarios y no sanitarios más contratados que al inicio, con cerca de 29.600 personas en plantilla”, cuentan desde la Región de Murcia. En Andalucía, de los 20.000 que había, se renovará a poco más de la mitad, unos 12.000.

Las cifras de cada región son poco comparables si no se tiene en cuenta la plantilla total habitual. La tasa de refuerzo por cada 1.000 habitantes muestra algunas diferencias entre las regiones con información actualizada, pero la evolución y la gravedad de la pandemia, que ha sido diferente en cada comunidad autónoma, alteran también esta comparativa. Varias consejerías han insistido con su respuesta en que la plantilla se ampliará más si la situación lo requiere.

Y hay otros datos que no terminan de cuadrar. A cierre de noviembre, el Servicio Madrileño de Salud tenía una plantilla de 83.619 trabajadores, entre personal directivo, personal médico, de enfermería y auxiliares y personal de gestión y servicios, según las estadísticas publicadas por la comunidad. Esa cifra es un 12,5% más que los 74.095 que tenía en enero de 2020. Son poco más de 9.000 trabajadores, menos de los 11.000 que la comunidad dice haber contratado como refuerzo para hacer frente a la pandemia.

El aumento de personal se ha notado un poco más en los hospitales que en los centros de salud. La plantilla de los primeros ha pasado de 58.759 a 66.864, un 13,8% más. En la atención primaria, el número de trabajadores ha pasado de 13.268 a 14.785, un 11,4% más.

Comisiones Obreras cifraba en un 120% el incremento de las bajas por coronavirus entre los sanitarios madrileños

Estos contratos definidos como “de refuerzo” están sirviendo también para cubrir bajas, por lo que la amortiguación es menor de lo que rezan las cifras. El lunes, Comisiones Obreras cifraba en un 120% el incremento de las bajas por coronavirus entre los sanitarios madrileños. Y la incidencia de bajas por covid en atención primaria crecía incluso más: un 132%. Desde que comenzó la pandemia, el sector sanitario y los trabajadores en residencias de mayores han sido los más afectados por las bajas provocadas por infección o por aislamiento.

El estallido de contagios provocado por ómicron llega en una situación de plantillas cada vez más cansadas y que consideran insuficientes los refuerzos. Un cóctel que ha hecho que el caos se generalice.

Una plantilla fundida

Todo este baile de cifras y situaciones de precariedad se dispara con la situación que vive el país y la propia profesión sanitaria. En Navarra, donde la sexta ola pega con semanas de antelación al resto del país, se ve un agotamiento máximo, al que se suma los años de fatiga, el estrés continuo y la falta de más personal o seguridad en el trabajo. “Ya no podemos más, estamos colapsados”, explica Marta.

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Foto: Reuters/Susana Vera.

Algo parecido menciona Sara, otra joven TCAE (asistente de enfermería) con contrato covid en un centro de salud madrileño. No pueden más y eso no es lo peor, es que sus expectativas de futuro son bajísimas, no saben si en breves la cambiarán de nuevo de centro y todo con cientos de pacientes en la puerta y con incluso violencia hacia los profesionales. “Hay gente que cree que no hacemos lo suficiente, que no los atendemos y encima vienen asustados y crispados por la situación general”.

Médicos y enfermeros de otras partes de España describen un clima de tensión similar en los hospitales. Sin embargo, en algunas regiones se suma el problema de que las administraciones no encuentran suficientes sanitarios para ampliar sus plantillas. “En algunos sitios estamos en épocas de contratación nunca vista, cogiendo a gente por currículum porque las bolsas están agotadas y buscando personal debajo de las piedras. Lo que pasa es que estamos acostumbrados a tener personal en servicios mínimos”, resume otro joven sanitario que ha trabajado en Andalucía y en Islas Baleares con contrato covid. Para ello, el Gobierno de Pedro Sánchez anunciaba este miércoles un nuevo cambio en la legislación que permitiese contratar a personal con títulos conseguidos fuera de la UE y la recuperación de sanitarios jubilados y prejubilados para intentar digerir esta última ola.

Entre todos estos sanitarios covid es muy común tener contratos de un mes o incluso de 15 días. Muchos de ellos no reciben los contratos del mes siguiente hasta el 27 o 28 del anterior, incluso cambiando la ubicación para apenas 15 o 30 días de trabajo. Todos aseguran que les están quitando vacaciones y están acumulando un número “irreal” de horas libres. “Y todavía tenemos que dar gracias porque esta nueva ola nos salve el trabajo. Es tristísimo”, termina una de ellas.

El día 1 de diciembre, en el acto del primer aniversario del Hospital Isabel Zendal, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, dio una buena noticia a los sanitarios de su región. Entre las medidas de su plan de actuación contra el covid para la Navidad, anunció una inversión extraordinaria de 40 millones de euros “para mantener a todos los profesionales sanitarios que se necesiten, como mínimo, hasta que acabe el invierno”.

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