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Yolanda Díaz está a punto de hacerle a Podemos lo que Iglesias le hizo a IU y al PCE
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PODEMOS TEME QUEDAR EXCLUIDO

Yolanda Díaz está a punto de hacerle a Podemos lo que Iglesias le hizo a IU y al PCE

Mientras la vicepresidenta define su proyecto y elige a sus aliados, incluidos errejonistas, el partido de Iglesias se sume en la incertidumbre. El escaso brillo de su marca hace pensar a algunos dirigentes que "Podemos está muerto"

Foto: Yolanda Díaz (i) e Ione Belarra (d). (EFE)
Yolanda Díaz (i) e Ione Belarra (d). (EFE)
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En la fiesta del PCE, esa en la que Pablo Iglesias fue increpado por críticos con su gestión, bastaba con contar el número de asistentes a la conferencia del exvicepresidente para certificar que la esperanza estaba puesta en otro lugar: el poder de convocatoria de Yolanda Díaz fue mucho mayor. Fue un signo más del declive del viejo liderazgo y de la llegada del nuevo, hasta el punto de que un dirigente de UP afirmó que "Podemos está muerto" y que ya no podía ser la fuerza motora de la izquierda. En ese escenario, las alarmas se han encendido en la ejecutiva de Ione Belarra, ya que intuyen que quedarán, si no excluidos, sí al menos relegados a una posición secundaria en el nuevo proyecto electoral de la ministra de Trabajo.

El poder es de la vicepresidenta

El anunciado "proyecto de país" de Díaz está por definirse. Apenas se conocen su programa, ideas o propuestas concretas, y es probable que tarde algún tiempo en poner todas las cartas sobre la mesa, a la espera de que se esclarezca el calendario electoral en España. Tampoco se han definido aún los socios en los que se apoyará, y eso genera tensiones dentro de todas las fuerzas políticas de la izquierda. Pero lo que sí sabemos es que, por más que se señale su soledad, la vicepresidenta tiene la sartén por el mango.

Díaz es la mejor candidata y cuenta con los sindicatos. Lo que significa que "Yolanda hará lo que quiera", según fuentes de UP

A quien seguro tiene de aliado es al sindicalismo. "CCOO está de su parte, y esa estructura y ese apoyo no se lo puede dar ningún partido", aseguran fuentes del PCE. El número de afiliados de los sindicatos, los lazos que han establecido con la ministra de Trabajo y la sensación de que cuentan en el Gobierno con alguien que puede defender sus posturas hacen de Díaz su candidata preferida. La ministra puede hacer valer su trayectoria de gestión, la valoración de los votantes es muy positiva, como subraya el CIS, y cuenta con un perfil técnico y de consenso que la distancia del resto de ministros de UP.

Todos estos factores la convierten en la mejor candidata, ya que no se adivina entre la izquierda del PSOE ningún otro liderazgo que pueda tener la mitad de éxito, y cuenta con los sindicatos. Lo que, traducido, significa que "Yolanda hará lo que quiera", como aseguran fuentes de UP.

El temor de Podemos

"Podemos tiene miedo a perder el control del espacio. Saben que Yolanda es su mejor activo, pero cuando se dieron cuenta de que ella no quería estar atada a Podemos, empezaron a hablar de bicefalia entre Belarra y Díaz. Pero Yolanda no iba a aceptar eso. Desde entonces están intentando ponerle una correa", aseguran fuentes de UP.

Su temor es fundado porque la marca Podemos, lo más sólido que tuvieron, se ha desdibujado en el aprecio social, como lo ha hecho su líder, Pablo Iglesias. Su estructura organizativa es también endeble, porque su gran fortaleza residía en los puestos que repartía por su condición de socio de gobierno, y no en su implantación territorial. Y conforme se acerque el final de la legislatura, muchos de sus cuadros serán mucho menos fieles al partido que al líder futuro, que es quien puede garantizar un trabajo; ley de vida. Por si fuera poco, muestran una desorientación ideológica notable: basta con ojear el programa de su 'Universidad de Otoño' para certificar la falta de sintonía, en temáticas y en lenguaje, entre sus discusiones y las aspiraciones y las necesidades de la mayoría de la gente.

Si Díaz no va más allá de UP y queda reducida a la candidata de ese espacio, su opción no sería otra que "mendigar" el 10% del voto

En ese contexto, asegura un alto cargo de la formación morada, "Podemos podría pasar a ser un actor secundario y que su nombre no apareciese siquiera en la candidatura". Lo que tendría sentido, porque "si Díaz quiere un proyecto atractivo, no puede ser solo la candidata de Podemos o la de IU, sino de algo más amplio y atractivo que muerda en la base del PSOE, pero también a la izquierda, con Más País. Eso no se consigue si aparece únicamente como la candidata de Unidas Podemos". Si quedara reducida a ese espacio, la opción sería "mendigar" el 10% del voto.

"Podemos debe ser la nave nodriza"

Desde Podemos, las críticas provienen de la sospecha de que el proyecto de Díaz puede convertirse en un hiperliderazgo a lo Macron o Carmena. Fuentes de la formación aseguran: "Es un error que usemos a los partidos para llegar a la política y que luego queramos desembarazarnos de cualquier vínculo, porque pese a todo, los partidos son más representativos que las personalidades. Yolanda viene de militar toda la vida y comparte esta reflexión. Podemos debe ser la nave nodriza en un gran frente amplio, que es la idea que asume Yolanda. Ella es la persona indicada para que se ensanche el espacio, pero para que este no se disipe, hace falta una mínima estructura representativa, y ese es el papel que Podemos puede jugar en el conjunto del territorio".

Foto: El ministro de Cultura, Miquel Iceta. (EFE)

No se puede construir desde la nada, por lo que lo lógico sería que Díaz aprovechase la estructura de UP para desarrollar su opción, y no fagocitarla: "Carmena quería escoger a sus concejales, pero tanto ella como los concejales venían de partidos políticos". En otras palabras, desde el partido de Ione Belarra y de Iglesias se percibe un peligro claro en la iniciativa de Yolanda Díaz, que la ministra le haga a Podemos lo que Iglesias les hizo a IU y al PCE: ocupar su espacio, quedarse con los cuadros que le interesaban y convertir a esas formaciones en secundarias en el nuevo proyecto. El problema reside en que la fuerza negociadora que Podemos posee para que Díaz acepte su papel como nave nodriza es cada vez más escasa.

Los contactos con los errejonistas

Ya no se está hablando de si Díaz montará un proyecto, sino de quiénes formarán parte de él. Y será la ministra de Trabajo la que, en última instancia, elija a sus socios y determine qué posición ocuparán en el nuevo proyecto, dado que no hay otro liderazgo en el horizonte que la pueda reemplazar con garantías. Los procesos de negociación serán complejos, la fontanería jugará su papel, pero se hace difícil imaginar que la izquierda pueda concurrir fragmentada a las elecciones generales, y que el electorado lo perdone.

"Díaz tiene contactos personales con el sector errejonista, desde su época militante; en su agenda hay muchos números de teléfono"

Este razonamiento, que ya ha aparecido con los acercamientos a Colau y Oltra, con Compromís de fondo y con Teresa Rodríguez fuera de la ecuación, también opera para Errejón, el más reticente, de inicio, a sumarse a la aventura. Pero el perfil de Díaz no es el de Iglesias, su talante conciliador y su aceptación hacen mucho más difícil que Más País descarte una alianza y no salga dañado del intento: una falta de acuerdo sería castigada también por sus votantes. Además, el margen de maniobra de la ministra va más allá de la mera voluntad de Errejón: "Yolanda ha metido errejonistas en su equipo ya", aseguran fuentes de UP, porque sabe que es un sector que necesita. Los posibles votantes de Más País son una clase social escasa en España, pero que tiene peso especialmente en Madrid y Barcelona, y sumar siempre es necesario. Pero, en ese ámbito, Díaz cuenta con bazas más allá de Errejón: "Tiene contactos personales con el sector errejonista, asentados en su época militante, y no hay que olvidar que buena parte de Más Madrid viene de espacios de izquierda, como el PCE, que ella conoce muy bien. Tiene una agenda con muchos números de teléfono".

Bajo fuego amigo

De momento, y mientras el proyecto termina de concretarse en toda su extensión, a lo que quedará expuesta Díaz es al fuego amigo. Desde luego, con otras fuerzas de izquierda, que intentarán minar su liderazgo, pero también desde dentro. Precisamente porque tiene la sartén por el mango, Podemos está presionando para tener un papel relevante en el nuevo proyecto. Están en juego los cargos y la subsistencia del aparato.

El cierre de filas en público de UP con Yolanda Díaz es unánime, y hasta Irene Montero ha comparecido para afirmar que la ministra es la candidata y que todos están con ella. Sin embargo, y dado que carecen de bazas reales para hacer de Podemos la nave del nuevo proyecto, la pugna ha cobrado un perfil subterráneo. Como aseguran fuentes del PCE, "Podemos sabe de la sensibilidad de Yolanda Díaz con los medios, y lo que intentarán hacer es generar ruido, que en eso son especialistas", como instrumento de negociación.

Foto: Yolanda Díaz y Pedro Sánchez, en Moncloa. (EFE)

El momento de Díaz es complicado, porque no solo debe afrontar las tensiones internas, sino que ha de realizar equilibrios en el Gobierno. Una visibilidad excesiva le perjudica en ese aspecto, ya que Sánchez no puede dar demasiada cuerda a quien será una rival en las próximas elecciones. La ministra debe mantener un perfil presente, pero no excesivo, para no levantar demasiadas susceptibilidades. En otras palabras, convertirla en hipervisible es una forma de aumentar la tensión con el presidente, que puede pensar que la ministra de Trabajo trata de atribuirse todos los méritos de las medidas que pactan. Y ahí es probable que el fuego amigo, ya presente, comience a dispararse. Y vienen curvas, ya que es factible que la reforma laboral no satisfaga a los sindicatos, lo que supondrá mucha tensión.

En la fiesta del PCE, esa en la que Pablo Iglesias fue increpado por críticos con su gestión, bastaba con contar el número de asistentes a la conferencia del exvicepresidente para certificar que la esperanza estaba puesta en otro lugar: el poder de convocatoria de Yolanda Díaz fue mucho mayor. Fue un signo más del declive del viejo liderazgo y de la llegada del nuevo, hasta el punto de que un dirigente de UP afirmó que "Podemos está muerto" y que ya no podía ser la fuerza motora de la izquierda. En ese escenario, las alarmas se han encendido en la ejecutiva de Ione Belarra, ya que intuyen que quedarán, si no excluidos, sí al menos relegados a una posición secundaria en el nuevo proyecto electoral de la ministra de Trabajo.

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