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La nueva era Belarra en Podemos arranca con el fantasma de los viejos cismas
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SE ACHACA A BATALLAS HEREDADAS

La nueva era Belarra en Podemos arranca con el fantasma de los viejos cismas

La fragmentación de lo que se denominó "espacio del cambio" sigue siendo su principal talón de Aquiles, junto a una deficiente implantación territorial

Foto: Las ministras Yolanda Díaz, Irene Montero y Ione Belarra. (EFE)
Las ministras Yolanda Díaz, Irene Montero y Ione Belarra. (EFE)

Solo tres meses después de acceder a la secretaría general de Podemos, con el parón estival mediante, Ione Belarra se enfrenta a sus primeras crisis orgánicas. La Comunidad Valenciana y Andalucía han sido los epicentros de dimisiones en cadena en sus respectivas direcciones. Por diferentes motivos, pero coincidiendo en el tiempo. La organización morada sigue sufriendo el mismo mal que arrastra desde sus inicios: luchas de poder entre corrientes, cismas y el clásico recurso de las renuncias múltiples para forzar caídas de liderazgos y nuevos procesos de elección interna.

Desde la nueva dirección se han apresurado a desmarcar su corta gestión de unas batallas internas que vendrían heredadas, fruto de inercias del pasado, mientras se han activado mecanismos de urgencia para intentar controlar estos incendios. La secretaria general ha hecho acto de presencia en la Comunidad Valenciana, mientras que la responsable de Organización, Lilith Verstrynge, ha hecho lo propio en Andalucía.

Foto: La ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, Ione Belarra. (EFE)

Como intento de cortafuegos, Verstrynge ha arrancado el curso reuniéndose con todos los secretarios de organización autonómicos y estos días se centrará especialmente en una "ruta por Andalucía", donde además suenan ya los tambores de elecciones anticipadas. Todo ello en un contexto de caída en las encuestas y de hiperfragmentación de la izquierda tras el cisma de Más País Andalucía, primero, y de Adelante Andalucía, después. En este territorio se han producido tres dimisiones esta semana en el seno de la dirección, incluida la Secretaría de Organización.

En la Comunidad Valenciana, las renuncias en la dirección regional de Podemos se han elevado a siete, de un total de 43 miembros. Los dimisionarios han cargado contra la líder autonómica del partido, Pilar Lima, y justificado su decisión, a través de una dura carta: "La deriva ya se percibe imparable y, pese a que hemos intentado todo lo posible para revertirla, actualmente no hay ninguna opción real de detenerla". El movimiento se produjo tan solo tres días antes de la toma de posesión del nuevo vicepresidente segundo y 'conseller' de Vivienda, Héctor Illueca, en sustitución del dimitido Rubén Martínez Dalmau, también por discrepancias con la coordinadora general.

Verstrynge ha arrancado reuniéndose con todos los secretarios de organización autonómicos y estos días se centrará en una "ruta por Andalucía"

Illueca se presenta como el hombre fuerte de Unidas Podemos llamado a encabezar la candidatura para las próximas elecciones autonómicas y como tal los máximos dirigentes tanto de Podemos como de Izquierda Unida desembarcaron en Valencia para respaldarlo en su toma de posesión. Persona de la confianza de Yolanda Díaz, quien lo nombró como director general de Inspección del Trabajo y Seguridad Social, desde su entorno subrayan que uno de sus objetivos es ejercer de puente con Compromís y mantener los equilibrios del Botànic.

El nuevo "proyecto de país" que está tratando de inspirar Yolanda Díaz para una hipotética candidatura en las generales de 2023 va más allá con el objetivo de reconstruir las confluencias electorales que acabaron rompiendo con Podemos. En el caso de Compromís, para concurrir a las generales en coalición con Más País, la formación liderada por Íñigo Errejón, quien fuera número dos de los morados y que abandonó la formación para impulsar un proyecto asentado en Madrid y que busca extenderse a otros territorios.

Foto: Dos menores marroquíes intentan fugarse de un centro para evitar ser deportados. (EFE)

Cuando Podemos se centra, sin éxito aparente, en rearmarse o al menos contener sus hemorragias internas, el discurso de la vicepresidenta segunda muestra sus intenciones de "ensanchar" su ámbito de influencia o "romper fronteras" para "construir la gran casa de la democracia". Un proceso de escucha con "mucha gente", dice, para un espacio "sin etiquetas" y que "hay que hacerlo con una nueva mirada". "Los partidos son imprescindibles, pero es la gente la que teje proyectos colectivos", explica dando pistas de su voluntad de superar las fórmulas actuales y dejando entrever una recomposición de las alianzas, más allá de Unidas Podemos, tendiendo la mano a nuevos actores.

Ione Belarra trataba de sintonizar este viernes con el discurso de Díaz. Durante su intervención en la reunión del Consejo Ciudadano Estatal de Podemos, el máximo órgano de dirección del partido entre asambleas, apelaba a abrir el partido. Sin referirse a las últimas crisis orgánicas, y a pesar de trasladar un mensaje que contrasta con la realidad de los últimos hechos en Andalucía y la Comunidad Valenciana, se situaba presta a "hablar con todo el mundo" porque "hay que abrirse, hay que seguir sumando". En esta línea demandó a los suyos un esfuerzo "por construir una organización política arraigada en cada pueblo, en cada barrio, en cada ciudad de nuestro país", ya que entiende que "solo vamos a poder avanzar en común, haciendo parte de un proyecto colectivo".

placeholder Las ministras Yolanda Díaz y Ione Belarra. (EFE)
Las ministras Yolanda Díaz y Ione Belarra. (EFE)

La fragmentación de lo que se denominó espacio del cambio sigue siendo su principal talón de Aquiles, junto a una deficiente implantación territorial que ya visibilizó con la pérdida de poder territorial en las últimas elecciones autonómicas hasta el punto de ser extraparlamentarios en Galicia y Castilla-La Mancha. Pese a la entrada de Unidas Podemos en el Gobierno de coalición, y contrarrestar la caída de apoyos en las urnas ganando poder institucional al formar parte de seis ejecutivos autonómicos liderados por los socialistas —Comunidad Valenciana, Baleares, La Rioja, Aragón, Navarra y Canarias—, la formación liderada por Belarra se enfrenta al reto de revertir la pérdida de apoyos electorales y el vaciamiento de la organización.

Reintegrar las confluencias y sobre todo cerrar el paso a la competencia del espacio verde, que pretende liderar en solitario el proyecto de Errejón junto a Verdes Equo, es uno de los desafíos. Ni siquiera está asegurado que Podemos siga siendo el actor hegemónico dentro del archipiélago a la izquierda del PSOE. Los últimos movimientos en el espectro progresista y en el seno de la organización morada apuntan hacia una reordenación y las elecciones andaluzas medirán las distintas fuerzas. También darán cuenta del futuro político de un espacio, ya sin el hiperliderazgo de Pablo Iglesias.

Solo tres meses después de acceder a la secretaría general de Podemos, con el parón estival mediante, Ione Belarra se enfrenta a sus primeras crisis orgánicas. La Comunidad Valenciana y Andalucía han sido los epicentros de dimisiones en cadena en sus respectivas direcciones. Por diferentes motivos, pero coincidiendo en el tiempo. La organización morada sigue sufriendo el mismo mal que arrastra desde sus inicios: luchas de poder entre corrientes, cismas y el clásico recurso de las renuncias múltiples para forzar caídas de liderazgos y nuevos procesos de elección interna.

Ione Belarra
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