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Borràs planea cambiar el reglamento del Parlament para blindarse si va a juicio
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Acusada de un caso de corrupción

Borràs planea cambiar el reglamento del Parlament para blindarse si va a juicio

La presidenta del Parlament augura una legislatura tensa y conflictiva: antes de reunir a la Mesa, congregó solo a los miembros independentistas y excluyó al PSC

Foto: La presidenta de la cámara catalana, Laura Borràs (i), y el letrado Xavier Muro. (EFE)
La presidenta de la cámara catalana, Laura Borràs (i), y el letrado Xavier Muro. (EFE)

Cuando aún no ha arrancado la legislatura en Cataluña, la nueva presidenta del Parlament, Laura Borràs, ya ha encendido a la oposición por sus decisiones y por sus intenciones. “Borràs, en tres días, ya ha hecho bueno al anterior presidente, Roger Torrent”, dice un diputado del previsible bloque de oposición a El Confidencial, y eso que precisamente Torrent no fue ni citado por la exdiputada nacional en su toma de posesión, lo que deja entrever una difícil legislatura entre los dos posibles socios de gobierno, JxCat y ERC.

El duro discurso de Borràs es uno de los puntos a tener en cuenta para analizar cómo serán los años próximos, en términos políticos y legislativos. Las cargas de profundidad contra Esquerra no auguran tranquilidad, a pesar de que en los asuntos esenciales los partidos independentistas se unirán sin fisuras para mantener el control de la situación y despojar a la oposición de cualquier posibilidad de control y de influencia política.

Foto: Laura Borràs (d), junto a Roger Torrent. (EFE)

El segundo síntoma es la intención de Borràs de cambiar un artículo del reglamento del Parlament para blindar su oposición y evitar una posible inhabilitación cuando la investigación sobre corrupción que le afecta la lleve ante el juez. El artículo 25 del reglamento prevé que un diputado puede ser suspendido cuando sea firme un acto de procesamiento o de apertura de juicio oral y el pleno parlamentario lo acuerda por mayoría absoluta. Y ella está acusada de prevaricación, fraude en la administración, malversación y falsedad (fraccionó contratos por casi 260.000 euros para favorecer a un amigo suyo cuando era presidenta de la Institución de las Letras Catalanas) por actuaciones suyas anteriores a la época en que comenzó a ostentar cargos políticos de elección directa.

“Borràs quiere cambiar ese artículo porque sabe que irá a juicio por corrupción y que no tiene escapatoria. Pero no puede inducir personalmente el cambio del artículo en cuestión, sino que ha de ser un grupo parlamentario el que lo pida, por lo que esa petición se vehiculará convenientemente a través de su grupo parlamentario. De todos modos, ya le hemos oído expresar su voluntad de cambiar el reglamento y eso es inquietante”, subrayan a este diario fuentes parlamentarias.

Estas fuentes añaden que la sola intención de la 'exconsellera' de iniciar una maniobra de cambio del reglamento “es un síntoma que trasluce un sentimiento de culpabilidad por parte de Borràs. Esto es un escándalo, porque se trata de cambiar las reglas de una institución en interés propio”. De hecho, JxCAT, ERC y la CUP ya han discutido este asunto para establecer una estrategia conjunta, pero la intención es vestirlo, de cara a la opinión pública, como un blindaje de los derechos de los diputados.

Foto: Laura Borràs, tras ser elegida presidenta del Parlament. (EFE)

Si, como pretende Borràs, solo ha de dejar su cargo cuando la condena sea firme, se podría estar ante un verdadero fraude de ley, puesto que una sentencia firme —si tenemos en cuenta las apelaciones al Supremo, al Constitucional y a Bruselas—, puede tardar años en producirse. Además, JxCat quiere introducir en esa reforma del reglamento otras variables para disimular, como la posibilidad de realizar una “investidura a distancia” (con esa posibilidad, podría intentar en la próxima legislatura la investidura de Carles Puigdemont, aunque resida en Waterloo, o de cualquier otro ‘exiliado’) y la reglamentación de la votación telemática de los diputados.

El tercer síntoma de que no va a ser una legislatura fácil fue la reunión de la Mesa de este martes, la primera en que oficiaba de nueva presidenta del Parlament. Sorpresivamente, convocó a primera hora una reunión de los miembros independentistas de la Mesa, reunión a la que vetó al PSC. “Evidentemente, cualquier diputado puede reunirse con quien le venga en gana. De hecho, el anterior presidente del Parlament lo había hecho por cuestiones puntuales. Pero nunca se hizo con una convocatoria oficial y dando publicidad a una reunión de la facción independentista como si fuera un órgano colegiado. Eso es un paso cualitativo”, critican desde la oposición.

Foto: La nueva presidenta del Parlament, Laura Borràs (d) habla con el líder del PSC, Salvador Illa. (EFE)

Denuncian que “se ha hecho como si de un órgano paralelo se tratara. Es como si en vez de convocar a la Mesa del Parlament hubiese convocado a lo que ellos llaman la Asamblea de Cargos Electos o al Consell per la República… Es todo muy preocupante”. El propio Salvador Illa, cabeza de lista del PSC, calificó la actitud de Borràs de “sectaria” y subrayó: “Empezamos con mal pie. Ese no es el camino”. Carlos Carrizosa, líder de Ciudadanos en el Parlament, recurrió a la ironía. “Es inaudito que la presidenta del órgano de gobierno del Parlament haya llamado únicamente a los miembros separatistas de la Mesa. (…) La fraccionadora de Borràs, que fraccionaba contratos, ahora sabemos que fracciona también la Mesa”.

La inusual convocatoria de dos reuniones de la Mesa del Parlament, una entre independentistas y otra completa “no pasa desapercibida”. A ello hay que añadir que la composición de la Mesa es de cinco diputados independentistas frente a dos del PSC. Un rodillo aplastante en el que también participa la CUP, el quinto grupo parlamentario.

Foto: La diputada de JxCat Laura Borrás (i) a su llegada al Tribunal Supremo. (EFE)

“ERC engañó a los comunes”

Para entender lo que pasa en Cataluña es preciso tener en cuenta una cosa: la Mesa del Parlament se constituyó el pasado viernes. Hasta ese día, los grupos de PSC, ERC, JxCAT, CUP y comunes se habían conjurado para que Vox, la cuarta fuerza política, no tuviese representación en la Mesa. Es más: se había hablado de que el bloque independentista tendría cuatro representantes (contando a la presidenta), el PSC, dos y los comunes, uno. Ese fue uno de los aspectos que ERC había tratado con En Comú Podem (ECP).

Pero a la hora de la verdad, los republicanos defendieron que el séptimo hombre de la Mesa no sería de los comunes, sino que sería otro de sus diputados, Ruben Wagensberg. “Ese nombre no estaba encima de la mesa el jueves por la noche —señalan fuentes parlamentarias a este diario—. Apareció de la noche a la mañana, nunca mejor dicho. Lo que pasó es muy sencillo: Esquerra engañó a ECP y les dejó colgados en el último minuto”.

Foto: La diputada de JxCAT Laura Borràs, en declaraciones ante el Supremo. (EFE)
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Con esa maniobra, el independentismo se asegura un demoledor rodillo en la Mesa, tiñendo de amarillo un órgano de debería ser plural. En este sentido, ni siquiera Jordi Pujol en sus mejores tiempos se atrevió a aplicar su superioridad de esa manera. Es más: incluso contando con mayoría absoluta, siempre en la Mesa del Parlament estaban representados un par de partidos de la oposición. También durante la época del tripartito, CiU y PP, entonces en la oposición, formaban parte de ese órgano de la Cámara legislativa. Ahora, con el tripartito JxCat, ERC y CUP apoyando la estrategia rupturista, solo el PSC puede estar presente, y eso porque ha sido el partido más votado en las elecciones y el frente independentista no pudo evitarlo.

“Los síntomas que vemos en los inicios de esta legislatura son muy preocupantes. Lo que parece es que será una presidencia mucho más sectaria de lo que ha sido hasta ahora. Roger Torrent, con todos sus defectos, sacaba a relucir su ideología y sus manías en las entrevistas, pero luego mantenía las formas en los actos protocolarios. En esta legislatura no será así. Borràs no tiene intención de mantener las formas porque no ha venido a eso”, acusan desde la oposición.

Cuando aún no ha arrancado la legislatura en Cataluña, la nueva presidenta del Parlament, Laura Borràs, ya ha encendido a la oposición por sus decisiones y por sus intenciones. “Borràs, en tres días, ya ha hecho bueno al anterior presidente, Roger Torrent”, dice un diputado del previsible bloque de oposición a El Confidencial, y eso que precisamente Torrent no fue ni citado por la exdiputada nacional en su toma de posesión, lo que deja entrever una difícil legislatura entre los dos posibles socios de gobierno, JxCat y ERC.

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