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Aragonès encabeza el 'todos contra Illa', Borràs sospecha de un 'tripartit' y el PP asedia a Vox
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Aragonès encabeza el 'todos contra Illa', Borràs sospecha de un 'tripartit' y el PP asedia a Vox

ERC fue al choque con el PSC y negó aceptar su abstención para gobernar, JxCAT se presentó como único garante de la autodeterminación y el PP entró al cuerpo a cuerpo con Vox

Foto: Ana Pastor dirige el debate con los candidatos a las elecciones catalanas del 14 de Febrero.
Ana Pastor dirige el debate con los candidatos a las elecciones catalanas del 14 de Febrero.

"Contra Illa vale todo e, incluso, la calumnia". Esta fue una de las frases más repetidas por el propio candidato del PSC, Salvador Illa, ya en el arranque del último debate electoral antes de los comicios catalanes del próximo domingo y que resume cómo el socialista se creció y se movió cómodo en el 'todos contra uno'. Un marco que, en línea con las encuestas, lo sitúa como el candidato a batir y, por tanto, sus rivales le regalaron indirectamente el traje de presidenciable. Monopolizó el debate por alusiones y sacó a relucir un perfil menos calmado que el habitual. Un debate bronco que la moderadora, la periodista Ana Pastor, tuvo que interrumpir en varias ocasiones.

Los ataques fueron transversales contra el socialista, con la excepción de la candidata de En Comú Podem, Jéssica Albiach, que fue la única que se mostró dispuesta a establecer pactos poselectorales con el PSC. Y fueron virulentos por parte del independentismo, especialmente Pere Aragonès (ERC), que quiso marcar distancias desde el primer momento, tratando de acallar las voces tanto dentro del bloque independentista (de la CUP a JxCAT) como del autodenominado bloque constitucionalista, que quisieron situarlo liderando un 'tripartit', junto a 'comuns' y socialistas, tras el 14-F en la Generalitat.

placeholder Pere Aragonès, Alejandro Fernández, Jéssica Albiach y Laia Estrada durante el debate.
Pere Aragonès, Alejandro Fernández, Jéssica Albiach y Laia Estrada durante el debate.

El candidato republicano no solo aseguró que no daría su apoyo a Illa y que no pactaría con él tras las elecciones para formar Govern, sino que avanzó: "Nosotros tampoco aceptaremos su abstención [para facilitar su investidura], porque queremos un Govern comprometido con la autodeterminación y la amnistía". Laura Borràs abrió el debate poniendo en cuestión la propia presencia de Illa por no haberse realizado un test PCR. Varios candidatos insistieron en esta misma línea, cuestionando incluso que el exministro se hubiese vacunado, a pesar de que desde Sanidad ya se negó este extremo en la tarde del jueves.

Foto: El candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat, Salvador Illa. (EFE)

A partir de ahí, aluvión de ataques por su gestión sanitaria durante la pandemia. Si Ignacio Garriga (Vox) lo responsabilizó "de la muerte de 80.000 compatriotas" y Alejandro Fernández (PP) lo culpó por "cerrar bares y restaurantes", Aragonès lo acusó "de no decir toda la verdad" durante su gestión al frente de Sanidad. Albiach se quedó por momentos fuera de juego debido al todos contra uno y la confrontación entre bloques, aunque logró introducir algunas de las pocas propuestas que se escucharon en materia de vivienda, de transición ecológica, reindustrialización o escudo social, además de proponer una renta covid. Àngels Chacón (PDeCAT), por su parte, intentó también llevar el debate al terreno de la gestión, la bajada de impuestos y las propuestas económicas.

placeholder Salvador Illa, durante un momento del debate emitido en La Sexta.
Salvador Illa, durante un momento del debate emitido en La Sexta.

Las propuestas, sin embargo, escasearon en general. El propio modelo elegido para el debate, abierto y sin bloques temáticos tasados, tampoco ayudó a ello. El eje independentista recuperó terreno sobre el eje social y de la gestión, coincidiendo con una tendencia que viene incrementándose a medida que la campaña ha ido avanzando. De ahí que Illa echase en cara a ERC, JxCAT, CUP y PDeCAT el haberse hecho "una nueva foto de Colón del independentismo", en referencia al documento firmado por estos partidos comprometiéndose a no formar Govern con el PSC. "Eso es lo que quiero cambiar, abrir un tiempo nuevo en Cataluña", añadió tirando de lema de campaña e insistiendo en la necesidad de restañar heridas, apostando por el diálogo y el reencuentro.

"La foto de Colón es usted en la manifestación de Sociedad Civil Catalana, y la superioridad moral que ha ido exhibiendo. Ahora le parece mal que no vamos a pactar con usted. Menos humos y acepte que la decisión sea de los catalanes, no la que tome usted", le replicó Aragonès. Fue uno de los cara a cara de la noche, el protagonizado entre Aragonès e Illa. Más por ánimo del candidato de ERC, que fue al ataque y evitó casi en toda la noche confrontar con JxCAT. A pesar de ello, el dirigente republicano vio cómo desde la CUP, JxCAT, PP o Cs se agitó el fantasma del 'tripartit'.

La candidata de En Comú Podem aprovechó igualmente el documento de las fuerzas soberanistas para reprochar a ERC que quisiese volver a pactar con la derecha independentista. "Pere, acabarás haciendo 'president' a Joan Canadell", le espetó Albiach, en referencia al número tres de JxCAT, el presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona y a quien se le ha acusado de tener un discurso etnicista.

"Vamos a estar comprometidos con el mandato del 1-O. Un compromiso inequívoco para avanzar hacia la independencia sin lugar a dudas", se comprometió Borràs. Un discurso similar al de ERC y la CUP. La DUI (declaración unilateral de independencia), en cualquier caso, quedó fuera de las reivindicaciones de todos ellos. También de Laia Estrada (CUP), cabeza de lista por Tarragona, que acudió en lugar de la candidata a la Generalitat, Dolors Sabater, por su modelo de rotación de cargos. En lugar de la DUI, Estrada avanzó que el apoyo de su formación será a una "hoja de ruta para poder ejercer la soberanía que merecemos". Esto es, "reactivar movilizaciones y a partir de entonces forzar una negociación en igualdad de condiciones. No una mesa de diálogo en la que no se puede hablar de autodeterminación".

La candidata de JxCAT entró en algún momento en el cara a cara con Aragonès, poniendo en duda que no fuese a formar un 'tripartit'. "Nosotros no vamos a permitir que la Moncloa se instale en el Palau de la Generalitat. Nuestro proyecto es de solvencia, independencia y bienestar", concluyó, para asegurar que las elecciones van de "Illa o yo". El candidato de ERC también había asegurado previamente que las elecciones se disputaban entre Aragonès e Illa, por lo que ambos partidos buscaron mostrarse como el voto útil dentro del bloque independentista.

Aragonès reprochó a la candidata posconvergente que "no se equivoque de rival. Mi rival es el señor Illa". Y justificó que "si hubiéramos querido pactar con el PSC estaríamos gobernando en el Ayuntamiento de Barcelona o en la Diputación, donde ustedes apoyan una imputada por corrupción". El momento de mayor tensión entre ambos se produjo cuando Aragonès acusó a Borràs de que "cuando tienen que elegir entre criticar la corrupción y criticar a ERC, eligen criticar a ERC". El otro cara a cara dentro del bloque independentista fue el que protagonizaron la candidata de la CUP y la del PDeCAT, con posiciones antagónicas en lo económico.

Y otro cara a cara fue el protagonizado dentro del bloque constitucionalista por el candidato del PP y el de Vox. El primero buscó polarizar con el candidato de ultraderecha, llegó a pintarlo de negacionista y repetidamente lo tildó de populista. Otro de los principales argumentos que utilizó para asediar a Vox, formación que podría rebasarle en apoyos según diversas encuestas, fue su rechazo al Estado de las autonomías. "¿Cree realmente que la solución para España sería destituir a Ayuso y a todos los presidentes autonómicos para darle todo el poder a Sánchez e Iglesias?", le preguntó. Las propuestas de Vox las calificó de "extrañas" y "populistas".

"Yo no soy negacionista. Los únicos negacionistas son ustedes, que niegan la inmigración ilegal", le reprochó Garriga, aunque buscó aplacar el cuerpo a cuerpo para centrar sus ataques contra Illa y fijar sus mensajes. Inmigración, delincuencia, denigración del feminismo, "defensa del español en las aulas" o "un problema real", dijo, como sería "la creciente islamización" en Cataluña. Por momentos, buscó situarse como un 'outsider', con un discurso antisistema. Carlos Carrizosa (Ciudadanos) no se sumó al asedio del popular contra Vox, no confrontó tanto con Garriga y apeló a votar constitucionalismo "para dar carpetazo al 'procés' maldito". "Si superamos solo por un escaño al independentismo, tenemos que hacer un Gobierno constitucionalista".

"Contra Illa vale todo e, incluso, la calumnia". Esta fue una de las frases más repetidas por el propio candidato del PSC, Salvador Illa, ya en el arranque del último debate electoral antes de los comicios catalanes del próximo domingo y que resume cómo el socialista se creció y se movió cómodo en el 'todos contra uno'. Un marco que, en línea con las encuestas, lo sitúa como el candidato a batir y, por tanto, sus rivales le regalaron indirectamente el traje de presidenciable. Monopolizó el debate por alusiones y sacó a relucir un perfil menos calmado que el habitual. Un debate bronco que la moderadora, la periodista Ana Pastor, tuvo que interrumpir en varias ocasiones.

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