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ELECCIONES CATALANAS

Vox usa el 14-F para ensayar en Cataluña la fuerza de su discurso antiinmigración

La irrupción de los de Abascal en el Parlament se dará salvo fallo estrepitoso de las encuestadoras. Este llegará tras agitar la retórica que explotó hace 10 años Plataforma per Catalunya

Foto: El líder de Vox, Santiago Abascal (i), visita L'Hospitalet de Llobregat. (EFE)
El líder de Vox, Santiago Abascal (i), visita L'Hospitalet de Llobregat. (EFE)

Las consignas contrarias a la inmigración han vuelto al debate de campaña para unas elecciones catalanas. Lo han hecho de la mano de Vox, que ha explotado en el último mes este tipo de mensajes para marcar diferencias con PP y Ciudadanos y tratar de ganarse al electorado que respalde este tipo de discursos. El éxito que coseche es todavía incierto, pero la población medirá hasta dónde llega este apoyo en un contexto de crisis y tras el ocaso de Plataforma per Catalunya, el grupo xenófobo catalán que se terminó diluyendo y del que algunos cargos dieron el salto a la formación de Santiago Abascal.

Vox llega al 14-F con todo de cara para conseguir un resultado que pueda considerarse positivo para sus intereses. La mera entrada en el Parlament ya cumpliría con las expectativas autofijadas, mientras que la opción de hacerse con un grupo propio en la Cámara es la meta que a nivel interno considerarían como "extraordinaria". Pero a nadie se le escapa que a día de hoy las encuestas dan opciones de adelantar incluso al PP en la comunidad, lo que supondría un golpe a la estrategia de Pablo Casado de marcar distancias con Abascal y un espaldarazo para presentarse como alternativa viable.

Foto: Manifestación contra el 'procés' en Barcelona convocada por Sociedad Civil Catalana en 2019. (EFE)

En esta disputa con los populares por hacerse con la mayor parte de los electores que en 2017 optaron por Ciudadanos, el partido ha elegido poner el foco en la inmigración para distinguirse de sus adversarios directos en la derecha españolista, incluso dándole más peso que a su rechazo al independentismo. Fuentes de Vox explican que han optado por volcarse en esta estrategia al considerar que ya han dejado clara en los últimos años su férrea oposición al secesionismo catalán y que no es tan necesario volver a remarcar estas líneas, como sí las de su discurso en el que vinculan la inmigración irregular con la inseguridad.

"Sin dejar de lado lo territorial, el tema de la inmigración es un tema que llevamos tiempo abanderando y que en Cataluña es especialmente grave", argumentan estas fuentes orgánicas, que inciden en que el resto de candidaturas no presenta este tipo de postulados, y están convencidos de que puede llevar a que miles de votantes se decanten por Vox en lugar del PP o los naranjas, si bien admiten que en el caso de los primeros pueden toparse con perfiles más duros como el de Xavier García Albiol, alcalde de Badalona. Además, buscan vincular estas consignas contrarias a la inmigración extranjera con el secesionismo al repetir el mensaje de que este y la extrema izquierda favorecen la "islamización" de la región.

Tal es el énfasis que han querido poner en este ámbito que gran parte de su campaña se ha llevado a cabo en lugares donde consideran que la presencia de migrantes tensiona más la población. Ripoll (Girona), El Vendrell (Tarragona) o Mataró (Barcelona) son algunos de los puntos escogidos por el partido para simbolizar sus consignas. "Es donde más claramente se ve la realidad de las consecuencias del problema", afirman las fuentes de la formación, convencidas de que su explotación de este discurso puede llevarles incluso a ganarse algún voto independentista y aumentar unas opciones de transversalidad que parecen poco probables, por el factor nacional.

Por todo esto, ha sido elegido su tema central de la campaña, pese a que en los últimos días los ataques sufridos en sus actos hayan desviado el debate de nuevo hacia el independentismo. Sus afirmaciones en campaña contra la supuesta "islamización" del territorio han provocado que Twitter haya suspendido temporalmente la cuenta del partido y que tres organizaciones de la comunidad musulmana catalana hayan interpuesto una denuncia por delito de incitación al odio.

placeholder Santiago Abascal e Ignacio Garriga. (EFE)
Santiago Abascal e Ignacio Garriga. (EFE)

Según el último barómetro de opinión política del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO), publicado en noviembre, el 3,5% de los ciudadanos de la región considera que la inmigración está entre los principales problemas de Cataluña y el 4,2% cree lo propio de la "inseguridad ciudadana". Vox ha vinculado estos dos conceptos desde su fundación, como también lo han hecho otros líderes, entre ellos el propio García Albiol (PP). Aunque se trate de encuestas distintas, las cifras están sustancialmente por encima de las que refleja el Centro de Investigaciones Sociológicas para la población española, donde el 1,7% identifica la inmigración entre las grandes preocupaciones y el 0,4%, la inseguridad.

Cataluña tiene una mayor proporción de inmigrantes extranjeros que el resto de España, una cifra que también incluye a los procedentes del entorno comunitario y del resto de Europa. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la población foránea supone el 11,45% a nivel nacional, por el 16,2% en el territorio catalán o el 14,1% de Madrid. Respecto a la procedencia de esta parte de la ciudadanía, del total de inmigrantes presentes en nuestro país, el 22% es originario de un Estado africano, mientras que en Cataluña suponen el 25,7% y en Madrid, el 12%. Pese a que Vox ha tratado de focalizar su discurso antiinmigración en zonas con fuerte presencia de esta, no está demostrado que haya una correlación directa entre que haya más población extranjera y que se desarrolle un sentimiento contrario a la misma.

Foto: Santiago Abascal y el candidato Ignacio Garriga. (EFE)

El caso de Anglada

La presencia de estos discursos en Cataluña no es nueva. En 2011, una formación que llevaba coleando algunos años en el panorama regional consiguió un resultado que sorprendió a muchos, con un discurso marcadamente antiinmigración que le valió acusaciones de xenofobia y odio. Se trataba de Plataforma per Catalunya, que consiguió 67 concejales en las elecciones municipales de entonces, el 2,3% de los votos, por encima de un imberbe Cs. El fenómeno no fue a más a nivel autonómico: en 2010, no logró entrar en el Parlament pese a sumar el 2,42% de las papeletas, y tampoco en 2012 (1,65%).

La organización se fue apagando hasta oficializar su disolución a principios de 2019, antes de los comicios locales, en un momento en que muchas de sus bases y cargos estaban dando el salto a Vox. De PxC provienen Juan Garriga, presidente provincial de Vox en Barcelona, o Mónica Lora, ambos en las listas para el 14-F. Los dos exdirigentes de la plataforma tienen aún una causa pendiente, junto a la antigua cúpula, por provocación al odio y discriminación por la controvertida campaña de 2011 en la que repartían propaganda con apariencia de cheques de la Generalitat que iban destinados a una persona con nombre árabe para simbolizar las ayudas que supuestamente recibían las personas migrantes.

Foto: Pablo Casado, durante su visita este jueves a la granja Vilalta, en la provincia de Lleida. (EFE)

Las fuentes consultadas de Vox enmarcan el caso en la vida privada de cada uno antes de pasarse al partido y niegan que desde la formación intenten "recoger el legado" de la organización que lideró Josep Anglada, a pesar del trasvase de algunas de sus estructuras.

Berta Barbet, politóloga en el departamento de Democracia, Elecciones y Ciudadanía de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), cree que sin duda el ámbito en el que Vox puede marcar un perfil más diferenciado respecto al resto de siglas es este. "Puede distinguirse más que con el antiindependentismo, que al final es un ámbito en el que hay partidos que llevan años movilizándolo", asegura la experta, que cree que el caso de PxC demostró que este espacio electoral puede existir en Cataluña.

Ella entiende que una de las principales diferencias entre las dos formaciones es que Vox cuenta con mayor recorrido y visibilidad, y también con una posición definida en otros temas clave, algo con lo que no contaba Anglada. "Es bueno y es malo. Un votante antiinmigración que sea independentista no puede votar a Vox, pero sí podría haberlo hecho con PxC. Aunque creo que están mejor posicionados para competir, sobre todo porque pueden necesitarlo ante PP y Cs".

"Les viene bien para intentar captar el descontento de quien ha perdido el trabajo"

"No me extraña que vuelva a utilizarlo mucho en este momento en el que estamos ya en una crisis socioeconómica debido a la pandemia. (...) Hablar contra la inmigración les viene bien para intentar captar el descontento de algunas personas que hayan perdido el trabajo o hayan tenido que cerrar la empresa", explica Steven Forti, historiador contemporáneo especializado en derecha populista en la UAB. El investigador cree que, efectivamente, el "debate nacional" puede frenar las aspiraciones de Vox con este discurso en algunas áreas, pero sí les da opciones en las zonas donde el independentismo tiene menos peso, como en el extrarradio de Barcelona.

Forti hace hincapié en la dificultad de evaluar los motivos que finalmente determinan el voto de la población, pero sí cree que las circunstancias pueden favorecer que este ámbito gane peso a la hora de escoger papeleta. Para él, no se trata tanto de que haya un incremento de los sentimientos contrarios a la inmigración extranjera en la región, sino más bien de que convergen varios factores que convierten el escenario actual en favorable para estos discursos: lo entona un partido que es la tercera fuerza nacional, situación de crisis y el desplome de la formación mayoritaria del espectro de la derecha españolista en la región. Lo que sí ha crecido, a su parecer, es la hispanofobia, pero esto, claro está, beneficiaría a formaciones del espectro secesionista.

Las consignas contrarias a la inmigración han vuelto al debate de campaña para unas elecciones catalanas. Lo han hecho de la mano de Vox, que ha explotado en el último mes este tipo de mensajes para marcar diferencias con PP y Ciudadanos y tratar de ganarse al electorado que respalde este tipo de discursos. El éxito que coseche es todavía incierto, pero la población medirá hasta dónde llega este apoyo en un contexto de crisis y tras el ocaso de Plataforma per Catalunya, el grupo xenófobo catalán que se terminó diluyendo y del que algunos cargos dieron el salto a la formación de Santiago Abascal.

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