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El Fernando Simón de los temporales para combatir a Filomena
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SU NOMBRE ES LEONARDO MARCOS

El Fernando Simón de los temporales para combatir a Filomena

La meteorología que congela España ahora mismo ha puesto el foco en la Dirección General de Protección Civil y Emergencias y en su jefe, Leonardo Marcos

Foto: Leonardo Marcos. (Europa Press)
Leonardo Marcos. (Europa Press)

Situaciones extremas como una pandemia o este temporal llamado Filomena descubren elementos que parecían ocultos dentro de la enorme estructura de la Administración General del Estado. La brutal irrupción del coronavirus en marzo hizo famosos a una entidad llamada Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias y a su responsable, Fernando Simón. La meteorología que congela España ahora mismo ha puesto el foco en la Dirección General de Protección Civil y Emergencias y en su jefe, Leonardo Marcos.

La protección civil es un concepto frecuente en incendios o en inundaciones, e incluso en atentados. La web del organismo viste la función de manera elevada, al menos tras una primera lectura: la protección de personas y de bienes tras catástrofes o circunstancias de emergencia, sean naturales o las haya provocado la acción humana. La articulación de dicho objetivo corresponde a una ley de 2015 y a un sistema nacional. Ambos instrumentos condensan y enseñan un protocolo de actuación que puede resumirse en una sola palabra: coordinación.

Ninguna competencia, máxima coordinación

La realidad es algo diferente. Esta dirección general es uno de esos casos más o menos numerosos dentro de la Administración en los que abunda la literatura, pero escasea la competencia. El departamento, para empezar, está considerado 'una maría' dentro del organigrama del Ministerio de Interior, pero no porque su cometido sea menor, sino porque su radio de acción es una malla confusa que pisa las funciones de las comunidades y de los ayuntamientos, así que cabe hacerse esta pregunta: cuando la alarma de Filomena se activó: ¿qué hizo Protección Civil?

Foto: Felipe VI, Pedro Sánchez, Pilar Llop y los presidentes autonómicos. (EFE)

La estela de los camiones quitanieves puede servir de guía explicativa. La secuencia sería más o menos la siguiente: llega a la dirección general el aviso de que se acerca un temporal de dimensión histórica y se activa un operativo de coordinación; alguien del departamento se pone en contacto con sus homólogos de las comunidades autónomas y de los municipios que serán afectados y pregunta, por ejemplo, de cuántas máquinas disponen o cuál es la provisión de sal a esparcir por las carreteras. Si la autonomía indica que necesitaría más quitanieves porque sus previsiones así lo recomiendan, Protección Civil habla entonces con el Ministerio de Transportes para saber la disponibilidad de vehículos. Hecha la gestión, las administraciones perfilan cómo proceder.

Dos factores resultan esenciales: la previsión (o la anticipación) y la planificación. La prioridad de cualquier actuación de Protección Civil es minimizar el riesgo de daño y minimizar el daño si este se produce. Ello requiere, como es lógico, una labor de coordinación crucial y la responsabilidad de que funcionen perfectamente los canales de comunicación. El órgano encargado de tener engrasados dichos canales es el Consejo Nacional de Protección Civil, que reúne las tres administraciones. El comité al que fue el presidente del Gobierno el pasado domingo se creó 'ex profeso', o dicho de otra manera, no está adscrito a ningún organigrama. Se trataba de oficializar el cónclave en el que reunir a los responsables de las administraciones afectadas por Filomena.

El director, muy vinculado con la comunicación

Comparada con las direcciones generales de la Policía o con la DGT, Protección Civil sería algo así como la hermana pequeña. Cuenta con un presupuesto que no llega a los 15 millones de euros y trabajan en ella casi una veintena de personas, afirma a El Confidencial un funcionario de alta cualificación, como es el caso de su actual responsable. Leonardo Marcos es administrador civil del Estado, una categoría del funcionariado común en las escalas de responsabilidad secundaria dentro de la Administración, sobre todo en los ministerios.

Nacido en León hace 62 años, Marcos atravesó los primeros años laborales en la comunidad de la que es originario antes de dar el salto a uno de los destinos habituales de los administradores civiles que anhelan conocer mundo: la Secretaría de Estado de Comunicación. Otro destino muy solicitado es Turespaña.

Foto: La ministra de Defensa, Margarita Robles. (EFE)

Marcos ha sido consejero de información en las embajadas españolas de Argentina, Estados Unidos y China, lo que no está nada mal, pues son tres de las delegaciones diplomáticas más relevantes y codiciadas por el personal del Estado. La labor propia del cargo viene a ser "la de un jefe de prensa del embajador o embajadora", explica otro funcionario consultado para esta información. Así, se encarga de la interlocución con los corresponsales, enviados especiales o delegados de los medios de comunicación españoles en el país, así como de reportar informes a la Secretaría de Estado de Comunicación sobre lo que se dice y se escribe de España. Estos puestos, precisamente por el plus de estar en el exterior, están muy bien pagados, apunta una tercera fuente.

Al actual director de Protección Civil, los cambios de gobierno no le han perjudicado a primera vista. Fue en época de José Luis Rodríguez Zapatero cuando recaló en Argentina y cuando posteriormente le destinaron a Washington; ya con Mariano Rajoy al frente del Ejecutivo, le enviaron a Pekín, en donde estuvo hasta el verano de 2019. Recorrió la segunda mitad de aquel año en Moncloa, en la Secretaría de Estado de Comunicación, hasta que en enero de 2020, ya formado el Gobierno de coalición, le designaron para el cargo que ejerce en la actualidad.

Foto: Operarios trabajan para retirar nieve y mejorar la circulación en la Puerta del Sol en Madrid. (EFE)

Es lógico cuestionar si un funcionario que ha hecho carrera en el mundo de la comunicación es apto para una dirección general como la de Protección Civil, que en apariencia y en la práctica no tiene mucho que ver. Uno de los funcionarios consultados señala que, por cualificación, Marcos perfectamente encaja en el puesto, ya que su principal valor es el conocimiento de la estructura del Estado y del funcionamiento de las administraciones.

Sin embargo, el problema se encuentra no ya en la supuesta valía del director, sino en la competencia del organismo. Es un departamento tan parco en el organigrama y tan alejado del foco mediático que el nombre de quien lo ocupe es intrascendente, incluso inexistente. "Lo mejor que tiene son las relaciones internacionales y su escuela de formación, que es muy potente", apunta una de las fuentes.

Foto: Varias ramas de árboles partidas por el peso de la nieve, en la calle Santiago, en Madrid. (EFE)

Posiblemente Marcos, que supera ya los 60 años, vio en el cargo una rampa de salida laboral más que digna. O quien le postuló así lo vio. Pero llegó Filomena y este administrador civil quedará en la historia de algún modo, así como su gestión en tela de juicio.

Algo parecido le ha sucedido y le sucede a Fernando Simón, que tiene rango de subdirector, que apenas dio destellos de su capacidad comunicadora con el ébola y que en 2020 se ha convertido en uno de los rostros más famosos de España.

Situaciones extremas como una pandemia o este temporal llamado Filomena descubren elementos que parecían ocultos dentro de la enorme estructura de la Administración General del Estado. La brutal irrupción del coronavirus en marzo hizo famosos a una entidad llamada Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias y a su responsable, Fernando Simón. La meteorología que congela España ahora mismo ha puesto el foco en la Dirección General de Protección Civil y Emergencias y en su jefe, Leonardo Marcos.

Pedro Sánchez
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