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Filomena pone a prueba la reacción de una clase política agotada por el covid
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LA VUELTA A LA NORMALIDAD, A FINAL DE SEMANA

Filomena pone a prueba la reacción de una clase política agotada por el covid

Diez meses después de la llegada de la pandemia del coronavirus, en tercera ola actualmente, las administraciones estatal, autonómica y municipal se enfrentan al temporal de frío más intenso en medio siglo

Foto: Felipe VI, Pedro Sánchez, Pilar Llop y los presidentes autonómicos. (EFE)
Felipe VI, Pedro Sánchez, Pilar Llop y los presidentes autonómicos. (EFE)

El paisaje que Filomena deja en España se puede describir con números. Para empezar, los de la temperatura, que según la Agencia Española de Meteorología (Aemet) va a rondar por debajo de los cero grados hasta el jueves que viene. Los estragos han sido enormes, por la cantidad de vuelos suspendidos y de trenes que no han salido. Persisten los problemas en 200 kilómetros de la línea ferroviaria y en más de 700 carreteras. Decenas de miles de camiones han quedado atrapados. El volumen económico se medirá dentro de un tiempo. Lo que se está midiendo ya es la capacidad de reacción de la clase política 10 meses después de empezar a lidiar con el coronavirus.

Foto: Varias personas caminan junto a la Puerta de Alcalá de Madrid. (EFE)


También con números puede contarse el operativo desplegado por ahora para apartar la nieve de España y evitar que el hielo haga resbalar a todos: 1.300 máquinas quitanieves circulan por la red viaria del país y 6.200 personas forman el efectivo de recuperación en Madrid, 200 de ellas pertenecientes a la Unidad Militar de Emergencias (UME), según ha precisado el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida. El regidor ha pedido que aumente la dotación de esta unidad para acortar los plazos de regreso a la normalidad.

Porque de eso se trata: de volver a la normalidad. Los ciudadanos se pasaron 2020 con la vuelta a la normalidad a cuestas y nada más empezar 2021 un temporal, el mayor en 50 años, ha demostrado lo difícil que puede llegar a ser eso. Filomena ha cubierto Madrid y tres cuartas partes de España de un manto grueso de nieve y ha lanzado un desafío a la clase política de las tres administraciones del Estado, la central, la autonómica y la municipal: mejorar la coordinación.

A coordinar se han puesto y no ha ido mal la tarea de momento, a pesar de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tardara más de la cuenta en dejarse ver. El mandatario socialista comenzó a telefonear el sábado por la tarde a los presidentes autonómicos y a los alcaldes, a pesar de que el viernes ya tenían cara de susto por la brutal intensidad de la nevada. Fue ayer cuando reapareció, en concreto, para presidir el Comité Estatal de Coordinación y Dirección de Protección Civil. Tras la reunión, comparecieron el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, y el de Interior, Fernando Grande-Marlaska, erigidos en portavoces del Gobierno frente al temporal de frío más aparatoso del último medio siglo.

Foto: Foto: EFE

El 'leitmotiv' de Sánchez es la coordinación, lo que exige un esfuerzo y una rutina de interlocución. Tras unos meses jugando a los dardos, Moncloa y la Comunidad de Madrid han abandonado sus grandes diferencias y parece que se han puesto a trabajar en la misma dirección. Habrá que ver cuánto dura la sintonía, porque el ruido de sables a veces se oye. Ayer, Almeida dijo que el ayuntamiento está analizando pedir la declaración de Madrid como zona catastrófica, a lo que Marlaska se refirió horas más tarde al indicar que no hay daños en bienes públicos de momento, de ahí que sea prematura una petición así. Por si el ruido de sables fuera leve, dirigentes del PP como Teodoro García Egea, Pablo Montesinos o Jaime de Olano se lanzaron a por el 'ausente' Sánchez en las redes.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, además de pedir colaboración ciudadana, ha reconocido que la nevada "ha triplicado" las previsiones iniciales, lo que supone reconocer cierto desbordamiento de la planificación inicial. Su prioridad ahora es la recuperación de la movilidad, que en la región no será sencilla por cuanto en toda la red viaria continúa la alerta roja. En la ciudad, no se oyen los motores de los coches. La recomendación resulta familiar, por desgracia, tras un año de pelea contra el coronavirus: ciudadanos, quédense en casa y eviten los desplazamientos que no sean imprescindibles. La dirigente del PP ha pedido teletrabajar estos dos días. Los colegios y centros universitarios estarán cerrados al menos hasta el martes.

Ayuso ha destacado que la deseada vuelta a la normalidad, es decir, la de la convivencia con una pandemia, se producirá quizás a finales de la semana que acaba de empezar, cuando la movilidad sea la de antes de Filomena. En esa previsión coincide Ábalos, aunque ha dado datos para el optimismo, como por ejemplo los relativos a la restauración del tráfico aéreo. En Barajas, dos pistas están habilitadas para despegues y se espera que hoy mismo haya otras listas para los aterrizajes. Ayer, de Madrid, salieron los primeros trenes, entre ellos, un AVE a Málaga y otro a Valencia, y es probable, de acuerdo con el cálculo del ministro, que para este mediodía la línea de alta velocidad esté casi completamente restablecida.

Si bien el daño a Madrid ha sido inmenso, Filomena tampoco ha tenido piedad con otras zonas de España, como Teruel o Castellón. En Aragón, preocupa la situación de la provincia turolense, así como la circulación por la de Zaragoza, en donde 170 carreteras aún registran incidencias. El presidente de esta comunidad, el socialista Javier Lambán, ha explicado que aunque el temporal ha alterado totalmente la vida de los ciudadanos, los efectos están bajo control. El propio Lambán, el día antes, lanzó un tuit quizá no muy meditado, porque cuestionó los efectos del cambio climático en la alta montaña. Las críticas no tardaron en arreciar.

Foto: El Ejército trabaja en el Hospital Enfermera Isabel Zendal. (Ministerio de Defensa)

Nueve comunidades autónomas están afectadas, de ahí la importancia de la coordinación. Coordinación en todos los ámbitos. Los ministerios de Sanidad, Interior y Transportes están ultimando un plan que permita que la cadena de distribución médica y alimenticia no se vea trastocada después del fin de semana. Así, la UME (de nuevo, la UME) ayudará al desplazamiento de convoyes con material, por ejemplo, las 300.000 dosis de la vacuna de Pfizer contra el covid que se prevé lleguen hoy.

Coordinación también en los portales y en las calles. Se han sucedido las escenas de vecinos que con palas (y otras cosas) han retirado la nieve de los accesos de sus casas, o han trazado una fila para transitar por las aceras y evitar resbalones. El vicepresidente madrileño, Ignacio Aguado, animó a este trabajo desinteresado y solidario en su perfil de Twitter. Cuando el dirigente de Cs lanzó la petición, la gente ya estaba en eso, incluido el líder del PP, Pablo Casado, a quien su equipo ha fotografiado pala en mano apartando la nieve.

Los próximos días serán cruciales para saber cuándo volverá la normalidad. La clase política tiene delante un examen muy exigente tras casi un año de pandemia. Su capacidad de reacción también se medirá en datos. Uno de ellos llama la atención: hoy lunes, se prevé un precio medio de la luz de 82,45 euros/MWh. Ayer fue de 66,27.

El paisaje que Filomena deja en España se puede describir con números. Para empezar, los de la temperatura, que según la Agencia Española de Meteorología (Aemet) va a rondar por debajo de los cero grados hasta el jueves que viene. Los estragos han sido enormes, por la cantidad de vuelos suspendidos y de trenes que no han salido. Persisten los problemas en 200 kilómetros de la línea ferroviaria y en más de 700 carreteras. Decenas de miles de camiones han quedado atrapados. El volumen económico se medirá dentro de un tiempo. Lo que se está midiendo ya es la capacidad de reacción de la clase política 10 meses después de empezar a lidiar con el coronavirus.

Transporte Moncloa Javier Lambán Fernando Grande-Marlaska
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