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Las dos caras de Filomena: del colapso de la sanidad al día de 'snowboard' por la capital
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La sanidad, sin recursos

Las dos caras de Filomena: del colapso de la sanidad al día de 'snowboard' por la capital

La nevada vivida en la capital en la última jornada ha dejado una imagen histórica, pero también ha sobrepasado a las autoridades y ha colapsado las calles y carreteras de la región

Foto: Un hombre esquía en la calle Mayor de Madrid, este sábado. (EFE)
Un hombre esquía en la calle Mayor de Madrid, este sábado. (EFE)

Filomena ha teñido de blanco gran parte de la geografía nacional, aunque algunas zonas más que otras. En la Comunidad de Madrid, los centímetros de nieve fueron creciendo desde la noche de este viernes hasta el mediodía del sábado para cambiar por completo el panorama de la capital. Lo que para algunos se convirtió en una escena idílica en la que disfrutar se tradujo para otros en un desborde absoluto que terminó en el colapso del transporte y de la asistencia sanitaria en la región ante la imposibilidad de desplazarse por ella. La nevada afectó con virulencia a Madrid, pero también a Castilla-La Mancha. En algunos puntos de la provincia de Guadalajara se alcanzaron 1,2 metros de capa albina.

Medio metro de nieve y, debajo, hielo. Este fue el ingrediente que en muchas partes de la capital y de su entorno convertían en una quimera trasladarse por ella en un vehículo rodado. Aunque muchos aprovecharon para pasear como podían por una ciudad sin coches, el escenario complicó las cosas a quienes tenían que acudir a trabajar, a los que se encontraban en la carretera cuando el temporal los sorprendió y, sobre todo, a unos sanitarios que encadenan meses hasta arriba.

Foto: Imagen de la nevada en la capital. (Reuters)

El colapso de las vías de comunicación significó pronto el de la sanidad. Primero, porque algunos sanitarios no podían moverse para acudir a su puesto de trabajo. Esto provocó una alteración significativa de los turnos, llevando a algunos profesionales a tener que enlazar uno tras otro hasta sumar 24 horas seguidas, según explicaron desde el sindicato de enfermería Satse a este medio. Algunos que habían comenzado a trabajar antes de que Filomena apretara tuvieron que dormir en el mismo hospital.

Otros que no pudieron acudir a su centro sí que decidieron movilizarse voluntariamente hacia algún hospital o centro de salud que tuvieran cerca de casa. En el ámbito rural, según aseguran desde el sindicato, también quedaron sanitarios atrapados que no pudieron ser relevados y que fueron atendidos por los vecinos de las poblaciones en las que se encontraban. En la Consejería de Sanidad madrileña, las fuentes consultadas reconocen que tuvieron problemas con los turnos al no poder llegar los sustitutos.

Una de las enfermeras que sí pudo arribar a su puesto de trabajo fue Paloma, del Hospital 12 de Octubre (Madrid), que atendió a este medio cuando volvía a casa en metro tras su jornada. "Muchos compañeros han tenido que doblar y se han tenido que habilitar camas para los que no pudieron irse". Vive en Aluche (al sur de la capital) y suele ir al trabajo en coche, pero este sábado no pudo. "Normalmente tardo 15-20 minutos en coche, pero esta mañana he tardado casi dos horas: he salido de casa a las 6:30 y he llegado a las 8:20". Al llegar se encontró una estampa virgen, medio metro de nieve que dificultaba entrar al hospital. Ella pudo llegar, pero compañeros de fuera de Madrid capital no.

Tampoco podían acudir al hospital quienes requerían de atención médica y no podían moverse a pie. El cierre de carreteras y las dificultades para transitar por la ciudad hacían muy complicado el avance de las ambulancias. Las autoridades se fijaron como prioridad garantizar su circulación, pero las condiciones hicieron inevitables los problemas en este ámbito forzando a multiplicar las asistencias a distancia, en los casos que fuera posible.

"Estamos colapsados. Es imposible"

"Estamos colapsados. Es imposible", lamentaba en declaraciones a este medio una sanitaria que entraba por las puertas de urgencias del Hospital Gregorio Marañón (Madrid). Llegaba de atender un infarto, aunque es improbable que con las calles anegadas se pudiera dar respuesta a todos los avisos. Esa misma profesional relataba que poco antes habían puesto rumbo a una vivienda por un parto, pero que ante las dificultades para conducir tuvieron que dar la vuelta. Aunque desconocía cómo había acabado el caso, intuía que se habría dado asistencia telefónica, algo que también confirmaron otras fuentes sanitarias que había sucedido. Precisamente, al Gregorio Marañón solo podía accederse en ambulancia por la zona de emergencias, ya que el acceso principal contaba con una capa de unos 50 centímetros de nieve.

En Cataluña, la nieve dificultó las labores de vacunación que se llevan a cabo desde el pasado 27 de diciembre. Las circunstancias impidieron, por ejemplo, administrar dosis de la vacuna en la ciudad de Lleida y en las Terres de l'Ebre (Tarragona).

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, se refirió a lo vivido como "un tsunami de nieve" y explicó que no se prevé que se recupere "cierta normalidad" antes de "finales de la semana que viene", cuando también se esperan temperaturas por debajo de los cero grados. "Es prácticamente imposible evitar las consecuencias que se están produciendo porque es un hecho absolutamente histórico, casi sin precedentes". Solo en la Comunidad de Madrid los distintos cuerpos rescataron a más de 1.000 vehículos que habían quedado atrapados. El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, reconoció durante la jornada que el temporal había sobrepasado las previsiones.

Más allá del colapso y del lado oscuro de esta nevada, la estampa dejó ayer situaciones inusuales en la capital. Grupos de una quincena de esquiadores haciendo cola para lanzarse por una cuesta abajo, un hombre haciendo lo propio por Gran Vía, un ejército de muñecos de nieve –unos mejores que otros–, montañas blancas reconvertidas en neveras para enfriar la cerveza y niños, muchos niños.

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"Son las mejores navidades de mi vida", gritaba un menor a su padre en los alrededores de Atocha: "Más vacaciones y toda esta nieve", exclamaba mientras giraba sobre sí mismo. Y es que Isabel Díaz Ayuso anunció este sábado que la Comunidad cancelaba las clases el lunes y el martes, algo similar a Castilla-La Mancha, que hizo lo propio con la educación no universitaria.

Durante el día se pudo ver a pequeños que apenas se tenían en pie deslizándose con trineos por las cercanías del Parque del Retiro. Pero no solo disfrutaron los niños. Centenares de adultos y de personas mayores caminaron también este sábado evitando un inoportuno resbalón sobre el hielo. Algunos jóvenes vieron en las calles vacías una oportunidad para hacer ocio de forma diferente y se reunieron para tomar una lata de cerveza, guante en mano, mientras esquivaban y lanzaban bolas de nieve. "Nos tomamos esta y compramos una botella, ¿no?".

Todo esto sucedía a escasos metros de coches de policía, taxis y demás vehículos abandonados temporalmente en mitad de una rotonda, donde probablemente habían quedado atascados horas antes. También en la madrileña zona de Legazpi hubo quien se empeñó en tomarse un vino en la terraza de alguno de los pocos bares que abrieron.

Los vagones del metro de Madrid se encontraban a mediodía llenos de ciudadanos, entre los que se hallaban quienes lo cogían para ver la nieve en otras zonas, por ocio, y quienes lo hacían obligados para ir a trabajar. En la capital permanecieron sin servicio tanto el autobús como los trenes de Cercanía, por lo que el subterráneo era la única fórmula posible.

Vuelta al 'quédate en casa'

La población no dejó escapar la opción de pasar un día distinto y disfrutar de la nieve como no habían hecho nunca. Lo hicieron a pesar de que todas las autoridades pidieron reiteradamente a los ciudadanos que se quedaran en casa para evitar cualquier riesgo, ya que decenas de ramas de los árboles se partieron por el peso de la nieve. "Esto no es un juego", llegó a decir el alcalde, Martínez Almeida.

Centenares de carreteras se vieron afectadas a nivel nacional y 133 permanecían cortadas en la tarde de este sábado. Decenas de viajes en tren y autobús fueron cancelados, mientras que los que ya habían comenzado en la noche de este viernes se vieron suspendidos o bien ralentizados. Aena anunció el cierre del Aeropuerto de Barajas durante este sábado y luego advirtió que podría verse afectado durante varios días más por el mal tiempo. En las últimas horas el temporal ha causado al menos tres muertos.

Filomena ha teñido de blanco gran parte de la geografía nacional, aunque algunas zonas más que otras. En la Comunidad de Madrid, los centímetros de nieve fueron creciendo desde la noche de este viernes hasta el mediodía del sábado para cambiar por completo el panorama de la capital. Lo que para algunos se convirtió en una escena idílica en la que disfrutar se tradujo para otros en un desborde absoluto que terminó en el colapso del transporte y de la asistencia sanitaria en la región ante la imposibilidad de desplazarse por ella. La nevada afectó con virulencia a Madrid, pero también a Castilla-La Mancha. En algunos puntos de la provincia de Guadalajara se alcanzaron 1,2 metros de capa albina.

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