El asalto al Capitolio pone a prueba el intento de Vox de importar el trumpismo a España
El partido de Abascal lleva años bebiendo de las fórmulas que auparon al magnate. Ahora, el ataque a la democracia estadounidense azuzado por Trump pone el foco sobre estos vínculos
Trump, referente. Trump, espejo en el que mirarse. Trump, la marmita de la que beber para seguir creciendo. Desde su victoria en 2016, incluso algo antes, el todavía presidente en funciones de EEUU ha sido visto por Vox como el paradigma que seguir para captar foco, tratar de imponer su agenda conservadora y ganar apoyos entre la población. Los paralelismos a uno y otro lado del Atlántico parecen bastante claros en los últimos cuatro años, en los que Santiago Abascal ha buscado importar muchas de las fórmulas utilizadas por el neoyorquino. Ahora, el asalto al Capitolio de este miércoles pone a prueba esta estrategia.
¿'Make America Great Again'? Hacer a España Grande Otra Vez. ¿'We are going to build a wall'? Vamos a construir un muro en Ceuta y Melilla. Son algunas de las consignas que el partido que lidera Santiago Abascal prácticamente ha copiado y pegado para traer a España viendo el éxito del mandatario, que en 2020 ha incrementado sus apoyos hasta los 74 millones pese a su derrota. También en los últimos meses han insistido en que "China debe pagar" por la expansión del coronavirus, algo que se había hecho ya desde la Casa Blanca.
Pero las imágenes sin precedentes vividas esta semana en Washington, con el propio presidente como instigador, amenazan con dar al traste con la decisión de Vox y de otras formaciones de llevar a sus países estas tácticas. La violencia con la que los manifestantes atacaron la sede de la soberanía popular y los cinco muertos en el marco de lo sucedido han sido la erupción de un movimiento que llevaba fraguándose durante el mandato, en el que Trump ha azuzado la polarización hasta niveles impensables, ha deteriorado las instituciones y lanzado guiños a grupos violentos para acabar hablando sin pruebas de un supuesto fraude electoral que ha terminado siendo la mecha que ha provocado un incendio de dimensiones aún por conocer.
Los altercados, que tuvieron lugar durante la jornada de Reyes en España, dejaron mudos a los de Santiago Abascal durante las primeras horas. El silencio se impuso en Vox mientras otras formaciones se pronunciaban en contra del asalto, algunos trazando paralelismos con el 'Rodea el Congreso'. Finalmente, el líder del partido publicó una serie de tuits sobre el tema en los que aseguraba que le "extraña que a la izquierda progre le parezca tan mal el asalto al Capitolio" y cargaba contra Pablo Iglesias. "La situación en EEUU es extremadamente grave desde hace meses", aseguró en sus publicaciones, en las que lamentó que "el país se halla terriblemente dividido" y abogó por que se restaurase el orden en Washington.
El eurodiputado de Vox Hermann Tertsch publicó este jueves un artículo en el blog de la formación en el que sembraba dudas sobre la supuesta existencia de agentes externos alborotadores para que los seguidores de Trump picasen en una trampa premeditada y ejercieran la violencia, una violencia que consideró "condenable". También ha sugerido que la presunta connivencia de las fuerzas de seguridad podría formar parte del plan contra los trumpistas. Ya este viernes, la coportavoz parlamentaria Macarena Olona replicó en su perfil de redes sociales un eslogan empleado por los sectores más ultras y conspiranoides de Estados Unidos que pudo verse incluso entre quienes protagonizaron el asalto: "Trust the plan", tuiteó ("Confía en el plan").
El PP ha aprovechado la supuesta tibieza de Abascal en sus palabras para recriminarles que justifiquen el asalto al poder legislativo estadounidense y compararles con "los populismos de izquierdas" que ven representados en Unidas Podemos.
¿Reflexión sobre sus vínculos?
En Vox sus dirigentes han cargado contra la izquierda por querer poner el foco en Donald Trump. Fuentes del partido dicen desconocer si habrá una reflexión más profunda sobre lo sucedido y sobre las alianzas con la derecha alternativa y los conservadores republicanos, aunque apuntan a que el órgano en el que se abordaría es el Comité de Acción Política, en el que la cúpula del partido se reúne cada lunes para debatir los temas clave de la actualidad y fijar los pasos hacia los que camina el partido a corto y medio plazo.
Habrá que esperar para ver si en la sede de la calle Bambú, en Madrid, optan por distanciarse del trumpismo después de un ocaso tan abrupto de su presidencia. Los sucesos han sido rechazados por el propio equipo de Trump y, finalmente, por él mismo ante las posibles consecuencias legales. Las conexiones entre los dirigentes del partido español y los círculos del presidente de EEUU son, eso sí, incuestionables.
La formación calcó el lema del magnate en la campaña para las elecciones generales de 2016, cuando cosechó su enésimo descalabro. Dos años después, estableció contactos con Steve Bannon, el exasesor de Trump que ha sido considerado como uno de los mayores artífices de su éxito por ser capaz de entusiasmar y aunar a toda la derecha estadounidense bajo su paraguas mediante técnicas poco ortodoxas. Este mismo 2020, Abascal viajó a Washington junto con Iván Espinosa de los Monteros para acudir al gran evento de los conservadores de EEUU, la CPAC, que se ha convertido en una reunión de derechistas de todo el mundo.
El propio portavoz parlamentario voló a tierras norteamericanas para seguir las elecciones del pasado noviembre y verse con figuras del Partido Republicano. Incluso lanzaron una campaña en la que se leía "patriotas españoles por Trump". Tras los comicios y las acusaciones de fraude electoral por parte del mandatario, Vox ha evitado hablar abiertamente de manipulación de los resultados, pero ha rechazado dar a Joe Biden como vencedor cuando la mayor parte del mundo ya lo hacía.
El pasado mes de septiembre, este medio publicó un artículo en el que se hacía eco de un sondeo realizado por Pew Research en el que concluía que los partidarios de Vox eran los seguidores que más apoyaban a Donald Trump entre los votantes de formaciones de derecha populista. En ese momento, fuentes del partido reconocían que "pueden compartir ideas" con el neoyorquino, especialmente en cuanto a sus políticas respecto a Latinoamérica y las "narcodictaduras", pero sobre todo "contra la inmigración ilegal".
Vox ha intentado traer a España muchas de las técnicas implantadas alrededor del presidente. La búsqueda de la polarización en temas ideológicos, la batalla cultural constante a la izquierda y el uso de las redes sociales para amplificar sus mensajes son algunas de las semejanzas. También los ataques constantes a los medios de comunicación y un intento repetido de deslegitimarlos ante sus simpatizantes. El propio Trump ha calificado en estos años a la prensa como "el enemigo del pueblo". Este miércoles, algunos de sus seguidores cargaron contra un grupo de profesionales de la información y destrozaron parte de sus equipos. "Esto es una revolución", gritaban algunos que bajaban la colina del Capitolio.
También los mensajes han sido similares y así se pudo ver en la moción de censura. El discurso con el que Santiago Abascal expuso su teórico programa de gobierno frente a Pedro Sánchez sirvió para conocer públicamente y sin límites de tiempo algunos de los postulados de la formación que parecían calcados a los de Trump. Gran parte de su texto estuvo centrado en las consignas contra el globalismo, los organismos supranacionales, el multilateralismo y la propia Unión Europea, de la que dijo que se parecía a "la Europa soñada por Hitler". El primer líder de Vox, Alejo Vidal-Quadras, aseguró en una entrevista con este medio que le espantaban sus palabras, que rozaban "casi la demencia".
Trump ha sido un referente para Vox y otros muchos partidos que comparten el discurso antiinmigración. Su caída y la hecatombe de esta semana provocarán sin duda una reflexión en estas corrientes, que perderán el faro de la Casa Blanca, pero que se han mostrado muy competitivas en términos electorales.
Trump, referente. Trump, espejo en el que mirarse. Trump, la marmita de la que beber para seguir creciendo. Desde su victoria en 2016, incluso algo antes, el todavía presidente en funciones de EEUU ha sido visto por Vox como el paradigma que seguir para captar foco, tratar de imponer su agenda conservadora y ganar apoyos entre la población. Los paralelismos a uno y otro lado del Atlántico parecen bastante claros en los últimos cuatro años, en los que Santiago Abascal ha buscado importar muchas de las fórmulas utilizadas por el neoyorquino. Ahora, el asalto al Capitolio de este miércoles pone a prueba esta estrategia.
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