El ocaso de Trump impacta en Vox tras la moción: ¿fin al referente mundial?
La formación ha tratado de inspirarse en los movimientos y estrategias poco comunes que llevaron al magnate a la Casa Blanca
A la espera de resolver algunos interrogantes sobre en qué se traduce la aparente victoria de Joe Biden en las elecciones estadounidenses, lo que queda claro es que el probable fin de la era Donald Trump —al menos por el momento— traerá consigo un terremoto político en múltiples ámbitos a nivel internacional. Una de las incógnitas que planean en este contexto es cuál será la influencia que tendría el ocaso del magnate en todas esas formaciones de nuevas derechas que le habían erigido como faro o referente en distintas partes del mundo.
En España, si alguien se ha elevado como ferviente defensor de la controvertida figura del neoyorquino, ese ha sido Santiago Abascal. El de Amurrio y su equipo han ido bebiendo de Trump y todo lo que le rodea desde inicios de 2016. Copiando lemas, estrategias, acercándose a sus asesores y, más recientemente, entablando relaciones directas con los entornos del todavía presidente de EEUU en Washington.
El fin del mandato Trump supone, sin duda, un golpe para Vox y para los partidos que habían seguido la línea marcada por la derecha alternativa estadounidense. Si una segunda victoria del mandatario habría implicado un espaldarazo a esas visiones compartidas del mundo, el resurgir de los demócratas —aunque menos vigoroso de lo esperado— frena las pretensiones de mantener al frente de la primera potencia mundial a un actor que refuerce su batalla identitaria contra la izquierda y el globalismo.
El varapalo de la más que probable no continuidad del magnate llega después de que Vox haya visto trastocado su camino tras la ruptura con el PP de Pablo Casado. En la formación sorprendió, no ya el voto negativo de los populares, sino el tono empleado por su líder y la decisión de desligar sus caminos y emprender un viaje a la centralidad enfatizando los elementos que les diferencian. Entonces Abascal subió a la tribuna visiblemente afectado por la situación y se vio obligado a recalcular su ruta. Ahora, apenas dos semanas después, deberá reevaluar los vínculos con la derecha norteamericana para ver cómo abordar los próximos años.
A la espera de ver en qué queda la disputa legal planteada por la campaña del presidente, e incluso antes de que se confirmara el vuelco electoral en estados clave de Joe Biden, el propio Abascal ya se pronunció en Twitter este miércoles sobre los comicios del país norteamericano para respaldar a Trump pase lo que pase. "Sea cual sea el desenlace de las elecciones americanas, de nuevo podemos constatar la ignorancia y la manipulación de medios, politólogos, encuestadores y opinadores", aseguró. "Otra vez han quedado sus mentiras al descubierto. Trump puede sentirse ganador, por seguir en pie contra todos".
El portavoz Jorge Buxadé aseguró este jueves que preferían al republicano porque "se enfrenta al Gobierno de China". Dirigentes del partido habían impulsado en los últimos días de campaña una iniciativa que rezaba "patriotas españoles por Trump" a través de su grupo europeo, el ECR. Este viernes, cuando la derrota del republicano ya se mascaba, el líder del partido evitó pronunciarse al respecto.
Primero sin éxito y años después como tercera fuerza del país, Vox se ha lanzado en los últimos tiempos a calcar estrategias de esta derecha alternativa que llevó a Trump al poder con métodos poco ortodoxos. Los niveles de polarización y de batalla cultural en ámbitos como el feminismo, la violencia de género e, incluso, en la lucha contra lo que llaman "élites globalistas" se han ido agudizando desde 2016 entre Abascal y los suyos hasta consolidarse como uno de los grandes partidos en el Congreso de los Diputados, si bien los elementos que le llevaron a dar el salto en 2018 fueron la crisis catalana y el discurso antiinmigración que también comparten con Trump.
Sea cual sea el desenlace de las elecciones americanas, de nuevo podemos constatar la ignorancia y la manipulación de medios, polítologos, encuestadores y opinadores.
— Santiago Abascal 🇪🇸 (@Santi_ABASCAL) November 4, 2020
Otra vez han quedado sus mentiras al descubierto. Trump puede sentirse ganador, por seguir en pie contra todos.
La politóloga de la Universidad Autónoma de Barcelona, Berta Barbet, no cree que todas las lecturas de la hipotética caída de Trump sean negativas para Vox. Aunque ya no tendrían la visibilidad de la Casa Blanca para reflejar esa cosmovisión compartida, ella enfatiza que el hecho de que haya logrado aumentar incluso sus votantes respecto a 2016 puede dar alas a este tipo de estrategias en el resto del mundo y también en la sede de Vox en calle Bambú. "Les da cierta esperanza de que la estrategia comunicativa iniciada por Steve Bannon puede funcionar bien implementada y es capaz de generar bases bastante sostenidas en el tiempo", explica.
El ensanchamiento de los votantes de Trump llega en un contexto en el que EEUU ha protagonizado una gestión "caótica" de la pandemia. Es aquí donde hace hincapié Marcos Reguera, investigador de la política estadounidense en la Universidad del País Vasco, que cree que esta capacidad para afianzar electores se ha mostrado como un elemento clave de este tipo de estrategias, marcadas por la polarización en aspectos culturales y que también podría aplicarse a este lado del Atlántico. "Existe una situación por la que, da igual lo que haga el candidato, hay un apoyo numantino y una transformación de la cultura política de la derecha que hace que no cambie de opinión sino que se mantenga". Asegura que si algo queda claro con el resultado de las elecciones es que esta "cultura política ha venido para quedarse" a nivel global.
En la misma línea apunta Jorge Tamames, doctorando en la Facultad de Políticas de la University College Dublin y experto en movimientos populistas. "Aunque es un palo gordo [para formaciones como Vox], yo creo que queda patente que el 'trumpismo' tenía más aguante del que se pronosticaba". Asimismo cree que la fortaleza reflejada por Trump será importante para Abascal en cuanto a que es probable que estas corrientes logren seguir a los mandos del Partido Republicano y estar en posiciones de volver a dirigir el país en el futuro próximo.
Un reciente análisis de 'The New York Times' apuntaba, precisamente, a que el ocaso de Trump podría no darse por completo, ya que la robustez de sus bases le garantiza jugar un papel fundamental en la política estadounidense durante los años venideros. Aún queda por saber si su influencia se traduciría en un intento de volver a ser presidente dentro de cuatro años o si impulsa la candidatura de otra figura que continúe su legado y consiga completar la transformación del Partido Republicano.
El investigador de la Universidad Complutense, Guillermo Fernández Vázquez, considera que su derrota supone "una ralentización de la metamorfosis que las derechas están viviendo a nivel mundial". Entiende que una victoria habría significado un "empujón" para Abascal y los demás partidos identitarios que a nivel europeo se han nutrido del éxito del 'trumpismo', pero también para las corrientes de la derecha tradicional que se han sentido atraídas por algunos de sus aspectos. "Hace que el imán que la 'alt right' ejerce sobre las derechas se apague un poco".
¿Y la Iberosfera?
Antes de que el virus golpeara con fuerza en Occidente, Abascal lideró el pasado febrero una delegación del partido con destino Washington. Acudieron al National Harbor, el lujoso centro de convenciones que acoge la CPAC, el megaevento anual de los conservadores estadounidenses que ha derivado en punto de encuentro de las derechas de múltiples puntos del mundo para compartir tácticas, visiones y aspectos clave del futuro. Allí los dirigentes de Vox se vieron con los círculos del presidente, estrecharon lazos con la llamada 'alt-right' y también con grandes corrientes de la derecha nacionalpopulista como la brasileña, encarnada en Eduardo Bolsonaro, hijo y probable heredero político de Jair.
La derrota de Donald Trump en EEUU "hace que el imán que la 'alt right' ejerce sobre las derechas se apague un poco"
Aunque Vox ha tejido redes con el Gobierno del húngaro Viktor Orbán y con el ultraconservador ejecutivo polaco a quienes ha fijado como referentes en suelo europeo, nunca ha dejado de mirar al otro lado del Atlántico. Los vínculos se han estrechado con sus intentos de influir en la batalla cultural contra las izquierdas en Latinoamérica, una estrategia que han reforzado con la creación de su propio centro de pensamiento, Disenso.
Precisamente, Fernández Vázquez augura que será en esta lucha por la influencia en Latinoamérica donde más se resienta Vox. "Creo que a corto plazo no tendrá efectos en su estrategia en España, aunque sí en su estrategia de influencia en Hispanoamérica, donde el apoyo de la Administración americana era importante", explica el investigador, que recuerda que fueron los últimos viajes a Washington los que apuntalaron sus intenciones en este ámbito. Durante el discurso de la moción de censura, Abascal entonó el término Iberosfera —concepto inventado— para ilustrar sus objetivos en este sentido.
A la espera de resolver algunos interrogantes sobre en qué se traduce la aparente victoria de Joe Biden en las elecciones estadounidenses, lo que queda claro es que el probable fin de la era Donald Trump —al menos por el momento— traerá consigo un terremoto político en múltiples ámbitos a nivel internacional. Una de las incógnitas que planean en este contexto es cuál será la influencia que tendría el ocaso del magnate en todas esas formaciones de nuevas derechas que le habían erigido como faro o referente en distintas partes del mundo.
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