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La Iberosfera de Vox: el abrazo de Trump, el antichavismo y el sueño de la 'España grande'
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un término de creación propia

La Iberosfera de Vox: el abrazo de Trump, el antichavismo y el sueño de la 'España grande'

La formación de Abascal ha tratado de agudizar sus vínculos con Latinoamérica en los últimos meses, con todo el público hispanohablante. En la moción de censura, esto volvió a quedar claro

Foto: El líder de Vox, Santiago Abascal, y el portavoz, Iván Espinosa de la Monteros. (EFE)
El líder de Vox, Santiago Abascal, y el portavoz, Iván Espinosa de la Monteros. (EFE)

'Iberosfera'. Ese es el término, de propia creación, con el que Vox pretende referirse al mundo latinoamericano en el que busca ampliar su influencia. Aunque no queda claro por qué no ha recurrido a otros conceptos ya existentes, lo cierto es que el partido de Santiago Abascal ha buscado poner el foco en las relaciones con América Latina en los últimos meses. Entre los elementos que les han llevado a lanzarse a por este público, se atisban con especial preeminencia las relaciones con la derecha alternativa en EEUU y los círculos ultraconservadores que rodean a Donald Trump, cuyas esencias han ido impregnando el aroma del discurso de Vox en las últimas fechas, también en la moción de censura.

La iniciativa con la que Vox buscaba, al menos sobre el papel, derrocar a Pedro Sánchez fue la carta de presentación ante el gran público del discurso antiglobalista de la formación, pero no solo eso, sino que también fue aprovechada para lanzar una retahíla de argumentos contra el Grupo de Puebla y sobre lo que llaman Iberosfera, conceptos completamente ajenos al votante corriente. En principio, poco tiene que ver la Nueva York de los rascacielos, de la que viene el magnate estadounidense, con las calles de Amurrio (Álava), en las que se crio Abascal. Sin embargo, los lazos entre ambos círculos se han ido estrechando recientemente y el discurso del líder de Vox de este miércoles tuvo un marcado aliño trumpista.

Foto: El líder de Vox, Santiago Abascal. (EFE)

"La Iberosfera, un concepto en el que luego me detendré porque es clave para el futuro y las soluciones que necesita España", aseguró el candidato fallido a la presidencia durante su primera intervención en la tribuna del Congreso, donde también recurrió al término el diputado Ignacio Garriga. "La alianza de este Gobierno con la tiranía de Nicolás Maduro en Venezuela es un ataque a la libertad y a los lazos que nos mantienen unidos con los países de la Iberosfera", dijo el representante por Barcelona, que presentó Vox como esa "alternativa" en la que los españoles encontrarían el actor necesario "para liderar la Iberosfera y devolver a España su papel capital como piedra angular a ambos lados del Atlántico". Ese "hacer España grande otra vez" que un día después entonó Iván Espinosa de los Monteros.

En las últimas fechas, el partido ha lanzado la Fundación Disenso, que servirá para elaborar los cimientos ideológicos de la formación —su propia FAES—, con la que ha puesto el foco de manera decidida en América Latina. Coincidiendo con el Día de la Hispanidad, el pasado 12 de octubre, la entidad puso en marcha una plataforma digital llamada 'La Gaceta de la Iberosfera', dirigida a todo el público hispanohablante y en la que se alternan referencias a la política estadounidense con críticas a los líderes y gobiernos izquierdistas de la región.

Fuentes de Disenso consultadas por este medio reconocen que el uso de Iberosfera como nuevo término para referirse a este ámbito trata de llamar la atención. En total, aseguran, abarcaría a 700 millones de personas que forman "una comunidad de naciones e intereses a ambos lados del Atlántico y que comparten su herencia cultural con España y Portugal". Estas mismas fuentes apuntan como misión fundamental la defensa de las raíces culturales que comparten España y Latinoamérica y la lucha contra la izquierda en la región.

Esta batalla cultural contra lo que consideran ultraizquierda es donde, admiten, intentan unir los caminos con el Partido Republicano estadounidense, con el que Abascal ha agudizado su sintonía en esta especie de internacional derechista que ahora encabeza la fórmula populista de Trump. Desde la fundación que preside el líder de Vox, consideran que el hecho de venir de España agiliza su papel de embajadores de estas consignas ante las comunidades latinoamericanas. Es aquí, precisamente, donde puede estar su punto fuerte en las relaciones con la derecha de EEUU, con quienes dicen compartir desde Disenso la preocupación por frenar los populismos de izquierda, que ganan peso por el mundo.

Tanto Abascal como Garriga se enfundaron este traje durante sus discursos con ataques a los llamados grupos de São Paulo (Brasil) y Puebla (México). Este último, el que más críticas recibió por parte de ambos, es un foro político formado por líderes de izquierda de Iberoamérica. Entre ellos, destacan Lula Da Silva, Evo Morales y Dilma Rousseff, además de José Luis Rodríguez Zapatero e Irene Montero, entre otros.

Vox trató de trazar así paralelismos entre la izquierda latinoamericana y los partidos del Gobierno de España: "En realidad, son el cártel de Puebla". "Los españoles no permitirán que conviertan España en Argentina. Pablo no será Néstor e Irene no será nunca Cristina", llegó a comentar Garriga.

A principios de año, una delegación de Vox se desplazó hasta Washington para entablar relaciones con los círculos de Trump, pero también con el resto de fuerzas del espectro provenientes de distintas partes del mundo. Lo hizo en la CPAC, el megaevento de los conservadores estadounidenses en el que intervienen múltiples actores de EEUU y otros países y donde se alternan los golpes en el pecho y el establecimiento de metas —abstractas— a cumplir. Entonces, Abascal no intervino en el escenario del National Harbor, reservado para la primera línea, pero sí que mantuvo encuentros en este marco. Poco antes del viaje, un equipo del partido se desplazó a Bolivia para coordinarse con el Ejecutivo autoproclamado tras la salida de Morales. Fuentes del partido confirman encuentros —muchos de ellos telemáticos— con representantes del Gobierno o de la oposición en al menos 11 países.

Los encuentros en Washington son, según el investigador de la Complutense Guillermo Fernández Vázquez, un punto de inflexión en las estrategias de Vox. Él cree que si antes la prioridad estaba en las relaciones con la Hungría de Viktor Orbán y la Polonia de Ley y Justicia (PiS), ahora es EEUU el foco principal de sus alianzas. "Busca ser el núcleo 'irradiador' en los partidos de esta derecha en Latinoamérica, ser el que coordine". "Vox entiende que su peso internacional vendrá de su capacidad de tener influencia en las derechas latinoamericanas", resume el experto en la formación nacionalista española.

Vox entiende que su peso internacional vendrá de su capacidad de tener influencia en las derechas latinoamericanas

"Si eres la fuerza que tiene ascendencia en una región geográfica como la latinoamericana, no hablas de la misma manera con Orbán o Matteo Salvini y dejas de ser un paria para ser un actor importante", valora Fernández Vázquez, que cree que el discurso contra el chavismo y la izquierda latina le ha granjeado la simpatía de buena parte de las comunidades provenientes de esta región que emigraron a España.

Durante la defensa de la moción, Ignacio Garriga esbozó esa idea de recuperar el peso perdido al otro lado del Atlántico, ese 'make Spain great again' que algunos de sus seguidores llevan serigrafiado en gorras y camisetas. Ese concepto, esa añoranza del peso 'imperial', es otro de los factores que destaca el investigador de la Complutense. "Da el imaginario imperial. Esto es muy importante para Vox, y en general en las sociedades europeas, en las que tienes un sentimiento de contar menos en el mundo, esto [la influencia en América Latina] te da el comodín imperial de que puedes ser una superpotencia".

¿Opciones de influir?

Esta es la intención del partido, pero ¿tiene opciones de influir en América Latina? Anna Ayuso, investigadora para América Latina del Centro de Asuntos Internacionales de Barcelona (Cidob), lo ve "complicado" y duda de que el tinte "neoimperialista" de los de Abascal pueda tener éxito siquiera con las posiciones más extremas.

"Aznar tejió una red de complicidades con distintos partidos latinoamericanos, pero no tanto con movimientos más extremos como en Bolivia", asegura la experta, que hace hincapié en los procesos de polarización de la región. Ella cree que las opciones de Vox para influir pasan por sectores "más marginales" y no tanto por las derechas tradicionales de Iberoamérica. "El trabajo de penetrar lo hizo Aznar, pero con un lenguaje más liberal", incide Ayuso, que considera "natural" que los de Abascal traten de "disputar" las relaciones del PP con fuerzas latinoamericanas.

'Iberosfera'. Ese es el término, de propia creación, con el que Vox pretende referirse al mundo latinoamericano en el que busca ampliar su influencia. Aunque no queda claro por qué no ha recurrido a otros conceptos ya existentes, lo cierto es que el partido de Santiago Abascal ha buscado poner el foco en las relaciones con América Latina en los últimos meses. Entre los elementos que les han llevado a lanzarse a por este público, se atisban con especial preeminencia las relaciones con la derecha alternativa en EEUU y los círculos ultraconservadores que rodean a Donald Trump, cuyas esencias han ido impregnando el aroma del discurso de Vox en las últimas fechas, también en la moción de censura.

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