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El Gobierno se abre con la Guardia Civil otro frente nuevo y cierra filas con Marlaska
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OFENSIVA DE LA OPOSICIÓN

El Gobierno se abre con la Guardia Civil otro frente nuevo y cierra filas con Marlaska

El Ejecutivo se crea otra polémica sin haber dejado atrás la suscitada por el pacto con Bildu. Aunque hay dudas respecto al momento elegido por el ministro, en la Moncloa y en el PSOE se le defiende

Foto: El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, el pasado 20 de mayo en el Congreso. (EFE)
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, el pasado 20 de mayo en el Congreso. (EFE)

No había amainado la tormenta cuando llegó una nueva lluvia torrencial. Ya no era Bildu, sino la gestión de Fernando Grande-Marlaska. Ya no era un pacto, sino una destitución de un mando de la Guardia Civil y, de manera encadenada, una dimisión. El Gobierno se abría un nuevo frente en apenas unos días sin haberse desenredado del embrollo anterior. De cariz y calado totalmente distinto. También con distinto impacto en el PSOE. Pero es otra crisis y otra fuente de conflicto que se enlaza con la anterior y que socava la imagen del Ejecutivo, ofreciendo un flanco muy jugoso a la oposición, en un momento dificilísimo e incierto en la lucha contra la pandemia del covid-19.

El incendio en el Ministerio del Interior arrancó el lunes con el cese fulminante del coronel Diego Pérez de los Cobos como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid a raíz del informe sobre las manifestaciones del 8 de marzo enviado a la jueza Carmen Rodríguez-Medel, que investiga si el Gobierno cometió prevaricación al autorizar aquellas marchas, cuando apenas una semana después decretó el estado de alarma que confinó a toda la población. Pero las llamas crecieron el martes, cuando dimitió como director adjunto operativo del cuerpo Laurentino Ceña, una de las caras de la gestión del coronavirus.

La crisis subió un peldaño más y quien quedaba señalado era el propio ministro Grande-Marlaska. Señalado por la oposición, pero no dentro del Ejecutivo. Sus compañeros de Gabinete cerraron filas con él: acertó al destituir al responsable de un informe que se califica en el PSOE como "una vergüenza". Sí hay más dudas respecto a la "oportunidad", al momento elegido por el titular de Interior para empujar la reestructuración de su departamento. Incluso el sector de Unidas Podemos, que ha tenido divergencias con Marlaska a cuenta de la política migratoria, salió en su defensa. También la Moncloa: "Apoyo total" al ministro, según indicaron a este diario fuentes próximas al presidente, Pedro Sánchez.

Sin embargo, la tempestad no ha parado y este miércoles espera al Ejecutivo una previsible somanta de palos a cuenta del pacto con Bildu y la defenestración de Pérez de los Cobos. De hecho, la oposición ha cambiado varias de sus preguntas a raíz de la crisis que tiene a Interior en el epicentro. El jefe de Interior está en la picota y la derecha pide su cabeza.

Sánchez reclamó a Marlaska que acudiera a la Moncloa para comparecer en rueda de prensa una vez se conoció la dimisión de Laurentino Ceña


Que las cosas empezaban a cambiar de color se percibió este martes con la renuncia de Ceña. Cuando se conoció, Sánchez, según reconocían fuentes de su equipo y del ministerio, reclamó a Marlaska en la Moncloa. Se improvisó su presencia en la comparecencia posterior al Consejo de Ministros —celebrado telemáticamente— para que acompañara a la portavoz, María Jesús Montero, y a la responsable de Industria, Reyes Maroto. Se decidió que, pese a que no estaba inicialmente programado, Marlaska diera la cara, para dar "normalidad" a lo sucedido e intentar despejar el balón antes de que le llegue al propio presidente.

Foto: El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. (EFE)

"Nuevo impulso" en Interior

El ministro desvinculó el cese de Pérez de los Cobos del informe sobre el 8-M que el instituto armado remitió al juzgado de instrucción número 51 de Madrid. La caída del coronel se debía solo, dijo, a una "política razonable y normal de reconstrucción de nuevos equipos y dentro del ámbito de máxima confianza que todo dirigente político plantea". Es decir, todo responde al "nuevo impulso" que ha querido dar a su departamento, y que comenzó, tras la constitución del nuevo Ejecutivo, con la elección de un nuevo número dos, el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez —en sustitución de Ana Botella—, y de una nueva directora de la Guardia Civil, María Gámez. La pandemia paralizó los cambios y ahora era el momento de retomarlos, alegó. Él es de los ministros que ha promovido más ceses en su departamento en los dos años al frente de la cartera, 14. Pero esa es una razón muy esgrimida que no siempre se corresponde con la realidad: también Montero apuntó en febrero a que habría más renovación de cargos en las empresas públicas para justificar la súbita y sorprendente destitución del periodista Fernando Garea como presidente de EFE, pero esos relevos nunca llegaron. O no, al menos, por ahora.

En Interior indican que los desencuentros con Pérez de los Cobos "venían de lejos" y la puntilla vino con un informe del 8-M plagado de "inconsistencias"

Marlaska se afanó en insistir en que, en sus 30 años como magistrado, sabe cuál es la competencia de un ministro y cuál es la del juez. Y qué puede saber uno y no el otro. "La palabra injerencia no la conjugaré nunca", proclamó. Ahí está el punto más delicado, puesto que cuando un agente actúa como policía judicial, tiene prohibido reportar a un superior político, como se encargó de recordar la jueza al secretario de Estado.

Fuentes de Interior, sin embargo, reconocen que los desencuentros de Marlaska con el coronel "venían de lejos", de modo que "llovía sobre mojado". En el equipo del ministro insisten en que "nunca ha pedido conocer el contenido de las investigaciones" de la Guardia Civil en las que actúa como Policía Judicial, porque "nunca se atrevería". Pero, una vez que trascendió el informe, no gustaron ni las "inconsistencias" ni los "juicios de valor", y menos aún la "intencionalidad política" que, a juicio del Ejecutivo, esconde ese documento elevado a la jueza, pues pretende señalar al Gobierno por supuesta prevaricación al autorizar manifestaciones como las del 8-M cuando, según la Guardia Civil, tenía conocimiento sobrado de que la pandemia ya estaba en España.

La Guardia Civil considera que no se debió celebrar ningún acto multitudinario desde el 5-M

Sin embargo, la argumentación de Marlaska se veía agujereada por la dimisión de Ceña, en señal de protesta por la caída de su compañero. El ministro recordó que pasaba a su retiro el 13 de mayo, pero que pidió extender su permanencia en el puesto hasta el 2 de junio por la pandemia. "Y nos sale ahora con esta [la renuncia] apenas unos días antes de dejar la Dirección Adjunta Operativa de la Guardia Civil", se dolían en Interior. Su sustituto es el general de división Pablo Salas, hasta ahora máximo responsable del Servicio de Información del instituto armado.

Foto: El delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco. (EFE)

"Soltar lastre cuanto antes"

"No es ningún patinazo del ministro o del Gobierno. Es una pérdida de confianza, y puerta", resumía un alto cargo de la Moncloa. Esa línea era, a grandes rasgos, compartida en la parte socialista del Gobierno y en la cúpula del PSOE. "Apoyo total", indicaba un miembro del Gabinete de la máxima confianza de Sánchez. "Hay revuelo mediático, claro, pero interno no", apuntalaba otra tercera fuente próxima al líder socialista.

En el PSOE califican el informe de "vergüenza", de "un cabo chusquero": ven razonada la dimisión. Un ministro cree que a Marlaska le faltó "delicadeza"

En las alturas del partido, la sensación era la misma: no se había generado un "incendio innecesario", ni había habido un "error". "El informe de la Guardia Civil es una vergüenza, una chapuza indecente, es propio de un cabo chusquero, no de un profesional. Que sea este o no el momento idóneo es lo de menos. El lastre hay que soltarlo en cuanto se pueda", refrendaba un dirigente de la ejecutiva. Esa reflexión se podía oír en boca de otros responsables: mejor soltar "lastre" antes y punto, porque el documento elevado a la jueza, en opinión de los consultados, no tiene "defensa". Uno de los errores más citados es que subraya que la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia por coronavirus el 30 de enero, algo que ocurrió en realidad el 11 de marzo. Los investigadores del instituto armado sentencian que a partir del 5 de marzo debieran haberse cancelado todas las manifestaciones porque ya existía "un profundo conocimiento de los riesgos de la enfermedad por parte de los responsables sanitarios". Además, la OMS coincidió con el también señalado director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), el doctor Fernando Simón: con las medidas de higiene, el riesgo de contagio en las marchas del 8-M es "limitado", dijo hasta horas antes de las grandes concentraciones en toda España.

Dimite el número dos de la Guardia Civil, el general Laurentino Ceña

En las federaciones más alejadas de Ferraz indicaban asimismo que la envergadura de la polémica "nada tiene que ver" con la de la semana pasada, cuando el PSOE trenzó una alianza con Bildu para derogar de manera "íntegra" la reforma laboral que dejó perplejos a muchos en el PSOE. "Evidentemente, esto tiene un menor calado que lo que ocurrió hace unos días. Pero con lo de Bildu puede que se pase página rápido, pero lo que ha hecho Fernando quizá sí deja mayor huella en la Guardia Civil —valoraba en cambio un miembro del Gabinete más crítico con las maniobras del ministro del Interior—. En estas cosas, uno tiene que actuar con delicadeza. Si has perdido la confianza en un mando, le mandas no sé dónde en 15 días y le das una salida personal. El informe de la Guardia Civil no tiene valor por sí mismo, no es palabra divina. Puedes enviar a Pérez de los Cobos a otro destino con honores y luego haces un informe ampliatorio. Lo sorprendente es este lío innecesario, que abre un frente con la Guardia Civil y con los jueces y que genera más crispación en la política".

Incluso esta última fuente admitía que en el Gobierno no se tiene la sensación de "semana mala", como sí ocurrió con el pacto con Bildu. Tampoco en Ferraz sonaron los teléfonos, como sí ocurrió con la alianza con la formación 'abertzale'. Pero aun así, algunos en el partido y en el Ejecutivo asumen que "avanzar cuesta muchísimo", porque no acaban de resolverse los problemas cuando surgen unos nuevos. Es la angustia por no remontar, no levantar cabeza.

Foto: La vicepresidenta primera, Carmen Calvo, este 26 de mayo en la Comisión de Reconstrucción del Congreso, este 26 de mayo. (EFE)

La equiparación salarial

¿Era el momento oportuno, justo cuando el Ejecutivo atraviesa uno de sus momentos más críticos? A esta pregunta sí hay distintos dirigentes, en el PSOE y en el Gabinete, que admiten que quizá Marlaska no calibró bien los tiempos, que tal vez debiera haber esperado algo más. "Es cierto que puede discutirse el momento... Pero es un movimiento legítimo. Entonces, ¿qué hacemos? ¿Esperamos dos meses?", se defienden en el equipo de Marlaska.

En el Gobierno indican que el último tramo para igualar los sueldos de policías y guardias civiles estaba ya en cartera hace días y no se improvisó

"Estamos en el plazo de crear equipos. También dicen que si hemos traído el tercer tramo de la equiparación salarial para tapar lo sucedido cuando es algo objetivo que eso ya estaba la semana pasada en la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios", continúa otra fuente muy próxima al titular de Interior. Replicaba así a otra acusación que se le ha hecho: la de que intentó ocultar la polémica por la caída de Pérez de los Cobos y la salida de Ceña con la luz verde que dio el Consejo de Ministros al libramiento del tercer y último tramo del proceso de equiparación salarial de los policías nacionales y guardias civiles con los miembros de las policías autonómicas, lo que supondrá un desembolso de 247 millones.

Marlaska desvincula el cese de De los Cobos del informe sobre el 8-M

Aunque en Ferraz y en el Ejecutivo hubo quien se sorprendió del anuncio —por la intención "evidente" de aplacar el fuego con una compensación millonaria a los agentes, comprometida desde marzo de 2018, con el PP en la Moncloa—, en Interior y en Hacienda subrayan que no fue un conejo de la chistera de última hora, porque se incorporó al real decreto ley ómnibus aprobado este martes por el Consejo y se llevaba trabajando días. Era la oportunidad de incluirlo, sostienen, y "no iba a dejar de venderse" por los cambios en el ministerio.

Foto: El vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias. (EFE)

¿'Lawfare'?

En cualquier caso, la continuidad de Marlaska en el Gabinete, por ahora, no peligra. Distintas fuentes del partido y del Gabinete insisten en que Sánchez confía en él. Ya lo defendió frente a su socio morado al comienzo de la andadura de la coalición y siempre estuvo claro que continuaría en el equipo tras la investidura.

En Unidas Podemos defienden a Marlaska y creen que todo obedece a una estrategia para "desgastar al Gobierno". "No van a ceder en ningún momento"

En el PSOE tienen una visión más "pragmática" de lo ocurrido, pero en Unidas Podemos, sin embargo, apuntan a la 'lawfare', la guerra judicial. "Había que haber destituido a Pérez de los Cobos nada más llegar. El problema profundo es la derechización de determinadas instancias que deberían ser neutrales. Ese informe es un despropósito que no pasaría un examen de universidad, pero está escrito con el único propósito de desgastar al Gobierno —denunciaba este martes un ministro morado—. No sé si se le ha cesado por el informe o no. Pero o democratizamos las instituciones o nos vamos a episodios como Brasil. Visto el informe, lo hubiera echado por falta de rigor, y listo. La derecha está en una posición tan beligerante y protogolpista que le dará igual todo. No le importa la verdad, sino el desgaste. Así que estoy radicalmente a favor de que le hayan cesado. Y el coste... es el mismo que habríamos tenido de haberse hecho de otra forma".

Interior completa la equiparación salarial de Policía y Guardia Civil con 247 millones

Hay otro elemento que ayuda a apretar las filas en el Ejecutivo: que lo que se ponga en el disparadero son las marchas feministas del 8-M. "No habría habido este valor si hubiera sido una manifestación 'patriótica'. En la histórica tarea de acabar con el Gobierno están muchos medios, jueces y Fuerzas de Segurdiad, que se creen salvadores de España ante un Gobierno al que ya llaman criminal y traidor. Es decir, que no van a ceder en ningún momento y les da igual que se sea más o menos elegante. Les vale cualquier cosa y creen que el pueblo está con ellos", concluye este ministro. La reflexión es que "no hay momento bueno para el Gobierno", por lo que no tiene sentido esperar más o menos. En la Moncloa "no se apuntan" a la teoría del 'lawfare', aunque algunos miembros del Gabinete de Sánchez advierten de que es preciso salir de la "empalizada" que tienden los rivales del Ejecutivo. Sin dejar pasar una, añaden. Yendo a la ofensiva.

No había amainado la tormenta cuando llegó una nueva lluvia torrencial. Ya no era Bildu, sino la gestión de Fernando Grande-Marlaska. Ya no era un pacto, sino una destitución de un mando de la Guardia Civil y, de manera encadenada, una dimisión. El Gobierno se abría un nuevo frente en apenas unos días sin haberse desenredado del embrollo anterior. De cariz y calado totalmente distinto. También con distinto impacto en el PSOE. Pero es otra crisis y otra fuente de conflicto que se enlaza con la anterior y que socava la imagen del Ejecutivo, ofreciendo un flanco muy jugoso a la oposición, en un momento dificilísimo e incierto en la lucha contra la pandemia del covid-19.

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