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Sánchez promete reforzar la sanidad, asume errores y avisa: "Lo más duro está por llegar"
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COMPARECENCIA ANTE UN CONGRESO SEMIVACÍO

Sánchez promete reforzar la sanidad, asume errores y avisa: "Lo más duro está por llegar"

El presidente justifica la alarma y admite que, con los datos de hoy, ningún Gobierno hubiera actuado igual. Enarbola el Estado del bienestar y anuncia una comisión para revisar el sistema sanitario

Foto: Pedro Sánchez explica el decreto de alarma ante un hemiciclo prácticamente vacío, este 18 de marzo. (EFE)
Pedro Sánchez explica el decreto de alarma ante un hemiciclo prácticamente vacío, este 18 de marzo. (EFE)

"Si alguien seguía dudando, sí existe la sociedad. Ahí fuera, recluida, reclamando la fortaleza de lo público, de lo colectivo". El presidente del Gobierno blandió la defensa del Estado del bienestar como uno de los pilares de la España de hoy, como una columna vertebral del sistema que ha de ser apuntalada y cuya importancia ha dejado en evidencia el combate contra el coronavirus. Y por eso la sanidad habrá de ser evaluada para tener más músculo. Pero eso será después, cuando la emergencia sanitaria pase. Porque España se halla aún "librando una guerra" contra un "enemigo" que golpea a toda la sociedad. Una guerra que, reconoció, no fue bien advertida desde el principio. Por su Gobierno y por otros países: "La pandemia ha desbordado las previsiones de todos, empezando por la Organización Mundial de la Salud". Ahora toca enfrentarse a ella, y eso exige "sacrificios" de todos porque "lo más duro está "por llegar". Hace falta tanto "unidad política" como "unidad ciudadana".

Pedro Sánchez dio cuenta este miércoles ante el Congreso de la declaración del estado de alarma y llevó hasta la tribuna un discurso pretendidamente socialdemócrata, pero en el que también contenía una cierta autocrítica, en correspondencia con su comparecencia de ayer martes. El ser humano, dijo, "sucumbe al sesgo de retrospectiva", "tiende a pensar que podía haber predicho el desenlace". "Con lo que sabemos hoy no hubiéramos actuado así ayer", admitió, mirando también lo ocurrido en otros países. Singularmente, Francia "no habría mantenido la primera vuelta" de las elecciones municipales si hubiera sabido que tendría que suspender la segunda ronda apenas un día después. Su Gobierno de coalición decretó el estado de alarma cuando fue "imprescindible y solo entonces", porque los bienes que restringe "son suficientemente valiosos como para ser preservados hasta el último instante".

[Consulte aquí en PDF la intervención del presidente]

El líder socialista se dirigía este miércoles a un Congreso prácticamente vacío, con una treintena de diputados sentados en sus escaños y una Mesa también mermada. Sin prensa en los pasillos, con los periodistas como testigos desde su casa. Con sus señorías sentados a más de un metro de distancia, también la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, de su jefe. Con los servicios de la Cámara desinfectando la tribuna y las barandillas tras cada intervención. Él mismo acusaba el enorme agotamiento y la tensión de los últimos días, y enhebró un discurso duro, durísimo, catastrofista, de fin de época. Todo era la demostración palmaria de una situación absolutamente de excepción, inédita en España.

Sánchez anuncia una comisión que revisará el sistema de salud cuando acabe la crisis

Porque el Covid-19, que ya ha provocado en España 13.716 contagios y 598 fallecimientos —datos de Sanidad a las 12:00 de este miércoles— es una enfermedad "silenciosa y cruel", arrancó Sánchez, que castiga lo que "más nos hace humanos: la necesidad de vivir juntos, pensar juntos y actuar juntos en comunidad". Una pandemia que no distingue de ideologías, clases ni territorios, como viene reiterando en los últimos días. "Nos golpea a todos, a nuestros padres, nuestros abuelos, nuestras parejas, nuestros hijos y nuestros seres queridos". Plantea "un reto sin precedentes", es una "amenaza para la salud pública global", un "desafío" extraordinario que obliga a tomar "medidas excepcionales". "Nunca hemos vivido nada igual", subrayó, para hacer hincapié en lo anómalo e impredecible de la situación, una "emergencia social, sanitaria y económica" que no tiene "precedentes".

La pandemia ha desbordado las previsiones de todos, comenzando por la propia Organización Mundial de la Salud


El dique de contención para frenar la expansión del virus, insistió Sánchez una y otra vez es "el valor de lo público", la fortaleza de "lo colectivo". Empezando por el sistema sanitario, que está en la "primera fila de los más eficaces y sólidos del mundo".

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en los pasillos del Congreso. (Efe)

La "ponderación" de todas las variables

El sistema ya resistió embates anteriores, recordó el presidente. El virus del ébola, la crisis de las vacas locas, la gripe A... Cada una de ellas tiene "sus singularidades", de modo que la experiencia acumulada puede aprovecharse solo "parcialmente". El líder socialista defendió entonces que el Gobierno se ha sometido siempre al "mandato de los expertos" y a las máximas de "unidad de acción", coordinación con las demás administraciones y cooperación. Pero "la pandemia ha desbordado las previsiones de todos, comenzando por la OMS", que ha ido actualizando su respuesta ante una crisis que es "dinámica" y "no estática".

"Reforcemos el Estado del bienestar. Es el bien más precioso que poseemos. Es la mayor conquista de la democracia, el mayor logro colectivo", recuerda

El Gobierno ha querido "proceder" siguiendo las recomendaciones de la OMS, defendió el jefe del Ejecutivo, "desde ese principio de ponderación entre el exquisito cumplimiento de las indicaciones científicas, la prevención de la alarma socioeconómica y la máxima garantía de cumplimiento de nuestro Estado social y económico de derecho".

Sánchez: nos enfrentamos a una enfermedad "silenciosa y cruel"

Sánchez apeló a ese "sesgo de retrospectiva" al que "sucumbe con frecuencia" el ser humano cuando analiza que podía haber actuado de manera distinta, haber predicho el desenlace, si bien su Gobierno, dijo en su descargo, siempre se ha guiado por la orientación de los expertos. "Es obvio que con lo que sabemos hoy el mundo no hubiera actuado de la misma forma ayer. Es obvio que si China hubiese conocido las consecuencias del brote hubiese actuado de distinta manera. Es obvio que Francia no hubiera mantenido la primera vuelta de las elecciones locales si hubiera sabido que debería cancelar la segunda vuelta dos días después". Por ello, el Ejecutivo decretó el estado de alarma "cuando se tuvo la certeza de que resultaba imprescindible y solo entonces, porque los derechos que restringe y los bienes que pone en juego son suficientemente valiosos como para ser preservados hasta el último instante". En la primera réplica a los grupos, el jefe del Ejecutivo subrayó que haber decretado la alarma tan solo una semana antes a cuando se hizo "podría haber sido exagerado".

Sánchez dice que lo más duro está por llegar, cuando el sistema reciba más contagiados

Y lo que ha de ser resguardado, es lo que demuestra esta emergencia, recalcó, es el mismo Estado del bienestar. Fue entonces cuando anunció que cuando pase la crisis el Gobierno "impulsará una comisión de estudio y evaluación" del sistema sanitario para que lo analice con rigor y elabore un libro blanco para que se plasmen qué "ajustes" y cambios son necesarios. Esa puede ser la "primera lección" del Covid-19, defendió. "Reforcemos el Estado del bienestar. Es el bien más precioso que poseemos como país. Es la mayor conquista de la democracia, el mayor logro colectivo que atesoramos, y tenemos que defenderlo". Sánchez recordó que una buena sanidad "requiere de financiación", y ello a su vez hace necesario un sistema fiscal "justo". El coronavirus, a juicio del Ejecutivo, ha de funcionar como una ducha de agua helada, que haga a todos concienciarse de que es necesario invertir "radicalmente" la tendencia y apuntalar el Estado del bienestar. Reforzar la sanidad, sí, pero también "remediar" el retraso en el despliegue de la Ley de Dependencia o reorientar la educación para que gane peso la enseñanza a distancia.

Que nadie se queda "atrás"

Pero lo urgente, ahora mismo, es vencer la pandemia y afrontar unas duras consecuencias económicas, que pueden llevar a un "descenso del PIB", admitió. "2020 no tendrá doce meses, sino diez, o incluso nueve". De ahí que el Gobierno persiga una "recuperación rápida", incluso con "efecto rebote", porque cabe esperar "resiliencia" en el sistema. "No es lo mismo que el Covid-19 afecte a un organismo grave que a uno robusto. Lo mismo pasa con la economía". El bipartito tiene como prioridad que las familias más vulnerables no sufran una situación de "desamparo" y nadie se quede "atrás", "descolgado". El Ejecutivo, repitió, como todos estos días, hará "lo que haga falta". "El Gobierno de España protege a todos. Somos una comunidad y el pacto social que compartimos consiste en cuidar unos de otros", señaló. El líder socialista hizo un aparte con las víctimas de la violencia de género, que no habían estado presentes en anteriores comparecencias suyas. Es "responsabilidad" del Ejecutivo protegerlas, porque sufren una "doble amenaza", la del virus y la de sus parejas.

Sánchez repasa las medidas adoptadas, anticipa que puede haber más y reitera que habrá nuevos PGE "extrasociales", de "reconstrucción"

En ese punto, Sánchez desgranó las medidas desplegadas por el Gabinete de coalición que dirige desde el arranque de la crisis, con los hitos de los Consejos de Ministros del martes, jueves y sábado pasados y de ayer mismo. Medidas sanitarias, económicas —el primer plan de choque, de 18.225 millones, y el último, de hasta 200.000 millones, entre recursos públicos y privados— y finalmente el decreto de alarma, que contiene condiciones "duras y muy exigentes", "proporcionales" a la "extrema gravedad" en la que se encuentra el país. La situación excepcional "podrá prorrogarse por el Congreso si es necesario", anticipó. Eso se votará a finales de mes, si el Ejecutivo así lo propone.

Sánchez: "Presentaré unos PGE de reconstrucción económica y social después de la crisis"

Sánchez adelantó, como hiciera ayer, que el Gobierno presentará unos Presupuestos "de reconstrucción económica y social" cuando la emergencia del Covid-19 haya pasado, para los que pretende contar con el apoyo de "todas las fuerzas políticas". "Tiempo habrá de hacer oposición. Estamos al comienzo de la legislatura", pidió el presidente a la oposición. Serán unas cuentas "extrasociales", porque la "evidencia" demuestra a qué dirección se debe ir, hacia la "protección" del Estado del bienestar, el "fortalecimiento" de los servicios públicos y del sistema de salud, el apoyo a familias y empresas y el arrope de la ciudadanía. Pero ya no serán los PGE de 2020, sino los de 2021.

Foto: El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, en el hemiciclo. (EFE)

El presidente, tras desgranar las medidas adoptadas, lanzó dos mensajes diáfanos. Uno primero, dirigido a los partidos. Les reclamó sentido de Estado. "Unidad política", porque la pandemia, remarcó, es un "enemigo de todos" y no distingue de colores, administraciones ni territorios. Ha de ser combatida "mediante la unión y la responsabilidad colectiva". Las formaciones han de "unir fuerzas" en una batalla que "reconcilia" a los ciudadanos con el "ejercicio de la política en su más alta y noble expresión".

Las preferencias y prioridades "han cambiado" y los responsables políticos están ahora sometidos al "mayor grado de exigencia por parte de la ciudadanía". Sánchez agradeció la coordinación con comunidades y ayuntamientos, y les mostró su "confianza absoluta" en la gestión que están llevando a cabo. Todas las administraciones están "sobradamente preparadas" para liderar una "crisis sin precedentes". "Es imperativo que sigamos en esta vía" de "coordinación, cooperación y colaboración". Pueden llegar más medidas, como el cierre de fronteras aéreas y marítimas, anticipó.

"Nosotros somos la vacuna"

El segundo llamamiento lo dirigió a los españoles. La "unidad ciudadana". El Estado es "necesario" porque "encarna una parte esencial de la fuerza de la comunidad". Pero se necesita también al "conjunto" de la sociedad. "El Estado hará lo que tenga que hacer, todo, pero también hay que apelar a los ciudadanos para que den lo mejor de sí mismos" y sean responsables, siguiendo a rajatabla el aislamiento y las medidas de higiene y distanciamiento social.

El presidente pide "sacrificio y unión", requerimiento que "no es caprichoso ni gratuito, sino necesario para salvar vidas, empresas, la economía"

"Libramos una batalla inmensa contra un virus que pone en riesgo la salud de todos", observó Sánchez, con total gravedad. "Vamos a ganar la batalla. La humanidad entera está en este combate", y será "más fuerte", más "sabia", dará con el fármaco necesario para vencer al SARS-CoV-2. Pero entretanto, el "único instrumento" es el aislamiento y la disciplina social. "Hasta que la vacuna llegue, nosotros somos la vacuna —ilustró—. Cada uno de nosotros somos el cortafuegos que puede frenar este incendio y ponerle fin lo antes posible". Cada persona que se queda en casa "suma para salvar vidas y ayuda a doblegar la curva" de contagios.

Insólita imagen del Congreso semivacío durante la intervención de Sánchez

Fue entonces cuando avisó de que queda aún para ver el final del tuno: "Lo más duro está por todavía por llegar" y se producirá cuando el sistema sanitario "reciba el impacto del mayor número de personas contagiadas", cuando se acumulen días de confinamiento, cuando se manifiesten con crudeza las repercusiones económicas. Sánchez pidió, en el pasaje más inequívocamente churchilliano, "sacrificio y unión", un requerimiento que "no es caprichoso ni gratuito, sino necesario para salvar vidas, empresas, la economía, los valores y la forma de vivir y disfrutar la vida". Pero España, auguró, saldrá reforzada, "habiendo demostrado que somos una sociedad renovada, que camina y se protege unida". "Nos mantendremos erguidos y reanudaremos el avance", animó.

Foto: El portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique (i), se dirige a dar la réplica, este miércoles en el Congreso, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d. (EFE)

"No son días fáciles"

El pleno discurrió con una inédita tranquilidad, con escasas críticas de los grupos, salvo de Vox y también de ERC. Sánchez agradeció las muestras de apoyo, especialmente del PP, a quien pidió que siga haciendo aportaciones, porque si son positivas su Ejecutivo no tendrá "empacho" en aceptarlas. El presidente rehusó entrar al cuerpo a cuerpo: "No voy a confrontar hoy. El virus y sus consecuencias serán mi preocupación y la de mi Gobierno. La única preocupación de mi Gobierno es recuperar la normalidad y la cotidianeidad". Sí precisó a Vox que precisamente las ONG, lo que la formación de ultraderecha llama "chiringuitos", están ayudando en esta emergencia social, y siguió defendiendo que ahora se tienen más datos que no se tenían hace una semana, dos, un mes. "Es fácil predecir el pasado. El reto es anticiparse al futuro. En ello estamos volcados", respondió el líder socialista, que dijo afrontar la crisis con "humildad" y "lealtad", puesto que España "se construye desde el Gobierno y la oposición".

Sánchez, a sus señorías: hay que "pasar del debate de la destrucción al de la reconstrucción, en el que lo público y la sociedad deben ser protagonistas"

Sánchez insistió en que no quería lanzar "ningún reproche" a ninguna comunidad autónoma. Y, en respuesta a ERC, argumentó, como ha hecho todos estos días, que el virus no entiende de territorios, y por tanto no tiene sentido confinar territorios, como le sigue reclamando el Govern para Cataluña.

El turno final del presidente Pedro Sánchez

Tras agradecer a Unidas Podemos el apoyo y al Grupo Socialista, encabezado por Adriana Lastra, su "confianza y complicidad" —"no son días fáciles", admitió, como manifiesta día a día su semblante cansado—, el presidente incidió en su turno final en que el virus voltea por completo el escenario, las dinámicas, "cambia el debate político", cambia el mundo. Y las enseñanzas "deben quedarse". Hay que "pasar del debate de la destrucción al debate de la reconstrucción, en el que lo público debe tener su protagonismo y también la sociedad en su conjunto". "Debemos reforzar el Estado del bienestar y nuestro sistema nacional de salud", redondeó, por si no había quedado claro en sus intervenciones anteriores.

placeholder El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su comparecencia ante un hemiciclo casi vacío para explicar la declaración del estado de alarma. (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su comparecencia ante un hemiciclo casi vacío para explicar la declaración del estado de alarma. (EFE)

Sánchez quiso lanzar un último mensaje de reagrupamiento de la clase política: "Estoy convencido de que nuestra capacidad como líderes está fuera de toda duda. Tengo mi confianza en todos ustedes. Y todos juntos lograremos superar la crisis y saldremos más unidos y más fuertes. Unidos". El presidente abandonaba el pleno tras cerca de cinco horas de debate sosegado y extraordinario. Sin bronca. Sin palmadas, ni abrazos, ni conversaciones casi. La Cámara regalaba imágenes extrañas, atípicas, tristes, desoladoras, silenciosas. Como la situación que atraviesa el país y el mundo.

"Gracias, Valentina"

Además de la imagen impactante de un hemiciclo semidesierto, hubo otras muchas más que hablaban de la excepcionalidad del momento. Como la de la limpiadora, con mascarilla y guantes, que desinfectaba la tribuna, los micrófonos y la barandilla de acceso a ella cada vez que un orador completaba su intervención. Varios portavoces, y también el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la jefa de la Cámara, Meritxell Batet, le agradecieron su trabajo, símbolo de la crisis sanitaria que sufre el país. Ella, la encargada de limpieza, se llama Valentina Cepeda. Otro ujier, protegido con guantes, cambiaba el vaso de agua con cada turno. 

Valentina Cepeda lleva 29 años trabajando en el Congreso. Ya era querida y respetada por todos, pero hoy habéis podido conocerla y ha recibido un merecido reconocimiento. Ha sido la cara visible de todos los trabajadores de la Cámara que habéis hecho posible este #Pleno. Gracias. pic.twitter.com/kNMYUkcg7p

 

Dentro del hemiciclo había pocas, poquísimas señorías, como había recomendado Batet para evitar contagios. El presidente del Gobierno, cinco miembros de la Mesa, 23 diputados (ninguno de Ciudadanos, de JxCAT, de la CUP o de Bildu: el reglamento no permite las intervenciones telemáticas), cinco ministros (la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y los que son autoridades competentes delegadas: Margarita Robles, Fernando Grande-Marlaska, José Luis Ábalos y Salvador Illa), el secretario general de la Cámara, dos letrados y dos fotógrafos. Además, durante la sesión siempre había un ujier y una taquígrafa. 

Concluido el debate sobre la comunicación del Real Decreto por el que se declara el estado de alarma para hacer frente al #COVID19, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, levanta la sesion. pic.twitter.com/gqjJANM3yD

 

El Palacio del Congreso también estaba prácticamente vacío. Este miércoles trabajaron policías, profesionales de televisión de la Cámara que emite el pleno, técnicos y más funcionarios, informa EFE. No había periodistas. Siguieron el pleno en directo desde sus hogares. 

La #JuntaDePortavoces, reunida al término del #Pleno para acordar el orden del día de la sesión de la próxima semana, necesaria para la convalidación o derogación de reales decretos-leyes antes de que expire el plazo constitucional para que el Congreso los ratifique o derogue. pic.twitter.com/Z6L0HeHCvc

 

Tras la sesión, se reunió la Junta de Portavoces, presencial (para los que estaban en el Congreso) y telemática (para los miembros que no estuvieron). El órgano decidió señalar el siguiente pleno para el miércoles 25 de marzo a las 15 horas. Entonces se discutirán y votarán, al menos, cinco reales decretos leyes (tres de ellos, sobre las medidas excepcionales y urgentes para combatir el Covid-19) y, en su caso, si así lo pide formalmente el Gobierno, la prórroga del estado de alarma, como reclama el artículo 116.2 de la Constitución

"Si alguien seguía dudando, sí existe la sociedad. Ahí fuera, recluida, reclamando la fortaleza de lo público, de lo colectivo". El presidente del Gobierno blandió la defensa del Estado del bienestar como uno de los pilares de la España de hoy, como una columna vertebral del sistema que ha de ser apuntalada y cuya importancia ha dejado en evidencia el combate contra el coronavirus. Y por eso la sanidad habrá de ser evaluada para tener más músculo. Pero eso será después, cuando la emergencia sanitaria pase. Porque España se halla aún "librando una guerra" contra un "enemigo" que golpea a toda la sociedad. Una guerra que, reconoció, no fue bien advertida desde el principio. Por su Gobierno y por otros países: "La pandemia ha desbordado las previsiones de todos, empezando por la Organización Mundial de la Salud". Ahora toca enfrentarse a ella, y eso exige "sacrificios" de todos porque "lo más duro está "por llegar". Hace falta tanto "unidad política" como "unidad ciudadana".

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