Iglesias alertó a Sánchez de que, sin "escudo social", Vox capitalizaría una nueva crisis

Antes de tener la certeza de que la sesión de investidura contaría con los apoyos necesarios, el líder de Podemos y actual vicepresidente segundo de Derechos Sociales del Gobierno, Pablo Iglesias, avanzó durante un foro en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid que, en caso de formar parte del Ejecutivo, una de sus principales tareas sería "enfrentar el crecimiento de la extrema derecha" en España fortaleciendo el Estado de bienestar. Su tesis, después de que Vox interrumpiese con fuerza en las instituciones tras las elecciones andaluzas de diciembre de 2018, es que la defensa de los derechos sociales es el único mecanismo de salvaguarda para frenar el auge de un fenómeno político que se extiende por Europa. Esta tesis ha centrado parte de los argumentos que durante los últimos días ha esgrimido el sector morado en el Gobierno de coalición para exigir un plan de choque que ponga el foco en la protección social de los más vulnerables ante las consecuencias socioeconómicas de la crisis por el coronavirus.

De no proteger a los sectores que saldrán más castigados de los efectos de esta crisis, se advertía, se generará un caldo de cultivo que capitalizarán populismos reaccionarios poniendo el foco en el soberanismo proteccionista, la inmigración, el cierre de fronteras o las salidas autoritarias. En definitiva, el temor a que Vox se vuelva hegemónico en un contexto de crisis similar a la de 2008, con el empobrecimiento acelerado de amplias capas de la población que se alejarían de los referentes políticos tradicionales.

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Es por ello que desde la formación morada se muestran comedidamente satisfechos tras el paquete de medidas sociales y laborales aprobado en el Consejo de Ministros de este martes. La mejor vacuna para defender a las mayorías sociales del auge de la extrema derecha, según defienden, aunque abogan por seguir dando más pasos en esta línea. Esto es, dibujar un "horizonte de seguridad frente al miedo" que alimentaría Vox. "Habrá que dar más pasos para proteger los alquileres o a los sectores más afectados, pero ya se dibuja una salida social a esta crisis. Es un cambio de paradigma, donde se dejan atrás las viejas recetas neoliberales. Una apuesta valiente por los valores republicanos de la solidaridad, la fraternidad y la cooperación", concluía el presidente del grupo confederal, Jaume Asens, a través de las redes sociales.

Si la reacción a la crisis de 2008 fue el 15-M, movimiento en el que precisamente se impulsó Podemos, el temor que se le trasladó de forma insistente al presidente del Gobierno fue que, de producirse otro estallido social, en caso de profundizarse las consecuencias económicas de esta crisis, todos los indicios apuntan a que la extrema derecha lideraría la respuesta. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ya ha advertido de que la crisis global del coronavirus podría tener unas consecuencias similares a la crisis de 2008. De ahí la insistencia en Unidas Podemos sobre lo que han denominado "escudo social", tanto para defender una salida que priorice la protección de "parados, trabajadores, familias y autónomos" como para evitar un contexto favorable al auge de movimientos reaccionarios.

Desde mediados de la pasada semana, los ministros de Unidas Podemos argumentaron que la crisis del coronavirus "no es solo una cuestión sanitaria, sino también económica, social y política". Ante ello, proponen "levantar un escudo social" que ya defendieron de cara al Consejo de Ministros del pasado sábado para minimizar el impacto socioeconómico de esta crisis sanitaria y evitar, dicen, que la acaben pagando los de siempre: trabajadores, autónomos, pymes, familias y colectivos vulnerables. El argumento transversal que utilizaron en el debate que se produjo durante los últimos días en el seno del Gobierno, y que sigue produciéndose, es que "hay que aprender de lo que sucedió en 2008 y garantizar que la gente afronta esta situación con la máxima seguridad".

Para los morados, las recetas neoliberales utilizadas en la anterior crisis financiera ofrecieron una salida desde arriba cargando en los de abajo los costes, lo que ahora, echando también mano de la historia, conectaría a los más perjudicados con opciones centradas en liderazgos duros y reaccionarios con un componente social patriótico. "Los dogmas que en el pasado pusieron como primera prioridad de la sociedad el déficit, por encima del empleo, la liquidez y la capacidad de consumo, ya fracasaron en la anterior crisis y se ha demostrado que no son una opción sensata en la actual situación", concluyen desde la dirección de Podemos.

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El presidente Pedro Sánchez instó a la ciudadanía, durante su comparecencia para informar de las medidas adoptadas tras el Consejo de Ministros, a crear una "cadena de solidaridad" porque este "frenazo en seco de la economía española es temporal y luego habrá que hacer frente a una reconstrucción del país". Un mensaje que va en la línea de que el Estado no dejará "a nadie atrás".

La dirección colegiada de Izquierda Unida, tras reunirse la tarde de este martes por videoconferencia, también apostó por "contribuir a que la salida a toda esta crisis se haga de forma solidaria, sin dejar a nadie atrás. Trabajando desde lo político y lo institucional para que las medidas se impulsen atendiendo a nuestros pueblos, a sus necesidades y a su futuro. Pero también atendiendo a los cuidados". A través de un comunicado, apuntaron que “si algo está poniendo en evidencia esta crisis es que el capitalismo es un fiasco, que los cuidados vertebran cualquier sistema y que, frente a los oportunistas y los autoritarios, necesitamos que haya una salida cooperativa y justa”.