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Pablo Iglesias plantea echarse a un lado si el Congreso tumba un pacto de coalición
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EN LA PRIMERA SESIÓN DE INVESTIDURA

Pablo Iglesias plantea echarse a un lado si el Congreso tumba un pacto de coalición

"Si se verifica la hipótesis del PSOE y la investidura no sale adelante tras presentar un acuerdo integral de gobierno de coalición, nosotros nos comprometemos a revisar nuestra posición"

Foto: Pedro Sánchez, en su comparecencia posterior al Consejo Europeo de este 2 de julio, en Bruselas. (EFE)
Pedro Sánchez, en su comparecencia posterior al Consejo Europeo de este 2 de julio, en Bruselas. (EFE)

Unidas Podemos comienza a no ver otra alternativa para la formación del Gobierno que confiarlo todo a una segunda sesión de investidura en septiembre si Sánchez no se siente a negociar un "acuerdo integral de Gobierno". Pablo Iglesias ha vuelto a fijar su posición en una tribuna en 'La Vanguardia' donde insiste en que la formación de un gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos es el único camino para salvar la sesión de investidura fijada en la tercera semana de julio.

Bajo el título 'Queremos que sea en julio', el líder de Podemos contraargumenta las razones que Pedro Sánchez le habría expuesto para rechazar un acuerdo de estas características, que principalmente serían dos. La primera es que "un acuerdo de coalición con nosotros situaría la obtención de apoyos para la investidura más lejos que un acuerdo de colaboración ­par­lamentaria" -porque otros grupos no estaría dispuestos a investir a Sánchez si pacta con Podemos- y la segunda tiene que ver con la posición de la formación morada respecto a Cataluña. En esto último ofrece lealtad institucional: "asumimos que nuestro peso electoral no permite que nuestras propuestas como espacio político sean líneas rojas". Respecto a que la suma de ambos partidos no es suficiente para alcanzar la mayoría (contarían con 165 escaños), Iglesias reta a Sánchez a presentarse con un pacto de ejecutivo conjunto y "si se verifica la hipótesis del PSOE y la investidura no sale adelante tras presentar un acuerdo integral de gobierno de coalición, nosotros nos comprometemos a revisar nuestra posición".

El líder de Podemos deja la pelota en el tejado de Sánchez y se muestra convencido "de que la fórmula que planteamos servirá para sacar adelante la investidura y hacer un gobierno plural y estable sin tener que esperar a septiembre". Asegura también que su objetivo es "evitar que un mecanismo institucional tan impostante como la investidura se convierta en una escenificación fallida". Es por ello que acaba advirtiendo que "probablemente ocurrirá (una investidura fallida) si el candidato llega a la misma sin negociar nada con ningún grupo".

Este martes, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, confirmaba que Pedro Sánchez se someterá al debate y votación de investidura los próximos 22 y 23 de julio, pero a día de hoy no existen los mimbres para un acuerdo ni se lo espera en el primer intento porque tanto socialistas como podemistas esperan uno del otro un gesto, en forma de cesión, que mutuamente se niegan cual línea roja. Así las cosas, el presidente en funciones, Pedro Sánchez, solo ha sumado a sus 123 escaños el apoyo del diputado del PRC (Partido Regionalista de Cantabria) y en Podemos cunde la sensación de que su decisión, por estrategia de presión, pasaría por acudir a una investidura fallida. Pero la óptica de Ferraz es radicalmente distinta: solo piensa en julio y advierte de que si la elección de su líder fracasa ahora, en septiembre la oferta seguirá siendo la misma y no cambiará: ni ahora ni después entrarán, reiteran, ministros morados en el Gabinete.

El punto de partida del PSOE es un Gobierno "de cooperación" —con cargos intermedios de la Administración pertenecientes al partido de Iglesias— y el de Podemos, formar un Ejecutivo de coalición. Posturas encontradas por las que ni siquiera se ha logrado aún constituir una mesa de negociación formal, con sus objetivos programáticos y equipos, desde que se celebraron las elecciones generales hace ya nueve semanas y media. Una vez establecido el calendario y, por tanto, la fecha tope para formar gobierno antes de la disolución automática de las Cortes (24 de septiembre), en la formación liderada por Iglesias se resignan a una "investidura fallida" este mes de julio al entender que Sánchez centrará sus esfuerzos en este primer intento en torcer el brazo a Albert Rivera. Algo que Ferraz y el propio Sánchez ya han descartado, insistiendo en que Podemos es su socio preferente y en que pretende "gobernar desde la izquierda con políticas progresistas para el conjunto de la mayoría de la sociedad española".

Más allá de las interpretaciones, fuentes cercanas a la dirección de Podemos argumentan que la formación de gobierno no se puede negociar sin tiempo y como ejemplo ponen los acuerdos autonómicos alcanzados en la Comunidad Valenciana o en Baleares. Además de que cualquier tipo de acuerdo al que se llegase, Podemos tendría que someterlo antes de que se celebre la sesión de investidura a la votación de sus bases. De momento todavía no hay fecha para la ronda de consultas planteada desde el PSOE con los principales partidos. En Ferraz se prevé que comience "cuanto antes", una vez ya resuelta la negociación de la cúpula europea, pero quizá no pueda arrancar hasta la próxima semana. Iglesias no ha recibido aún la invitación para dicha reunión y, en cualquier caso, dicen en Podemos, se trataría de un mero encuentro exploratorio, no de una negociación como tal.

Desde Podemos argumentan que no se puede negociar sin tiempo y ponen como ejemplo Valencia y Baleares, y recuerdan que han de hacer consulta


Se descarta así, desde la formación morada, que se pueda cerrar un acuerdo en el tiempo de descuento, al menos durante las 48 horas que median entre la primera votación de la sesión de investidura, para la que se necesita mayoría absoluta, el 23 de julio, y la segunda con la que es suficiente alcanzar más síes que noes, el 25 de julio. A pesar de todo, Unidas Podemos no rebaja su optimismo respecto a que Sánchez replantee su estrategia, ya mirando a septiembre, una vez que se confirme la negativa de Ciudadanos para facilitar su investidura.

Foto: Pedro Sánchez besa a Meritxell Batet tras ser proclamada presidenta del Congreso, el pasado 21 de mayo en la sesión constitutiva de la XIII Legislatura. (EFE)

Reproches a Batet

Para ser presidente, Sánchez necesita sumar apoyos y por consiguiente abrir unas negociaciones en las que se hable de medidas programáticas, de su desarrollo y de los equipos que los llevarían a cabo. De ahí la confianza de Podemos, puesto que la amenaza de los socialistas de sacar adelante la investidura en julio o repetir las elecciones no acaba de asustar en Princesa 2, la sede del partido morado. Se entiende que no arriesgaría la presidencia convocando nuevas elecciones. Por el contrario, sí creen que Sánchez está decidido a acudir a una primera investidura fallida sin tratar de constituir antes una mesa de negociación.

"Los movimientos que hagamos serán en julio. Después, nada. Si alguien se rinde en septiembre, genial. Si no, elecciones", avisan en el PSOE

La portavoz parlamentaria de Unidas Podemos, Irene Montero, daba cuenta este martes de que sus posiciones con el PSOE siguen alejadas, al afear a la presidenta del Congreso que anunciase la fecha para la investidura elegida por Sánchez sin comunicarlo antes a los grupos —lo hizo "un minuto antes" enviando un mensaje—. "Es una falta de respeto institucional innecesaria", lamentaba a través de las redes sociales, incidiendo que esta falta de comunicación era un "síntoma de que el interés del PSOE es más una investidura fallida que un acuerdo de Gobierno". Asimismo, Montero subía el tono criticando que Sánchez emprendiese el camino hacia su investidura "sin negociar nada con nadie".

El margen para una investidura en julio se estrecha cada vez más, y si bien en público se sigue defendiendo la posibilidad de sellar un pacto de gobierno en la primera intentona, en privado se especula casi solamente con la opción de septiembre. El paso a la fase de las presiones, las amenazas poco veladas y los reproches cruzados alimentan el escenario de una primera investidura fallida. Todo ello unido a la posición firme de Albert Rivera de no apoyar la investidura, máxime después de que este martes avanzase que incluso declinaría reunirse con Sánchez dentro de la anunciada tercera ronda de contactos insistiendo en que debe reunirse "con sus socios, y no con la oposición". El líder de los populares, Pablo Casado, se limitaba a animar a Sánchez a que explorase las opciones de Coalición Canaria y Navarra Suma para poder prescindir de las abstenciones de los independentistas, al mismo tiempo que sembraba desconfianza por si Sánchez buscaba revalidar el bloque de la moción de censura o "intentar forzar elecciones".

Los socialistas llevan una semana advirtiendo a Podemos de que no mire a septiembre porque no va a conseguir más que ahora, ni que Sánchez tire la toalla. "Todos los movimientos que hagamos serán en julio. Después, nada. Si alguien se rinde en septiembre, genial. Pero si no, elecciones el 10 de noviembre", subrayan en el círculo del líder, en el que recalcan que no habrá cesión sobre lo fundamental: no a ministros de Podemos. En Ferraz subrayan que, más que replanteamiento de las posturas, hay una "reafirmación", la "convicción" de que el PSOE no es quien debe relajar sus líneas rojas.

Pedro Sánchez se presenta a la investidura el lunes 22 de julio

"No habrá inacción", pero tampoco se "alargará"

En ese sentido, los socialistas descartan que, llegada la hora crítica, ofrezcan ministerios menores o poco vistosos a Iglesias para convencerlos. El no es, a día de hoy, radical. El presidente respondió desde Bruselas este martes, al término del Consejo Europeo, que la oferta que planteará a Unidas Podemos en su nueva reunión será la misma que hasta ahora: "La de un Gobierno de cooperación". Punto. Horas más tarde, en 'La noche en 24 horas', en TVE, José Luis Ábalos, el número tres del PSOE, señalaba que si la investidura fracasa el 23 de julio, Sánchez siempre "estará haciendo algo", no habrá "inacción", pero "otra cosa es alargar", "jugar" con el escenario de septiembre, y eso "no es serio". Los socialistas, mantuvo, tienen esta sesión en la cabeza, se centran en ella y no se plantean "ni segundas partes, ni segundas oportunidades", porque además si se piensa en ese plan b, entonces "el 23 sí que no sale" y se estaría "condenando al fracaso de antemano".

El paso a la fase de las presiones, las amenazas poco veladas y los reproches cruzados alimentan el escenario de una primera investidura fallida

"La idea es aguantar el pulso, aguantar y aguantar". Esa es la receta que maneja Ferraz, y no otra, en la convicción de que será Podemos al final quien tenga que apearse de su posición, porque "se juega más que el PSOE".

Sánchez dice que "España ha vuelto con fuerza" a la Unión Europea

En el argumentario de la Moncloa y de Ferraz se ha añadido un nuevo elemento: el ascenso del ministro Josep Borrell al puesto de alto representante de la UE. Para el equipo del presidente, es "evidente" que refuerza su figura —especialmente como líder europeo, aunque también dentro de España— y su "autoridad". Es decir, que mejoraría su posición negociadora frente a Iglesias al haber logrado aupar a uno de los cinco 'top jobs' de la Unión a un socialista español. Aunque ese cargo, todo hay que decirlo, sepa a poco para los socialdemócratas europeos, que aspiraban a presidir la Comisión, que finalmente encabezará la ministra de Defensa alemana, la conservadora Ursula von der Leyen.

Sánchez subrayó que el acuerdo es "bueno" y "muy equilibrado", pese a que finalmente no es uno de sus filas, el holandés Frans Timmermans, quien lidera el Ejecutivo comunitario y pese a que el grupo de los socialdemócratas calificó el pacto de "decepcionante". Para el presidente, sin embargo, se trata de un avance porque su familia política mantiene la representación que obtuvo hace cinco años cuando hay menos gobiernos progresistas y de menor peso —el país más importante con un Gabinete socialista es precisamente España— y hay tres actores políticos, y no solo dos —socialistas, conservadores y liberales—, por lo que las negociaciones son "más complejas".

Sánchez aplaude que una mujer presida la CE y que Borrell obtenga un puesto

¿Quién se mueve más?

Además, alegó, Timmermans seguirá siendo vicepresidente de la CE y no baja ningún escalón, y la cartera de Borrell se ve reforzada porque a sus competencias y su presupuesto —14.000 millones de euros, 4.000 funcionarios bajo su mando—, se sumarán las atribuciones en materia de política humanitaria y de ayuda para África. Es un "puesto vital", subrayó el presidente. "El acuerdo demuestra que España ha vuelto con fuerza representando la política exterior y de defensa común de la Unión Europea". El jefe del Ejecutivo remarcó que nuestro país no ocupaba desde hace 15 años un 'top job' en la UE y ahora asumirá la diplomacia europea en una coyuntura compleja y delicada. El efecto colateral del ascenso de Borrell, a nivel doméstico, es que los independentistas catalanes tendrán en el corazón de la Unión a quien consideran su bestia negra, en un momento en el que su vía de escape es la internacionalización del 'procés'.

Algunos en el PSOE creen que la posición negociadora de Sánchez se refuerza al aupar a Borrell, aunque los socialistas quedan tocados

Ese reconocimiento de Sánchez fuera de nuestras fronteras, creen en el PSOE, puede ayudarle en sus conversaciones con Unidas Podemos. También en otro sentido: "Demostramos que somos capaces de acordar", subrayan en el círculo más inmediato del presidente. En el Gobierno no cesan de recordar que ellos sí se han movido, mientras Iglesias se está mostrando "muy poco flexibles". "Esperemos que también entiendan que no pueden volver a cometer el mismo error", abunda un miembro del Gabinete muy próximo al líder.

Sánchez acusa a Rivera de no tener el "mínimo decoro" al no reunirse con él

Una vez despejado el panorama europeo, Sánchez se concentrará en su investidura. No pretende ofrecer un documento programático o de reparto de cargos intermedios a Podemos, pero solo son los primeros compases de la negociación y cada parte se guarda sus bazas. Tres semanas, las que quedan hasta el 23 y 25 de julio, son mucho tiempo. Y más aún si España agota el plazo legal de dos meses. Pero si los órdagos son ciertos y nadie juega de farol, el país irá a elecciones el 10 de noviembre. Sin remedio.

Reproche a Rivera por no guardar un mínimo "decoro institucional"

Las negociaciones en Bruselas también han servido a Pedro Sánchez para señalar a Albert Rivera. Primero, por el acuerdo en sí mismo, y después por su sintonía con el presidente francés, Emmanuel Macron, de la misma familia política que Ciudadanos, Renovar Europa.

Este martes, desde la capital belga, Sánchez acusó a Rivera de no tener "un mínimo decoro" institucional al advertir de que no volverá a reunirse con él. El líder socialista recordó que en el pasado él mantuvo muchas diferencias con Mariano Rajoy, pero que siempre que le llamó él se reunió con él, por respeto a la institución que encarnaba.

"Yo he tenido unas difíciles relaciones con Rajoy, muchas discrepancias y muy fuertes, pero a mí cuando me llamaba el presidente del Gobierno yo iba a ver al presidente del Gobierno. Primero, por respeto a la figura de la Presidencia del Gobierno y, en segundo lugar, porque eso significa también regenerar la vida democrática y respetar las instituciones, en las que nos ponen los españoles con sus votos. No caemos de Marte", alegó.

Por eso Sánchez pidió a Rivera "fair play", que "guarde las formas y el decoro institucional". Son el tipo de cosas que la gente "valora", al margen de que luego Cs vote "lo que considere" en la investidura. 

El presidente comparó lo que sucede en España con lo que ha sucedido en Europa con el acuerdo entre populares, socialdemócratas y liberales. En la UE los líderes han sabido "anteponer la responsabilidad y la generosidad" a su interés partidista. 

"Yo lo he hecho aquí con el PPE y el Partido Liberal y no deja de se llamativo que en España el que se dice mayor representante de ese Partido Liberal [Cs] no sea capaz, no de llegar a acuerdos conmigo, sino de tener un mínimo decoro institucional con la Presidencia del Gobierno", reprochó el jefe del Ejecutivo en funciones a Rivera.

Unidas Podemos comienza a no ver otra alternativa para la formación del Gobierno que confiarlo todo a una segunda sesión de investidura en septiembre si Sánchez no se siente a negociar un "acuerdo integral de Gobierno". Pablo Iglesias ha vuelto a fijar su posición en una tribuna en 'La Vanguardia' donde insiste en que la formación de un gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos es el único camino para salvar la sesión de investidura fijada en la tercera semana de julio.

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