Sánchez se pliega al rodillo francoalemán para colocar a Borrell jefe de la diplomacia

El retorno de la influencia española a la Unión Europea se ha traducido en la elección del actual ministro en funciones Josep Borrell como Alto Representante de la UE para Exteriores y Seguridad, un cargo que heredará de manos de la italiana y también socialista Federica Mogherini.

A cambio España, en un acuerdo que el presidente del Gobierno ha calificado de “extraordinario”, ha cedido y ha permitido que el Consejo Europeo corone a la ministra de Defensa alemana Ursula von der Leyen como candidata a la presidencia de la Comisión Europea, aunque ahora deberá superar la votación del Parlamento Europeo en la segunda sesión plenaria de julio, que comenzará en Estrasburgo el próximo día 15. El actual primer ministro de Bélgica, Charles Michel, será el futuro presidente del Consejo Europeo y Christine Lagarde, ahora directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), liderará el Banco Central Europeo (BCE).

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“Este acuerdo demuestra que España ha vuelto, y lo ha hecho proponiendo a una persona acreditada para un puesto vital para la UE que la política exterior y la de defensa”, ha señalado el presidente del Gobierno, que tendrá que afrontar las críticas de su mano derecha en Bruselas, Iratxe García, ahora presidenta de los socialdemócratas en la Eurocámara, que ha calificado el acuerdo que incluye el nombramiento de Borrell como “profundamente decepcionante”.

Pedro Sánchez ha sido el negociador socialista durante todas las conversaciones para el reparto de altos cargos de la Unión Europea y en las últimas horas ha permitido un vuelco total de las negociaciones: si este lunes el encuentro terminaba con el socialista holandés Frans Timmermans como favorito para presidir la Comisión Europea la familia progresista europea ha finalizado la jornada del martes conformándose con las migas en lo que a poder en Bruselas se refiere, limitándose a obtener la mitad del mandato del presidente de la Eurocámara y el puesto que obtendrá Borrell.

Un cargo poco agradecido

El actual ministro de Exteriores es un hombre respetado en la capital comunitaria y con una amplia experiencia en los altos cargos europeos, ya que fue presidente del Parlamento Europeo entre 2004 y 2007. El cargo de alto representante es muy exigente, un cargo en el que hay que coordinar todas las posturas en materia exterior de unos Estados miembros que tienden a ser muy celosos con sus relaciones internacionales.

El gran éxito exterior de un alto representante en los últimos años fue la firma en 2015 del acuerdo nuclear con Irán, un pacto del que se salió Estados Unidos con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y que ahora ya está incumpliendo de manera oficial Teherán.

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La dificultad del cargo se demuestra en cada Consejo de Asuntos Exteriores. La actual jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, recibe ataques continuos de las capitales por salirse del renglón, por hablar demasiado o por tomar mucha iniciativa.

Sánchez ha destacado que Borrell contará con más competencias que la actual jefa. “Si ya de por sí esta responsabilidad es muy importante, se le va a unir algo muy importante para España, que es la ayuda humanitaria y todos los recursos que se van a volcar hacia África”, ha asegurado el presidente del Gobierno, apuntando a uno de los ejes de cooperación más importantes para Madrid, que es el aumento de la influencia y la ayuda europea a Marruecos, socio clave para España en la gestión migratoria.