Quién es quién: los miembros de La Manada, condenados por abuso sexual

Casi tres años después desde que el nombre de La Manada se dejara de asociar a un grupo de animales, el Tribunal Supremo celebra la vista para revisar la condena de 9 años de cárcel. Desde el 7 de julio de 2016 multitud de jornadas de proceso judicial han transcurrido hasta que se ha confirmado, al fin, la sentencia sobre la presunta violación grupal a una joven madrileña durante los Sanfermines de aquel año: nueve años de prisión para cada uno de los que participaron en la misma, si bien ésta no ha sido calificada como tal, sino como abuso sexual.

[Confirman nueve años de cárcel a La Manada por abuso sexual]

Esa noche fueron 531 los pasos que recorrieron los miembros de La Manada con su víctima. Son los que separan la plaza del Castillo del portal número 5 de la calle Paulino Caballero, donde, según el relato de la Fiscalía, la joven fue obligada a la fuerza a una "sucesión de penetraciones y felaciones". Los 531 pasos del horror.

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Son 9 años de prisión la pena a la que han sido condenados los miembros de La Manada. Fueron ellos mismos quienes se bautizaron así. Lo hicieron en el grupo de WhatsApp en el que maquinaron y luego compartieron los vídeos de esta agresión sexual. “Follándonos a una entre cinco. Hay vídeo”, escribía entonces uno de los componentes de esta jauría.

Y 96 los segundos de grabaciones de un total de siete vídeos son los que fueron analizados de forma minuciosa segundo a segundo, fotograma a fotograma, en la sesión del juicio que se celebró el pasado noviembre y que superó las cinco horas largas de duración.

Ninguno de los acusados ha estado presente este jueves en la lectura de la sentencia en el Palacio de la Justicia de Pamplona a las 13:00. Pero, ¿quién es quién en La Manada?

José Ángel Prenda (30 años)

José Ángel Prenda es el cabecilla de La Manada, el macho alfa. Nació en 1989 y es miembro de la peña ultra del Sevilla Biris. No es la primera vez que se enfrenta a la Justicia, puesto que ya cuenta con antecedentes por un robo con fuerza en Huelva en 2011.

Es el primero que habló con la chica que denunciaría más tarde que había sido violada. Alrededor de las 2:50 de aquella madrugada, la joven se sentaba junto a él en un banco de la plaza del Castillo. Ahí comenzó todo.

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Según su testimonio, la chica dijo que se iba a dormir al vehículo en el que habían viajado desde Madrid y donde le estaba esperando un amigo. Pero no pudo. Los sevillanos se ofrecieron a acompañarla. Habían pasado 18 minutos de conversación. El Prenda se adelantó, y entró en el portal donde todo ocurrió aprovechando que una mujer había abierto la puerta.

Desde su entrada en prisión ha sufrido una sorprendente transformación. Ya no es aquel joven que pesaba 108 kilos durante los Sanfermines de 2016, ya que ha sufrido una importante pérdida de peso. Según su defensa, fue la mujer la que incitó aquella noche a su cliente y los otros cuatro encausados a mantener sexo en grupo y que llevó una "cierta iniciativa" en la supuesta violación en el portal, "practicando alternativamente diferentes posturas y acciones sexuales", llegando incluso a realizar "jadeos y gemidos".

Alfonso Jesús Cabezuelo (31 años)

Es el mayor de ellos. Nació en 1988 Y pertenece a la Unidad Militar de Emergencias (UME) de la base de Morón de la Frontera (Sevilla). "¡La UME, para servir!", gritan sus miembros. Pero al militar de La Manada se le olvidó aquella noche.

Cabezuelo cuenta, como el Prenda, con antecedentes. En su caso por lesiones, riña tumultuaria y desorden público y forma parte de la peña Biris del Sevilla, como algunos de sus compañeros. Hasta ahora pasaba las horas encarcelado en la prisión militar de Alcalá Meco (Madrid).

En el juicio, Cabezuelo mostró su disconformidad cuando la fiscal planteó que la joven y él se besaron de camino al portal donde ocurrieron los hechos (no está claro si lo hizo con él o con Boza). Su reacción es más bien una excepción porque, en líneas generales, apenas gesticulan ante lo que están oyendo.

La soberbia del militar quedó clara durante la vista oral en la que prestaron declaración los cinco acusados. En estas que no estaba permitida tomar fotografías y Cabezuelo pidió a uno de los dibujantes acreditados en la sala que le mostrara el retrato que le había hecho. El componente de La Manada respondió con un gesto de aprobación una vez vio el resultado.

Jesús Escudero (28 años)

Nacido en 1990, Jesús Escudero es peluquero de profesión en un salón del barrio de Triana, en Sevilla. Es el que más desapercibido ha pasado entre sus compañeros y comparte módulo en la cárcel de Pamplona con el Prenda y Ángel Boza, con quienes también comparte abogado.

Tampoco ha hecho mella su paso por prisión. En el juicio, presentaba prácticamente la misma imagen que cuando fue detenido un año y medio antes: perilla y pelo engominado. La Manada le dejó marcado, literalmente. En el costado tiene un enorme tatuaje de la huella de un lobo.

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En su declaración coincidió con sus amigos en lo que relataron sobre aquella noche: "Nosotros nos lo estábamos pasando bien todos. Ella estaba disfrutando, estaba gimiendo y hacía comentarios como: métemela, me encantas tú. En ningún momento, en ningún momento ella se sintió a disgusto o nosotros la tratamos mal". Y tras acabar estas palabras, echó a llorar.

Aquella noche fue el último al salir, lo confesó durante el juicio: "Ella estaba terminándose de vestir, ella nos dijo: '¿Dónde vamos?'. Y ese momento miré donde estaba ellos y estaban saliendo.

Ángel Boza (27 años)

El más pequeño, el cachorro del grupo y el último que llegó a La Manada. A Ángel Boza (1991) le gastaban bromas continuamente sobre que tenía que pasar una serie de pruebas de fuego para ser un componente más. Los Sanfermines de 2016 eran una especie de rito de paso para poder serlo.

Ha sido el menos mediático del grupo y durante el juicio de noviembre mostró el perfil más bajo de todos ellos. El papel de Boza, según declararon los acusados, fue el de atraer a la joven madrileña. Sería el que la besó antes de entrar en el portal y el segundo en entablar conversación con ella después del Prenda.

Boza es el único que no está enjuiciado por el caso de la violación de Pozoblanco (Córdoba), la otra causa abierta con la Justicia que cuatro de los miembros de La Manada tienen abierta y en la que se les acusa de haber "abusado sexualmente de una joven de 21 años" durante la fiesta del municipio de Torrecampo en 2016.

Antonio Manuel Guerrero (30 años)

Conocido como 'Anto', trabajaba como guardia civil y estaba destinado en Córdoba. Fue suspendido de manera cautelar cuando estalló el caso y hasta que se dicte sentencia. Se encuentra en la prisión militar madrileña de Alcalá Meco junto a Cabezuelo y pidió expresamente que no se publique su nombre ni sus datos personales.

Durante sus primeros años como agente de la Guardia Civil se dedicó a atender a víctimas de robos o violencia de género.

Desde que se encuentra en prisión ha sido padre, después de un vis a vis con su pareja. El guardia civil es el autor de seis de los siete vídeos que se grabaron en el interior del portal aquella noche y, por tanto, de una de las piezas clave en el caso de La Manada.