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Risas, confidencias y protestas por el posible uso de popper... Así vive 'La manada' el juicio
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juicio por presunta violación en sanfermines

Risas, confidencias y protestas por el posible uso de popper... Así vive 'La manada' el juicio

Los cinco acusados parecen clones en la forma de vestir: camisa de cuello alto y jersey. Ninguno de esos tatuajes que los delataron es visible en la sala de vistas, que por primera vez abre sus puertas

Foto: Los cinco integrandes de 'La manada', durante los Sanfermines de 2016. (EC)
Los cinco integrandes de 'La manada', durante los Sanfermines de 2016. (EC)

La sala de vistas 102 del Palacio de Justicia de Navarra abrió sus puertas este lunes después de nueve jornadas selladas a cal y canto para poder "salvaguardar" a la presunta víctima de una violación grupal en los Sanfermines de 2016 y a los cinco acusados de "una indeseada e indeseable exposición pública aireando aspectos relativos a su intimidad corporal y vida sexual que pertenecen a la esfera personal". Hay asientos reservados para 24 ciudadanos, que se ocupan a las primeras de cambio (hay gente haciendo cola pasadas las 7:00 para lograr una de las codiciadas butacas, que van a parar en su inmensa mayoría a jóvenes estudiantes de Derecho), y para 46 periodistas, que deben pasar por un exhaustivo control para impedir el acceso con móviles, cámaras, grabadoras o cualquier otro elemento susceptible de recoger lo que pasa dentro.

Así de contundente ha sido la Fiscalía contra 'La manada'

El público va entrando y se encuentra con los rostros de los cinco acusados, que mantienen clavada la mirada en la puerta de acceso para ver si encuentran alguna cara conocida. Pero no. Entre el público no ha acudido ningún familiar o amigo de los integrantes de 'La manada', que están situados en un lado de la sala, detrás de sus abogados y custodiados por varios agentes de la Policía Foral. Es la primera vez que se puede ver a los acusados más allá de las imágenes que han estado omnipresentes durante 16 meses. Es prácticamente imposible visualizar a los cinco en un 'único encuadre', ya que una gran columna en la sala solo permite ver a unos u otros en función del asiento asignado.

Prenda es el más buscado por su transformación: ya no es aquel joven que pesaba 108 kilos en 2016 porque ha sufrido una importante pérdida de peso

El más expuesto al público, en un esquina de la mesa conjunta, es Alfonso Jesús Cabezuelo, militar de profesión, escoltado por A. M. G. (el único de los cinco del que no está permitido desvelar su identidad a instancias del juez, que admitió la petición de su abogado), mientras que el más 'protegido' es José Ángel Prenda, el alma máter de 'La manada', que está en el centro. Precisamente, Prenda es el más buscado por los periodistas por su gran transformación. Ya no es aquel joven que pesaba 108 kilos durante los Sanfermines de 2016, ya que ha sufrido una importante pérdida de peso. Incluso el letrado del Ayuntamiento de Pamplona, Víctor Sarasa, que ejerce de acusación popular, no pasa por alto esta circunstancia en su intervención.

Foto: Cartel contra los integrantes de 'La manada' en las calles de Pamplona. (EC)

Los cinco parecen clones en la forma de vestir: camisa de cuello alto y jersey. Ninguno de esos tatuajes que los delataron el 7 de julio de 2016 es visible. Solo son perceptibles los rostros y las manos. Se han esforzado, y mucho, en cuidar bien su imagen de cara al juicio. Ángel Boza, Jesús Escudero y A. M. G. presentan barba. Se muestran sonrientes entre ellos a la espera de que la fiscal Elena Sarasate comience su alegato final, en el que mantiene la petición de 22 años y 10 meses de prisión para cada uno por los delitos de agresión sexual continuada, contra la intimidad y robo con intimidación. Los cinco escuchan con atención el relato pormenorizado que hace la representante del Ministerio Público de los hechos y del desarrollo del juicio. En un momento, Cabezuelo muestra su disconformidad cuando la fiscal plantea que la joven y él se besaron de camino al portal donde ocurrieron los hechos (no está claro si lo hizo con él o con Boza). Su reacción es más bien una excepción porque, en líneas generales, apenas gesticulan ante lo que están oyendo.

Excepcionales medidas de seguridad en el juicio contra 'La manada'

A veces, la mirada se pierde en el suelo, otras veces en el techo... Los cinco asisten al relato de la fiscal prácticamente en silencio, si bien en algunos momentos se intercambian confidencias, tapándose incluso la boca para que no se puedan descifrar las palabras. También hablan con asiduidad con sus abogados. La fiscal concluye su alegato y los acusados se relajan con alguna que otra sonrisa entre ellos. No están permitidas las fotos con las cámaras pero sí los retratos con el lápiz y el bolígrafo. Y esta cuestión molesta a algunos de los acusados. Pero no a Cabezuelo, que pide a uno de los dibujantes que está acreditado en la sala por algún medio de comunicación que le muestre el retrato que le ha hecho. Y responde con un gesto de aprobación una vez ve el resultado.

Foto: Cartel en Pamplona con los rostros de los cinco integrantes de 'La manada' junto al lema "No queremos violadores en las calles". (EC)

Lo que se escucha en las seis horas de sesión (exponen sus conclusiones la Fiscalía, la acusación particular y la acción popular, representada por el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona) apenas sobresalta a los integrantes de 'La manada', salvo cuando Sarasa comienza a hablar del posible consumo de popper (un producto químico que se inhala para aumentar el placer sexual) en base a un bote de esta sustancia que se ve en alguna imagen de los imputados durante los Sanfermines. Entonces algunos de ellos se revuelven, se quejan a sus abogados y la defensa de A. M. G. protesta al magistrado, que prohíbe hablar de ello al letrado del Ayuntamiento de Pamplona, ya que, según argumenta, esas imágenes no se encuentran en el sumario. Es el único sobresalto de una sesión que transcurre para los acusados entre botellines de agua e incluso caramelos. Acaba la sesión y Agustín Martínez da la mano a sus tres representados (Boza, Escudero y Prenda). Este martes es el turno de los alegatos de las defensas y el derecho a la última palabra. Parece ser que alguno de los acusados tiene intención de hablar, según apuntan desde la defensa.

La sala de vistas 102 del Palacio de Justicia de Navarra abrió sus puertas este lunes después de nueve jornadas selladas a cal y canto para poder "salvaguardar" a la presunta víctima de una violación grupal en los Sanfermines de 2016 y a los cinco acusados de "una indeseada e indeseable exposición pública aireando aspectos relativos a su intimidad corporal y vida sexual que pertenecen a la esfera personal". Hay asientos reservados para 24 ciudadanos, que se ocupan a las primeras de cambio (hay gente haciendo cola pasadas las 7:00 para lograr una de las codiciadas butacas, que van a parar en su inmensa mayoría a jóvenes estudiantes de Derecho), y para 46 periodistas, que deben pasar por un exhaustivo control para impedir el acceso con móviles, cámaras, grabadoras o cualquier otro elemento susceptible de recoger lo que pasa dentro.

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