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El artífice del espionaje marroquí con Pegasus intenta blanquear su imagen con una foto junto a Felipe VI
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MÁS IMPORTANTE QUE EL MINISTRO DE INTERIOR

El artífice del espionaje marroquí con Pegasus intenta blanquear su imagen con una foto junto a Felipe VI

Abdellatif Hammouchi fue el invitado de honor extranjero en las ceremonias del bicentenario de la Policía Nacional, pero no se mencionó su asistencia. El super jefe policial marroquí la reveló distribuyendo fotos suyas, una de ellas con el Rey

Foto: Las foto difundida con Abdellatif Hammouchi y Felipe VI. (Cedida)
Las foto difundida con Abdellatif Hammouchi y Felipe VI. (Cedida)
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En las imágenes y en las notas de prensa difundidas esta semana por el Ministerio del Interior, con motivo de la celebración del bicentenario de la Policía Nacional, no aparece. Al invitado de honor extranjero en esas ceremonias no le debió de gustar que se silenciase su presencia en Madrid y, a su regreso a Marruecos, su país, decidió airearla a los cuatro vientos.

Abdellatif Hammouchi, el máximo jefe policial marroquí, distribuyó directamente o a través de la agencia de prensa oficial MAP, una retahíla de fotos suyas en la ceremonia policial que el jueves por la noche aparecieron en las portadas de la prensa de Marruecos. En la instantánea más destacada se le ve departiendo con el rey Felipe VI. En otras aparece posando junto al secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, y al director general de la Policía, Francisco Pardo Piqueras, su anfitrión en Madrid.

“España pone la alfombra roja a Abdellatif Hammouchi”, titula, por ejemplo, L’Opinion, el diario del Istiqlal, un partido político histórico de Marruecos. Fue “el único invitado del continente africano”, subraya en portada el digital Le 360. Hammouchi es a la vez jefe de la Seguridad Nacional (policía) y de la Dirección General de Supervisión del Territorio (DGST), la temida policía secreta. Ostenta más poder que el ministro del Interior.

Las fotografías van acompañadas en prácticamente todos los periódicos de un mismo texto en el que se subraya que él es “una figura destacada de la lucha antiterrorista aclamada por su experiencia e inteligencia (...)”. “Los servicios de seguridad e inteligencia de las grandes potencias solicitan regularmente el asesoramiento de Abdellatif Hammouchi”, prosigue. “Su liderazgo en la lucha contra la violencia y la delincuencia organizada ha protegido a muchos países de amenazas reales”, concluye.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado 15 de abril. (Europa Press/Alejandro Martínez Vélez)

Hammouchi ya actuó de manera parecida en septiembre de 2022 cuando recibió en Rabat la visita de Esperanza Casteleiro Llamazares, la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Se fotografió con ella y difundió rápidamente las fotografías en Marruecos y, a través de Ahmed Charai, la hizo llegar a varios medios de comunicación españoles. Charai es un empresario de prensa marroquí condenado en 2011 por difamar al expresidente José María Aznar y vinculado a los servicios secretos de su país, según una sentencia judicial de 2015.

Con la difusión de sus fotografías, Hammouchi intenta, probablemente, demostrar que pese a los asuntos escabrosos en los que se ha visto involucrado, sigue gozando del aprecio de sus interlocutores españoles al más alto nivel, según opinan fuentes que siguieron de cerca su visita a Madrid.

Hammouchi es considerado como uno de los artífices del espionaje de Marruecos con Pegasus, un escándalo que estalló en julio de 2021 con la publicación de la investigación efectuada por el consorcio periodístico Forbidden Stories que reagrupa a 17 grandes medios de comunicación.

“Abdellatif Hammouchi, el superpolicía de Marruecos, en el corazón del escándalo Pegasus”, tituló, por ejemplo, en julio de 2021 el diario digital francés Mediapart. “Abdellatif Hammouchi, el espía marroquí que pone en aprietos a Francia”, fue la portada del semanario “Le Point”. El presidente Emmanuel Macron y 14 de sus ministros fueron espiados con ese programa malicioso, según Forbidden Stories.

Intenta demostrar que pese a los asuntos escabrosos en los que se ha visto involucrado, goza del aprecio de sus interlocutores españoles

Diez meses después, el entonces ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, anunció que el Gobierno había puesto una denuncia en la Audiencia Nacional porque su presidente, Pedro Sánchez, y los ministros de Defensa, Margarita Robles, y del Interior, Fernando Grande-Marlaska, habían sido espiados. También intentaron infiltrar el dispositivo del titular de Agricultura, Luis Planas, pero no lo lograron porque había actualizado el parche de seguridad. El diario británico The Guardian reveló a continuación que eran, en realidad, más de 200 los dispositivos españoles infectados.

Las autoridades marroquíes siempre han desmentido haber utilizado ese programa de espionaje, pero en mayo de 2023 el diario israelí Haaretz aportó un nuevo dato que señala a Marruecos. Reveló que el Ministerio de Defensa de Israel había prohibido a NSO Group, la empresa israelí que fabrica el “malware”, que renovase la licencia para su uso otorgada a los servicios secretos marroquíes.

Mucho antes de que Pegasus fuese portada de la prensa, Hammouchi tuvo problemas de otra índole en Francia. La policía judicial intentó aprovechar su paso por París, en febrero de 2014, para llevarle ante una jueza instructora que investigaba dos denuncias por torturas puestas contra él por el marroquí, Adil Lamtalsi, y por el intelectual saharaui Ennaâma Asfari, representados por los abogados de la Asociación de Cristianos por la Abolición de la Tortura (ACAT).

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), se reúne con Mohamed VI de Marruecos. (EFE/Mariscal)

Hammouchi huyó precipitadamente de Francia y Rabat tomó represalias y suspendió la cooperación judicial con París. Aunque no lo hizo público, también cortó la cooperación antiterrorista en una época en que Francia padecía frecuentes atentados yihadistas.

Aun así, ese mismo año, en octubre, fue condecorado en Madrid con la Gran Cruz honorífica del Mérito Policial con distintivo rojo a propuesta del ministro del entonces Interior Jorge Fernández Díaz. Su sucesor socialista en esa cartera, Grande-Marlaska, tramitó, en septiembre de 2019, la concesión a Hammouchi de la Gran Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil.

El Ministerio del Interior francés quiso también condecorar a Hammouchi poco después de que, en enero de 2015, reanudase la cooperación antiterrorista y judicial. Desde que está investigado, Hammouchi ha optado, sin embargo, por no volver a viajar oficialmente a Francia para que la policía judicial no intento de nuevo echarle el guante. La Legión de honor con las insignias de oficial le fue impuesta en 2015, pero no en París, sino en el patio de la Embajada de Francia en Rabat.

En las imágenes y en las notas de prensa difundidas esta semana por el Ministerio del Interior, con motivo de la celebración del bicentenario de la Policía Nacional, no aparece. Al invitado de honor extranjero en esas ceremonias no le debió de gustar que se silenciase su presencia en Madrid y, a su regreso a Marruecos, su país, decidió airearla a los cuatro vientos.

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