Marruecos rehabilita al artífice de Pegasus y exhibe su reunión con la directora del CNI
Abdellatif Hammouchi, máximo responsable policial marroquí, rompió un tabú en el mundo de la Inteligencia al divulgar con un comunicado y fotos un encuentro con Esperanza Casteleiro, jefa de los espías españoles
Durante la década que estuvo al frente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el principal servicio secreto español, el general Félix Sanz Roldán viajó varias veces a Marruecos, pero siempre con el máximo sigilo, como suele ser habitual en este tipo de visitas. La actual directora de los espías españoles, Esperanza Casteleiro Llamazares, se desplazó este jueves por primera vez a Rabat y las autoridades marroquíes airearon su visita distribuyendo varias fotos y publicando además un comunicado que sorprendió a su huésped, que confiaba en que su estancia fuera discreta.
La directora se entrevistó con Abdellatif Hammouchi, de 56 años, que es a la vez director de la Seguridad Nacional y de la Dirección General de Supervisión del Territorio (DGST), la policía secreta. Nunca un jefe policial tuvo tanto poder en la historia de Marruecos, más que el actual ministro del Interior, Abdelouafi Laftit. También mantuvo Casteleiro un encuentro con Yassin Mansouri, jefe de la Dirección General de Estudios y Documentación, la Inteligencia exterior, pero ese no trascendió.
“El objetivo de la reunión es reforzar la cooperación bilateral entre Marruecos y España en diversos ámbitos de seguridad de interés común”, recalcó el comunicado de la DGST. Para resaltar la importancia del encuentro de Rabat, colaboradores de Hammouchi enviaron fotografías de la reunión a periodistas españoles de medios afines a las autoridades de Marruecos.
Hammouchi ya estuvo sigilosamente en Madrid el 16 y 17 de junio a su regreso de un viaje a EEUU y, según el semanario 'L’Observateur du Maroc', dirigido por Ahmed Charai, colaborador de los servicios secretos marroquíes, según sentencia judicial de 2015, se reunió con sus homólogos españoles de “la seguridad y de la Inteligencia”. El Ministerio de Defensa, de quien depende el CNI, negó que se hubiera entrevistado con Esperanza Casteleiro. El superpolicía marroquí regresó de nuevo a España, a la Costa del Sol, en verano para pasar sus vacaciones en familia.
Hammouchi es también considerado el artífice del uso masivo por Marruecos del programa malicioso israelí Pegasus, introducido en los móviles de más de un millar de responsables políticos europeos, sobre todo franceses, periodistas y activistas de derechos humanos y opositores marroquíes, según desveló el 18 de julio de 2021 Forbidden Stories, un consorcio de 17 grandes medios de comunicación.
“Abdellatif Hammouchi, el superpolicía de Marruecos, en el corazón del escándalo Pegasus”, titulaba el 22 de julio de 2021 'Mediapart', uno de los diarios más influyentes de Francia, tras recordar que entre las víctimas de ese 'malware' estabaN el presidente Emmanuel Macron y 14 ministros. “Abdellatif Hammouchi, el espía marroquí que pone en aprietos a Francia”, fue la portada del semanario 'Le Point'.
Las autoridades marroquíes siempre han negado haber adquirido y utilizado ese 'malware', pero en una entrevista publicada el 27 de diciembre por el diario 'Le Monde', el actual primer ministro de Israel, Yaïr Lapid, no negó que la empresa israelí NSO hubiera vendido la licencia a Marruecos. Contestó: “Es una licencia muy estricta: hemos expuesto todo el material del que disponíamos a las autoridades francesas”. La visita de Lapid a París y la de su colega de Defensa, Benny Gantz, ayudaron a mitigar la tensión con Francia.
Al romper un tabú y airear a los cuatro vientos la visita a Rabat de la directora del CNI, Hammouchi intenta blanquear su imagen y demostrar que, pese al episodio Pegasus, sigue siendo un interlocutor válido y apreciado por sus colegas responsables de servicios secretos europeos, señalan fuentes conocedoras del mundo de la Inteligencia.
Tres miembros del Gobierno español, el presidente Pedro Sánchez y sus ministros de Defensa e Interior, también fueron víctimas de ese programa malicioso israelí en la primavera de 2021, según reveló en mayo el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. El Ejecutivo puso a continuación una denuncia en la Audiencia Nacional.
Nadie en el Gobierno español señaló entonces a Marruecos como el posible responsable del espionaje de los móviles, pese a que las fechas del 'hackeo' coinciden con el momento de mayor tensión en la crisis hispano-marroquí: la entrada en mayo de 2021 de más de 10.000 inmigrantes irregulares en Ceuta. Informes reservados del CNI que obran en poder del Ejecutivo también apuntan a la autoría marroquí.
La que era entonces ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, también fue 'hackeada' en esas fechas, según le comunicó el Centro Criptológico Nacional después de analizar su móvil. La exministra lo reconoció en una entrevista publicada el 8 de junio en 'El Periódico de España'. Se lamentó de que todo se utilizara contra ella “en la crisis con Marruecos: escuchas, denuncias y campañas de prensa”.
El diario británico 'The Guardian' reveló además, el 3 de mayo, que otros 200 móviles españoles habían sido blanco de los servicios secretos de Marruecos, pero de esa lista solo se han dado, por ahora, a conocer cuatro números, entre ellos el de la célebre activista saharaui Aminatú Haidar. La lista de móviles franceses infectados asciende a unos 1.000.
Tras la denuncia del Ejecutivo, el juez instructor de la Audiencia Nacional, José Luis Camala, solicitó, el 5 de mayo, efectuar una comisión rogatoria en Israel para poder interrogar a los directivos de NSO. Cuatro meses después, no ha recibido respuesta alguna. El Gobierno español no ha pedido, por su parte, ninguna explicación a Israel, según una fuente israelí. La exportación de Pegasus requiere una autorización del Ministerio de Defensa israelí, porque se considera una ciberarma.
El ciberataque con Pegasus ha generado tensiones entre Francia y Marruecos que aún persisten. Prueba de ello es que Emmanuel Macron no ha recibido en El Elíseo al rey Mohamed VI, que reside desde el 1 de junio, de forma casi ininterrumpida, en París. Tampoco le llamó por teléfono para interesarse por su salud cuando, a mediados de junio, contrajo el covid.
La diplomacia francesa ha restringido drásticamente los visados concedidos a marroquíes y algunos de ellos no dudan en solicitar ese documento en los consulados españoles en Marruecos para después viajar a Francia haciendo escala en algún aeropuerto de España, cumpliendo así con el reglamento de Schengen (área de libre circulación europea).
Abdellatif Hammouchi no ha vuelto oficialmente a pisar Francia desde que el 20 de febrero de 2014 la policía judicial francesa trató, en vano, de llevarle ante una jueza instructora que investigaba dos denuncias puestas contra él por torturas por dos marroquíes representados por los abogados de la Asociación de Cristianos por la Abolición de la Tortura (ACAT), integrada por católicos, evangélicos y ortodoxos.
Antes de que estallase el escándalo Pegasus, sí efectuó varias visitas oficiales a España, la última en septiembre de 2019, cuando, a instancias del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, fue condecorado con la Gran Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil. Cinco años antes, en octubre de 2014, fue otro titular del Interior, Jorge Fernández Díaz, el que hizo aprobar por el Consejo de Ministros otra condecoración para el huésped marroquí, la Gran Cruz honorífica del Mérito Policial.
Durante la década que estuvo al frente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el principal servicio secreto español, el general Félix Sanz Roldán viajó varias veces a Marruecos, pero siempre con el máximo sigilo, como suele ser habitual en este tipo de visitas. La actual directora de los espías españoles, Esperanza Casteleiro Llamazares, se desplazó este jueves por primera vez a Rabat y las autoridades marroquíes airearon su visita distribuyendo varias fotos y publicando además un comunicado que sorprendió a su huésped, que confiaba en que su estancia fuera discreta.
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