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Sánchez confía en que la "foto de las tres derechas" logre despertar a sus votantes
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Sánchez confía en que la "foto de las tres derechas" logre despertar a sus votantes

Gobierno y PSOE esperan que la concentración en Colón actúe de "revulsivo" y movilice a la izquierda de cara a las urnas. El presidente sube el tono contra el separatismo para ir soltando amarras

Foto: Pedro Sánchez, el pasado 4 de febrero durante su comparecencia extraordinaria en la Moncloa. (Reuters)
Pedro Sánchez, el pasado 4 de febrero durante su comparecencia extraordinaria en la Moncloa. (Reuters)

Puede parecer una paradoja. Una manifestación convocada en Madrid contra Pedro Sánchez y su política de diálogo con Cataluña y para exigirle "elecciones ya" es concebida por el propio Gobierno y por el PSOE como un "regalo". Porque los organizadores ofrecerán la imagen que los socialistas perseguían desde los comicios andaluces que les desalojaron del poder: una "foto de las tres derechas" juntas. PP, Ciudadanos y Vox. Acompañados, como se relamen en el Ejecutivo y en el partido, por los franquistas de Falange Española de las JONS y los ultraderechistas de España 2000 y Hogar Social. El presidente espera que esa imagen de "la España en blanco y negro" sirva para reanimar a una izquierda que se presume más desmovilizada y la empuje a las urnas el 26 de mayo.

El análisis que se dibuja en la Moncloa es optimista. Y eso que esta ha sido una semana de las de olvidar para el Gobierno, en la que ha vivido una convulsión interna en el partido a cuenta de la aceptación de la figura del relator en la mesa de partidos con Cataluña. Fue precisamente la introducción de un tercero en las conversaciones, atendiendo a la exigencia de los independentistas, la que motivó la convocatoria de la concentración de este domingo en la madrileña plaza de Colón y la que desencadenó la irritación de una buena parte de la dirigencia socialista, preocupada por verse arrastrada en las urnas el 26-M por la estrategia de distensión de Sánchez con el Govern.

Pero el presidente echó el freno en el último momento, el mismo viernes, a 48 horas de la manifestación de las derechas y a apenas cuatro días del arranque del juicio histórico del 'procés' y del arranque del debate de totalidad de los Presupuestos Generales del Estado. El Ejecutivo dio por rotas las conversaciones con el Govern por su empeño en que se negociara el referéndum de autodeterminación, algo que "nunca" aceptará el PSOE, tal y como el presidente repitió el sábado desde Barakaldo, en un mitin en el que solemnizó el cambio de tono con los separatistas. Ante la probable caída de las cuentas públicas, al líder socialista le interesa activar su plan de emergencia: poner tierra de por medio con el independentismo para afrontar con mayores garantías un 26-M de municipales, autonómicas y europeas... y quién sabe si generales.

"Estamos encantados con la manifestación de Colón. Es lo mejor que nos va a pasar en toda esta semana", recalcan fuentes del Ejecutivo


"Estamos encantados con la manifestación. Es lo mejor que nos va a pasar en toda esta semana", resume un alto cargo del Gobierno, recogiendo el espíritu que sí se respira tanto en el Gabinete como en Ferraz, y el que también trasladan dirigentes que han censurado la figura del relator. "La concentración nos trae buenas noticias. Lógico. Creo que está forzada singularmente contra una persona, un error, que es un hombre de Estado que fue leal con Mariano Rajoy en la oposición y que puede activarse en contra como un bumerán", remarcan fuentes próximas al jefe del Ejecutivo. "Las tres derechas en la calle serán un revulsivo para el socialismo", subrayan por su parte en Ferraz. Un ejemplo, señalan, es el éxito en redes sociales del 'hashtag' #YoNoVoy frente al #YoVoy.

Foto: Los presidentes del PP, Pablo Casado (i) y de Ciudadanos, Albert Rivera (d). (EFE)

Efecto 'underdog' otra vez

En la Moncloa creen, de hecho, que puede producirse el llamado 'efecto underdog', el de solidarizarse con quien es víctima de los ataques de los demás. "Esa consecuencia no la están sabiendo medir muy bien las tres derechas. Todos contra Sánchez es el marco de las primarias" de 2017, cuando todos los aparatos se volcaron contra el madrileño. Pero al final él se repuso y remontó y se ganó el favor de la militancia frente a la ungida por los notables del PSOE, Susana Díaz. Aquella batalla interna es recordada en varias ocasiones por los estrategas del presidente. Ahora, también.

Los socialistas esperan la "reacción" de la España de izquierdas tras la "mani facha" y aspiran a ocupar el espacio de la moderación que persiguen

"No habrá ni un español que no vea la foto de las tres derechas, y probablemente genere un efecto reacción de la otra parte de España, la inclusiva, la que defiende los derechos y libertades", valora un miembro de la cúpula socialista y miembro del comité electoral. El cálculo que hacen los socialistas es que esa visión "muy radicalizada", muy escorada a la derecha, que patrocinan PP y Ciudadanos, "arrastrados" por Vox, deja a Sánchez libre el espacio de la "moderación" y del "sentido común", el que lleva persiguiendo ocupar desde hace meses y el que invoca siempre en sus mítines. La concentración, por tanto, actuará de "elemento de contraste" y ubicará al PSOE en la centralidad, frente a unos partidos, PP, instalados en la "radicalidad", sostienen en la cima del PSOE. Lo resumía la portavoz parlamentaria y número dos del partido, Adriana Lastra: es la "mani facha". Populares y naranjas, dice el órgano oficial, 'El Socialista', han cruzado "una peligrosa línea: la del insulto, la crispación y la irresponsabilidad en torno a Cataluña".

Del "relator" a la ruptura entre el Gobierno y el independentismo

Un ministro opina incluso que la foto "perjudica" a populares y naranjas, pese a que ellos lo hayan planteado como una demostración de fuerza contra Sánchez. Les daña, cree, por esa proximidad "con la extrema derecha y con el franquismo más rancio". "Se volverá contra ellos", augura este miembro del Ejecutivo.

Los socialistas señalan que la manifestación, aunque sea muy concurrida, no aporta demasiada novedad en el escenario, puesto que ya la derecha, como se vio en Andalucía, está muy movilizada. "Lo importante es lo que piense un electorado templado, y ese no estará en Colón. Se visualizará, por tanto, a las derechas concentradas, frente a los independentistas, que también están contra el Gobierno. Esa combinación es la mejor para nosotros", indican desde la dirección socialista. "Es un error de bulto" el de PP y Cs, indica un miembro de la ejecutiva.

Foto: Pedro Sánchez, este 9 de febrero en Barakaldo. (EFE)

"Marcar terreno"

Dirigentes alejados de Sánchez coinciden en que la concentración ha de verse como una oportunidad de oro para el PSOE. No es rara esa percepción, porque los barones críticos también han combatido con fiereza en los últimos días los posicionamientos de Pablo Casado y Albert Rivera. "Gigantesca irresponsabilidad", calificó la convocatoria el jefe del Ejecutivo aragonés, Javier Lambán. "Esta manifestación nos da discurso. Lo fundamental es que Sánchez sea claro y coherente a partir de ahora contra el separatismo, sin ambigüedades ni tacticismos. Es lo único que puede servirnos. Ya no vale jugar con las palabras. Son necesarios hechos y gestos rotundos, y no me refiero al 155, sino marcar mucho terreno", analiza un presidente autonómico.

Incluso los críticos creen que la concentración da "discurso" al PSOE. La cúpula recuerda que las movilizaciones contra Zapatero no surtieron efecto

La impresión generalizada es, por tanto, que el acto a favor de la unidad del país y por unas elecciones urgentes convocado para este mediodía en Madrid ayudará a despertar a la izquierda, a "movilizarla" con rotundidad ante las próximas citas electorales. En el PSOE evitan las comparaciones con las masivas marchas contra la guerra de Irak que recorrieron las calles en 2003, porque aquellas sí eran una protesta más sostenida en el tiempo, que se expresó de distintas formas, algunas incluso espontáneas, y que tocaba con un caldo de cultivo claro: la posición antibelicista de la sociedad española que no supo calibrar el expresidente José María Aznar.

Los partidos convocantes piden una concentración multitudinaria contra Sánchez

En la cúpula del partido y en el Ejecutivo se dicen, pues, "tranquilos" por el impacto de la concentración de Colón, al margen del número de participantes (prevén que los organizadores lograrán una gran cifra). No creen que suponga un mayor castigo electoral. Una dirigente de primer nivel recordaba, en ese sentido, que también con José Luis Rodríguez Zapatero en la Moncloa se sucedieron las manifestaciones contra el Gobierno en las que participó el PP —contra el proceso de paz, contra el matrimonio gay, contra la ley de plazos del aborto...—, y al final logró ganar en los comicios de 2008. "Espero que insuflemos energías renovadas de aquí a mayo, superado el debate patriótico", indicaba este sábado esta integrante de la dirección.

El problema que puede encontrar el PSOE es que, precisamente, Cataluña difícilmente desaparecerá de escena de cara al 26-M. El martes arranca el juicio contra los dirigentes del 'procés', que se alargará unos tres meses y que los independentistas utilizarán para volver a excitar a sus bases. De ahí que haya algunos dirigentes socialistas, más alejados de Ferraz, que observan algunos "riesgos" por delante, como el de que se evidencie una "gran polarización y crispación en España" que deje a las izquierdas en casa.

Foto: Presentación del libro 'La cataluña que queremos'. A la izquierda, el periodista Albert Castillón. (EFE)

"Nunca" la autodeterminación

"La derecha movilizará a los suyos y la izquierda, en cambio, está deprimida y desorientada. Ellos consiguen demostrar fortaleza, y en cambio PSOE y Podemos no están en su mejor momento...", señala esta veterana responsable. Lo expresa de otra forma un mando ya apartado de la primera línea: "El problema es si la mayoría social está con la derecha". Las encuestas han venido situando al PSOE consistentemente como primera fuerza del país, pero su margen se ha ido estrechando y, tras las andaluzas, apuntan a la posibilidad de que PP, Cs y Vox sumen. Desde Ferraz se asegura que la abstención andaluza no se tiene por qué repetir y que fue culpa de Díaz.

Sánchez contrapone su modelo frente a la "España en blanco y negro" de este 10-F. Reitera al Govern que no aceptará "nunca" un referéndum

El presidente abonó este sábado el terreno. Contrapuso la "España en blanco y negro", que propone "dar marcha atrás", frente a la España que defiende las conquistas sociales alcanzadas. Desde Barakaldo (Bizkaia), reiteró que PP y Cs no lograrán moderar a Vox. Más bien al contrario, ambos se "radicalizarán", y la prueba será la manifestación en Colón. "Ahora se dedican a gritar '¡viva España!', pero el patriotismo es trabajar todos los días por que en España se viva mejor", reiteró, en la que es ya una de sus frases clásicas en sus mítines.

Sánchez advierte de que nunca aceptará la autodeterminación de Cataluña

Mientras, Sánchez va activando el plan de emergencia de cara a unas hipotéticas elecciones generales próximas. Ayer confrontó duramente con los independentistas, aunque sin hacer referencia explícita a la ruptura de las negociaciones con ellos y sin mentar la figura del relator de la mesa de partidos que ha envenenado el debate público en los últimos días y levantado en armas a un sector del PSOE. "La autodeterminación que defiende el independentismo catalán no cabe en la Constitución y no la vamos a aceptar nunca. Fuera de la Constitución no hay diálogo posible", recalcó. "Dentro de la Constitución, todo. Fuera, nada porque no hay diálogo, son monólogos".

El mandatario socialista defiende su propia alternativa, lejos de un soberanismo que emprende un "viaje a ninguna parte" y frente a una derecha que plantea la "vuelta atrás". "La mayoría defiende la España autonómica basada en la cohesión social y territorial". El camino del diálogo y la Carta Magna, insistió, "es el más largo, pero es el único posible y transitable". Así, el debate no es el que plantea el separatismo, el de independencia sí o no, sino el de "convivencia sí o sí".

Si los Presupuestos caen el miércoles, el Gobierno intentará sacar rédito de esa convergencia de intereses de los soberanistas, populares y naranjas. Sánchez confió en los españoles "tomen nota" si el proyecto de Presupuestos es tumbado por "los independentistas y la ultraderecha del PP y Cs". No obstante, hay quienes en el Ejecutivo advierten de que precisamente una movilización masiva este domingo quizá haga reflexionar a ERC y PDeCAT y les haga girar y admitir la tramitación de las PGE por miedo a un regreso de la derecha al poder.

En el Ejecutivo hay quienes advierten de que una movilización masiva quizá haga girar a PDeCAT y ERC por miedo a un regreso de la derecha al poder

El presidente ensayaba la estrategia de ir rompiendo amarras con el separatismo, útil de cara a la contienda electoral, para presentar a un PSOE y un Ejecutivo que no tiene pactos con él y que, de hecho, no ha podido hacer prosperar sus cuentas públicas. Pero la oposición no olvidará tan pronto la figura del relator, que seguirá agitando como una prueba de la voluntad de Sánchez de plegarse ante ERC y PDeCAT. Es la pugna por el relato, fundamental para el 26-M.

Puede parecer una paradoja. Una manifestación convocada en Madrid contra Pedro Sánchez y su política de diálogo con Cataluña y para exigirle "elecciones ya" es concebida por el propio Gobierno y por el PSOE como un "regalo". Porque los organizadores ofrecerán la imagen que los socialistas perseguían desde los comicios andaluces que les desalojaron del poder: una "foto de las tres derechas" juntas. PP, Ciudadanos y Vox. Acompañados, como se relamen en el Ejecutivo y en el partido, por los franquistas de Falange Española de las JONS y los ultraderechistas de España 2000 y Hogar Social. El presidente espera que esa imagen de "la España en blanco y negro" sirva para reanimar a una izquierda que se presume más desmovilizada y la empuje a las urnas el 26 de mayo.

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