Casado pide a Cs que presente una moción contra Torra y reta a Sánchez a apoyarla

El independentismo está roto en Cataluña y ha perdido su mayoría en el Parlament de Catalunya. Ahora, allí, los dos bloques, el soberanista y el constitucionalista, están empatados. De momento, no hay movimientos para derribar al 'president', Quim Torra. No los hubo ayer por parte de la líder de la oposición, Inés Arrimadas. Pero este miércoles el PP, casi marginal en la Cámara autonómica, vio una ventana de oportunidad y se lanzó por ella. Demandó a Ciudadanos que presente una moción de censura en Cataluña y retó a Pedro Sánchez y a los socialistas a apoyarla, para demostrar que está con los constitucionalistas y no con los "golpistas". El presidente no quiere entrar en ese terreno de momento, y tanto él como su número dos insistieron en la línea adoptada por el Gobierno en los últimos días: llamada al PP para que se "centre", retorne a la "moderación" y abandone el espacio de la "ultraderecha".

En este rifirrafe se resumió la primera parte de la sesión de control de este miércoles en el Congreso. Fue Pablo Casado quien, al final de su pregunta al jefe del Ejecutivo, introdujo esa doble pulla tanto a Ciudadanos como al PSOE. El líder de los populares argumentó que ahora, tras la pérdida de la mayoría por parte de los soberanistas —Junts per Catalunya y ERC visualizaron su divorcio por la negativa de los republicanos a asumir la delegación de voto de los cuatro diputados de la lista de Carles Puigdemont suspendidos por el Supremo—, hay una "oportunidad histórica" que no debe dejarse pasar. Es el "momento" de presentar una moción de censura contra Torra, dijo, dirigiéndose a Ciudadanos, cuyo presidente, Albert Rivera, no estaba en el hemiciclo porque se ha marchado a Colombia de viaje.

Una moción de censura en Cataluña, siguió Casado, permitirá saber si Sánchez está "con los constitucionalistas o con los golpistas". "No caben medias tintas ni equidistancias", subrayó. Antes incluso de que el presidente de los conservadores hiciera su anuncio, la formación naranja, a través de su número dos,José Manuel Villegas, descartó esa operación porque "los números no dan", ya que la oposición no suma la mayoría absoluta (68 escaños) y no es viable. Ambos bloques, nacionalista y no nacionalista, están empatados a 65 parlamentarios. Además, los comunes tampoco respaldarían una moción contra Torra, según afirmó Pablo Iglesias en los pasillos del Congreso.

Por lo demás, el líder del PP incorporó en su pregunta otros elementos recurrentes en sus anteriores apelaciones al presidente. Arremetió contra él por estar de "visita en España" y le pidió que se ponga de acuerdo con Susana Díaz y "convoque elecciones anticipadas ya". Recordó que ya han dimitido dos ministros, Màxim Huerta y Carmen Montón, que hay otro miembro más del Gabinete reprobado, Dolores Delgado, y otro ahora cuestionado, Josep Borrell, porque la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) le expedientó hace dos años por la supuesta utilización de información privilegiada durante su etapa en Abengoa, según publicó 'Lainformacion.com'.

El líder del PP dice que, tras el divorcio de JxCAT y ERC, es una "oportunidad histórica", y no caben "ni medias tintas ni equidistancias"

Casado enlazó enseguida con Cataluña. "Quien manda es el señor Torra", concluyó. Para el líder del PP, son "inasumibles" los capítulos de violencia vistos la semana pasada —cuando "la kale borroka salte al Parlament"—, o que la cárcel de Lledoners, donde están presos los encausados del 'procés', se convierta en un "consultorio donde todo el mundo pasa por ahí". Por todo ello, "hace falta un cambio urgente en Cataluña". El diputado sacó a colación las palabras de Díaz del lunes, cuando aseguró que convocaba elecciones anticipadas para el 2 de diciembre porque Andalucía no se merece la "inestabilidad" que hay en España.

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"Tenía razón, pero tampoco merecen los andaluces los 1.000 millones de ayudas malversadas que acaban en mariscadas, cocaína, juergas y prostitutas", añadió, haciendo una primera incursión en el Congreso en la campaña autonómica. "No aguanta Andalucía ni más cifras de paro ni escándalos del PSOE, no aguanta España más humillaciones de los independentistas", remató Casado, reiterando su petición de elecciones.

Sánchez acusa a PP y Cs de formar una "coalición por la crispación" y Calvo advierte a los populares que se van a la "irrelevancia de la ultraderecha"

No las convocará Sánchez, sin embargo, porque le queda "mucha tarea de aquí al final de la legislatura" para desmontar los recortes del PP y para trabajar "en beneficio de la mayoría social del país". El jefe del Ejecutivo acusó al líder del PP de formar, con Rivera, la "coalición por la crispación", ya que a falta de "propuestas políticas", se dedica a "atacar a los miembros del Gobierno". Pero esos "ataques 'ad hominem' no van a hacer mella" al Gabinete. Sánchez volvió a reclamar a Casado "lealtad" de su partido en cuestiones de Estado, como hizo el PSOE antes de regresar al poder, cuando apoyó "sin ambages" a Mariano Rajoy con Cataluña.

En ese punto, Sánchez retornó a una reflexión que ya formulara este martes, tras su entrevista en La Moncloa con el presidente chileno, Sebastián Piñera: se vieron el pasado fin de semana "los frutos" de esa estrategia de la crispación, con un Vox que llenó el palacio Vistalegre de Madrid con 9.000 personas. El problema no es la fragmentación del voto conservador, observó, sino la "radicalización". "Céntrese, recupere la moderación", le espetó.

Las palabras de Sánchez fueron replicadas por su número dos, Carmen Calvo, quien reiteró esa petición de lealtad con el Gobierno y con España y quien advirtió a los populares de que si mantienen su estrategia de "convertir la política en una batalla campal", entonces "van directamente a la irrelevancia" de la "ultraderecha de este país". Se lo decía la vicepresidenta a la portavoz del PP en el Congreso, Dolors Montserrat, que volvía a atacar al Ejecutivo por estar en "plena descomposición".

El conflicto soberanista afloró en otra de las preguntas al presidente, en este caso por parte del portavoz del PDeCAT, Carles Campuzano. Sánchez respondió con su receta habitual, ley y diálogo, e insistiendo en que el problema de Cataluña "no es de independencia, es de convivencia". Lo que toca es que el Govern abra un "proceso de diálogo entre catalanes nacionalistas y no nacionalistas", porque la solución pasa por "acabar con la dinámica de bloques y empezar a tender puentes". El jefe del Ejecutivo insistió en que ha sido "claro" desde que llegó a La Moncloa, en el sentido de que la crisis catalana no se resolverá "ni en un año ni en dos", pero el punto de partida es la reconstrucción de la "confianza" y "lealtad" entre las partes. "Ahora ustedes desconfían y nosotros desconfiamos", reconoció a Campuzano.

Sánchez promete a Iglesias que la sanción al policía que invitó a Billy el Niño sea ejemplar

La sanción que el Gobierno prepara contra el comisario José Manuel Mariscal de Gante, el que invitó Antonio González Pacheco, Billy el Niño, a un acto del Día de la Policía, será "lo más ejemplar posible". Así lo aseguró Pedro Sánchez tras ser preguntado por Pablo Iglesias en la sesión de control del Congreso. 

El presidente afirmó que el Gobierno está actuando "con la máxima diligencia y desde el primer segundo", desde que trascendieron las imágenes de la celebración a la que Mariscal de Gante invitó en una comisaría al torturador franquista. El expediente al comisario ya está abierto. Sánchez manifestó su "rechazo absoluto a este tipo de invitaciones que ofende a la memoria histórica" y que además hace un "flaco favor" al Cuerpo Nacional de Policía. Invitación, por cierto, que "nunca tuvo que producirse".

📽️ “No podemos consentir que algunos se burlen de nuestra democracia y se burlen de la dignidad de las víctimas de la dictadura. Es una vergüenza para nuestro país que un torturador estuviera en ese acto público”. @Pablo_Iglesias_ #SesiónDeControl 👇 pic.twitter.com/bQTil3nxAX

 

Para Iglesias, que Billy el Niño, un "malnacido", estuviera en ese acto en la comisaría del distrito madrileño de Ciudad Lineal es "una burla a la democracia y la dignidad de las víctimas de la dictadura que no se puede consentir". "Ir a un acto público demuestra la arrogancia y sensación de impunidad que tiene esta gentuza", sostuvo, recordando que para entonces ya se había adelantado que el Gobierno estaba estudiando cómo retirarle las medallas pensionadas que se le concedieron. El líder de Unidos Podemos pidió entonces una sanción "ejemplar" a Mariscal de Gante. 

Y se procurará que sea así, replicó Sánchez en su réplica. El presidente explicó que al tratarse de un puesto logrado por concurso profesional, el Gobierno intentará que la sanción sea "lo más ejemplar posible", mientras trabaja para retirar esas condecoraciones "con la máxima seguridad jurídica".