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El adelanto electoral a partir del 27 se cierne sobre el 'Gobierno zombi' de Quim Torra
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El adelanto electoral a partir del 27 se cierne sobre el 'Gobierno zombi' de Quim Torra

El independentismo vive una crisis implosiva que le ha llevado a perder las primeras votaciones en el Parlament mientras ERC y JxCAT se cruzan acusaciones de traición

Foto: El presidente de la Generalitat, Quim Torra (JxCAT), y su vicepresidente, Pere Aragonès (ERC). (EFE)
El presidente de la Generalitat, Quim Torra (JxCAT), y su vicepresidente, Pere Aragonès (ERC). (EFE)

El Gobierno catalán está prácticamente roto. Aunque los dos socios en el Ejecutivo de Quim Torra, Junts per Catalunya (JxCAT) y ERC, tratan de desmarcar al órgano ejecutivo de la situación insostenible del Parlament (donde han votado divididos y han perdido sus primeras iniciativas frente a los constitucionalistas), la tranquilidad se acabó en el despacho de Torra. “Si este mes hay dos choques más como el de este martes, a partir del 27 de octubre se convocarán elecciones en Cataluña. La situación es insostenible”, afirma a El Confidencial una fuente interna de JxCAT. El independentismo es de todo menos un bloque homogéneo. Aun así, el líder de ERC en el Parlament, Sergi Sabrià, admitió tras perder las primeras votaciones que no ve peligrar el Govern. “Estamos en situación de seguir gobernando”, subrayó. Falta por saber por cuánto tiempo estarán en tal disposición, porque desde las filas de sus rivales se habla ya de ‘Gobierno zombi’.

La portavoz del PSC en el Parlament, Eva Granados, se lo preguntó directamente durante el pleno de este martes: “Señor Torra, ¿usted cree sinceramente que está en condiciones de seguir gobernando Cataluña? Su Gobierno está profundamente dividido y usted tendrá que decidir: o democracia o desobediencia (…) El ‘president’ del ultimátum parece que tiene un Govern en las últimas”.

placeholder La portavoz del grupo parlamentario Socialistes i Units per Avançar, Eva Granados. (EFE)
La portavoz del grupo parlamentario Socialistes i Units per Avançar, Eva Granados. (EFE)

Y puso el dedo en la llaga: “Tenemos la sensación de que la confianza entre ustedes está muy, muy tocada, porque se han engañado entre ustedes, se han puesto trampas entre ustedes y nos querían engañar a todos. Pero eso, a partir de hoy, ya no cuela, ‘president”.

Pero la situación de lucha abierta en el independentismo que se vivió este martes de tensión en el Parlament es, en realidad, una victoria de Carles Puigdemont, que maneja los hilos de su grupo parlamentario desde Waterloo y ha logrado lo que quería: sembrar el caos. Su intención era, desde hace meses, lanzar una ofensiva en toda regla contra ERC este mes de octubre: poner al partido republicano contra las cuerdas para obligarlo a ir a una lista única donde mandase la Crida per la República, la nueva marca que se ha sacado de la manga el propio Puigdemont.

Foto: El presidente de la Generalitat, Quim Torra (d), el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès (c), y La 'consellera' de Presidencia, Elsa Artadi (i), observan el resultado de una de las votaciones del pleno. (EFE)

Con la postura intransigente de no sustituir a los presos y huidos por otros diputados, Puigdemont puso en el disparadero a ERC: el presidente del Parlament, el republicano Roger Torrent, tuvo que rechazar las pretensiones de Puigdemont y votar junto con el PSC para no traspasar las líneas rojas de desobedecer una sentencia. Quien le puso en la disyuntiva fue la “deslealtad” de JxCAT, que no cumplió sus compromisos, según confiesan a El Confidencial fuentes de ERC.

Movilizar la calle contra ERC

Y ese alineamiento de los republicanos con el PSC es lo que estaba esperando el ‘expresident’ para lanzar otro ataque masivo. Por un lado, ha comenzado una ofensiva de los radicales que han estado conspirando a favor de Puigdemont en los foros sociales. “ERC acaba lo impensable: acaba de dividir a los presos políticos entre ‘mis’ presos y ‘tus’ presos. Los suyos acatan y piden permiso y los de JxCAT, como el gran Jordi Turull o Josep Rull, desafían a Llarena diciéndole que son y serán independentistas sin permiso”, lanzaba este martes por la tarde a las redes Mark Serra, un conocido e ‘hiperventilado’ forero cercano a las tesis de Puigdemont. Esta apelación a los presos no es gratuita: es la pequeña venganza de Puigdemont al posicionamiento de ERC, negándose desde el primer momento a darle un estatus especial. Los republicanos siempre acusaron a JxCAT de crear presos de primera y de segunda al intentar blindar a Puigdemont frente a los restantes encausados. En resumen, que los presos no son moneda de cambio (tal y como promete Torra), pero sí son armas arrojadizas entre los socios.

Esto ya es oficialmente el inicio de una guerra fratricida sin cuartel entre independentistas. Pero todo parece obedecer a una maquiavélica estrategia de Puigdemont: un cuarto de hora después de que Torrent se alinease con los socialistas, llegaba al Parlament una carta manuscrita firmada por Carles Puigdemont, Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull en la que se niegan a ser sustituidos. Curiosamente, la carta denuncia que creen que todavía están en prisión “por no haber renunciado al acta de diputado”, a pesar de que otros compañeros suyos han renunciado o nunca tuvieron acta y siguen en prisión.

Los republicanos recuerdan que el pasado 2 de octubre, JxCAT y ERC firmaron un acuerdo por el que sustituirían a sus diputados ausentes para no perder la mayoría absoluta. Llegada la hora de la verdad, ERC cumplió su parte del pacto, presentando las cartas de renuncia de sus presos, pero JxCAT se echó atrás sin ofrecer explicación alguna. Y, lo que es más grave, tachando a ERC de cobarde y de traidora por haber cumplido el pacto firmado.

Acusaciones a Puigdemont

El enfado de los republicanos por esta jugada de guerra sucia queda perfectamente condensado en un tuit de Jordi Coronas, portavoz de Esquerra en el Ayuntamiento de Barcelona: “A ver, Carles, o aceptas la fórmula que permite que tu voto sea efectivo o vuelve para hacerlo personalmente. Deja de pedir a los otros lo que tú no estás dispuesto a hacer”. Y es que en la formación de Junqueras están hartos de que Puigdemont se arrogue todo el protagonismo del ‘procés’ y reparta lecciones cuando los republicanos tienen a su máximo líder en la cárcel “y no en libertad por Bélgica”.

Las ataques desde el bando de Puigdemont no se hicieron esperar. “Lo que faltaba para el duro: Jordi Coronas convertido en un vulgar Llarena. De momento, que yo sepa, este señor duerme caliente”, le respondió vía tuit Agustí Colomines, el faro espiritual de Quim Torra y de Puigdemont, cesado en abril pasado como director de la escuela de la Administración Pública. Colomines, que fue el ánima que inspiró la Crida per la República de Puigdemont, critica a ERC por sumarse “a los del 155 para aplastar a los diputados perseguidos. A eso se le llama síndrome de Estocolmo”.

Desde ERC se cree que todo obedece a una estrategia diseñada para dejar a los republicanos en evidencia. “¿Alguien me puede explicar cómo un cuarto de hora después del desacuerdo ya había una carta manuscrita y firmada por los cuatro parlamentarios de JxCAT? ¿No será una estrategia para cargarse a ERC?”, se preguntaba un independentista republicano tras el encontronazo. Otras fuentes republicanas son más cáusticas y afirman que “todo estaba preparado y JxCAT ya tenía pensado desde el primer momento dinamitar el acuerdo y cargar contra ERC. Por eso ya tenía preparadas las cartas”.

JxCAT y el pacto secreto entre ERC y PSC

Desde JxCAT, por su parte, se apunta hacia un pacto secreto de socialistas y republicanos para sentar las bases de un nuevo tripartito y se afirma que hubo reuniones “secretas” en Madrid las pasadas semanas, entre miembros del Gobierno español y del PSOE y diputados de ERC para negociar un acuerdo. “ERC hace muchos meses que quería cambiar de bando y al final lo han hecho. Nos han traicionado”, denunciaron luego a través de las redes los acérrimos de Puigdemont. “Han traicionado a todo un pueblo pactando con el 155”, lanzaban otros.

Ante la situación, los radicales comenzaron a pergeñar una estrategia contra los republicanos. Por una parte, algunos de los más exaltados apuntaron la iniciativa de escribir cartas a Oriol Junqueraslíder de ERC actualmente encarcelado— afeándole su alineamiento y diciéndole “que es la vergüenza, que ha traicionado a sus antepasados de ERC y que ya no es honorable [tratamiento que tienen los 'consellers']”.

Foto: El presidente del Parlament, Roger Torrent. (EFE)

No es la única ofensiva de los de Puigdemont contra los de Junqueras. El puñado de acampados en la plaza Sant Jaume decidieron este lunes trasladar sus bártulos al parque de la Ciudadela, frente al Parlament. Un comunicado difundido ayer por la tarde explicaba que ese traslado se produce para “vigilar y hacer cumplir esta soberanía: nuestro voto; seguir haciendo presión como acto de resistencia no violenta para alcanzar la plena efectividad e implementación de nuestro derecho a la autodeterminación; recuperar el espacio público para la ciudadanía”. Ante la Cámara legislativa, pretendían crear lo que llaman Ágora Republicana.

Este martes, tras el pleno y el desencuentro, los radicales que apoyaban la acampada comenzaron a pedir por las redes sociales que todos los independentistas acudiesen a las puertas del Parlament para protestar contra ERC. Cuando alguien comunicó que “el acceso al Parlament está cortado con barreras” (adjuntando fotografías donde se veían claramente las barreras), las órdenes cambiaron: “Vamos a ERC. De hecho, son ellos los que la han cagado y bien. Que nos denuncien por manifestarnos ante su puerta si tienen vergüenza”, retaban los más exaltados. A continuación, distribuyeron la dirección del partido republicano para que se dirigiesen hacia allí los manifestantes.

El ‘expresident’, no obstante, tiene otro frente abierto, no ya con los republicanos sino con su propio partido. La formación heredera de Convergència ha convocado para este viernes una ejecutiva extraordinaria para debatir su posicionamiento ante los últimos acontecimientos y determinar qué ha de hacer ante el anuncio de Puigdemont de que el 27 de octubre pondrá en marcha la Crida per la República. Los cuadros del partido están molestos porque Puigdemont toma decisiones sin consultar a nadie y los dirigentes del partido se enteran por la prensa incluso de lo que ocurre dentro de su grupo parlamentario. Una situación verdaderamente alucinante.

El Gobierno catalán está prácticamente roto. Aunque los dos socios en el Ejecutivo de Quim Torra, Junts per Catalunya (JxCAT) y ERC, tratan de desmarcar al órgano ejecutivo de la situación insostenible del Parlament (donde han votado divididos y han perdido sus primeras iniciativas frente a los constitucionalistas), la tranquilidad se acabó en el despacho de Torra. “Si este mes hay dos choques más como el de este martes, a partir del 27 de octubre se convocarán elecciones en Cataluña. La situación es insostenible”, afirma a El Confidencial una fuente interna de JxCAT. El independentismo es de todo menos un bloque homogéneo. Aun así, el líder de ERC en el Parlament, Sergi Sabrià, admitió tras perder las primeras votaciones que no ve peligrar el Govern. “Estamos en situación de seguir gobernando”, subrayó. Falta por saber por cuánto tiempo estarán en tal disposición, porque desde las filas de sus rivales se habla ya de ‘Gobierno zombi’.

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