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Ferraz marca distancias con Iceta y no apoya su apuesta por un Govern de concentración
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NUEVO FOCO DE DISCREPANCIAS

Ferraz marca distancias con Iceta y no apoya su apuesta por un Govern de concentración

La dirección de Sánchez choca con el PSC, no cree en un Ejecutivo de unidad y no se mueve de su principio de no investir a ningún 'indepe'. El primer secretario juzga que es la única salida "sensata"

Foto: Miquel Iceta y el presidente del Parlament, Roger Torrent, el pasado 5 de marzo en la Cámara catalana. (EFE)
Miquel Iceta y el presidente del Parlament, Roger Torrent, el pasado 5 de marzo en la Cámara catalana. (EFE)

Pedro Sánchez y Miquel Iceta hablan prácticamente a diario. La relación entre sus dos partidos está engrasada. Pero eso no impide que a veces emitan en ondas diferentes y que existan matices o discrepancias claras entre ambos. Ha sucedido en más ocasiones en los últimos meses, y también en los últimos días. El primer secretario del PSC ha ido abriendo la puerta, tendiendo la mano hacia las formaciones independentistas, llamando a la necesidad de construir "amplísimas mayorías" para escapar de la ratonera en la que se ha metido la política catalana. El viaje hacia una nueva posición pasó este lunes por una parada lógica: la invitación a articular un Govern de concentración en el que participen todas las fuerzas, como respuesta a una coyuntura "excepcional". Pero el PSOE no comparte en absoluto esa derivada, ese nuevo renglón. Ferraz se mantiene en su tesis de que han de ser las formaciones separatistas las que se apañen entre ellas, las que deben nombrar un candidato "viable" a la investidura y formar un Ejecutivo cuanto antes.

Iceta puso sobre la mesa una hipótesis que, según admitían desde su círculo más próximo, es "imposible" en el escenario actual, con la conmoción por el arresto de Carles Puigdemont y el encarcelamiento de los líderes separatistas a flor de piel. Pero él está convencido de que es "la única sensata". La única que podría sacar a Cataluña del atolladero tres meses después de los comicios del 21 de diciembre y la que podría avanzar hacia la recomposición social. El primer secretario apuntó en rueda de prensa en la sede de su partido que cree que "lo más razonable", en una situación tan anómala como esta, sería formar un Gobierno de concentración, "con presencia de todos los partidos". Porque aunque el secesionismo venció en las urnas y tiene "el derecho y la legitimidad" para dirigir la Generalitat, dadas "las dificultades" que atraviesa la sociedad catalana, y el "lío" en el que está sumida, "convendría un esfuerzo de acuerdos amplios". Horas más tarde, en la SER, reconoció que su carta es complicada, un deseo.

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El líder del PSC no es un hombre de ocurrencias. No es un dirigente que conteste a la prensa lo primero que se le pasa por la cabeza. Sabe cuando tiene que contenerse, cuando no le conviene ir más allá. Su mensaje de este lunes no era fruto de una improvisación. Ya había ido preparando el terreno en los últimos días, en el pleno de investidura fallida de Jordi Turull, el jueves, y en la sesión simbólica del sábado pasado, cuando el candidato a 'president' había entrado ya en prisión, junto con los 'exconsellers' Raül Romeva, Josep Rull y Dolors Bassa y la expresidenta del Parlament Carme Forcadell. Los socialistas están dispuestos, dijo, a "abandonar el refugio de los bloques para avanzar en el campo abierto del diálogo". "¿Pensamos que un Govern de una parte será capaz de afrontar con éxito este problema? Lo dudo mucho", aseguraba el sábado.

Ni Iceta ni su equipo quieren especular con quién debería ponerse al frente de ese hipotético Ejecutivo de unidad: primero las políticas, dicen


La pregunta, una vez lanzada la idea de un irreal Ejecutivo de unidad, era obvia: ¿con quién al frente? Iceta no quiso especular, ni tampoco su equipo más próximo. Primero habría que aclarar las prioridades y políticas que habría de desplegar ese hipotético Govern. Pero el objetivo claro sería "recuperar con plenitud el control de las instituciones" catalanas y dejar atrás el la aplicación del artículo 155 de la Constitución —que seguirá en vigor hasta que tome posesión un nuevo Gabinete—, impulsar la economía, contribuir a un "nuevo pacto social" y profundizar en la "mejora de la financiación", enumeró, informa EFE. Lo que está en duda es si los partidos tienen la "grandeza" de caminar hacia esa dirección o bien anteponen sus propios intereses..

Foto: Adriana Lastra, número dos del PSOE, junto al secretario general de los socialistas madrileños, este 26 de marzo. (EFE)

Los republicanos dicen no

ERC, a través de su portavoz, Sergi Sabrià, se encargó de descartar la alternativa de un Gobierno de concentración a la primera. Ahora mismo, afirmó, su formación seguirá trabajando en el acuerdo con Junts per Catalunya. Pero el primer portazo no desanimó al PSC: Iceta, confirmaron a este periódico fuentes muy próximas, sigue izando esa bandera.

El primer secretario tiene en mente el ejemplo de Tarradellas, que supo construir un Gabinete unitario al regresar a España y recuperarse la Generalitat

Lo que tiene el primer secretario en la cabeza es el ejemplo del republicano Josep Tarradellas: nombrado 'president' provisional de la Generalitat en 1977, tras un recibimiento multitudinario, formó un Ejecutivo de unidad con los partidos catalanes mayoritarios. O sea, un Gabinete con todos para el "restablecimiento de las instituciones". Entonces, canceladas por el franquismo, y hoy, intervenidas por el Gobierno de Mariano Rajoy tras la aplicación del 155.

Antes de que compareciera Iceta en la nueva sede del PSC, en la barcelonesa calle de Pallars, lo hizo la número dos del PSOE, Adriana Lastra. Entonces no había trascendido la apuesta del primer secretario por un Ejecutivo de unidad, pero la dirigente ya había vuelto a delimitar el terreno de actuación de los socialistas. "Nosotros no tenemos nada que ver con la causa independentista, que es insolidaria. No hay banderas de izquierdas en la causa independentista. Que nadie nos busque ahí, ni a nosotros ni al PSC", subrayó la vicesecretaria, quien recalcó que desde el principio ambas formaciones hermanas mantuvieron que no harían jamás presidente a ningún aspirante separatista.

Miquel Iceta sugiere que "lo más razonable" sería formar un "Gobierno de concentración"

En el PSC advertían de que esa máxima sigue vigente para Iceta: nunca habló, indicaban, de elegir como líder de la Generalitat a un diputado secesionista. La precisión es esta: lo que él quiere es un Gobierno de unidad. Y liderado tal vez por él. "No parece que nadie crea posible que Cs o PP vayan a estar en un Ejecutivo presidido por un independentista", sostienen en la cúspide del PSC. ​El primer secretario reavivaba la 'alternativa Borgen' que barajó en campaña: él como 'president' como hombre de consenso. Con una diferencia: entonces se ofrecía a dirigir un Gabinete constitucionalista, y ahora incluye al resto de fuerzas. "No por correr mas se llega antes. Primero hay que ver si la propuesta es viable, después negociar los objetivos del Govern y dejar para el final el tema de los nombres", insistían fuentes cercanas a Iceta.

En Ferraz se ciñen a las palabras de Lastra: no se elegirá a ningún separatista con sus votos. Y avisan de que la idea de Iceta no le hará ganar "nada"

Ferraz no respalda en absoluto el plan del primer secretario, pero tampoco quiere visualizar la fricción con el partido hermano. Por eso, Lastra, horas después, en una entrevista con Servimedia, y preguntada explícitamente por el Ejecutivo de concentración, insistió de nuevo en que el "compromiso del PSOE y del PSC", durante y después de la campaña de las catalanas, es que no hará "presidente a un independentista".

La detención de Carles Puigdemont desata una oleada de movilizaciones

Ya pasó en campaña con los indultos

En la dirección subrayaban en que la posición del PSOE era la reflejada por la número dos a primera hora de la mañana. Sin ningún tipo de duda. Y, por tanto, no saldría a respaldar la idea de Iceta. "En la vida hay que aguantar el tirón, como hicimos con la prisión permanente revisable: nos cayeron todo tipo de críticas, pero no nos movimos", sostenían en el equipo de Sánchez. "Es un brindis al sol de Miquel. Desde luego, con esta propuesta, ganar no gana nada [en unos nada improbables nuevos comicios]. Es esa necesidad de proponer algo constantemente sin asumir cuál es su posición. Yo creo que él considera que ese es el único espacio libre. Que los demás están ocupados porque el PSC los desocupó antes. Y quizá considere que ya no puede reubicarse en esos espacios", abundaba un miembro de la ejecutiva. Otra responsable señalaba que Iceta pone sobre la mesa una "irreal" idea en "momentos de tensión", sin que vaya "a ningún lado".

El PSOE insiste en que es una idea "irreal", mientras que en el PSC responden que pensaban que la doctrina socialista era "resolver el problema"

"En el PSOE están de acuerdo con ERC. Pensaba que la doctrina oficial era resolver el problema, pero ahora veo que son poco ortodoxos en el PSOE, al pensar como ERC y la CUP. Ojalá Ferraz acierte, también el PP lo pensaba", respondía un alto mando de la dirección del PSC.

El PSOE dice a Roger Torrent que en Cataluña lo que "sobran" son frentes

En Ferraz la sensación no es muy distinta a la que ya vivió pocos días antes de las elecciones del 21-D. Entonces, Iceta se descolgó con una propuesta que la cúpula de Sánchez no respaldó y que cree que fue clave para detener su crecimiento: el primer secretario aseguró que pediría el indulto de los líderes independentistas que resultasen condenados. Aunque en su equipo intentaron que la propuesta no tuviera mucho vuelo, fue imposible, porque el episodio fue aprovechado por sus rivales para denunciar su actitud más contemporizadora con los separatistas. También recibió latigazos de los suyos: el exministro Josep Borrell le 'regañó' en público y voló hacia el otro extremo: antes de perdonar a los mandamases soberanistas, había que "desinfectar" las heridas. Aquel desliz del candidato se consideró un "error" que no pudo remontar en la recta final de la campaña.

Esa idea propia de Iceta es, para el equipo de Sánchez, equiparable —salvando todas las distancias— a su planteamiento de este lunes. Un desmarque de la doctrina oficial que le proporciona oxígeno en un clima muy contaminado por el 'procés' y la efervescencia independentista. No es ni siquiera el último en estos días. Ferraz, por ejemplo, ha adoptado como costumbre no valorar las resoluciones judiciales, aunque desde la dirección se ha dejado ver que el auto de procesamiento del juez Pablo Llarena está "bien fundamentado", por lo que la medida de prisión preventiva era esperable, más si cabe tras la huida a Suiza de Marta Rovira, secretaria general de ERC. El PSC lanzó un comunicado el viernes calificando de "desproporcionado" el encarcelamiento de los dirigentes independentistas. No sorprendió. Era la misma reacción con la que respondió en noviembre al ingreso en prisión de Oriol Junqueras y de siete 'exconsellers'.

Los Presupuestos de 2018 consolidan los recortes, advierte Sánchez

El líder socialista, Pedro Sánchez, consideró este lunes "ridículo" que tanto Pp como Ciudadanos se disputen la "paternidad" del proyecto de Presupuestos de 2018, porque lo que hace el texto es "consolidar los recortes al Estado del bienestar y la desigualdad".

En un vídeo distribuido por el PSOE y colgado en sus redes sociales, Sánchez reiteró que el proyecto que hoy martes aprueba el Consejo de Ministros, y que ya cuenta con el sí de la formación de Albert Rivera "no va a contar con el apoyo" de su partido, por lo que su partido presentará una "alternativa presupuestaria".

Alternativa que atenderá a las "urgencias sociales" y la modernización de la estructura productiva al tiempo que cumplirá los objetivos de déficit y reducirá la deuda pública, aseguró, informa EFE. "En el debate de Presupuestos vamos a estar muy atentos a las partidas vinculadas con las pensiones, con la educación, con la sanidad", abundó. 

Pedro Sánchez y Miquel Iceta hablan prácticamente a diario. La relación entre sus dos partidos está engrasada. Pero eso no impide que a veces emitan en ondas diferentes y que existan matices o discrepancias claras entre ambos. Ha sucedido en más ocasiones en los últimos meses, y también en los últimos días. El primer secretario del PSC ha ido abriendo la puerta, tendiendo la mano hacia las formaciones independentistas, llamando a la necesidad de construir "amplísimas mayorías" para escapar de la ratonera en la que se ha metido la política catalana. El viaje hacia una nueva posición pasó este lunes por una parada lógica: la invitación a articular un Govern de concentración en el que participen todas las fuerzas, como respuesta a una coyuntura "excepcional". Pero el PSOE no comparte en absoluto esa derivada, ese nuevo renglón. Ferraz se mantiene en su tesis de que han de ser las formaciones separatistas las que se apañen entre ellas, las que deben nombrar un candidato "viable" a la investidura y formar un Ejecutivo cuanto antes.

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