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El contrato más difícil de la sevillana Iturri: "Tenemos al Aníbal Santana todavía metido en el cuerpo"
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4.500 vehículos por 217 millones

El contrato más difícil de la sevillana Iturri: "Tenemos al Aníbal Santana todavía metido en el cuerpo"

La empresa sevillana Iturri, especializada en vestuario, calzados y vehículos de seguridad, gana el disputado contrato para suministrar unos 4.500 vehículos militares todoterreno tácticos para las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil

Foto: Columna de vehículos ligeros del GACA XII. Al frente, dos Aníbal Santana (Juanjo Fernández)
Columna de vehículos ligeros del GACA XII. Al frente, dos Aníbal Santana (Juanjo Fernández)

La empresa sevillana Iturri se ha adjudicado uno de los grandes contratos del Ejército de Tierra para suministrar hasta 4.500 vehículos militares todoterreno tácticos (VMTT) por unos 217,6 millones de euros que sustituirán, dos décadas después, a los denostados Aníbal Santana. Lo han hecho con una plataforma Peugeot Landtrek que la compañía militarizará para cumplir con los requisitos técnicos del contrato. El anuncio ha sido recibido con cautela entre analistas y observadores de la industria: es un vehículo sobre el que todavía hay muchas incógnitas, en un proceso no exento de polémicas y con la sombra del fiasco Santana planeando sobre toda la licitación. Veamos qué ha sucedido.

En julio del año pasado, el Mando de Apoyo Logístico del Ejército de Tierra (MALE) lanzó la licitación para reemplazar a los veteranos Nissan Patrol y a los Aníbal Santana que se utilizan en las bases, desplazamientos y convoyes militares. El vehículo de la jienense Santana Motors, entonces bajo control de la Junta de Andalucía, había sido elegido en 2004 bajo la sombra del favoritismo político y salió rana, con múltiples unidades defectuosas y muchas dificultades para su mantenimiento —especialmente después de que la automotriz con sede en Linares fuera liquidada en 2011—. Con este precedente, se redactó un pliego técnico exhaustivo cuya prioridad era evitar repetir ese error.

La primera sorpresa fue que firmas como Urovesa o Einsa, a priori favoritas, declinaron participar. La compañía gallega y su Vamtac LTV, versión ligera del Vamtac ST5, estaba en todas las quinielas de los expertos. Sin embargo, las condiciones económicas —ajustadas más a un vehículo comercial militarizado que a un vehículo de grado militar— parecían descartar esta opción. Einsa, que había promocionado su Jeep adaptado para la UME en la feria de defensa Feindef, tampoco se presentó, aunque se desconocen los motivos.

Otro de los elementos llamativos de esta licitación es que el modelo ganador no podría comercializarse en Europa, ya que se requería una motorización de normativa Euro 2 (del año 1996) en materia de eficiencia y emisiones o equivalente (ya vamos por la Euro 7). Esto implica que el sistema es más sencillo, sin filtros de partículas ni aditivos especiales que hagan más complejo y caro su mantenimiento, pero también limitaba varias opciones comerciales.

"Hay vehículos militares, incluidos camiones, que funcionan con Euro 5 y el sistema Adblue (de depuración de gases) es un dolor de cabeza logístico. Si te quedas sin ciertos componentes puede dejar de funcionar, lo que no es aceptable en un entorno operativo. Así que se buscaba algo más robusto, más simple y con menos electrónica", explica Ángel del Peso, divulgador y experto en vehículos militares.

Foto: Un Santana Aníbal del Batallón del Cuartel General de la Brigada XII, subiendo por un terreno difícil. (Juanjo Fernández)

Luego, el concurso sufrió varios retrasos. La firma Ingeniería de Sistemas de Ensayo e Industriales (INSEI) recurrió el pliego en agosto ante el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (TACRC) por considerar las garantías económicas exigidas eran "desmesuradas" y su reclamo fue desestimado en octubre. El pasado mes de enero, la licitación volvió a paralizarse por otro recurso presentado por (la nueva) Santana Motors y Auto Olsan, cuya propuesta conjunta había sido excluida del proceso en diciembre por no superar las pruebas técnicas.

Según el MALE, el prototipo presentaba un "colapso de la parte trasera" que dificultaba el enganche de un remolque e incumplía otros requisitos especificados en los pliegos, como en materia de suspensión. Las empresas argumentaron que se trataba de una avería puntual de esa unidad y que no debía ser eliminada del proceso. El tribunal, tras analizar varias fotografías e informes, dio en febrero la razón a los militares, resolviendo que la falla era estructural y el vehículo inadecuado para los requisitos técnicos exigidos.

El TACRC tuvo que resolver una tercera queja, esta vez por parte de la empresa ciudadrealeña TDS (Technology and Security Developments), que competía con una versión militarizada del Ford Ranger (un vehículo que ya utilizan las Fuerzas Armadas). En enero, la compañía interpuso un recurso contra el acto de valoración de las ofertas técnicas, que fue rechazada por el tribunal en febrero "en todas y cada una de las cuestiones planteadas por el recurrente" porque el proceso ni siquiera había terminado.

Las incógnitas a despejar

Finalmente, este martes el MALE anunció la propuesta de Iturri como ganadora del contrato para un Acuerdo Marco de cuatro años, prorrogable por otros dos. Fuentes de la compañía andaluza han declinado comentar sobre la noticia, ya que las otras empresas participantes todavía pueden recurrir el resultado de la licitación ante la sala de lo contencioso-administrativo de la Audiencia Nacional.

Aunque la firma está especializada en uniformes y calzado de seguridad, también tiene amplia experiencia como uno de los mayores carrocistas nacionales de camiones de bomberos y otros vehículos especiales, que adapta a varias funciones (incluyendo militares y de seguridad). Sin embargo, esto es un proyecto de mucha más envergadura de los que la empresa ha asumido en el pasado en esta especialidad y la decisión ha generado cierto escepticismo entre los expertos.

"Todavía hay muchas incógnitas sobre este vehículo. Tiene la base Peugeot Landtrek que se fabrica en China, pero no sabemos qué motor llevará (se habla de un Mitsubishi diésel de 210 CV), qué transmisión, cuántos componentes chinos llevará, dónde se ensambla y cómo se realizará la adaptación militar", apunta del Peso. "Iturri es una empresa excelente en lo suyo, pero es normal que haya dudas. Aún tenemos al Aníbal metido en el cuerpo".

La baza clave de la empresa sevillana fue la oferta logística integrada y la garantía (60 meses), uno de los factores que más puntuaba y que le permitió imponerse a la propuesta de TDS, que quedó segunda pese a que las características del sistema era ligeramente superior y más competitiva económicamente. Iturri aporta al contrato una red de apoyos de 593 puntos, frente a los 152 de la compañía manchega. Al vehículo se le exige "operar de forma permanente en unas condiciones de uso intensivo" en todo tipo de terrenos, así que la capacidad y facilidad de reparación es clave.

"Eso también es producto de la mala experiencia del Aníbal. Llegó un momento en el que 'desaparecieron' los repuestos del fabricante y el Ejército se tuvo que buscar la vida", agrega el experto.

La empresa sevillana Iturri se ha adjudicado uno de los grandes contratos del Ejército de Tierra para suministrar hasta 4.500 vehículos militares todoterreno tácticos (VMTT) por unos 217,6 millones de euros que sustituirán, dos décadas después, a los denostados Aníbal Santana. Lo han hecho con una plataforma Peugeot Landtrek que la compañía militarizará para cumplir con los requisitos técnicos del contrato. El anuncio ha sido recibido con cautela entre analistas y observadores de la industria: es un vehículo sobre el que todavía hay muchas incógnitas, en un proceso no exento de polémicas y con la sombra del fiasco Santana planeando sobre toda la licitación. Veamos qué ha sucedido.

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