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Muere el psicólogo que ganó el Nobel de Economía por desmitificar el 'homo racional'
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Daniel Kahneman

Muere el psicólogo que ganó el Nobel de Economía por desmitificar el 'homo racional'

Kahneman aplicó sus conocimientos sobre la psicología humana a la ciencia económica, convirtiéndose en uno de los principales representantes de lo que se acabó llamando Economía Conductual o Economía del Comportamiento

Foto: Daniel Kahneman. (EFE/Fernando Alvarado)
Daniel Kahneman. (EFE/Fernando Alvarado)

Daniel Kahneman, psicólogo de formación y ganador en 2002 del premio del Banco de Suecia en honor a Alfred Nobel, el conocido como Nobel de Economía, ha fallecido este miércoles 27 de marzo a los 90 años de edad.

Kahneman, conocido también por su libro superventas ' Pensar rápido, pensar despacio', publicado en 2011, aplicó sus conocimientos sobre la psicología humana a la ciencia económica, convirtiéndose en uno de los principales representantes de lo que se acabó llamando Economía Conductual o Economía del Comportamiento. En inglés, 'Behavioral Economics'.

Una de las grandes aportaciones de Kahneman fue la de desmitificar una de las grandes premisas de las que partía la economía moderna: que los seres humanos son actores racionales que voluntariamente toman decisiones óptimas para sus intereses. El 'homo racional' no existe. O, como mínimo, no es tan racional como nos creemos.

Lo que descubrieron las investigaciones de Kahneman, que desarrolló en buena medida junto a su colega Amos Tversky, es que existen una serie de sesgos que influyen en el comportamiento de las personas y hacen que actúen de forma que podría considerarse irracional.

El 'homo racional' no existe. O, como mínimo, no es tan racional como nos creemos

Por ejemplo, Kahneman y Tversky demostraron que el dolor que sentimos por las pérdidas es mayor que la satisfacción que experimentamos por una ganancia equivalente. Es decir, nos duele más el riesgo de perder 100 euros que la expectativa de ganarlos, con las implicaciones que eso tiene a la hora de tomar decisiones de ahorro, inversión o incluso de carrera profesional.

La obra de Kahneman más conocida, 'Pensar rápido, pensar despacio', afirma que los seres humanos tenemos dos sistemas cognitivos, uno basado en la intuición que nos permite tomar decisiones rápidas y otro, fundamentado en la reflexión, que nos habilita para tomar decisiones más reposadas y maduradas.

Ambos tienen su función y han permitido evolucionar a la especie humana hasta sus niveles actuales de civilización. El conocido como Sistema 1 -que permite distinguir rápidamente si un objeto está más lejos que otro o nos pone en guardia ante un ruido fuerte desconocido- permite tomar decisiones de forma automática. El Sistema 2 -el que usamos para decidir un plato de una carta de un restaurante o si una oferta de 2x1 en un supermercado vale la pena- actúa de forma más lenta.

La tesis que defiende Kahneman es que si bien a los seres humanos nos gusta pensar que el Sistema 2, el racional, es el que lidera nuestro comportamiento, la realidad es que delegamos en el Sistema 1 la mayor parte de nuestras decisiones en el día a día.

Otra de sus principales aportaciones fue el de la importancia de los 'marcos' a la hora de tomar decisiones. Esto es que, en función de cómo se nos presente un problema o las palabras que se usen para plantearlo, podemos tomar decisiones radicalmente distintas. En su discurso de aceptación del Premio Nobel, Kahneman recurrió al siguiente ejemplo.

Según Kahneman, su trabajo debía servir para que los seres humanos conociésemos los sesgos que guían nuestra intuición

Imagínese que hay dos opciones para combatir una enfermedad contagiosa que se espera acabe con la vida de 600 personas. Si se adopta la medida A, 200 personas se salvarán. Si se adopta la medida B, hay un 33% de probabilidades de que todo el mundo se salve y un 66% de que no muera nadie. ¿Cuál elegiría usted? Una mayoría de las personas que participaron en los estudios respondieron que la A.

Ahora imagínese que las dos opciones que se le ofrecen son: A, morirán 400 personas o B, hay un 33% de probabilidades de que nadie muera o un 66% de que las 600 personas fallezcan. ¿Y ahora? La mayoría responde que la B.

En cada uno de los dos planteamientos las dos opciones son esencialmente la misma. Pero en el primer caso se intentan 'asegurar' las ganancias y evitar el riesgo de que muera más gente. En el segundo se intentan evitar las pérdidas y se busca el riesgo para poder salvar a más personas.

Según Kahneman, su trabajo debía servir para que los seres humanos conociésemos los sesgos que guían nuestra intuición (el Sistema 1) y poder 'domarlos' del tal modo que estos no impidan que el Sistema 2 adopte las decisiones óptimas cuando tenga que entrar en juego.

Daniel Kahneman, psicólogo de formación y ganador en 2002 del premio del Banco de Suecia en honor a Alfred Nobel, el conocido como Nobel de Economía, ha fallecido este miércoles 27 de marzo a los 90 años de edad.

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