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De valer 3.000 millones a 300: qué ha pasado con el unicornio español de las baterías
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De valer 3.000 millones a 300: qué ha pasado con el unicornio español de las baterías

Las expectativas de crecimiento que se habían generado en torno a Wallbox se siguen posponiendo, lo que ha dado como resultado un revés bursátil que no se frena

Foto: Enric Asunción, CEO de Wallbox. (Europa Press/David Zorrakino)
Enric Asunción, CEO de Wallbox. (Europa Press/David Zorrakino)
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De cerca de 3.000 millones de dólares a poco más de 290 millones. En estas cifras se refleja con toda su crudeza el varapalo bursátil que ha encajado en los últimos dos años Wallbox y que no da muestras de aliviarse.

El unicornio español de los cargadores para vehículos eléctricos acumula en 2023 un retroceso cercano al 60%, elevando al 92% las pérdidas registradas desde que marcó su récord en noviembre de 2021, cuando aún daba sus primeros pasos sobre el parqué.

Este descalabro puede leerse como la historia de unas expectativas incumplidas, a medida que las grandes esperanzas sobre la implantación global del vehículo eléctrico se han visto amortiguadas por un ritmo de crecimiento notablemente más modesto. Especialmente, en Europa, un mercado en el que grupo genera en torno al 70% de su negocio.

En un informe publicado hace poco más de un año, los analistas Barclays estimaban que el grupo con sede en Barcelona generaría en 2023 cerca de 400 millones de euros en ingresos. Este mes, sin embargo, los expertos del banco inglés emitían una nueva estimación en la que cifraban en apenas 156 millones las ventas que Wallbox registrará este año.

Foto: Fábrica de Wallbox en Barcelona. (EFE Quique García)

Esta previsión se producía justo antes de que la compañía liderada por Enric Asunción hiciera públicas sus cifras del tercer trimestre, un periodo en el que registró ventas por valor de 32,5 millones y un resultado operativo negativo de 28,3 millones, números que volvieron a quedar por debajo de las expectativas del mercado.

La razón, según explicó la propia dirección de Wallbox, se encuentra en la reducción de inventario que han acometido buena parte de los distribuidores de la compañía en Europa, ante la ralentización en las ventas de vehículos eléctricos. Así, si previamente el nivel medio de stock de los distribuidores trataba de cubrir hasta cuatro meses de entregas, actualmente esa cifra se estaría reduciendo a niveles más próximos a los dos meses.

El consenso ha recortado en más de un 50% los ingresos esperados para 2023 y 2024

Tras estas cifras, la práctica totalidad de las firmas que cubren el valor procedió a ajustar a la baja sus estimaciones sobre los resultados del grupo, lo que se tradujo asimismo en notables recortes de su valoración.

Actualmente, según los registros de Bloomberg, el consenso de mercado prevé que los ingresos de Wallbox en 2023 se sitúen en torno a los 163 millones de euros. Esta cifra se ubica más de un 15% por debajo de la proyectada apenas cuatro semanas antes y hasta un 53% por debajo de la prevista a inicios del actual ejercicio. Las expectativas de ventas para 2024 han experimentado un ajuste similar a lo largo del año.

A pesar de la rotundidad de estas cifras, la lectura que hacen los expertos de la situación de Wallbox no es, ni mucho menos, la de un proyecto frustrado, sino la de un negocio de elevado potencial penalizado por un retraso en la materialización de unas expectativas que tarde o temprano tendrán que hacerse realidad.

Confianza de los analistas

De hecho, de las ocho firmas que cubren el valor, según los registros de Bloomberg, cinco aconsejan comprar sus acciones, mientras que las otras tres adoptan una recomendación neutral. Y, aunque su precio objetivo medio ha caído más de un 70% desde el inicio del año, todas ellas lo valoran sensiblemente por encima de sus niveles actuales, con un potencial medio de revalorización del 126%.

Resulta significativo que, en el encuentro con analistas tras la presentación de los resultados, escasearon las preguntas que pudieran expresar algún tipo de inquietud sobre las perspectivas del negocio, mientras que el grueso de las dudas se dirigían a las oportunidades de crecimiento de la compañía. Especialmente a las que abre la reciente adquisición del grupo alemán ABL.

"Consideramos que el acuerdo es positivo para el aumento del margen bruto y ebitda, las sinergias, las oportunidades de venta cruzada y la oportunidad de entrada al mercado alemán", señalan en Barclays, donde estiman que la operación se cerró apenas a 0,2 veces las ventas estimadas para 2024, debido a los problemas de solvencia que afectaban a ABL tras el ambicioso plan de inversiones que ha ejecutado en los últimos años.

Foto: Los directivos de Wallbox, con Enric Asunción a la cabeza, protagonizan el toque de campana en la Bolsa de Nueva York el día de su debut en el parqué. (EFE)

La capacidad de Wallbox para sacar provecho de este tipo de oportunidades de crecimiento inorgánico, los beneficios de sus asociaciones a largo plazo para el desarrollo y distribución de redes de carga (como las recientemente alcanzadas con Kia o con Atlante), las ventajas de sus sistemas de carga bidireccional y el potencial para crecer en Estados Unidos por medio de los planes de desarrollo implementados por la Administración de Joe Biden son algunas de las ventajas competitivas que los analistas vienen resaltando desde hace varios trimestres.

Nada de esto ha sido suficiente, no obstante, para seducir a unos inversores que parecen más centrados en los riesgos derivados de los ritmos de implantación del vehículo eléctrico a escala global, la creciente competencia, el desarrollo de tecnologías alternativas más eficientes o las dificultades de acceso a materias primas clave.

Un año más, Wallbox sigue necesitado de entregar a los inversores pruebas de que su historia consiste en realidades, más allá de promesas. Con un plan de ajuste de costes que está entregando resultados por encima de lo esperado y la esperanza de que la reducción de inventarios esté próxima a su fin, la compañía se muestra convencida de que los resultados mejorarán en los próximos trimestres y que ya en el arranque de 2024 podrá registrar un ebitda positivo.

La compañía se muestra convencida de que los resultados mejorarán en los próximos trimestres

Tal vez apoyado en esa palanca, el grupo catalán podrá volver a lucir como el prometedor unicornio que mostró ser en sus primeros pasos sobre el parqué y no ya como la atribulada cotizada en que se ha convertido en los últimos tiempos.

De cerca de 3.000 millones de dólares a poco más de 290 millones. En estas cifras se refleja con toda su crudeza el varapalo bursátil que ha encajado en los últimos dos años Wallbox y que no da muestras de aliviarse.

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