Los hogares elevan su ahorro en depósitos en verano por primera vez desde 2010

Las familias no se fían aún de la recuperación económica. Al menos, no lo suficiente. Si bien el consumo se está recuperando, no lo hace a plena capacidad. Es decir, contrarrestando el ahorro acumulado por los hogares desde el inicio de la pandemia. De hecho, han roto con la tendencia previa de disminuir su liquidez en verano de cara a las vacaciones.

El coronavirus ha trastocado esta dinámica, que se venía repitiendo ininterrumpidamente entre 2011 y 2019. Lo habitual en estos años es que en julio, con el inicio del verano, hubiera un descenso del ahorro en depósitos y cuentas corrientes por parte de las familias. Era un momento para gastar más de lo que se ahorra de cara a vacaciones.

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Ya en 2020 esto no ocurrió, si bien el año estuvo muy marcado por la pandemia y, en el caso concreto del mes de julio, las familias venían de un confinamiento sin precedentes. La confianza todavía no era plena, ni por la economía ni por cuestiones sanitarias, como para viajar o incrementar el gasto por las vacaciones. Pero un año después, y pese al avance de la vacunación (a mediados de julio la pauta completa alcanzó a más del 50% de la población), vuelve a aumentar el ahorro.

Los datos del Banco de España reflejan los primeros aumentos en un mes de julio del ahorro en depósitos (cuentas corrientes, depósitos a la vista y depósitos a plazo) desde 2010. En julio de este año, según los últimos datos disponibles, hubo un aumento por parte de las familias de 1.100 millones respecto a junio. Desde febrero de 2020, antes del confinamiento, el incremento es ya de 90.900 millones, o del 11%.

Se trata de un ahorro embalsado que, según el consenso de los servicios de estudios, tenderá a transformarse en gasto, y este impulsará aún más la recuperación poscovid hasta acercar el crecimiento del PIB a la tendencia previa a la pandemia. La duda es si todo el ahorro se convertirá en consumo y cuándo lo hará. De hecho, los bancos tienen, por ejemplo, la tesis en que parte de este ahorro seguirá siéndolo, aunque con un carácter estructural, por lo que han dado un nuevo impulso a la venta de productos financieros para canalizarlo, como los fondos de inversión o las carteras de gestión delegada.

Para Ignacio de la Torre, economista jefe de Arcano, habrá una recuperación rápida, en consonancia con otros consumidores occidentales y en consonancia con la mejora del mercado laboral. La gente es lenta a la hora de volver a consumir cuando venimos de una recesión endógena (crisis inmobiliaria de 2008), pero no cuando es una crisis exógena, como una crisis sanitaria, cuando lo peor parece estar detrás, en términos de muertes.

Expectativas macro

El trasvase de ahorro a consumo es clave para las perspectivas económicas. Este mes, por ejemplo, BBVA Research mejoró su proyección de expansión del PIB para 2022 en 0,7 puntos porcentuales, hasta el 7%. Uno de los factores es el mencionado comportamiento de las familias con su capacidad para gastar.

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“En 2022, la mejora de la situación sanitaria, el ahorro embalsado por las familias, el impulso de los fondos europeos Next Generation EU (NGEU), las políticas expansivas del BCE y una elevada capacidad productiva sin utilizar explicarían una recuperación de los niveles de PIB precrisis en la mayoría de las comunidades”, señala un informe del servicio de estudios de BBVA este mes, con actualización de previsiones a nivel regional.

Los dos archipiélagos, Islas Baleares y Canarias liderarán el crecimiento el año que viene tras el castigo sufrido por su exposición al turismo en un periodo de restricciones a la movilidad y desconfianza de los hogares para viajar. En ambos casos, BBVA Research prevé una expansión del PIB superior al 10%.

Pero estas previsiones se explican en gran medida por la caída sufrida y el efecto base (al compararse con un dato menor). La recuperación de las comunidades autónomas depende en gran medida del ahorro disponible y en cómo se traslade al consumo. El gasto doméstico está impulsando el crecimiento a ritmos superiores al 6% en comunidades como Andalucía, Comunidad Valenciana, Cataluña o Murcia.

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Estas expansiones se producen en detrimento de Madrid, punto de origen de muchos turistas. No obstante, en la Comunidad de Madrid se juntan dos factores que podrían impulsar el crecimiento futuro. Hay menos daños estructurales para empresas y familias y, a la vez, es donde más ha crecido el ahorro.

Estas dos lecturas financieras dejan a Madrid en una posición aventajada para la recuperación poscovid. Entre diciembre de 2019 y marzo de 2021, según las últimas estadísticas del Banco de España a escala regional, el incremento de los depósitos fue de 105.964 millones. El grueso se explica por el aumento en hogares, en 72.400 millones hasta los 925.600 millones, y por las empresas, en 24.400 millones hasta los 282.700 millones.

En este caso, en Madrid el volumen de depósitos se ha elevado en 15 meses en 30.352 millones, hasta alcanzar los 381.924 millones. El aumento supone el 28% del incremento total en España, frente al 19% del PIB que pesa la región. Por otra parte, el peso de Madrid en el primer aumento de crédito desde la crisis, gracias principalmente a los préstamos ICO, fue del 16,7%.