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No solo la banca: el Ibex destruye empleo en España mientras crece en el exterior
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No solo la banca: el Ibex destruye empleo en España mientras crece en el exterior

Los grandes referentes del mercado bursátil español mantienen sus plantillas en el país al menos un 15% por debajo de sus niveles previos al colapso financiero pos-Lehman Brothers

Foto: Palacio de la Bolsa de Madrid. (EFE)
Palacio de la Bolsa de Madrid. (EFE)
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La banca española se apresta a asestar un nuevo golpe a las cifras de empleo en España. Esta semana, CaixaBank y BBVA han comunicado a los sindicatos su pretensión de recortar sus plantillas en algo más de 12.000 efectivos. De este modo, se suman a entidades como Santander y Sabadell, que en los últimos compases de 2020 ya habían desplegado planes para recortar algo más de 5.000 puestos de trabajo y agudizan una tendencia de destrucción de empleo en el sector financiero que desde el estallido de la crisis financiera ha supuesto la salida (en términos netos) de más de 100.000 trabajadores, una cifra que muchos expertos auguran que seguirá creciendo.

"El de la banca es un modelo en transformación. No solo en España, en todo el mundo. La demanda ha cambiado hacia los canales digitales y eso hace cada vez menos necesarias las oficinas, donde se ha concentrado la mayor parte de las salidas. No es fácil decir qué proporción de ajuste adicional es necesario, pero el proceso resulta indiscutible", explica Fernando Rojas, consultor del área de Banca de Afi.

En este proceso de transformación, el doloroso fenómeno de los despidos se complementa con una intensa readaptación de las plantillas a la nueva realidad financiera, incorporando perfiles más centrados en áreas tecnológicas. Pero los números evidencian que la intensidad de estas contrataciones queda muy distante del volumen de salidas, dejando un saldo negativo funesto para el empleo nacional.

Foto: EC.

Esta realidad, sin embargo, resulta menos evidente si se observan las cifras de empleo del Ibex. Al cierre de 2020, los seis bancos cotizados del índice bursátil nacional notificaron una cifra conjunta de empleados cercana a los 400.000 efectivos, casi un 50% más que la suma de las plantillas de las cinco entidades que formaban parte del índice a finales de 2007.

Es obvio, en cualquier caso, que esta comparativa no resulta exacta, pues ni siquiera el número de entidades coincide. A lo largo de estos años se fueron incorporando al Ibex nuevos bancos cotizados, como CaixaBank y Bankia (ahora fusionados), mientras que otros, como Popular y Banesto, han acabado siendo absorbidos (en ambos casos, por Santander). En paralelo, entidades como BBVA y Sabadell han ido engordando su perímetro con adquisiciones de grupos ajenos al índice selectivo. Solo las cajas de ahorros, que han ido cayendo bajo el control de los actuales bancos del Ibex, contaban con cerca de 90.000 empleados al cierre de 2007.

No obstante, si se considera al Ibex 35 como una especie de termómetro de la situación de las grandes empresas en España (con todos los peros que a esto se puede poner) y sus cambios de composición como un reflejo de las transformaciones de la economía nacional, la realidad que del mismo se desprende en términos de empleo no resulta ni mucho menos alentadora. Y no solo a causa de la banca.

A cierre de 2020, las 35 empresas englobadas en el Ibex totalizaron una plantilla conjunta de 1,48 millones de trabajadores. La cifra representa un incremento del 16% respecto a la que sumaban los 35 grupos miembros del índice a finales de 2007, el año que alcanzó sus máximos históricos, antes de que la crisis de las hipotecas 'subprime' provocara un derrumbe de la economía mundial.

Ese incremento de las plantillas de más de 200.000 efectivos esconde, sin embargo, una situación preocupante. Y es que esos puestos se han generado fuera de las fronteras españolas, mientras que en el ámbito nacional el número de trabajadores de las empresas del Ibex se ha mantenido claramente por debajo de aquellos niveles. Aunque algunas cotizadas no especifican con exactitud qué parte de sus plantillas es atribuible al negocio nacional, los cálculos realizados con la información disponible permiten observar en estos 13 años un recorte del empleo en España de las grandes cotizadas de al menos el 15%, hasta situarse por debajo de los 500.000 efectivos.

En este descenso, obviamente, ha tenido su peso la crisis del coronavirus, con una reducción de alrededor de 10.000 trabajadores del Ibex 35 en 2020. No obstante, la cifra de cierre de 2019 también reflejaba que las empresas del índice bursátil español estaban lejos aún de recuperar el empleo perdido en el país desde la crisis pos-Lehman.

Durante la crisis del coronavirus el Ibex recortó unos 10.000 puestos de trabajo en España

Hay que tener en cuenta que una parte significativa de ese incremento en las cifras totales experimentado desde la pasada crisis financiera puede achacarse a la inclusión desde 2009 en el Ibex 35 de ArcelorMittal, un gigante que con más de 167.000 empleados a nivel global se sitúa como la tercera mayor plantilla del Ibex. Sin embargo, apenas representa (con datos de 2019, los últimos disponibles) un 4% del total.

La banca representa también en este aspecto un caso notorio. Santander cerró 2020 con una plantilla superior a los 191.000 efectivos, un 45% mayor que la que registraba al término de 2007. Sin embargo, sus números en España, que entonces superaban la barrera de los 30.000 trabajadores (incluyendo la red de Banesto) han experimentado un descenso superior al 10%, a pesar de haber absorbido Banco Popular, que antes de la crisis contabilizaba más de 8.000 trabajadores, la gran mayoría radicados en España.

Algo similar sucede con las cifras de BBVA, que tras expandirse en territorios como Estados Unidos (cuya venta está pendiente de cerrar), Turquía o México ha experimentado un crecimiento de sus trabajadores globales de más del 10%, lo que contrasta con el retroceso de sus números en España, pese a haber adquirido un amplio número de entidades durante el proceso de fusiones que siguió a la crisis.

Foto: EC.

Fuera de la banca también hay ejemplos reseñables. Acciona, ACS, Mapfre o Meliá son algunas de las compañías que hoy forman parte del Ibex que han ampliado sus plantillas en estos 13 años al tiempo que reducían el número de sus empleados en territorio nacional. E incluso algunos de los grupos más pujantes del mercado español a lo largo de este periodo, como Iberdrola o Cellnex (aunque nació en 2015 se pueden rastrear sus orígenes previos en Abertis Telecom), han sido capaces de apuntalar sus fuertes crecimientos sin ampliar su base de trabajadores en España.

Estos datos evidencian que a lo largo de este periodo las grandes empresas españolas han encontrado, de forma general, dificultades para percibir en el mercado nacional las oportunidades de crecimiento que sí han apreciado en otras geografías. La creciente internacionalización de la gran empresa española, lejos de convertirse en fuerza tractora para el empleo en el país, ha ido en paralelo a un declive de este.

Foto: Robots industriales en una línea de producción. (Istock)

Un declive en el que obviamente ha tenido un peso relevante la mengua de algunos de los grupos que antaño jugaron un papel relevante en el impulso económico español. Sin ir más lejos, es el caso de Telefónica, que ha reducido su plantilla global en un 55% en este periodo, lo que ha supuesto un recorte de más de 100.000 puestos –muchos de ellos a través de desinversiones–, que, lógicamente, ha tenido un impacto sustancial en España, donde el número de trabajadores de la firma que preside José María Álvarez-Pallete se ha reducido de 53.300 efectivos, hasta alcanzar los 28.560 empleados con los que cerró 2020.

Tendencias parecidas, aunque menos intensas, pueden apreciarse en Repsol o en Endesa, después de que Enel se quedara con gran parte del negocio internacional del grupo. La compañía eléctrica, cuyo negocio se centra en España y Portugal, cuenta hoy con una plantilla total de 9.591 trabajadores, menos que los 12.677 que sumaba en estos dos mercados en 2007. Y también se puede apreciar algo similar en un recién llegado al selectivo español como Fluidra. Si el grupo piscinero ha elevado su plantilla total en un 45% desde 2007, el enfoque cada vez más internacional de su negocio explica que su plantilla en España no solo no se haya incrementado, sino que ha menguado en alrededor de un 10%.

Un caso llamativo es el de Aena, que en 2007, cuando aún era una empresa 100% pública, contaba con algo más de 12.000 trabajadores, una cifra que se ha reducido desde entonces en un 27%, debido a los planes de reestructuración y eficiencia implementados por la compañía.

placeholder Durante la pandemia, Inditex redujo sus niveles de empleo en España a cifras de 2013. (EFE)
Durante la pandemia, Inditex redujo sus niveles de empleo en España a cifras de 2013. (EFE)

Por supuesto, existen excepciones muy notables de empresas del Ibex 35 que sí han protagonizado en los últimos años un incremento de sus cifras en España. Uno de los casos paradigmáticos es el de Inditex, que ha pasado de dar empleo en el país a 35.783 trabajadores, que entonces suponían hasta el 45% de la plantilla, a sumar cerca de 40.300 efectivos. Con todo, y al margen de que esta última cifra represente una merma del peso del empleo español en el total del grupo –algo lógico en una compañía que ha protagonizado un intenso proceso de internacionalización– la crisis del coronavirus ha supuesto que, tras un lustro de estancamiento en la creación de puestos de trabajo en España, el grupo haya efectuado una notable reducción de su plantilla en el país a lo largo del ejercicio, hasta situarla en sus niveles más bajos desde 2013.

Más llamativa, en términos relativos, es la evolución del empleo de compañías como Amadeus o Grifols. La primera, ha incrementado su plantilla en más de un 100% en el periodo, mientras que en España sus números actuales, de 1.385 (tras recortar 130 empleos en 2020 por la crisis del covid), superan con creces los 452 empleados reportados en 2007, aunque en esta cifra no se incluían los miembros de la oficina regional. Por su parte, Grifols casi ha quintuplicado su fuerza laboral en estos 13 años, de modo que hoy suma solo en el mercado español casi tantos empleados como los que tenía antes de la crisis financiera a nivel mundial. Desde 2014, su número de trabajadores en España ha crecido casi un 44%.

Otras firmas, como IAG o Siemens Gamesa han visto crecer de forma ostensible sus plantillas (frente a las de Iberia y Gamesa, respectivamente), pero a causa de fusiones con grupos extranjeros, en las que las ganancias de empleos en España han resultado poco significativas o inexistentes.

Sin alternativas

Todo esto significa que el Ibex no ha encontrado alternativas al declive de grupos que antaño formaban parte del índice y que sumaban importantes partidas de empleo. Hay que señalar que no en todos estos casos ese empleo se ha perdido, pero con frecuencia la exclusión del índice ha venido a reflejar el ocaso de algunos negocios que fuera del Ibex han seguido reduciendo plantilla. Es el caso de Sogecable, absorbida por Prisa, NH, FCC o, incluso Abertis, que aunque ha seguido creciendo ha reducido mucho su vinculación laboral con España. El caso opuesto lo representa Sacyr, que desde 2007 ha aumentado su plantilla media en España en unos 17.400 efectivos, casi un 140% más. Compañías como Mediaset y Atresmedia (por entonces, Telecinco y Antena 3) también han visto crecer ostensiblemente su número de empleados.

Lo que resulta más significativo es que alguno de los grupos pequeños más pujantes del mercado bursátil español están lejos de mostrarse como grandes generadores de empleo. Si Merlin Properties o Colonial, que representan la reinvención del sector inmobiliario tras el derrumbe en 2007-2008, apenas suman 450 efectivos, no son más significativas las cifras de PharmaMar o Solaria, que, de hecho, cuentan hoy con plantillas más cortas que en 2007, lo que azuza la idea de que algunos de los negocios más vinculados a las nuevas tendencias económicas tienen una capacidad limitada para crear puestos de trabajo.

Esto es también evidente en Cellnex, uno de los grupos más valiosos del Ibex (por momentos ha llegado a situarse como el tercero por valor de mercado), que apenas suma 2.000 empleos –95 veces menos que Santander–, de los que unos 1.200 se localizan en España.

Foto: La comisaria europea para la Competencia, Margrethe Vestager. (EFE)

Estos datos entroncan con el que frecuentemente se ha señalado como uno de los grandes problemas del entramado empresarial español: la escasez de empresas de tamaño mediano y grande, más capacitadas para resistir los embates de las crisis y acometer las inversiones necesarias para crecer y, por ende, generar empleo. A pesar de lo que muestran los datos referidos del Ibex, lo cierto es que las empresas de mayor tamaño han sido las que mejores resultados han ofrecido en términos de empleo a lo largo de la última década.

Según los datos del Ministerio de Trabajo, pese a suponer una parte muy minúscula del tejido empresarial español (apenas el 0,17%), las empresas de al menos 500 trabajadores han generado más de la mitad del empleo que se ha creado en España entre 2011 y 2020. Y la cifra se eleva por encima del 82% si se incorporan las compañías de entre 50 y 499 trabajadores. Sin embargo, las empresas de menos de 50 empleados no han dejado de representar en este periodo cerca del 98% del tejido empresarial español, con las empresas de entre uno y dos trabajadores representando más de la mitad del total.

La banca española se apresta a asestar un nuevo golpe a las cifras de empleo en España. Esta semana, CaixaBank y BBVA han comunicado a los sindicatos su pretensión de recortar sus plantillas en algo más de 12.000 efectivos. De este modo, se suman a entidades como Santander y Sabadell, que en los últimos compases de 2020 ya habían desplegado planes para recortar algo más de 5.000 puestos de trabajo y agudizan una tendencia de destrucción de empleo en el sector financiero que desde el estallido de la crisis financiera ha supuesto la salida (en términos netos) de más de 100.000 trabajadores, una cifra que muchos expertos auguran que seguirá creciendo.

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